IN HOC SIGNO VINCES

Sólo cuando se alce victoriosa esta Bandera, en España volverá a amanecer

Las concentraciones patrióticas convocadas por VOX, que han tenido lugar el pasado sábado 23 de mayo en muchas ciudades de España, me han producido dos sentimientos encontrados. Por un lado, un sentimiento de alegría y esperanza. Al ver cuantos centenares de patriotas se han hecho eco de la convocatoria, circulado por las calles en sus vehículos particulares mientras tremolaban un verdadero bosque de banderas españolas. Pero también un sentimiento de profunda tristeza, al constatar como ese gran núcleo de patriotas -que hace pensar en que no todo está perdido para España- está mediatizado, sin ser conscientes de ello, por sus mortales enemigos.

Al leer esto alguien podrá pensar ¿a cuento de que viene este exordio? Pues precisamente, es esa extrañeza la que pone de manifiesto la enorme magnitud del problema que estamos viviendo. Vamos a verlo.

Entre esa multitud de banderas de España, no era posible encontrar, ni una, con el águila de San Juan y la leyenda que proclama la voluntad de que la Enseña Nacional represente la realidad intangible de que España es, y debe ser, Una, Grande y Libre. Pues en el caso de que alguien hubiera concurrido con esa bandera, habría sido “mal visto”. Esto es la prueba más irrefutable de hasta que punto los patriotas españoles están influidos, y han asumido, la ideología de los enemigos de España. Que son también sus propios enemigos.

Aunque se haya dicho muchas veces, es imprescindible repetirlo de forma incansable.  Porque hay muchos españoles que no lo saben, o parecen haberlo olvidado. Y en consecuencia, aún con su mejor voluntad, asumen la defensa de España por un camino equivocado. La esencia de este problema está tratada en detalle en LA TRANSICIÓN: ¿REFORMA O RUPTURA? (VÍDEO AQUÍ)

Por ello hace sentir profunda tristeza el ver a tantos cientos de miles de buenos españoles, de verdaderos patriotas, preocupados por la situación de España y el negro futuro que se avecina, buscan conjurar el peligro amparándose en la actualmente bandera oficial de España. Y para ello, con su mejor intención, la exhiben en ventanas y balcones. Igualmente la muestran en sus vehículos, o las tremolan en todas las concentraciones patrióticas con las que pretenden hacer frente al “Proyecto Zapatero”.

Proyecto que, sobre la base filosófica de que España es un concepto discutible y discutido, lo que pretende es que la Nación Española deje de existir como ente histórico. Crimen de lesa patria, que ha sido retomado con renovado ímpetu, por el actual presidente del Gobierno Pedro Sánchez. Con la eficaz colaboración de Soros y los eternos enemigos de España. Que no le perdonan, ni la victoria del 1º de abril de 1939… ni el Edicto de Granada de 1492

Ahora, además, al contar con el inestimable concurso del vicepresidente, Pablo Iglesias, la ruina económica, política y social está garantizada. Y alcanzará velocidades de crucero. Pues lo que estaba previsto lograr a lo largo de la legislatura, aprovechando el Covid-19 se está realizando de forma acelerada. Para ello, mediante reales decretos “semiclandestinos” -cuyo objetivo es poder concluir la demolición del Régimen Constitucional o dejar sentadas las bases para ello- han iniciado el asalto final al Estado. Con la esperanza de haber alcanzado su objetivo antes de verse obligados a levantar el “estado de alarma” Un estado de alarma que en realidad es un estado de excepción encubierto.

Pues bien, todos esos patriotas de buena voluntad que exhiben las banderas de España, sienten un temor cerval a mostrar la bandera con el Águila de San Juan y su triple vocación de representar a Una España Grande y Libre. Y no puede darse mayor contrasentido en quienes lo que pretenden es defender, precisamente, la unidad, la integridad y la libertad de la Patria. Y es que hasta tal punto han sido seducidos por la ideología de los enemigos a los que pretenden oponerse. Igual contrasentido que supone el hecho de llamar “bandera inconstitucional” o “bandera preconstitucional” a una bandera que ostenta, precisamente, el escudo que figura en la primera página de la Constitución de 1978.

Y esto no solamente sucede a nivel particular, sino también está asumido por los propios partidos políticos que defienden la unidad de España y que se autodefinen como “constitucionalistas” pero impiden que en sus concentraciones se lleve la bandera con el Águila de San Juan. Llegando incluso a ordenar que sean retiradas por el servicio de orden. Ya se ha dicho muchas veces, pero es necesario seguir repitiéndolo incesantemente -hasta que lo comprendan todos los españoles y se libren de sus complejos- que la bandera con el Águila de San Juan no es ni inconstitucional ni preconstitucional. Fue reconocida por toda la comunidad internacional. Y además, bajo la legalidad que representaba, tuvo lugar el proceso constituyente. Pero es que  “a mayor abundamiento” fue la bandera de la propia Constitución de 1978 durante tres años. Por eso su escudo figura, ennobleciendo la Carta Magna, en su primera página.

¿Cómo es posible pues que se impida su exhibición, y a raíz de la infame ley 52/2007 se pretenda -de forma torticera como más adelante veremos- considerar ilegal exhibirla? ¿Cómo es posible que quienes buscan evitar la definitiva destrucción de España, defendiendo la Constitución de 1978, “traguen” con tal aberración? Pues ese es el nivel del “lavado de cerebro” al que ha llevado la izquierda y la “progresía siniestra” a los patriotas españoles. Hasta el punto de que en balcones y ventanas se exhibe con profusión solamente la “bandera oficial” establecida por Real Decreto 2964/1981 de 18 de diciembre…. pero es prácticamente imposible ver alguna que lleve el escudo de la primera página de una Constitución que se pretende defender.

Este hecho es sin duda alguna un contrasentido. Y evidencia lo absurdo que es pretender oponerse a la destrucción de “La España Constitucional”… asumiendo las tesis de quienes pretenden acabar con ella. Tragando, con insensata ingenuidad, la píldora envenenada que los enemigos de España y de la Constitución de 1978, han impuesto con un discurso que pretende poner fuera de la Ley la bandera con el águila de San Juan.

Hagamos pues un somero repaso de unos hechos ciertos que, aunque deberían ser conocidos y tenidos en cuenta por todos los españoles, unos por edad los desconocen. Y otros los tienen olvidados merced al opio de unos medios de comunicación que están, mayoritariamente, en manos de las “fuerzas oscuras de la rosa y el mandíl”.

A la muerte de Franco todo el mundo comprendía que el Régimen debería evolucionar. También lo pensaba, y contaba con ello, el propio Franco. Esa evolución consistía sustancialmente en adaptar la Democracia Orgánica -representada por la Constitución de 1966 aprobada en referéndum por el pueblo español el 14 de diciembre de ese año- para adaptarla a las democracias liberales del resto de la Comunidad Europea. Para ello, tras la muerte del Caudillo, se sometió a votación del pueblo español una “Ley Para la Reforma Política”. Había dos opciones: REFORMA o RUPTURA. La Reforma, como significa el propio término, era conservar la esencia -la España, Una, Grande y Libre- adaptando la estructura política a una democracia liberal. La Ruptura, por el contrario, suponía la demolición de toda la estructura del Estado. La izquierda (decir española es flagrante contradicción, pues en España las izquierdas son esencialmente antiespañolas porque reniegan de su historia) propugnaron la abstención. No tenían otra posibilidad, puesto que recomendar el voto negativo, hubiera sido tanto como pedir la continuidad del Régimen que pretendían destruir.

Pues bien, el pueblo español votó, mayoritariamente, a favor de una “Reforma”. Es decir, conservar la esencia del Régimen pero “reformándolo” para adaptarlo a las nuevas realidades sociales y políticas. Y acudió a las urnas con su mejor voluntad, sin recelarse de que iba a ser objeto de una de las mayores estafas políticas que haya sufrido pueblo alguno a lo largo de su historia. En efecto, la “moto que se vendió” como “reforma política” -de ahí el propio título de la ley sometida a referéndum- encubría una RUPTURA PACTADA. ¿Pactada entre quien, cabría preguntarse? La respuesta es evidente: entre la Corona y sus mortales enemigos. Las izquierdas republicanas. El resultado de este “pacto bajo cuerda” o “pacto contra natura” fue la demolición de la España Una Grande y Libre… a cambio de que esa izquierda republicana, antiespañola y antimonárquica heredera del “Frente Popular” de infausta memoria -entonces como ahora conjunción rojo-separatista- no cuestionara la Corona. Esa es la razón por la que al proceso de transformación política que ha tenido lugar en España, a partir de 1975, le cuadra mucho mejor el término de “Transacción” que el de “Transición”

Y el resultado de “esa ruptura pactada” fue una partida de naipes entre “tahúres del Mississippi” en la cual unos se sentaron a la mesa faltando a lo que habían jurado y otros con el designio de faltar a lo que iban a jurar. Y de aquellos polvos, estos lodos. Nunca se dijera con mayor propiedad.

Por ello, dentro de ese auténtico chalaneo de trileros políticos, en el Art. 4-1 de la Constitución se definió la bandera de España por sus colores, pero sin referencia alguna al escudo. Con el designio de poder cambiarlo en cuanto fuera posible. Algo que se ocultó cuidadosamente, sabiendo que en el caso de haber eliminado -no digamos ya perseguido- tal escudo, el pueblo español hubiera votado NO a la Constitución. Sin duda los “Padres de la constitución” tuvieron presente las consecuencias que tuvo el cambio de la Bandera que hizo la Segunda República y decidieron ser más cautos. Pero eso sí, como cortina de humo, como prueba suprema del engaño que tramaban, mantuvieron el escudo en la primera página de la Carta Magna. Al fin y al cabo todo coherente con el pacto secreto entre la Corona y sus mortales enemigos: Se destruía toda referencia al Régimen anterior, y a su principal vestigio, que era el escudo de la bandera. Pero se conservaban los colores.

Por otro lado, si nos fijamos, veremos que la bandera actualmente en vigor (desde el 18 de diciembre de 1981) responde al  “pacto oculto” entre La Corona y sus mortales enemigos (que por cierto son los mismos que los enemigos de España, de Franco y de su Régimen) pues tal enseña es igual que la de la Segunda República, sin otras diferencias que haber suprimido la franja morada y el haber cambiado la corona ducal o coronel español, símbolo republicano, por la corona de los Borbones. Todo ello muy en consonancia con el pacto secreto de la “Transacción” a saber, la demolición primero, y la persecución después, de un Régimen político que, se quiera o no, es la matriz del actual ordenamiento constitucional. Por ello esta persecución de la bandera con el águila de San Juan que ha pretendido decretar la infame Ley 52/2007, es un torpedo bajo la línea de flotación de la nave del Estado Constitucional. Y será el dogal de la propia Corona sino se remedia a tiempo. Por ello, cuanto más tarde S.M. el Rey Felipe VI en comprenderlo y asumirlo, más cerca estará de un precipitado embarque en Cartagena.

Se ha dicho que la infame ley 52/2007 pretende poner fuera de la ley el escudo de la España Una, Grande y Libre, y aún a riesgo de ser reiterativos, es preciso incidir en ello. Vamos a verlo.

En el “Proyecto de ley” en su artículo 17, se pretendía poner fuera de la ley tal escudo, en cuanto se identificaba con el régimen instaurado en España al término de la Guerra Civil

Pero los servicios jurídicos del Gobierno advirtieron que esta redacción no era posible, pues el poner fuera de la ley el escudo que se identificaba con el “Régimen anterior”  (que sin duda era básicamente lo que se pretendía) era equivalente a invalidar la “Transición”  materializando una “Ruptura” que, al adquirir naturaleza jurídica, declaraba también ilegal a la Corona, a la Constitución de 1978 y en consecuencia a la propia ley 52/2007 que se pretendía aprobar.

Como resulta evidente el problema era de una enorme magnitud. ¿Cuál fue la solución que se arbitró? Muy sencillo, como ya se había hecho al redactar la Constitución; dar al artículo de la  ley una forma lo suficientemente ambigua, como para que aquello que no era posible consignar claramente, pudiera luego, mediante una interpretación torticera del texto, exigirse como “mandato legal”

Y así se hizo. En el artículo 15 de la Ley se sustituyó ladinamente el escudo que se identificaba con el régimen instaurado en España al término de la Guerra Civil por un prolija “gaseosa” que insta a la retirada de escudos, insignias, placas, y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación personal o colectiva de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura.

Y se hace evidente que el escudo con el águila de San Juan y su triple vocación de representar oficialmente a Una España Grande y Libre, aunque haya dejado de ser el escudo que figura en la actualmente bandera oficial de España (desde el 18 de diciembre de 1981, es preciso repetirlos mil veces, pues la bandera con el escudo con el águila de San Juan fue la bandera constitucional hasta esa fecha) no encaja en la definición del artículo 15 de la ley pues se trata del vestigio histórico de una legalidad matriz de la actual y, en consecuencia, digno del mayor respeto.

Ya hemos visto, y queda demostrado por la comparación de los textos del “Proyecto de Ley” y de la propia “Ley”, cuál era el propósito del legislador. Pero lo que tiene fuerza legal, valga la redundancia, es la propia ley. No el oculto propósito del legislador. Por ello, en ningún caso, la bandera que representó a España ante toda la Comunidad Internacional, a la legalidad institucional que alumbró la Constitución de 1978 y también la bandera que representó a la propia Constitución, desde el 6 de diciembre de 1978 hasta el 18 de diciembre de 1981, no puede ser prohibida ni perseguida. Y debe exigirse la libertad de mostrarla en todo momento y lugar.

Es más, a la vista de la deriva política de España, que camina inexorablemente hacia el despeñadero, quienes buscan afanosamente en la Constitución de 1978 el detener esta locura -quienes se dicen constitucionalistas– deben ser conscientes de que ese retorno a la Constitución de 1978 en su primitiva pureza -hoy mancillada y prostituida por sus enemigos- pasa inexorablemente por recuperar, mediante una nueva ley y subsiguiente RD, la bandera que estuvo en vigor durante los tres primeros años de vigencia de la Constitución y que representaba la pretendida concordia del consenso constitucional.

Y esta realidad es imprescindible que sea asumida por todos aquellos a los que “les duele” la actual situación, y quieren recomponer los girones de este trapo descolorido y desgarrado en que han convertido a España sus eternos enemigos.

Camino ciertamente largo y difícil. Pero el camino más largo se inicia siempre con un primer paso. Por ello quienes a pesar de estar convencidos de la razón que asiste a todo lo hasta aquí expuesto, siguen temerosos de ondear o mostrar en ventanas y balcones la única bandera que puede redimir a España, pueden comenzar utilizando aquella con la que se ha querido abrir estas consideraciones.

Porque con Monarquía o sin Monarquía, con Constitución o sin Constitución, la salvación de España está en volver a esa bandera de la España Una, Grande y Libre bajo la que se gestó la Constitución de 1978.

Debemos tener la fe de Constantino el Grande, que antes de lanzarse a la batalla contra Majencio en el puente Milvio, vio en el cielo una cruz cuyo texto le pronosticaba;  “IN  HOC SIGNO VINCES”

Pues en la actual batalla en la que España se juega el ser o no ser, debemos tener confianza en que las señales anunciadoras de una victoria definitiva de España sobre sus enemigos, son la bandera que sintetiza sus glorias históricas. Y la Santa Cruz del Valle de los Caídos que simboliza la reconciliación definitiva de los españoles.

Debe llevarse al ánimo de todos los buenos españoles, de todos los patriotas, que pretender la defensa de España, equivocando el camino, es perder el tiempo. Y el camino más seguro a la derrota.

Estamos navegamos en noche oscura y con mar procelosa, mientras vemos, a la luz de los relámpagos, la espuma de la rompiente a la que inevitablemente nos dirigimos.

Es necesario pues que el comandante de la nave asuma el mando, y de grado o por fuerza, ordene cambiar el rumbo a un segundo narcisista e inepto. Secuestrado además por un abyecto grumete que está imponiendo la derrota a la nave.

Solamente de esta forma se podrá conjurar el peligro del naufragio y la nave del Estado podrá volver a navegar en bonanza, en demanda del magno puerto que por su gloriosa historia le corresponde.

Para ello es necesario que el comandante se involucre de una vez por todas en la salvación del barco. Y que la dotación llevemos a su ánimo que, si no lo consigue, esta vez no habrá embarque en el crucero Príncipe Alfonso.

Tendrá que salvar el navío o hundirse con él.

Como lo exige el honor de la Armada… y se lo exigirá el pueblo español.

UN RESUMEN COMO EPÍLOGO

La Constitución de 1978 es, nos guste más o menos, la legalidad vigente. Y por ello debe buscarse la solución a los actuales los males de España en su acatamiento y defensa. En eso tienen toda la razón los “constitucionalistas”.

Pero esa defensa a ultranza de la Constitución exige, imperiosamente, retornar a su pureza primigenia. A su letra y espíritu, que tanto se ha conculcado por acción y omisión.

Y para ello resulta imprescindible dos acciones esenciales: “embridar” el Estado de las Taifomanías recuperando competencias que jamás debieron cederse… y restituyendo, como símbolo del Estado, la Bandera que alumbró la Constitución de 1978.

Pero si alguno, todavía es reticente a utilizar esa Enseña Nacional, porque tras casi cuarenta años de permanente lavado ce cerebro, ha asumido la tesis de los enemigos de España, de la Monarquía y de la Constitución según la cual la bandera con el águila de San Juan y la leyenda Una, Grande y Libre es “inconstitucional” o “preconstitucional” puede superar sus infundados temores haciéndose con el modelo de bandera -texto incluido- que se propone al inicio de este opúsculo.

Puede conseguirla sin dificultad, solicitándola a una fábrica ubicada en Zaragoza y cuya dirección electrónica es www.tusbanderas.com

Cuando miles, cientos de miles, de tales banderas, recorran calles y plazas, y engalanen ventanas y balcones, habremos superado una larga noche. Y en España volverá a amanecer.

Dios así lo quiera.


13 respuestas a «IN HOC SIGNO VINCES»

    1. Pues si no se me escapa también a mi una segunda intención del comentario, así está escrito el título del artículo.
      Un cordial saludo.

  1. D. Jesús, no soy el Coronel D. Diego Camacho con pseudónimo, pero esos conocimientos de Latín le delatan como sacerdote.
    Este artículo lleva 6 comentarios, pero lo importante del artículo no es si le falta una H a la locución latina, que efectivamente así era pero que una tecla mal dada la comete cualquiera (yo al menos a pares), sino lo que el propio artículo dice que es de lo más clarividente que se ha escrito, y que voy a comentar en un comentario a parte.

    1. Siento el «alboroto» causado por la incomparecencia de la dichosita hache, en el encabezamiento de este magnífico artículo. Y eso que, además de ser muda, ¡estaba ausente! Pero, sin embargo, privando de su exacto significado la cita del famoso lema constantiniano.

      Un saludo muy cordial para usted, don Kevlar.

    2. Estimado Kevlar:
      Me tomo la licencia de intervenir en un cruce de opiniones entre Jesús y usted.
      Le agradezco sus palabras “el artículo es de lo más clarividente que se ha escrito” pero igualmente agradezco a Jesús el que me alertara sobre un fallo -ya subsanado- que sin desvirtuar el texto, suponía un fallo garrafal.
      Gracias pues a ambos.

  2. Me parece un impresionante artículo, escrito con un estilo contundente y valiente, como todos los que el CORONEL Navarro de los Paños publica, y en honor a la verdad estoy totalmente de acuerdo en su exposición y me alegro que todavía queden gente de honor en España. Recibe un fuerte abrazo mi querido compañero y amigo

    1. Gracias amigo y compañero Fernando.
      Como bien sabes, hace muchísimos años que soy “la voz que clama en el desierto” y desgraciadamente el tiempo me ha ido dando la razón.
      También sabes, que si así lo escribo, es porque es porque así lo siento. Lo que no me impide tener a veces una vaga sensación de impotencia… ¿sirve de algo dar esta batalla por la verdad?
      Quiero pensar que en algún lugar fructificará la semilla. Pero en cualquier caso, como militares, sabemos que el deshonor no está en la derrota, sino en abandonar la posición sin haber empleado, hasta el último cartucho, en su defensa.
      Y aún acabados, es preciso continuar a “bayoneta calada”
      Así lo demanda el juramento que empeñamos.
      Y nuestra estirpe o es de perjuros.
      Un fuerte abrazo y ¡¡¡Arriba España!!!

  3. Creo que este artículo es de lo mejor que se ha escrito en esta página de El Español digital. No es la primera vez que lo digo, pero yo no tengo la culpa de que cada artículo sea tan bueno o más que el anterior, por increíble que parezca.

    Coincido plenamente con el contenido de este artículo y su denuncia de cómo España va asumiendo el discurso del enemigo. Este proceso es básico para comprender cómo hemos dado lugar para estar tan al borde del precipicio donde estamos.

    Creo que es para enmarcar esto que dice el Sr. Coronel autor de este artículo:

    “Pero también un sentimiento de profunda tristeza, al constatar como ese gran núcleo de patriotas -que hace pensar en que no todo está perdido para España- está mediatizado, sin ser conscientes de ello, por sus mortales enemigos.”
    (…)
    “Entre esa multitud de banderas de España, no era posible encontrar, ni una, con el águila de San Juan y la leyenda que proclama la voluntad de que la Enseña Nacional represente la realidad intangible de que España es, y debe ser, Una, Grande y Libre. Pues en el caso de que alguien hubiera concurrido con esa bandera, habría sido “mal visto”. Esto es la prueba más irrefutable de hasta que punto los patriotas españoles están influidos, y han asumido, la ideología de los enemigos de España. Que son también sus propios enemigos”.

    El 14 de enero de 2020 yo comentaba en el canal de Youtube de la Fundación Villacisneros, respecto de un video titulado “LA ALTERNATIVA CULTURAL AL FRENTE POPULAR: «Una toma de conciencia», cuyo enlace es éste:
    https://www.youtube.com/watch?v=foQ53qcy9KY
    los siguientes sucesivos comentarios en el chat en directo:

    – Kevlar Steiner: La alternativa debe empezar por la bandera, la verdadera bandera de España es con el escudo del águila.

    – Kevlar Steiner: El escudo actual es el de una España acomplejada

    – Kevlar Steiner: O el escudo del Águila o un agujero en la bandera, como hizo el pueblo en Rumania cuando se levantó contra Ceaucescu, que recortó de la bandera de Rumania el escudo comunista.

    – Kevlar Steiner: Este escudo (el actual) es el de la España que se somete a Marruecos, y que sólo sabe recular, huir y perder.

    Y luego terminado el chat en directo añadí dos comentarios más, uno relatico al PP y otro relativo a la bandera que presidía el acto de la Fundación Villacisneros, donde decía:
    – kevlar steiner:
    La alternativa debe empezar por la bandera que hay presidiendo el acto, la verdadera bandera de España es con el escudo del águila. El escudo actual es un escudo capado, el de una España acomplejada y capada a imagen de lo que quieren los enemigos de España. La Repúblicana goza de toda libertad, y la nuestra está perseguida, pero entonces si el verdadero escudo de España está perseguido dejemos un agujero en la bandera, como hizo el pueblo en Rumania cuando se levantó contra Ceaucescu, que recortó de la bandera de Rumania el escudo comunista y los patriotas iban con la bandera con un agujero de haberle quitado el escudo comunista.
    El escudo actual es un escudo comunista, porque se creó para despojar a España de su grandeza que representaba el Águila.

    ****

    Más recientemente, el pasado 30 de mayo, en el canal de Youtube “Hispania”, en su video titulado: “¿Y si un Ministro exhibiese la bandera “del pollo”?”, que se puede consultar aquí : https://www.youtube.com/watch?v=5UTRwKCKEH4
    yo comentaba (el canal es muy monárquico y si hago alguna crítica a Felipe VI suele quitar mis comentarios, pero he comprobado que esta vez, como no había alusión al Rey, lo ha dejado) :

    – kevlar steiner:
    La verdadera bandera de España es la bandera con el escudo del Águila de San Juan, que es la verdadera bandera constitucional, con el escudo de la Edición Primera de la Constitución, porque el escudo actual es posterior. Y digo que es la verdadera bandera de España, porque la actual con el escudo sin águila es la bandera de la España capada, de alas cortadas por sus enemigos, para que España no sea una Nación de primera categoría. Los que aspiramos a una España Grande no podemos aceptar como loable el escudo capado actual, porque no hay que conformarse con una España disminuida, maniatada y discapacitada, sino que hay que aspirar a una España UNA, GRANDE, y LIBRE, sobre todo Libre de tanto hijo de puta. Creo que es un error en las manifestaciones patrióticas utlizar la bandera de la España capada, cuando el Pueblo de Rumania se levantó contra el tirano Ceaucesco a la bandera de la Rumania comunista, el pueblo le recortó el escudo. Da idea la tiranía en la que vivimos el hecho de que la bandera la República del Crimen (como los verdaderos historiadores conocen a la 2ª República), que es totalmente inconstitucional porque la forma política del Estado Español que consagra la Constitución Española no es la República sino la Monarquía Parlamentaria, sin embargo es una bandera protegida por jueces y Fiscales, y sin embargo la Bandera constitucional con el escudo del Águila de San Juan sufre la persecución que la bandera criminal dela república no sufre. Es el doble rasero de la falta de Justicia que hay en España.

    Y luego añadí un segundo comentario que decía:

    – kevlar steiner:
    El libro «Antes que Sadam: las armas de destrucción masiva y la protección civil en España 1924-2000», de los expertos Lucas Molina y José Mª Manrique, cuenta como el Frente Popular durante la guerra civil española llevó a cabo varios intentos para provocar distintas pandemias en plena guerra en la población civil de la retaguardia de la España Nacional. Fueron muchos los procedimientos pero uno de los más miserables fue el llevado a cabo en 1937 por el Gobierno Rojo, que contrató en Francia a dos canallas llamados Jean Bouguennec y Witold Gelinski , para que se dejaran infectar con varias enfermedades infectocontagiosas como Rickettsias causantes del tifus exantemático, o los Plamodios, en dosis no letales para ellos (como si fueran enfermos asintomáticos que no llamaran la atención), para que pasaran a la España Nacional y mezclándose luego con la gente en mercados y lugares públicos infectaran a la población civil para provocar una pandemia que diezmara a la población de la retaguardia en una situación de guerra, donde a la pobreza de España de aquella época se sumaba la estrechez, la escasez de medios, y la carestía propia de una situación de guerra. Afortunadamente en aquélla época los servicios de inteligencia españoles trabajaban para proteger a España y estaban alerta, y no pasó como en el 11M, y los agentes enemigos infectados fueron detenidos en la frontera, antes de que pudieran cometer semejante crimen de lesa Humanidad, aunque de esto no se hagan películas. La Justicia de Franco, en contra de lo que dice la propaganda, era tan benévola, que condenó a estos dos hijos de puta a tan solo 20 años de reclusión menor, en sentencia de 11 de octubre de 1937, ratificada en vía de recurso en sentencia dada en Burgos, en 3 de diciembre 1937. En España lo estamos pasando fatal con este coronavirus, imagínense una situación de guerra, en una época que la pobreza era la regla general de los españoles (la clase media no se generalizó hasta la época de Franco), con la falta de medios, estrechez y la carestía de entonces, el sufrimiento y la mortandad que se habría ocasionado a la pobre gente de la población civil. ¿Me puede explicar alguien por qué los alemanes no tienen derecho a la vida, y sin embargo estos crímenes de lesa Humanidad cometidos por el gobierno rojo de la República, no impiden que se pueda estar haciendo apología de la república todos los días y la gente lleve la bandera a pesar de que es inconstitucional porque lo constitucional no es la República, y menos la República criminal que fue la 2ª República, sino la Monarquía Parlamentaria?.

    Hago referencia a estos comentarios para decir dos cosas, la primera que me llena de un cierto orgullo que un pobre hombre como yo, que sólo soy un labriego de la viña del Señor, que estuve sin coincidir en fechas en el acuartelamiento de El Cumial en Orense, como el Coronel cuando fue Tte. de la COE 81, y que no pasé de soldado raso del Rgto. de la capital (porque ya entonces en los acuartelamientos se perseguía a los “fascistas”) pueda coincidir en opinión en este tema de la bandera con una persona tan importante y tan capacitada en todos los aspectos, también en el intelectual, como el Coronel Lorenzo Fernández Navarro, autor de este extraordinario artículo; la segunda que lo que yo apenas digo y apunto muy rudimentariamente con mis pobres palabras, el Coronel sabe exponerlo en un artículo que si España sucumbe, se memorizará por las generaciones futuras de la Resistencia como en la película Farenheit 451 o como ya hicieron los mozárabes medievales durante la dominación mahometana de España; y si España se salva, se estudiará en las Academias militares, en las clases de Moral militar e Inteligencia, hasta que una nueva generación de españoles estúpidos olvide lo que ha pasado (lo que está pasando ahora) en España y se vuelva a dejar engañar por sus enemigos, y volvamos a empezar, porque esto que está pasando ahora está ocurriendo porque la lección aprendida entre 1931-1939, una parte mayoritaria de España no es que la haya olvidado, sino lo que es peor, nunca llegó a enterarse. Mientras la España de Franco se apresuró a perdonar, el enemigo estaba tan cargado de odio, que ha guardado ese odio 70 años para vengarse ahora, y ganar ahora la guerra que perdió en 1939. Que se lo apunten los estúpidos que abren la puerta de su casa sin mirar antes si el que llama puede ser un delincuente (el problema es que no es la puerta de “su” casa, es que es la casa de todos y ahora pagamos justos por pecadores), es decir los que hablan de reconciliación para que el enemigo pueda escalar a las almenas sin sufrir ninguna baja, y pasarnos acuchillo a todos mientras dormimos ajenos al complot, como está pasando ahora, por haber olvidado el drama de 1936.

    ***
    Este autor en su servicio activo, si no estoy mal informado, mandó una compañía de operaciones especiales. La gente corriente piensa que ser “boina verde” o de las “fuerzas especiales”, queda reducido al emblema o al uniforme, o tener una boina de color verde botella (o verde Esperanza), tiznarse la cara con un corcho quemado o con una crema al efecto, saber hacer fuego con un ferrocerio, construir un refugio con medios de fortuna, y saber cargarse a un centinela enemigo con el “Supressor” de Extrema Ratio sin que le dé tiempo ni a decir ni mu. Pero lo que realmente demuestra la capacitación de un verdadero “boina verde”, no es su emblema ni si sabe hacer un iglú en la nieve o vadear un río sin que se moje la munición, sino su fuerza mental, Inteligencia (en el sentido militar del término), lucidez y moral de combate para no caer en la trampa de la propaganda mentirosa y desmoralizadora del enemigo.
    Este artículo, si algo demuestra, -y el movimiento se demuestra andando-, es la capacidad del autor en Inteligencia y Moral Militar, para no sucumbir, como hace el resto del Ejército (el Ejército colaboracionista), Policía y Guardia civil, que se identifica con los políticos y con el sistema corrupto que padecemos, y para estar por encima de la propaganda enemiga y su función de lavado de cerebro que permite a los enemigos de España poder dominar a España sin tener que pegar un tiro.

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    La situación de que las banderas de España con el Águila de San Juan sean cada vez más escasas en la calle tiene un componente que es el lavado de cerebro, en el que incurre también VOX, pero tiene también otro componente, al que se ha llegado a través del primero, que es el componente de la represión. No faltan en España policías de José Bonaparte y de su General Murat que al ver una bandera de España con el águila en un balcón llaman a la puerta para avisar que se quite inmediatamente o formularán la correspondiente denuncia.
    Los españoles de bien sufrimos en la actualidad una situación que puede compararse, salvando las distancias, con la que sufrían lo mozárabes españoles que vivían en las ciudades bajo el poder mahometano, tras la invasión del 711: sufrían discriminaciones de todo tipo, les cortaban la cabeza a miles, impuestos para ellos, etc. etc. El sistema actual no corta cabezas, pero impone penas de cárcel por meros “delitos” de opinión que no son tales, y persigue también mediante multas administrativas y anunciadas sanciones penales el llevar una bandera de España. Esto contrasta con la libertad (a nivel de barra libre por describirlo verdaderamente) de la que gozan los de signo contrario para expresarse y para llevar la bandera de la 2ª República, que se ha de reconocer que objetivamente es una bandera indiscutiblemente inconstitucional, (porque la forma política del Estado Español no es la república sino la Monarquía parlamentaria), además de su carácter criminal y me remito al comentario mío que he transcrito más arriba relativo a lo que narra el libro del Coronel D. José Mª Manrique en su libro «Antes que Sadam: las armas de destrucción masiva y la protección civil en España 1924-2000» de cómo el Gobierno de la República intentó cometer sobre la población civil indefensa de la retaguardia de la España Nacional varias epidemias de enfermedades infectocontagiosas que en aquellas circunstancias de guerra y por tanto de escasez y falta de medios, si la España de Franco no hubiera tenido la eficacia de desbaratarlas, hubieran supuesto un auténtico genocidio. O la bandera separatista catalana denominada “estelada” que es una bandera propia de los enemigos de España, como así se muestran abiertamente ellos mismos, y sin embargo sus portadores pueden llevarla con toda la libertad de la que no gozan los españoles que llevan la bandera de España con el Águila de San Juan que no sólo es la bandera más genuina de España, porque no ha renunciado a su grandeza quitando el Águila, sino que a bandera constitucional no le gana ninguna otra porque fue la verdadera bandera constitucional en cuanto que fue la bandera oficial cuando se proclamó la Constitución de 1978 y estuvo vigente con toda normalidad en los 5 primeros años de vigencia del texto constitucional. Su supuesta “inconstitucionalidad” es otra de las muchas patrañas de la propaganda mentirosa que no soporta el más mínimo análisis de veracidad.
    ¿Se acuerda el lector cuando el Ministro del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba, hipócrita y demagógicamente pronunció aquella frase para confundir y engañar a los incautos, que “los españoles se merecían un gobierno que no les mienta”?
    Acuérdese el lector de esta frase para valorar todo lo que el PSOE ha mentido a los españoles con todo descaro desde entonces, incluido en estos casi tres meses de pandemia que más no se puede mentir en todo, y en las mentiras del propio Ministro del Interior Grande-Marlaska.
    Resulta evidente que no se pronunció para propiciar un Gobierno que no mintiera a los españoles, porque a mentiroso al PSOE no hay quien le gane, y mucho menos si le sumamos el refuerzo de su aliado “Podemos”, con Pablo Iglesias a la cabeza como el mayor farsante desde que desaparecieron del viejo Oeste americano aquellos estafadores con chaleco enguatado y chistera que iban por los pueblos en un carromato vendiendo frascos de un falso elixir milagroso que ellos mismos rellenaban en un arroyo poco antes de entrar al pueblo, el nivel de engaño de toda esta gente resulta insuperable por nadie por mucho empeño que pudiera poner para arrebatar este primer puesto. Sino que se pronunció para engañar a los imbéciles, (que en España son mayoría absoluta) y colocarse ellos en el poder, para mentir como sólo ellos saben mentir, y el que tenga alguna duda que vea la noticia de hoy mismo del Ministro Marlaska y el documento de la Dirección General de la Guardia civil que acredita que es más falso que un billete de 7’65 €.
    Entonces no caiga el lector en la trampa de la hipócrita y falsa acusación de “inconstitucionalidad” de la bandera de España con el Águila de San juan, porque esto es lo mismo que lo de que “los españoles no se merecen un gobierno que les mienta”, que eso solo lo dicen para engañar a la gente que todavía no se ha enterado cómo se las gasta esta gente. La bandera del Águila es la más constitucional de todas porque es la bandera vigente en los primeros años dela Constitución, sin embargo la de la 2ª República y la Estelada catalana son banderas verdaderamente anticonstitucionales, y sin embargo en estos casos su indiscutible inconstitucionalidad no es impedimento para que gocen de todo el respaldo institucional, todo lo cual evidencia que la supuesta inconstitucionalidad de la bandera del Águila, que en verdad no es tal, es en realidad un mero pretexto o subterfugio para engañar a la gente.

    En este tema de las banderas pasa lo mismo que con el nombre de las calles. La Constitución Española en su art. 1, 1º consagra los Valores Superiores de la Constitución que son la Libertad, la Justicia, la Igualdad y el Pluralismo Político.
    En virtud de estos Valores superiores, especialmente del Valor superior “Pluralismo político”, pero también de los demás (Justicia, Igualdad), lo constitucional no es que haya calles únicamente del gusto de la extrema izquierda, sino que el Valor superior “Pluralismo político”, y los demás Valores superiores (Libertad, Justicia, Igualdad) exigen que hubiera calles también de otro signo político, porque en eso consiste la democracia. Sin embargo los enemigos de España imponen sus gustos y su dictadura ideológica, revestida de falsos pretextos, y prohíben todo lo que no sirve para el lavado de cerebro a la población.
    Este abuso se acepta por el resto como “normal” por la inexistencia de una verdadera oposición a la anti-España, que básicamente ha sido una oposición colaboracionista en todo con el enemigo al que jamás han combatido sino todo lo contrario han perpetuado y asegurado sus leyes y sus políticas; y también por el monopolio de los medios de comunicación en manos de los enemigos de España, especialmente las televisiones por su mayor capacidad de contribuir a desinformar y teledirigir la opinión pública, pero con la constitución en la mano esto de “normal” no tiene nada porque es abiertamente contrario al Pluralismo político, a la Justicia y a la Igualdad como Valores superiores de la Constitución.

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    También hay que hacer referencia a que todo este fiasco y toda esta discriminación ha sido posible por el colaboracionismo indigna de muchos funcionarios y autoridades que se han prestado a colaborar con la iniquidad cuando por razón de sus cargos venían obligados a combatir esta situación antidemocrática.
    Estamos viendo en España cómo los Poderes del Estados que tienen como misión el ser garantes de la legalidad son los que la están destruyendo.

    En primer lugar el PP (al que más recientemente se ha unido el partido Ciudadanos, y con él otros minoritarios como los canarios y los asturianos) ha contribuido desde hace décadas al monopolio cultural de la izquierda y al lavado de cerebro sobre la población que dicho monopolio cultural ha ocasionado.
    El Ministerio Fiscal, y las asociaciones de Fiscales (y lo mismo podríamos decir de los Jueces) se han prestado a ser instrumentalizados como una oficina que en determinados “delitos” que en realidad no son verdaderos delitos sino una forma de persecución política, opera como una especie de OGPU ( Ob’yediniónnoye Gosudárstvennoye Politícheskoye Upravléniye = Directorio Político Unificado del Estado) Stalinista, aunque de esto no se hagan películas ni nadie caiga en la cuenta de acusar a este régimen policiaco de verdadera dictadura política.
    Creo que fue en 2017 cuando la Fiscalía del odio de Barcelona logró meter por enésima vez en la cárcel al librero D. Pedro Varela porque había publicado el libro “Mein Kampf”, con el presunto pretexto de que se habría saltado unos supuestos derechos de autor que no pertenecen a nadie, porque Hitler cedió todos sus derechos al Estado y el Estado, profundamente antihitleriano nunca los ha querido. Parece evidente por grosero que los supuestos derechos de autor que nadie reclama (o que si reclama será una cuestión económica, no penal, y además de ínfima cuantía) son un mero pretexto para llevar a un hombre justo a la cárcel, porque otros editores “apolíticos” editan el libro y la Fiscalía no actúa contra ellos. Creo que la Fiscalía no puede prestarse a estos manejos, por muy ideologizada que pueda estar. Mi madre falleció el pasado viernes, había dejado dicho que cuando muriera la incineraran. Así lo hicimos el sábado pasado. 7 horas duró el proceso de incineración, si esto es así con medios modernos y con un solo cuerpo qué no sería un millón de cuerpos. No puedes hacer números porque al que se atreva a poner en duda el dogma oficial es imputado de inmediato por la Fiscalía del odio, gracias a las reformas del Código penal que introdujo el PP en comandita con el PSOE, que pasaron completamente desapercibidas para la gente corriente, y que fueron el preludio de lo que vino después con la Ley de Desmemoria, Falsificación y Manipulación Históricas de Zapatero-Rajoy y está por venir cuando reformen dicha ley en el sentido que tienen anunciado. Pero claro cuando un Fiscal del odio no tiene escrúpulos de meter a gente en la cárcel cuyo único delito es pensar, aunque sea pensar en una dirección que no les guste a los amos del mundo, la verdad yo tendría problemas de conciencia, pero parece ser, por el entusiasmo con el que acometen esta función, que ellos no la tienen, más bien al contrario. Esto dice bien poco a favor de esta clase de funcionarios que deberían ser modélicos, y salir de ellos mismos que estas leyes injustas fueran derogadas.
    Esta misma Fiscalía, y las autoridades administrativas, es la que persigue a los españoles que llevan una bandera con el águila de San Juan.
    El agravio comparativo lo podemos ver con Blanquerna, agresiones en toda regla infinitamente más graves que los dos empujones de Blanquerna, cometidos en tantos y tantos escenarios (la Universidad de Barcelona, o en los aledaños de los actos de VOX que agreden a pedradas a la gente por acudir al acto, o las propias agresiones de los miembros de ultraizquierda de hace dos semanas en Moratalaz cuando una persona joven fue agredida por más de 10 ultraizquierdistas (sólo este hecho ya denota la clase de miserables que son toda esta gente) que cayeron cobardemente sobre él, y la Fiscalía ni se molesta en quitarle el capuchón al bolígrafo, y la Policía con frecuencia está allí para detener a los “fascistas” si responden con contundencia a estas agresiones.

    Ante esta realidad, de sufrir agresiones si no te defiendes, o de ser perseguido por la Policía actual que básicamente es una policía política al servicio de la anti-España (lo hemos podido ver en las detenciones arbitrarias del 2 de mayo en Madrid por llevar una bandera de España, o cómo se ha cortado por la Guardia civil la calle de Galapagar e incluso obligando a la gente) si te defiendes, y por una Fiscalía fuertemente ideologizada en la extrema izquierda, y un Poder Judicial del que el Juez Marlaska es la punta del iceberg, de ahí el sentido de muchas sentencias que no tienen explicación con la Ley en la mano, como fue el caso de las sentencias relativas a la profanación de la tumba de Franco.

    Ante esta realidad de que los buenos españoles son los nuevos mozárabes en esta sociedad tremendamente hostil hacia todo lo español y sus valores.

    Abogaba este mismo autor, en un artículo anterior publicado también en estas páginas (“El lenguaje: arma esencial en la guerra ideológica”) que deberíamos llamarle al aeropuerto de Madrid Barajas, Aeropuerto Francisco Franco, para librar con ello la batalla cultural a la anti-España. Yo, siguiendo esta estela, propondría que a este régimen de Monarquía roja, donde una parte de la nación no tiene libertad, y donde no está garantizada ni la información veraz, ni la separación de Poderes, ni la independencia judicial (art. 117, 1º CE jueces sometidos ÚNICAMENTE al imperio de la Ley) , ni siquiera está garantizada la pureza de los procesos electorales, como ha denunciado la organización “elecciones transparentes”, debe ser calificada como una Dictadura roja, y así referirnos a ella en toda ocasión que se presente. Con mucho menos motivo la anti-España tachó de dictadura al régimen de Franco que era el más democrático de todos porque democracia, etimológicamente significa “gobierno del pueblo”, y nunca España ha tenido un gobierno y un régimen más “del Pueblo, más al servicio del bien común de los españoles, que el régimen de Franco,, a pesar detodas las zancadillas que se le pusieron.

    Qué sentido tiene la separación de poderes teórica actual si no es real, porque el legislativo está al servicio del ejecutivo que todo lo domina. El control parlamentario del Gobierno estamos viendo que es un auténtico camelo que no sirve para nada: la oposición apenas si puede hablar algo y el Gobierno al que se le anticipan las preguntas para que sus asesores puedan preparar sus respuestas, no sólo no responde a lo que se le pregunta (con lo cual se burla el verdadero control) sino que el Gobierno goza de todo el tiempo del mundo mientras a la oposición se le corta el micrófono nada más consumirse su exiguo tiempo.
    El Poder Judicial otro que está mediatizado. Muchos jueces temen que pueda desatarse campañas contra ellos y que puedan ser expulsados dela carrera judicial, sólo por el linchamiento de las televisiones, todas ellas en manos de la anti-España. Lo vamos a ver con la jueza del juzgado de instrucción nº 51 de Madrid que lleva el caso de la posible prevaricación del Delegado del Gobierno, las campañas que se van a desatar para intimidarla.
    Yo desconozco si el caso Royuela es verdad o es mentira, pero lo que resulta evidente, es que el Poder Judicial no puede estar mirando para otro lado, cuando dada su trascendencia en las redes sociales debería ser investigado para ver qué hay de verdad en todo ello, por la gravedad de lo que apunta, tanto en el tema de los supuestos asesinatos por encargo, como lo que es la presunta corrupción de la Justicia. No puede ser que uno de los Magistrados actuales del Tribunal Constitucional sea de los señalados como presunto corrupto, haya sido el ponente de la sentencia que en 2019 negó el amparo a la familia Franco en la profanación de la tumba del Caudillo, y esta persona siga en el Tribunal Constitucional como si tal cosa, cuando el CGPJ debería investigar qué hay de verdad en todo esto, porque si esto es verdad esa persona entonces debería ser apartada de su puesto, aunque solo fuera para no mancillar la imagen del Tribunal Constitucional y garantizar la legalidad de sus resoluciones y el principio de tutela judicial efectiva en amparo constitucional (art. 24 CE), y si es mentira, para despejar toda duda y toda sospecha al respecto.

    Cómo puede llamarse democracia a un sistema que gobierna de espaldas al pueblo y al interés general de los españoles, que detentan unos políticos fuertemente antidemocráticos, sin separación de poderes, y sostenidos por unas televisiones que son la antítesis de la democracia porque sin información veraz y plural la opinión pública que se forma, que es el paso previo para el voto en las elecciones, no es libre, sino manipulada y teledirigida, y mientras el voto sea manipulado y teledirigido España no puede decirse, con propiedad, que sea una verdadera democracia, sino una dictadura de los imperantes y su séquito.

    Lo dicho, un extraordinario artículo, de esta extraordinaria página que está librando la batalla cultural contra los enemigos de España.

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