Ideas y errores del marxismo. Una alternativa (I/II)
El marxismo, sin duda la ideología más perniciosa que ha conocido la Humanidad, sigue vigente, por ello, sigue también siendo imprescindible conocerla para poder combatirla. Este magnífico trabajo en dos partes de nuestro colaborador habitual Enrique Miguel Sánchez Motos (info@pensadoressinfronteras.org) nos da las claves. No se lo pierdan.
INTRODUCCIÓN
- La izquierda sigue aún hoy, bien entrado el siglo XXI, pretendiendo ser superior moral e intelectualmente a la derecha. Se permite criticar de forma agresiva al capitalismo, que no es otra cosa que la propiedad y la iniciativa privada, y al mercado, su instrumento imprescindible. Critica el presunto egoísmo avaricioso y explotador de propietarios y empresarios, a la vez que pretende ignorar las medidas compensatorias (pensiones, protección al desempleo, fiscalidad progresiva, sanidad y educación gratuitas, etc) que los gobiernos, en muchos casos de derechas, han puesto en marcha.
- La izquierda sigue afirmando la superioridad moral e intelectual de la doctrina marxista. Ante ello el mundo democrático, parece incapaz de responder. En mayo de 2018, el presidente de la Comisión Europea Juncker, participó en una ceremonia de homenaje que tuvo lugar en Tréveris, ciudad natal de Marx, en el 200 aniversario del nacimiento. A la vez se inauguró una estatua de bronce, de más de 6 metros de alto, regalada por la dictadura comunista China. Ante las críticas recibidas, Junckers se excusó diciendo que “es indudable que Marx es una figura que ha moldeado la historia de Europa de una forma u otra. No hablar de él, estaría cerca de negar la historia” Pero el mero hecho de ser un personaje histórico, también Hitler lo fue, no justifica el homenaje.
- Tras la caída del Muro de Berlín en 1989 y de los regímenes comunistas en la Europa del Este, se logró numerosa información sobre los distintos “gulags”, y sobre los más de 100 millones de víctimas imputables al terror y a la acción directa del comunismo. Sin embargo, hoy en día, 30 años más tarde, se sigue criticando, frívolamente, a Estados Unidos, no por haber sido derrotado y no haber impedido los regímenes comunistas de Vietnam, Camboya y Laos, sino por haber intentado.
De la misma forma, en España, se ensalza hoy a personajes marxistas revolucionarios de la República, a Largo Caballero, el llamado Lenin español, a Negrín, Dolores Ibárruri y Santiago Carrillo. Se pretende ignorar que, con sus desatinos y su promoción de la violencia revolucionaria, golpe de estado de 1934 incluido, fueron causantes de la Guerra Civil y co-responsables del terror, los asesinatos y torturas, que ocurrieron, en la llamada zona roja, hasta que fueron derrotados. Sin embargo, esas realidades se ocultan, o se pretenden ignorar, mientras se siguen manteniendo y erigiendo sus estatuas y monolitos y dando su nombre a las calles, a la vez que se quitan las de los vencedores de la guerra y de mártires de la llamada zona nacional. Foco central de crítica es la figura del general Franco, que fue el primero que derrotó al comunismo en el mundo, mientras que se ha aprobado, y sigue aún vigente, la sesgada Ley de Memoria Histórica que, de forma sutil pero intensa, quiere borrar el espíritu de reconciliación que presidió la Transición y la ley de Amnistía.
- De todas estas incomprensibles incoherencias ante el comunismo, tiene gran parte de culpa la vergonzante actitud de la derecha, que ha preferido contemporizar y pretender tener una imagen “progresista”, dejando así el terreno expedito a la propaganda de la izquierda. No se trata ahora de buscar culpables del silencio cómplice, muchos fuimos los engañados. No obstante, los vientos están cambiando y llega el momento de que con espíritu firme y sereno se proceda a atacar y hundir al buque insignia de la izquierda, al marxismo. Callar no es el camino. Hay que denunciar, con razones y evidencias, su mentira, mostrarla a la luz.
- El marxismo no es una mera declaración de buenas intenciones sociales sino una filosofía radical que criticó con virulencia también a todo socialismo utópico o no revolucionario. El marxismo, como con tanta claridad mostró Lenin en su libro “El Estado y la Revolución”, es la filosofía que inspiró y justificó a los regímenes comunistas. El comunismo no fue una mala aplicación del marxismo sino una literal aplicación de la doctrina que habían elaborado Marx y Engels. Ha llegado el tiempo de que las personas de buena fe asuman su obligación de conocer esa doctrina, entender sus errores y denunciarla. Pero no basta con eso. También es necesario reflexionar y entender cuáles son los pilares de una alternativa al marxismo, capaz de atraer a los ciudadanos y de llevarnos a construir una sociedad de libertad, igualdad y fraternidad. Con esa finalidad se ha escrito el presente trabajo.
- EL PENSAMIENTO MARXISTA
- La crisis económica, ha reavivado el debate sobre qué ideología se debería aplicar en el sistema económico.
- Los ataques a “los mercados” y al conjunto del sistema capitalista de mercado, parecen sugerir que, desde el punto de vista económico, habría que buscar una alternativa.
El marxismo, que parecía derrotado tras la caída del Muro de Berlín, resurge como teórica alternativa al sistema actual.
- Se alega que “el comunismo no fue el comunismo que propugnaba Marx, sino una caricatura trágica de lo que debió haber sido”
- El Marxismo elaborado por Marx, con la aportación de Engels, se plasma fundamentalmente en tres libros clave: El Manifiesto Comunista, El Capital y El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado.
- Su centro es un análisis del funcionamiento de la economía, en el que concluye que el capital privado, por su mera existencia, da lugar siempre a explotación del trabajador.
- Pero el marxismo no sólo explica el teórico funcionamiento de la economía capitalista, sino que ofrece una visión filosófica integral, que aborda todos los temas claves del ser y de la sociedad humana.
- El marxismo aporta:
- Una visión ontológica del mundo: El mundo y sus seres son mera materia.
- Una visión del desarrollo material y social que estaría basado en un proceso dialéctico de confrontación (Tesis y antítesis se destruyen y surge la síntesis)
- Una visión de la metodología de desarrollo de la historia humana, que sería el resultado de la aplicación constante de esa dialéctica de confrontación entre las relaciones de producción y la propiedad privada, plasmada en la lucha de clases como motor de la historia. “Toda la historia de la sociedad humana, hasta el día, es una historia de luchas de clases”[1].
- Una explicación del funcionamiento de la economía, que toma como base la teoría del valor trabajo y la teoría de la plusvalía que concluye señalando tres leyes que rigen al sistema capitalista: el decrecimiento constante de la tasa de beneficio, la concentración del capital cada vez en menos manos y el empobrecimiento creciente de la población.
Toma de Hegel la primera parte de su conocida frase: “Lo racional es real y lo real es racional” y por tanto propugna la revolución para transformar lo racional, el marxismo, en una realidad social, el comunismo.
- Toma de Hegel la dialéctica, pero no acepta que del diálogo hegeliano entre la tesis y la antítesis pueda surgir la síntesis. Marx dice: Mi método dialéctico no sólo es fundamentalmente distinto del método de Hegel, sino que es, en todo y por todo, la antítesis de él.[2] Marx considera que la propiedad y las fuerzas productivas son irreconciliables y que el único camino es la confrontación violenta.
- No cree que el ser humano y la sociedad humana puedan cambiar mediante el diálogo y la negociación pues considera imprescindible la eliminación total de la propiedad privada de los medios de producción.
- Consideró a la religión un gran factor de opresión y por eso estuvo muy de acuerdo inicialmente con Bauer, con quien colaboró en el periódico “El archivo del ateísmo”
- Por esto, Marx que inicialmente estuvo muy de acuerdo con las ideas de Feuerbach, ateo y materialista: “El ser divino no es más que el ser humano” “La religión es la separación del hombre de sí mismo” “La separación de Dios de los hombres, significa la separación del hombre de sí mismo”[3] terminó criticándole: “No comprende la importancia de la actuación revolucionaria”[4] ya que Feuerbach creía en la bondad del hombre como fuerza positiva para el cambio.
-
Proudhon Igualmente discrepó de Proudhon, el cual había dicho: “El salario del trabajador no excede nunca de su consumo ordinario, y no le asegura el salario del mañana” “En esto consiste (la relación entre el propietario y el obrero) lo que tan propiamente se ha llamado explotación del hombre por el hombre”, “La propiedad es un robo”[5] pero discreparon en el método de cambio. En efecto, Proudhon, en su carta a Marx, de 17 de mayo de 1846, le decía: “Busquemos juntos, si usted quiere, las leyes de la sociedad, el modo como esas leyes se realizan, el progreso según el cual llegamos a descubrirlas; pero, ¡por Dios!, después de haber demolido todos los dogmatismos a priori, no soñemos, a nuestra vez, con adoctrinar al pueblo; no caigamos en la contradicción de su compatriota Martín Lutero, quien, después de haber derribado la teología católica, se puso en seguida, con el refuerzo de excomuniones y anatemas, a fundar una teología protestante. Desde hace tres siglos, Alemania sólo se ocupa en destruir el revoco hecho por Martín Lutero; no demos al género humano un nuevo trabajo con nuevos amasijos. Aplaudo con todo mi corazón su pensamiento de someter un día a examen todas las opiniones; sostengamos una buena y leal polémica; demos al mundo el ejemplo de una tolerancia sabia y previsora; pero, porque estamos a la cabeza del movimiento, no nos convirtamos en los jefes de una nueva intolerancia, no nos situemos en apóstoles de una nueva religión, aunque esta religión fuese la religión de la lógica, la religión de la razón”[6].
- El marxismo cree en la violencia como método de cambio. El Manifiesto dice: Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones. Abiertamente declaran que sus objetivos solo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente.[7]
- El marxismo considera que el trabajo ha creado al Hombre y que el trabajo es la principal característica de la especie humana.
- El trabajo es Dios: El TRABAJO es el origen del hombre: Simio + Trabajo= Uso de herramientas + Lenguaje + Razón = Hombre.
- La especie humana está alienada en el sistema capitalista porque:
- El trabajador está alienado del producto de su trabajo = la mercancía no le pertenece
- El trabajador está alienado del trabajo = los capitalistas le compran su fuerza de trabajo
- El trabajador está alienado de su naturaleza humana
- El trabajador está alienado de los demás miembros de su especie ya que no tiene naturaleza humana.
- La culpa de todo: la propiedad privada de los medios de producción.
- “No es la conciencia del hombre lo que determina su ser social, sino su ser social el que determina su conciencia … Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, con las relaciones de propiedad… estas relaciones se convierten en trabas al desarrollo de las fuerzas productivas, y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica se transforma, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura que se erige sobre ella”[8] Marx propugnó la teoría del valor-trabajo según la cual todas las mercancías tienen un precio de mercado que refleja su valor de uso, o utilidad, “El valor de las mercancías aparece ya expresado en sus precios antes de que se lancen a la circulación”[9]
- Este valor viene establecido por el tiempo de trabajo dedicado a la producción de esa mercancía. En suma, los precios de las mercancías expresan el tiempo de trabajo humano dedicado a elaborarlas. “¿Y cómo se mide la magnitud del valor de la mercancía? Por la magnitud del trabajo que encierra”[10]
- Según la teoría marxista de la plusvalía, el beneficio del capitalista se obtiene de no abonarle al trabajador todo el valor que aporta su trabajo. La plusvalía se produce porque el capitalista es dueño del capital y es el que compra el trabajo del trabajador mediante su salario.
- El valor de toda mercancía es la suma de los valores que se unen para producirla.
- Los medios de producción sólo transfieren a la mercancía el valor que integran o pierden durante el proceso de trabajo.
- Las materias primas aportan su propio valor a la mercancía en la que se integran
- Las máquinas y herramientas aportan el valor (amortización) que de ellas se consume en el proceso de producción.
- El trabajador aporta el valor de su trabajo.
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Stajanov El trabajador vende su fuerza de trabajo al capitalista como una mercancía más. El precio de la fuerza de trabajo, al igual que el de cualquier otra mercancía, se determina por el tiempo de trabajo necesario para su producirla o mantenerla. El salario (o precio de la fuerza de trabajo) equivale al valor de los medios de vida necesarios para asegurar la subsistencia del trabajador. Si para producir esos medios de subsistencia es necesario dedicar 6 horas, pero la jornada es de 10 horas, hay 4 horas de plus trabajo. De ellas es de donde procede la plusvalía de la que se apropia el capitalista.
- ¿Cómo puede aumentar el capitalista su ganancia o plus valía? Alargando la jornada de trabajo. Es lo que se llama plusvalía absoluta.
- Sin embargo, la historia muestra una tendencia a disminuir la jornada laboral ¿Cómo puede entonces obtener plus valía el capitalista? Mediante lo que se llama plusvalía relativa. Al aumentar la productividad general en la economía, al producirse más medios de subsistencia en menos horas, el valor de estos medios disminuye y por tanto disminuye el valor de la fuerza de trabajo o salario. “El valor de la fuerza de trabajo, …es el valor de los medios de vida necesarios para asegurar la subsistencia de su poseedor”[11]“el obrero invierte la mayor parte de su salario en medios de sustento y su casi totalidad en artículos de primera necesidad”[12] “el salario diario medio es siempre igual al producto de valor del número de horas que el obrero necesita trabajar para producir los medios de subsistencia indispensables”[13]. Por ello, el salario medio debe disminuir y el capitalista gana más.
- Los primeros capitalistas que aumentan la productividad ganan, aunque baje el precio individual de las mercancías. Pero los precios más bajos reducen las ganancias de los capitalistas menos productivos.
- Para no quedarse fuera de la competencia, los capitalistas necesitan mejorar su productividad industrial, para lo cual deben invertir más. Al invertir más su tasa de beneficio respecto al capital invertido disminuye. Esta es la primera ley económica marxista: la tendencia decreciente de la tasa de beneficio del capital.
- Sin embargo, habrá capitalistas pequeños que no tengan capacidad para invertir más y se arruinarán. Pasarán entonces a engrosar las filas del proletariado. Se producirá entonces lo que dice la segunda ley marxista: la concentración creciente de capital en menos manos.
- Por otra parte, al aumentar la productividad industrial cada vez serán necesarios menos obreros. Los salarios bajarán. Muchos obreros pasarán a vivir por debajo del nivel de subsistencia. Esta es la tercera ley marxista: el empobrecimiento creciente de la población.
- Este proceso de evolución socio-económico daría lugar a dos grupos finales: una masa de proletarios cada vez más numerosa y empobrecida y una minoría capitalista que habría concentrado todo el capital. La explosión revolucionaria sería inevitable.
- LOS ERRORES DEL PENSAMIENTO MARXISTA
El marxismo es ateo y considera que el hombre es mera materia. El hombre es el resultado de la evolución del simio a través del trabajo en un proceso evolutivo. Esta idea es compartida hoy por muchas personas y también cuestionada por otras.
- No obstante, el aspecto clave del marxismo es considerar que cada individuo humano está determinado por su condición social y en particular por la existencia de la propiedad privada de los medios de producción. Por ello la única solución es eliminar la propiedad privada.
- Pero si fue así:
- ¿Por qué el propio Marx luchó contra el sistema?
- Y, sobre todo, ¿Cómo es posible que tras 70 años de comunismo haya la Unión Soviética decido abandonarlo?
- ¿Ha hecho el comunismo al hombre realmente bueno?
- ¿Si es así por qué han preferido y siguen prefiriendo abandonar ese sistema?
- La dialéctica marxista no admite la posibilidad de acuerdo. El único camino es acabar con el capitalismo, mediante la implantación primero de la dictadura del proletariado (etapa socialista) para llegar después al comunismo.
- Esa dictadura se implanta engañando a los ingenuos, “el partido comunista luchará al lado de la burguesía, mientras esta actúe revolucionariamente, dando con ella la batalla a la monarquía absoluta, a la gran propiedad feudal y a la pequeña burguesía…. para que en el instante mismo en que sean derrocadas las clases reaccionarias comience, automáticamente, la lucha contra la burguesía.[14]
- Y su finalidad es clara y no admite ningún posible acuerdo: “Abiertamente declaran que sus objetivos solo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente”[15]
- Pero ¿cómo compaginar esto con la realidad del Estado de derecho y de la sociedad democrática se basa en los acuerdos dinámicos y pacíficos?
- La teoría económica marxista se asienta sobre la teoría del valor-trabajo y la teoría de la plusvalía.
- Sobre la teoría del valor trabajo cabe preguntarse:
- Si según el marxismo el valor de la mercancía se sabe antes de ponerla en circulación ¿Por qué una vez en el mercado se modifican los precios en función de la oferta y la demanda?
- ¿Por qué se dice que el trabajo añade un valor especial, más allá del coste de la fuerza de trabajo, y sin embargo las materias primas y piezas sólo añaden su coste?
- ¿Por qué las máquinas aportan sólo el valor de su amortización?
- Hay robots que fabrican o fabricarán mercancías ellos solos sustituyendo al trabajo humano ¿Por qué esas mercancías tendrían menos valor de uso que antes cuando las fabricaban los trabajadores?
- ¿No será que una de las claves del valor de toda mercancía radica en su valor de uso, independientemente de la cantidad de trabajo que se ha dedicado a su producción?
- ¿No será que al valor de la mercancía contribuyen, en proporciones que se desconocen tanto la materia prima o piezas como la maquinaria, el trabajo, la creatividad, etc.?
- ¿No será que el valor de una mercancía depende de la oferta y la demanda, la cual es variable, coyuntural y subjetiva?
- ¿No será que, además de todo esto, el valor de uso de la mercancía se encuentra después ante la demanda la cual se ve afectada por muchas circunstancias más allá de la mera utilidad tales como moda, gustos personales, etc.?
- ¿No será que Marx pretendió que las mercancías tenían un valor objetivo porque si ese valor fuera variable no se podría acusar al empresario de obtener el beneficio mediante la explotación del trabajador?
- ¿No será que en realidad el precio de las mercancías es variable y que, desde el punto de vista de la economía, no hay precios justos?
La teoría de la plusvalía, se asienta sobre la teoría del valor-trabajo. Si ésta es falsa, como se ha indicado, la teoría de la plusvalía es falsa también. En efecto, si las materias primas y las máquinas aportan también valor y no sólo el trabajo, y si además el valor (precio) es la resultante del equilibrio entre oferta y demanda, no es sostenible decir que el beneficio del empresario procede de la explotación del trabajador, del plus trabajo.
- Además, cabe preguntarse sobre la propia teoría de la plusvalía:
- ¿Cómo es posible que cuando la jornada de trabajo se reduce siga el capital obteniendo beneficios? ¿Es errónea la teoría de la plusvalía relativa?
- La plusvalía relativa supone que, al aumentar la productividad general de la economía, los medios de subsistencia que necesita el trabajador se abaratan, lo que permite reducir los salarios. El marxismo afirma que “El valor de la fuerza de trabajo, …es el valor de los medios de vida necesarios para asegurar la subsistencia de su poseedor”[16] “el obrero invierte la mayor parte de su salario en medios de sustento y su casi totalidad en artículos de primera necesidad”[17] Sin embargo, salvo casos puntuales, esto es falso. La reducción de salarios no ocurre en las sociedades occidentales.
- En todas ellas hasta las personas con menos ingresos viven mucho mejor que las personas con menos ingresos de hace 50 años.
- Inclusive para los más desfavorecidos, la alimentación y alojamiento actuales son mejores, los vestidos más baratos, tienen mejor luz, gas etc. Además, la sociedad les ofrece en muchos casos sanidad y educación gratuita, así como pensiones y desempleo y numerosas ayudas sociales para vivienda, transporte, dependencia, etc. cosas que antes no existían. Es incuestionable que el nivel de vida de la población ha mejorado Independientemente de que haya una gran diferencia entre los niveles más altos y los más bajos.
- Además, hay una clase media numerosa y los grupos sociales más desfavorecidos están mucho mejor que hace 50 años.
- Por el contrario, en los países que cayeron o siguen bajo el comunismo el nivel de vida es muy inferior y a la vez es mucho mayor la explotación del trabajador que en muchos casos ingresa en el partido comunista para obtener beneficios de los que no gozan el resto de los ciudadanos.
- Por tanto, dado que la teoría de la plusvalía es falsa, también son falsas las leyes marxistas sobre el funcionamiento de la economía capitalista.
- Las previsiones de Marx de hace más de 150 años, habrían hecho desaparecer el capitalismo, si la tasa de beneficio fuera constantemente decreciente. La realidad es que las buenas inversiones siguen generando beneficios si bien es cierto que el aumento de salarios absorbe una parte importante de la riqueza creada. En España, el SMI (Salario Mínimo Interprofesional) ha pasado de 8.400,00 euros en 2008 a 9.907,80 euros en 2017.
- La creatividad y los nuevos inventos en particular en las comunicaciones y la información, así como la defensa del medioambiente y otros han abierto nuevas áreas de inversión, y es de suponer que eso también ocurrirá en el futuro.
- El capital no es necesariamente explotador, como lo demuestra el hecho de que países comunistas como China o Cuba abren sus puertas a la inversión extranjera para crear industrias, desarrollar el turismo, etc. lo que indiscutiblemente pone de manifiesto que el capital aporta un saldo beneficioso para esos países.
Respecto a la concentración del capital en pocas manos cabe señalar que las rentas del capital no son la mayor parte de la renta nacional sino todo muy lejos de ello. En España el reparto de renta neta entre capital y salarios es en 2017 de 70.000 millones para el capital y 400.000 millones para los salarios. Es decir, un 14,9% para el capital frente a un 85,1% para los salarios. El resto del PIB, se va a impuestos, principalmente, y a amortizaciones e imputación por la propiedad de los inmuebles. Ver AQUÍ
- Por otra parte, según datos de 1 de enero 2017, del Instituto Nacional de Estadística, la estructura empresarial (y por tanto capitalista) en España es de un total de 3.282.346 empresas de las cuales 1.823.250 son unipersonales, no tienen trabajadores; 894.179 tienen entre 1 y 2 asalariados; 419.440 entre 3 y 9 asalariados; 77.632 de 10 a 19 empleados y 67.845 de más de 20 empleados. Obviamente, no se ha dado una concentración creciente del capital, desde el punto de vista de número total de empresas. Apenas el 2,06% de las empresas tienen más de 20 empleados,
- Asimismo, y de forma especial en España, está muy distribuido el capital inmobiliario debido a la intensa tendencia a tener vivienda en propiedad lo cual forma parte del capital.
- También hay que señalar que señalar que, vía acciones, fondos de inversión, fondos de pensiones y ahorros, la propiedad del capital está más distribuida (si bien no dispongo de datos cuantitativos).
- La ley del empobrecimiento creciente de la población es manifiestamente falsa en las sociedades capitalistas democráticas. Cada vez hay más empleo; el nivel de vida medio es cada vez más elevado y la distribución de salarios en España no indica empobrecimiento sino todo lo contrario.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística de España, la estructura salarial para 2017, la distribución del total de asalariados, incluyendo tanto los de tiempo completo como a tiempo parcial, son: Con 1 o menos Salario Mínimo (SM) 13,06%; con entre 1 y 2 SM, 36,90%; entre 2 y 3 SM, 25,19%; entre 3 y 4 SM, 15,58%; entre 4 y 5 SM, 7,89%; entre 5 y 6 SM, 3,41%; entre 6 y 7 SM, 1,64%; entre 7 y 8 SM, 0,94% y más de 8 SM, 0,91%.
- Los datos para los de tiempo completo son mucho mejores: menos de 1 SM 1,27%; con entre 1y 2 SM, 36,56%; entre 2 y 3 SM, 30,84%; entre 3 y 4 SM, 15,58%; entre 4 y 5 SM, 7,89%; entre 5 y 6 SM, 3,41%; entre 6 y 7 SM, 2,09%; entre 7 y 8 SM, 1,20% y más de 8 SM, 1,16%. En suma, sólo el 1,27% de asalariados percibe el salario mínimo, el 36,5% entre 1 y 2 SM y el 62,23% restante por encima de 3 salarios mínimos.
Primera parte de dos ————————————————————————————————-
[1] Manifiesto Comunista. Fundación Investigaciones Marxistas. Pág. 48.
[2] EL Capital, Marx Ed. Akal 74. Libro I pag 30.
[3] La esencia del cristianismo. Feuerbach. Ed. Luarna Madrid.
[4] Tesis sobre Feuerbach. Marx. Incluida como apéndice en El fin de la filosofía alemana. Engels 1888
[5] ¿Qué es la propiedad? Proudhon. Ed, Proyección 1970 Buenos Aires.
[6] La Alcarria Obrera. https://laalcarriaobrera.blogspot.com/2008/04/carta-de-pj-proudhon-karl-marx.html
[7] El Manifiesto Op.cit p. 94
[8] Marx. Prólogo de Contribución a la crítica de la economía política. Ed. Siglo XXI Madrid
[9] EL CAPITAL op.c. Libro I p.213
[10] Ibidem p. 293
[11] El Capital op.c Libro I Tomo II p.269
[12] El Capital op.c Libro II Tomo II p.147
[13] El Capital op.c. Libro III tomo I p.209
[14] El Manifiesto Op.c p.93
[15] El Manifiesto Op.c p.94
[16] El Capital Op. c Libro I Tomo II p.269
[17] El Capital. Op. cit. Libro II Tomo I p. 147
