Irrefutable réplica a dos ex-militares infames

Ante la oleada de dicterios lanzados por los de simpre con motivo del manifiesto de más de 700 militares en favor de la figura de Franco, no sólo absurdos por documental e históricamente insostenibles, sino por lo malicioso e ideológicamente sectario de ellos, viene bien responder con la contundencia que siempre tiene la verdad probada.

Con motivo del manifiesto en defensa de la figura del Gral. Franco firmado por más de 700 militares, El Plural y Público –también alguna web pero que por sus características se desacreditan por sí mismas aún más que tales digitales– publicaron sendas cartas de dos ex-oficiales de las FF.AA. que, por un lado, contienen manifiestos errores históricos que sonrojan hasta al historiador más sectario porque no resisten la más mínima prueba documental; por otro, ponen en manifiesto el malicioso odio ideológico de sus autores, así como lo que persiguen.

Sobre el primer supuesto, la carta de Floren Dimas, la de, sobre todo, los errores históricos (aquí la carta del El Plural), basten, por no alargar, dos ejemplos:

* Se afirma que Franco fue un «traidor» porque tras la implantación de la II República prometió «por mi honor servir bien y fielmente a la República, cumplir sus leyes y defenderla con las armas», lo que no cumplió al alzarse en Julio de 1936. Pero se oculta que ni Franco ni nadie se alzó entonces contra la República, excepto los requetés en Navarra, sino contra el gobierno del Frente Popular, ilegal por «pucherazo» electoral e ilegítimo por sus evidentes acciones criminales. ¿Pruebas? Entre infinidad de ellas baste releer todos y cada uno de los bandos de declaración del «estado de guerra» de los alzados –llevados a efecto, además, conforme a las leyes de la propia II República–; que en la totalidad de dichos actos se enarboló la bandera tricolor; que Mola, Cabanellas, Queipo y muchos más eran republicanos de pro; que los sublevados combatieron hasta el 14 de Agosto de 1936 con la bandera tricolor como enseña y que el propio Azaña, nada sospechoso, reconoció que «Franco no se sublevó contra la república, sino contra la chusma que se había apoderado de la república».

* Se afirma que Franco fue condenado por la ONU como «criminal de guerra» para lo cual se desempolva la resolución 39/1946 de tal organismo que dice «…En origen, naturaleza, estructura y conducta general, el régimen de Franco es un régimen de carácter fascista, establecido en gran parte gracias a la ayuda recibida de la Alemania nazi de Hitler y de la Italia fascista de Mussolini.”, en la que no sólo tal condena no consta, sino que se oculta el contexto político-histórico del momento en que se aprobó dicho texto, cuando los aliados se sometían a los dictados de Stalin; las múltiples declaraciones favorables de personajes tan poco sospechosos como, entre otros, Churchill, o, más importante aún, que esa misma ONU, unos pocos años después, acogía por mayoría absoluta y con todos los parabienes a ese mismo régimen y a ese mismo Franco reconociendo su talla de estadista, así como de adalid del anticomunismo que ya sometía a media Europa a su tiranía y en breve lo haría con medio mundo.

Sobre el segundo supuesto, en el cual incurre sobre todo Luis Gonzalo Segura (aquí la carta de Público), bastaría con conocer la corta y penosa hoja de servicios de tal persona para darse cuenta de sus problemas de inadaptación y de «entorno abstracto» e «incomunicación esférica». Su lenguaje rezuma inmensas dosis de frustración por sus constantes fracasos y un desorbitado afán de protagonismo, así como se observan prácticamente calcados no pocos párrafos de discursos de Stalin y de La Pasionaria, lo que mueve a risa; además, realiza afirmaciones categóricas, que ni argumenta, ni menos documenta.

Tal individuo, en su carta, demuestra que, por profesar en grado sumo, fanático, la ideología marxista, padece la ceguera inherente a ella que le impide ver la realidad que le rodea, resultado del cumplimiento estricto de las directrices de los órganos de agit-prop, de forma que al repetir mil veces las mentiras por ellos mismos elaboradas ha terminado por creérselas.

El ex-Teniente, que aunque por algún error estuvo en las FF.AA., pero que, gracias a Dios, ya no lo está, vomita contra ellas verdaderas barbaridades que le descubren –en esta vida hay que ser más sutil–, al igual que ya lo hizo en su día con su pasquín «El libro negro del Ejército español» en el que, saltándose todas las normas legales, no hizo sino poner en evidencia las taras que le aquejan. Porque sin duda el Ejército español no es perfecto, como nada humano lo puede ser, pero ni mucho menos tanto como él denunciaba, ni desde luego nada se arregla con la insubordinación, la indisciplina y la revolución con la que sigue soñando.

Cuando califica al Ejército como «franquista», «fascista» o con otras muchas invectivas, que no argumenta, obvia maliciosamente, por lo ya dicho, lo siguiente: las FF.AA. nunca fueron franquistas, sino sólo y únicamente españolas; nunca juraron lealtad a Franco, sino sólo a España, a su independencia, a la defensa de su integridad territorial y de su soberanía nacional; acataron la etapa de gobierno de Franco, como lo hicieron con la instauración de la monarquía; tampoco, por ello, han sido o son FF.AA. monárquicas, sino que siguen siendo sólo españolas; que el golpe del 23-F no triunfó porque las FF.AA. no lo secundaron –golpe, por cierto, del que hoy está todo muy claro, incluida la participación de todos y cada uno en él–; que se han sometido a todo lo dispuesto por los diferentes gobiernos, tanto del régimen de Franco como de la democracia, a pesar de que muchas de las disposiciones emitidas durante uno u otro les han perjudicado o incluso, lo que es su derecho, no las han compartido; que cuando cita a la UMD demuestra ignorar la verdadera realidad de aquel caso –bien que podría tener cierta excusa toda vez que sus protagonistas la ocultaron siempre– y olvida que la difunta ministra Chacón ya los condecoró sin que las FF.AA. hicieran el menor gesto de desagrado, a pesar de lo injusto y provocador del hecho; por último, y para no alargar este escrito, que pueden los militares ver con preocupación, a lo que tienen derecho, las derivas y veleidades que ponen en serio y evidente riesgo la unidad de España, su soberanía y su orden constitucional –al cual han jurado también defender, no sólo acatar–, pero que a pesar de ello permanecen en sus puestos subordinados a los poderes políticos legal y legítimamente establecidos, confiando, por el momento, en que no se dejen llevar por sectarismos partidistas y que volviendo a mirar sólo y únicamente por el bien general de España eviten que se puedan repetir las partes más agrias de nuestra reciente historia, lo que nadie quiere… excepto, al parecer, Luis Gonzalo Segura que sigue soñando con unas FF.AA. politizadas, marxistas, revolucionarias, partidistas, sectarias, a lo mejor con la esperanza de que en ellas sería nombrado de inmediato General.

Tte. Col. de Infantería (R) Paco Bendala

 


Una respuesta a «Irrefutable réplica a dos ex-militares infames»

  1. Soy un compañero de armas, de la 34 promoción, la anterior a la tuya, y tambien infante. No solo te apoyo, sino que me gustaria que salieran mas como tú que puedan rebatir claramente todo el ideario falaz y sectario que asola los medios de comunicación. Un abrazo

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