Juan Cuellar Campos y los «Chiviris». Cuando la paciencia se acabó

Antes de Juan Cuéllar Campos habían caído ya Ruiz de la Hermosa y Juan Jara, Polo y Sampol Cortés, Matías Montero y también Montesinos, Jesús Hernández y otros. Los pistoleros socialistas no escatimaron esfuerzos en reducir las filas de Falange. Además de los caídos, muchos otros resultaron heridos. Y todo ello a coste cero hasta el punto de que algunos malnacidos llegaban a hacer broma de ello con aquello de la Funeraria Española. Pero todo vaso acaba rebosando y fue el asesinato de Juan Cuéllar Campos, por su especial sadismo, el que puso fin a las reacciones contenidas y dio comienzo a la devolución de golpe por golpe a la impunidad con la que la horda roja venía actuando.

Juan Cuellar Campos

Juan Cuéllar Campos tenía 18 años y acudió con otros camaradas al monte de El Pardo un domingo de junio de 1934; a ese lugar acostumbraban a hacer excursiones elementos comunistas y socialistas. Concretamente fue en la zona conocida como Valdemarina. Por los alrededores otros pequeños grupos de falangistas disfrutaban de la soleada mañana de domingo. No tardó mucho en comenzar la trifulca entre el grupo de Cuéllar y un grupo de marxistas que estaba en las proximidades y el pequeño grupo de falangistas se vio increpado y asaltado por una veintena de elementos de izquierdas jaleados por las fulanas que les acompañaban.

Juan Cuéllar recibió dos impactos de bala, siendo también heridos los camaradas Casto Castro, Manuel Arredondo Souza y Manuel Roldán Vallejo, de carácter reservado y de gravedad el último. Cuéllar presentaba heridas de arma blanca, incluso en la boca, además de los dos balazos, así como desgarros en una oreja producidos a navajazos. Fue detenido un sujeto de nombre Santiago Marcelino Alique, que previamente había mentido sobre su identidad, pintor de oficio, que se había distinguido en la agresión; también se detuvo posteriormente a Miguel Primo de Rivera al haber perdido una cédula a su nombre en los alrededores y que declaró haberse bajado del automóvil que ocupaba junto a otros excursionistas al oír los disparos y haber llegado al lugar de los hechos cuando los grupos se dispersaban.

Víctor Hernández de Deza, juez de El Pardo ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado al depósito, donde fue identificado por su padre, Inspector de Vigilancia. por supuesto, después de estos hechos la primera medida de la Dirección de Seguridad fue clausurar todos los centros fascistas que permanecían abiertos.

Fue un camarada de la misma escuadra que Cuéllar el que pudo observar, mientras permanecía inmóvil entre las jaras después de haber sido también agredido, como los chiviris socialistas profanaban el cadáver de Juan, asestándole golpes y vergajazos, acuchillándole y cortándole una oreja, para terminar golpeándole la cabeza con una cántara de vino y colocándose una de aquellas golfas en cuclillas sobre su cara ensangrentada y ya desfigurada haciendo sobre ella sus necesidades. José Antonio, que acudió inmediatamente al lugar quedó totalmente impresionado por el estado en que había quedado el camarada Cuéllar y, con su aprobación, Ansaldo y Arredondo toman la decisión de que se debe dar una respuesta inmediata y contundente a la vez a la repugnante acción marxista.

Uno de los autos que patrullaban en busca de los autores de los hechos ocupado por Merry del Val, González Sanpedro, Guitarte, Aguilar y Agustín Aznar, Jefe de la Primera Línea, descubrió el grupo en la calle Eloy Gonzalo, abriendo fuego hiriendo a cinco de los integrantes, entre ellos a una mujer, Juanita Rico Hernández, modista, que fallecería después. Esta mujer fue la que ultrajó el cadáver de Cuéllar y era activa militante socialista. También resultaron heridos sus hermanos, Ángel y Luis Rico y Juana Arroyo, otra modista.

Grupo de chiviris

Por orden de la autoridad judicial se detuvo a D. Gerardo Ossorio Moscoso, Conde de Altamira, por sospechar que el auto desde el que se consumó la agresión a los marxistas podría ser de su propiedad; tras tomarle declaración y no ser reconocido por ninguno de los del grupo, siendo puesto en libertad.

Ese mismo domingo la fuerza pública tuvo que cargar contra grupos de socialistas en la Plaza de Cascorro, resultando herido alguno de los agentes; otra carga contra excursionistas socialistas tuvo lugar en Moncloa. Por otro lado, en la calle de Méjico, en la Guindalera, una entidad deportiva alemana celebraba ese domingo un festival deportivo; en un lugar visible ondeaba una bandera con la cruz gamada. Allí se fueron juntando comunistas para pedir la libertad del rojo Thaelman dando mueras a Alemania y al fascio y comenzando a lanzar piedras contra el interior del recinto. En un momento dado alguien se llevó la bandera coincidiendo con la llegada del embajador alemán que puso su auto a disposición para trasladar heridos. Se detuvo al patibulario Santos Álvarez Monteserín como autor del robo de la bandera. El resultado de la agresión fueron tres niños heridos, uno de ellos grave.

Como se ve el clima de enfrentamiento era brutal, pero a partir de aquí Falange no dejó de contestar ninguna de las agresiones que sufría. La Primera Línea cuyo mando ostentaba el Camarada Agustín Aznar Gerner, tras las muertes de Cuéllar y la modistilla Juanita Rico que no fueron resueltas por la Administración de Justicia, evitó que los marxistas continuasen con su impunidad agrediendo a militantes falangistas con total descaro. Por supuesto, esto comenzó una espiral de violencia que no terminó hasta el inicio de la Cruzada de Liberación.


3 respuestas a «Juan Cuellar Campos y los «Chiviris». Cuando la paciencia se acabó»

  1. Estos chicos son MARTIRES de ESPANA, asesinados por los criminales del PSOE y sus socios, que deben ser juzgados por crimenes contra DIOS y la PATRIA.
    Recemos por estos martires.
    I. Caballero
    Donostiarra y carlista

  2. 18-12-2.022 Ronda (Málaga)
    Muy señor mío:
    Yo soy Manuel Natividad Ruiz Campos y soy familiar de Juan Cuellar Campos, porque Juan era el hijo de una hermana de mi abuelo materno Juan Campos Moreno, es decir Juan era primo hermano de mi madre. Yo nací en Campillos (Málaga) de donde era toda mi familia y allí también asesinaron al hermano de mi abuelo Juan, que se llamaba Diego Campos Moreno por haber fundado la Falange Española en Campillos y mi tío Diego fue el que afilió a La Falange Española a su sobrino Juan Cuellar Campos, mi primo. Por parte de mi padre también asesinaron a un hermano suyo en Guadix (Granada) por defender al Obispado de Guadix, mi tío José Ruiz López, y lo hicieron de una forma salvaje en donde hubo mucho sufrimiento, de todas formas lo único que le puedo decir Que Dios lo tenga en su Santa Gloria y los que cometieron esos crímenes, Dios los sepas perdonar.
    Atentamente le saludo
    Manuel Natividad Ruiz Campos

    1. Estimado señor: agradecemos enormemente su testimonio, pues no es mero comentario. Por la importancia del mismo nos gustaría, para dejar también testimonio de lo ocurrido a su familia, nos gustaría hacer un artículo. Si le parece bien, nos haría falta completar algunos detalles, tantos como tenga y quiera usted, así como algunas fotografías. Es muy importante hoy que, además de dejar las cosas en manos de Nuestro Señor, por supuesto, la verdad de lo ocurrido entonces se saque del pozo de mentiras donde la están enterrando. Si le viene bien, aquí nos tiene. Mil gracias. Saludos cordiales

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