Ideología y objetivos del integrismo islámico
Ante la amenaza existente por parte del integrismo islámico, creo interesante recapitular sobre la ideología y los fines de este movimiento musulmán que desde hace varios años amenaza nuestro estilo de vida.
El integrismo islámico no es un acontecimiento reciente, aparece en el siglo VII por la rivalidad entre los sunníes y los chiíes en su lucha por apropiarse de la herencia política de Mahoma. Esta lucha no tiene un carácter ideológico, ambas confesiones siguen el Corán y este texto al ser la palabra de Alá es invariable, sino que lo es por la legitimidad en detentar el poder del profeta.
Durante su periodo de expansión a costa de Persia, Bizancio, África e Hispania el objetivo de la yihad será la civilización cristiana tanto de oriente como de occidente, sin por ello olvidar la lucha ancestral mantenida entre los seguidores de Alí y de los califas.
El islamismo contemporáneo resurge en Egipto, después del hundimiento del imperio otomano y del desmantelamiento del califato por Ataturk, al final de la IGM. Al Bana funda los Hermanos Musulmanes contra el colonialismo y el modelo social de occidente. Con él aparece el germen de lo que va a ser la ideología de la yihad, que van a seguir más adelante diferentes movimientos como Hamas, Hezbollah, Al Qaeda o el EI.
Una vez terminada la IIGM, el colonialismo cede el Poder a gobiernos autóctonos. El fracaso en los programas de modernización social y erradicación de la pobreza, simultáneo al triunfo de la corrupción, generará la aparición de la segunda oleada del integrismo islámico del siglo XX en: Egipto, Pakistán e Irán. Solamente triunfará en este último, donde los diferentes intereses sociales de las clases medias piadosas, la juventud urbana pobre y los clérigos, se armonizarán en un radicalismo integrista islámico. Será Qotb, discípulo de Al Bana y ahorcado por Nasser en la cárcel, quien marcará la hoja de ruta para poner en práctica las ideas de su maestro.
La ideología islámica radical es opuesta en todos sus principios al modelo democrático en todas sus versiones. En efecto, para los islamistas sólo existe una ley válida: la sahría, un solo partido: el partido de los creyentes, un solo líder: el califa, y todo ello presidido por la sumisión a Alá. Es decir, nada que ver con el Estado de Derecho, la libertad representativa, la voluntad popular o la libertad individual. Todo ello es lógico si consideramos la naturaleza en origen de cada una de estas ideologías, una religiosa con vocación trascendente en el tiempo, y la otra laica flexible y adaptable a cada situación. Son ideologías opuestas en las que no cabe acercamiento posible y menos si una de ellas trata de imponerse. “Occidente” sólo puede aspirar a la coexistencia, no a la integración, y sólo si utiliza el principio de reciprocidad para hacerlo viable.
Qotb marcará el camino a seguir. Lo primero que deberá hacer el verdadero creyente será el éxodo de purificación, salir de su medio social e impío y purificarse con la meditación y la oración. Después unirse a otros creyentes en el exilio y crear una comunidad (umma) de verdaderos creyentes. Una vez creada lanzarse por la yihad a la conquista del mundo impío e infiel. Finalmente, restablecer la soberanía de Alá en el mundo por la vía del califato.
El Corán contempla dos tipos de yihad. La primera y principal es aquella que el creyente ha de mantener dentro de sí para erradicar sus imperfecciones, en su camino a la perfección y que está presente en otras religiones. La yihad secundaria es la que por medio de la violencia debe servir para derrotar a los impíos (musulmanes) e infieles (judíos y cristianos) y por el califato restablecer en todo el mundo la soberanía de Alá. Es en esta diferente aplicación de la yihad en donde radica la diferencia entre un sufí y un terrorista. A veces, se oye que existe el Islám moderado y es cierto. El problema radica en que estos musulmanes, no se atreven a cuestionar a sus correligionarios radicales por temor a ser tildados de impíos; la consecuencia es que frente a otras culturas, el Islam que predomina es el que sigue la yihad secundaria y domina la iniciativa y la estrategia en clave de amenaza.
Las predicas de Al Bana y Qotb van a hacer del yihadismo una ideología global, al crear una nueva identidad para un nuevo comienzo, primero contra el colonialismo y después contra el modo de vida occidental.
La acción política de Arabia Saudí e Irán, los petrodólares y la derrota soviética en Afganistán van a generar diferentes maneras de entender la yihad. Aunque sin diferencias ideológicas sustanciales, puesto que la rivalidad procede de quien la lidera. La más resolutiva debido a su financiación será el Wahabismo (nace en el siglo XVIII y de cuya fuente se inspirará Al Bana para fundar los Hermanos Musulmanes). Así, el antagonismo existente entre Al Qaeda y el EI no es ni de doctrina ni de objetivos, sino de tácticas y liderazgo.
La asignación a Arabia Saudí del polo moderado y a Irán el polo radical, son invenciones semánticas de EEUU, para justificar coyunturalmente sus alianzas.
Para La Tribuna de España
