Nítido. Y con las zancadillas e intento de linchamiento de las dos antítesis nada más ganar la guerra (tuvieron que tragar con el retraso en la granja de los amos). Era inevitable, al abrirnos al progre…so, la liamos, y los que nos llevaron lo sabían; estaba previsto; y todos pensando aquí que todo el mundo era bueno y feliz, vamos a ser optimistas, libertad, libertad, sin ira, libertad, ja.
A muchos no nos hacía falta ver el gráfico, es más que evidente; aplastante. Y, el económico, con ser tan tremendo, es el menor de los males causados en todos y cada uno de los aspectos de la vida de aquella clase media que fue. Destrozada la familia, como institución todo falla, cada uno se encierra en su egoísmo; tan confuso esta el padre como el hijo. Solo cuenta el materialismo (sexo incluido), que es lo único que se viene sembrando desde hace décadas.
Lejos del triunfalismo engaña bobos que se vende a diario entre risas y frivolidades… riendo, riendo, al hoyo o a las cadenas, incluidas las del hambre. Ya «puestos al día», nos han metido en el saco global de la Agenda, y con todos ellos, tan modernos, vamos a la autodestrucción absoluta, superando lo que parece imposible el día anterior.
Por culpa de los cantos de sirena hemos renunciado a algo parecido al paraíso en la tierra, que no supimos valorar en su momento, y del que muchos ni siquiera fueron conscientes entonces, y menos ahora, con todo tan claro.
Mentiras y medias verdades, cada vez más burdas y abultadas; seguro que la tasa de mortalidad está disparada, así como la de afectados por múltiples dolencias físicas y mentales. Todo lo malo se esconde, y cuando ya no parece que cupiera algo más bajo la alfombra, esta parece tragarse todo.
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Dato mata relato, y si no que pregunten a nuestros padres y abuelos.
¡Arriba España!
Nítido. Y con las zancadillas e intento de linchamiento de las dos antítesis nada más ganar la guerra (tuvieron que tragar con el retraso en la granja de los amos). Era inevitable, al abrirnos al progre…so, la liamos, y los que nos llevaron lo sabían; estaba previsto; y todos pensando aquí que todo el mundo era bueno y feliz, vamos a ser optimistas, libertad, libertad, sin ira, libertad, ja.
A muchos no nos hacía falta ver el gráfico, es más que evidente; aplastante. Y, el económico, con ser tan tremendo, es el menor de los males causados en todos y cada uno de los aspectos de la vida de aquella clase media que fue. Destrozada la familia, como institución todo falla, cada uno se encierra en su egoísmo; tan confuso esta el padre como el hijo. Solo cuenta el materialismo (sexo incluido), que es lo único que se viene sembrando desde hace décadas.
Lejos del triunfalismo engaña bobos que se vende a diario entre risas y frivolidades… riendo, riendo, al hoyo o a las cadenas, incluidas las del hambre. Ya «puestos al día», nos han metido en el saco global de la Agenda, y con todos ellos, tan modernos, vamos a la autodestrucción absoluta, superando lo que parece imposible el día anterior.
Por culpa de los cantos de sirena hemos renunciado a algo parecido al paraíso en la tierra, que no supimos valorar en su momento, y del que muchos ni siquiera fueron conscientes entonces, y menos ahora, con todo tan claro.
Mentiras y medias verdades, cada vez más burdas y abultadas; seguro que la tasa de mortalidad está disparada, así como la de afectados por múltiples dolencias físicas y mentales. Todo lo malo se esconde, y cuando ya no parece que cupiera algo más bajo la alfombra, esta parece tragarse todo.