La ciénaga en la que se hunde la Iglesia

La crisis de la Iglesia viene desde antes incluso del Vaticano II, pero tras más de medio siglo sin que se tomen las únicas medidas válidas, es decir, la vuelta a la oración y la penitencia, al Evangelio en su totalidad, cobra fuerza y se acelera. El documento del cardenal Vigano, ex-nuncio en los EE.UU. es sólo la punta del iceberg… y si así es la punta cómo será el resto.

Lean AQUÍ con calma y detalle el contundente y estremecedor documento hecho público por el cardenal Vigano, ex-nuncio en los EE.UU., sobre el activismo sodomítico del cardenal McCarrick y su encubrimiento por otros prelados a que se refiere nuestros articulista.

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Esto es mucho más importante y profundo de lo que parece. Lo del encubrimiento es una cosa menor y casi sin importancia. Todos sabemos que la Iglesia no confía en las autoridades temporales locales y que prefiere ejercer su propia ley y orden a través del Derecho Canónico. Nada nuevo en eso.

La definición de «encubrimiento» también esta retorcida. Según el documento de Vigano, Francisco simplemente levantó a McCarrick las sanciones disciplinarias que Benedicto XVI le impuso usando para ello el derecho canónico, pero Vigano no utiliza «encubrir» en el sentido de esconder o destruir pruebas o evidencias que la policía pudiera usar, etc.

Cardenal McCarrick

Lo verdaderamente importante, lo verdaderamente crítico, lo que está debajo del iceberg no es que Francisco levantara las sanciones a McCarrick –la única vez que le conocí personalmente en un bar de un hotel donde se acercó a saludarme a mí y a un obispo al que yo había invitado a Washington DC a oficiar misa en latín, mi amigo el Obispo Fernando Rifan de Brasil, realmente McCarrick me pareció muy afeminado… claro que por respeto no dije nada a nadie… pero como graduado de la School of Civil Affairs del Ejercito mi ojo no me engañó en cuanto a su voz, amaneramiento, formas de mover las manos, etc.–, así, repito, lo verdaderamente importante, lo crítico, lo que de verdad importa de este informe es que demuestra la GUERRA CIVIL brutal, salvajemente a muerte que hay entre los dos bandos dentro la Iglesia: los buenistas oso-peluchines progresistas y homosexualistas, y el ala Tradicionalista de Fe ortodoxa. Eso es lo verdaderamente crítico e importante de lo ahora desvelado por Vigano.

Aun más. Lo que hay que investigar es qué fuerzas están detrás de las declaraciones de Vigano. ¿Quién lo presiona? ¿Quién es el mastermind? Eso es lo verdaderamente importante, lo crítico.

Cardenal Kasper

La Iglesia vive una guerra civil interna casi tan brutal como la crisis del Arrianismo.  Por un lado los Progresistas Buenistas de Izquierda liderados por el Cardenal alemán Kasper. Por otro lado los Tradicionalistas del Papa Benedicto XVI encarnados hoy día por el Cardenal norteamericano Burke. Francisco es un «centrista» que se inclina públicamente hacia Kasper, pero en sus documentos oficiales se mantiene centrado mirando hacia los Tradicionalistas, mientras que sus discursos improvisados y homilías se inclinan al lado Buenista Oso-peluchín Homosexualista.

La Guerra Civil salvaje e interna es a muerte.  Se refleja en EEUU de donde es el jefe de los Tradicionalistas el cardenal Burke y su lugarteniente el Arzobispo Chaput de Filadelfia.  Los Progresistas y Homosexualistas están realizando una ofensiva brutal, utilizando todos los medios de comunicación, redes sociales, etc. El Cardenal Kasper le ha ordenado a su bando, el ala progresista buenista, que arremeta con todas sus fuerzas en favor del homosexualismo, del buenismo, del progresismo, y en contra de los Tradicionalista del Cardenal Burke. El Cardenal Kasper y sus lugartenientes en EEUU, Cupich de Chicago y McElroy de San Diego, utilizan como punta de lanza al jesuita James Martin, campeón del homosexualismo en EEUU y activista pro-homosexual mundial para impulsar su causa, constituyendo la cara visible de su ofensiva.

Cardenal Burke

Este documento de Vigano es sólo un reflejo de esta Guerra Civil salvaje y brutal dentro de la Iglesia de EEUU y en el mundo. Veremos en los próximos meses las fuerzas que están detrás de Vigano, amenazándolo o tal vez convenciéndole de tomar parte en dicha guerra civil. En mi opinión personal parece una contra-ofensiva brutal impulsada por los Tradicionalistas. Ahora mismo Kasper y sus seguidores están intentando «hackear» y hacerse con el control de la cumbre de la Familia en Irlanda y James Martin ya está allí para impulsar el homosexualismo. Tal parece, aunque no tengo pruebas concretas, sólo por la apariencia, que este documento de Vigano es parte de la Contraofensiva del Ala Tradicionalista.

Sabremos más y veremos cómo se desenvuelve el asunto en los próximos meses. Pero sí, es tremendo y la Guerra Civil salvaje es ciertamente a muerte y sin piedad por ambos bandos. El Cardenal Kasper y sus seguidores, se enfrentan sin cuartel en guerra abierta al Cardenal Burke y los suyos.

 


Una respuesta a «La ciénaga en la que se hunde la Iglesia»

  1. Un cardenal valiente e íntegro.
    Dios se lo premie y los católicos sepamos agradecérselo.
    Gracias a él se puede tener la certeza de que, ante las reiteradas desobediencias a los proféticos avisos y mandatos de Nuestra Señora, principalmente en La Salette y Fátima, la infiltración judeomasónica (¡si!, han leído bien) ha infectado practicamente la cabeza de la Jerarquía Eclesiástica: «La Apostasía está en lo más alto de la Jerarquía de la Iglesia».
    Estamos ya muy avanzados en el apocalíptico «fin de los tiempos».
    Quizás gracias a su testimonio se pueda resolver la difícil tesitura de deponer a un Papa (y gran parte de la Curia) herético.

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