Insultante y nauseabunda despedida del Gral. Fdo. Aznar Ladrón

El pasado 26 de este mes se despidió, por pasar a la reserva, el Gral. Fdo. Aznar Ladrón, que desde Abril de 2017 venía siendo Inspector Gral. del Ejército en Cataluña, Navarra, Aragón y Rioja. Y como no podían ser de otra forma, el personaje lo hizo conforme a lo que ha sido toda su trayectoria militar ya desde la Academia: políticamente correctísimo hasta la nausea.
Este elemento ha sido siempre así. Siempre muy atusadito, educadísimo hasta la sospecha, jamás una voz… pero ya no alta, sino ni siquiera baja, ante todo quedar bien a costa de… lo que sea, es decir, lo mismo que el florero de mi casa que lo ponga donde lo ponga da el pego, aunque para nada útil sirva.
Fernando Aznar Ladrón ha sido siempre la quintaesencia del militar de esta época, dedicado sólo a «hacer la carrera» para mayor gloria de sí mismo. Al tiempo que calculador, porque tonto no es, cínico y torticero. Por eso ha llegado a donde ha llegado. Como colofón a trayectoria tan servil, que no servicial, y como no podía ser de otra forma, su despedida ha estado a la altura de ella, o sea que ha sido una farsa bien calculada para… de nuevo y por última vez quedar bien, como el florero de mi casa que lo ponga en el salón, en la concina o en WC da el pego aunque para nada útil sirva.
El acto fue en recinto interior y acotado según Aznar Ladrón “sin formación, sin Bandera, sin acto militar, con un aforo reducido y un formato sencillo obligado por la situación sanitaria”. Pues mentira cochina. Porque no hay restricciones tan severas que impidieran el acto militar reglamentario, o sea, formación, Bandera, banda y música en el exterior; donde sí las hay es, precisamente, donde se ha hecho, o sea en el interior. Lo que pasó es que Aznar Ladrón sabía muy bien que de hacerlo como Dios y las ordenanzas mandan se arriesgaba a quedar en ridículo y a poner en evidencia a las autoridades separatistas catalufas que no iban a asistir ni en pintura… y, claro, todo menos eso por su parte; el hecho es que tampoco han ido al acto haciéndolo en un interior, pero el feo no ha llamado tanto la atención.

En otro momento dijo: «Los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana habéis sido un auténtico descubrimiento para mí. Sois unos magníficos Cuerpos, que desarrolláis vuestra labor policial con eficacia y profesionalidad, para lo que necesitáis estar liberados de presiones que os distraigan de vuestra misión». Parece que Aznar Ladrón ha visto la luz, tenido una revelación o alcanzado el Nirvana… o estaba chutado o fumado o se había pasado con el whisky o… no se ha enterado de nada, porque, y sólo hay que visitar las hemerotecas, todos sabemos lo que son los mozos de cuadra y la policía local barcelonesa: cuerpos al servicio del separatismo catalufo en los cuales, salvo escasísimas excepciones, sin duda por ello aún más honrosas, están permanecen a la espera el núcleo de la base del ejército separatista que decidirá la definitiva secesión de Cataluña. Un ejemplo de lo que son es su sañuda persecución contra los españoles que quitan lazos amarillos a altas horas de la madrugada o, pero aún, su actuación durante la revolución del 1 de Octubre de 2017; durante la cual, por cierto, al aguerrido Gral. Aznar Ladrón ni se le vio ni se le esperó, pasando el tiempo silbando y mirando al tendido cantando aquello de «pío, pío, que la cosa no va conmigo», mientras las hordas separatistas antiespañolas se adueñaban de Cataluña, escupían a España y desbordaban a las pusilánimes fuerzas del orden hasta incluso hacerse con las armas de Guardia Civil. El Gral. Batet, en ocasión idéntica, con dos simples cañonazos zanjó el asunto en diez minutos, conservando la unidad de España y dejando su honor, dignidad, soberanía e integridad a salvo, pero claro, todos esos conceptos nunca han figurado en el diccionario de Aznar Ladrón.
Más: «desde sectores de la Generalitat de Cataluña y del Ayuntamiento de Barcelona hemos recibido leal apoyo y franca colaboración». ¿De verdad? ¿Qué «sectores»? Ah ya, leal apoyo y franca colaboración de las cafeterías de ambas instituciones. ¡Será cínico! Es casi infinita la relación de desplantes de todo tipo, de burlas, de escupitajos y de agresiones institucionales que tanto él, en lo personal, como las Fuerzas Armadas y España vienen sufriendo de parte de tan «leales apoyos y francos colaboradores» desde hace medio siglo y que han arreciado durante los cinco años que él ha estado en el cargo; por algo será. La última, por ejemplo, el hecho de que a su despedida tanto la Generalidad como Barcelona estuvieron representados por sendos y respectivos bedeles. Gral. Aznar Ladrón: ¿por qué insulta a los españoles que con nuestros impuestos pagamos su suculento sueldo y demás prebendas? ¿Por qué nos toma a todos por idiotas o indocumentados?
Y cómo no, Aznar Ladrón recordó las simplezas que dijo Felpudo VI en la Pascua Militar «unión frente a separación, convivencia cívica y en libertad, sentido de la historia y visión de futuro», palabras vacuas, cínicas y también insultantes cuando salen de la boca de quien, traicionando su deber, se dedica sólo a apuntalar su chiringuito personal y familiar; como, por cierto, han hecho siempre sus nada augustos antepasados habiendo superado, y con creces, el actual ex-rey a la fuga al nefasto Fernando VII, que ya es decir.
Pero como no hay nada que permanezca oculto por mucho tiempo, a Aznar Ladrón le traicionó el subconsciente en dos ocasiones: a) habiendo sido Inspector Gral. del Ejército para Cataluña, Navarra, Aragón y Rioja, las referencias a las dos últimas regiones fueron mínimas y de puntillas en comparación con las de Cataluña, lo que denota que este personaje después de cinco años en Barcelona sufre de síndrome de Estocolmo, y b) cuando dijo «Mañana finaliza mi última etapa (…) muy satisfactoria para mi carrera militar” confesando así lo que ha sido desde siempre su único afán: «hacer la carrera».
Eso sí, ni una palabra, por ejemplo, para los españoles vilmente perseguidos porque quieren que sus hijos estudien y aprendan en español en ¡Cataluña, que es España! entre los que se cuentan cientos de hijos de los subordinados, lo que demuestra el interés de Aznar Ladrón por ellos y por los demás, por todos los cuales, dicho sea de paso, no ha movido un dedo en estos cinco años, no sea que… perjudicara su carrera.
Conclusión: En breve, Fernando Aznar Ladrón entrará por una puerta giratoria especialmente suculenta en pago a los servicios prestados… al sistema, a lo políticamente correcto… a su carrera.
PD.- Según este personaje «No hay mayor placer que escuchar La Santa Espina o Los Sitios de Zaragoza, o cantar todos a una misma voz El Meu Avi o La Banderita, en catalán o en castellano« ¡Y eso lo dice uno que va de militar del Ejército ESPAÑOL! ¡Pues no, leche, no, en castellano no, en ESPAÑOL, joder, en ESPAÑOL!

Lo mismo que sus jefes, adoran la mentira.
Brillantísimo artículo, a lo que nos tiene acostumbrado su autor. Quien bien te quiere, Ejército Español, te hará llorar, sacándote los colores antes de que sea demasiado tarde.
Con el panorama de mandos militares que tenemos en España (Almirante «Memo» etc. ), prácticamente sin excepción que cumple la regla, empezando por el primero que es el Rey de España que es el peor de todos pues es el que hace menos cuando por su puesto y rango debería ser el que hace más, no es de extrañar que Marruecos esté tan envalentonado, porque sabe que con estos nada tiene que temer.
Qué pena de España, sola y huérfana, y sin esperanza, porque los que están al frente de la misma son los primeros en venderla, ni en 1898 habíamos caído tan bajo.
Aznar y Ladrón, sus dos apellidos lo dicen todo.
Enhorabuena por el artículo y los comentarios.
Íñigo Caballero
Donostiarra y carlista desde que nací
Cuandi le vi simpatizando con la rata separatista de Gerona, que no Girona, pensé que no se podá esperar nada bueno de él…, como así ha sido.
Y este tipejo, ¿cuado se mire al espejo al afeitarse, no sentira asco?
Estos tíos son sepulcros blanqueados, se creen sus propias mentiras y nadie les ha dicho a la cara lo que son, salvo este artículo.
Sencillamente nauseabundo.