Inexcusable obligación de defender la Cruz del Valle de los Caídos

Ante la programada y no muy lejana sacrílega profanación de la Cruz y Basílica del Valle de los Caídos, es inexcusable deber de conciencia dar la cara en su defensa. A quien lo haga, Dios se lo recompensará. A quien no lo haga, se lo reclamará. Allá cada cual.


6 respuestas a «Inexcusable obligación de defender la Cruz del Valle de los Caídos»

  1. Estamos en los prolegómenos de la entronización pública del MAL.
    Recomiendo encarecidamente que todas las personas de buena voluntad se persignen al salir de sus casas. Que busquen la protección de sus almas (y de los suyos) en N.S. JESUCRISTO. Podrán derribar las Santas Cruces de piedra, madera o metal, pero no podrán BORRAR o DESTRUIR las Santas Cruces propias en nuestro cuerpo y alma que se mantendrán a la vista de DIOS por la eternidad.

  2. Qué podrida tiene que estar la cúpula de la Iglesia Española y de la Iglesia Vaticana, y de las Iglesias de los países de nuestro entorno (Francia, Portugal, Italia, etc), para permanecer impasibles y colaboracionistas con el Maligno y sus agentes en todo este tema de la anunciada destrucción del Valle de los Caídos y de su Cruz.
    Pero sobre todo lo podrida (sepulcros blanqueados) que tiene que estar la cúpula de la Iglesia Española para que la defensa pública de la Cruz del Valle de los caídos la tenga que hacer un sacerdote de a pie, aisladamente y por su cuenta en lugar de la Conferencia Episcopal en pleno y al frente de esa defensa. Es como si habiendo Generales la defensa de una institución militar la tuviera que hacer un simple soldado porque de él para arriba todos los demás son traidores que callan. Callan y consienten para seguir manteniéndose en el disfrute de las mieles del Vellocino de oro.
    Esta actitud traidora hacia Jesucristo de los Obispos, que como en la guerra se han pasado al otro bando, (y el otro bando de Jesucristo es el bando del Maligno, de la Sinagoga de Satanás) nos recuerda mucho la negación de Pedro de los Evangelios, no sabemos si los Obispos luego llorarán amargamente como el apóstol Pedro, cuando tomen conciencia de lo que han hecho, o por el contrario lo celebrarán con un tipo de comida que no se puede nombrar.

    Mateo 26: 69-75:
    «Pedro estaba sentado fuera en el patio, y una sirvienta se le acercó y dijo: Tú también estabas con Jesús el galileo. Pero él lo negó delante de todos ellos, diciendo: No sé de qué hablas. Cuando salió al portal, lo vio otra sirvienta y dijo a los que estaban allí: Este estaba con Jesús el nazareno. Y otra vez él lo negó con juramento: ¡Yo no conozco a ese hombre!
    Y un poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: Seguro que tú también eres uno de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre.
    Entonces él comenzó a maldecir y a jurar: ¡Yo no conozco a ese hombre!
    Y al instante un gallo cantó.
    Y Pedro se acordó de lo que Jesús había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente.»

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