La Defensa Nacional (III/III)

PARÁMETROS PARA LA DEFENSA NACIONAL (DN) EN ESPAÑA.

Las Fuerzas Armadas y de Seguridad, el CNI y la diplomacia, son los tres instrumentos que posee el Estado para poner en marcha su política de Seguridad Nacional. Los tres ámbitos de actuación deben dejar de funcionar como compartimentos estancos, no a nivel ejecutivo, si deben hacerlo así, sino a nivel de dirección y decisión lo que casi nunca han conseguido, debido a la prioridad que se ha dado a los intereses corporativos sobre el interés general.

Información, negociación y fuerza deben ser tres elementos armónicos y compensados tanto en los fines como en los medios que el gobierno debe plantearse si aspira a dotar a España de una Seguridad Nacional que resulte válida para nuestra libertad y nuestros intereses. Si la información es excelente pero la fuerza es inane, la capacidad de negociación queda muy limitada. Si la información es ineficaz, una buena capacidad de negociación sólo podrá paliar relativamente los fallos de la Inteligencia; la naturaleza de la fuerza servirá para agravar o paliar la situación. Si la capacidad negociadora es deficiente una Inteligencia buena será desaprovechada, pero si es ineficaz el camino al desastre está casi asegurado que sería mayor si se hace además uso de la fuerza.

La búsqueda del equilibrio entre los tres componentes es el único camino que permite albergar esperanzas de éxito, no la seguridad pues el adversario también tiene sus aspiraciones y planteadas las cosas en similar nivel de excelencia, por ambas partes, el triunfo corresponderá a quien sea capaz de manejar mejor los tiempos, la situación, la sorpresa y tenga además de su lado la suerte. No tener planteada esa búsqueda en los diferentes programas políticos, es el seguro camino hacia la nada y lamentablemente esa es hoy nuestra situación.

Cuatro son los ejes exteriores en los que debería articularse la DN:

1º La alianza prioritaria con Estados Unidos, permite armonizar nuestra seguridad con el realismo político existente a nivel mundial, a la vez que facilita a España sustraerse de la lucha hegemónica en el continente europeo entre Alemania y Francia. La alianza atlántica es la mejor garantía para evitar “pactos de familia” o protectorados ideológicos que nos aboquen al endeudamiento político con otro país europeo.

2º La pertenencia a la UE ha permitido a España integrarse en su ámbito geográfico natural y en una situación cómoda y positiva. El poder político determinante, ha sido ejercido en la organización por: Alemania, Francia, Reino Unido e Italia. Para preservar la autonomía nacional es necesario que el gobierno español proporcione instrumentos que potencien nuestros intereses frente a los de nuestros aliados. Por eso es positivo incrementar la participación española: en la prevención de conflictos, siempre que sea dentro de la legalidad internacional; y en el reforzamiento de alianzas regionales que afecten a nuestra seguridad específica y que propicien la multilateralidad continental como el instrumento más idóneo para mantener la equidistancia en las luchas hegemónicas.

3º Iberoamérica, constituye nuestra plataforma más importante de acción cultural y el medio más idóneo de lograr prestigio e influencia internacional. Esta circunstancia no se da en ningún otro país desarrollado del mundo. El español como idioma y nuestra peculiar historia son unas fuerzas en ascensión. España dispone de un bagaje cultural de primer orden y en el orden político, la cooperación de los EEUU con los países del sur se facilita en gran medida si nuestro país está presente, como se demostró en la crisis de Centroamérica en la década de los años 80.

4º El Mediterráneo constituye el espacio natural inmediato. España ubicada en el extremo occidental goza de una situación geoestratégica esencial para el control del próximo oriente y del norte de África. Francia que ha sido el país hegemónico durante los últimos 150 años en la parte occidental de este mar interior, hoy necesita de cara a la profundización de su influencia estratégica en Europa la colaboración de España e Italia para potenciar el teatro de operaciones mediterráneo en el teatro estratégico continental. La pérdida de prestigio en el mare nostrum se originó por la entrega del Sahara a Marruecos y Mauritania en 1975. Los sucesivos gobiernos españoles no supieron culminar la descolonización de ese territorio más que entregándolo, con el beneplácito de la ONU, de los EEUU, y de Francia a otro país colonizador. La recuperación de la dignidad internacional de España en este espacio geográfico sólo será posible cuando el pueblo saharaui recupere su libertad.

En lo que se refiere al aspecto interno de la DN el factor determinante, en cualquier época o circunstancia, y sobre el que hay que edificar toda la acción política lo constituye la identidad nacional. El pueblo español la generó en torno a la Constitución de 1978. Tiene numerosos aspectos y el perfeccionamiento de todos ellos constituye el objetivo prioritario. La identidad es la piedra angular para lograr la unidad nacional y esta última es el requisito indispensable para enfrentar con éxito las amenazas internacionales, preservar nuestros intereses y conservar la libertad.

De una forma breve estas facetas de la identidad nacional, acordes con la Constitución, deben concretarse en: a) representatividad directa e igualitaria de los ciudadanos, los votos deben tener igual valor y el diputado representar al ciudadano, no a su partido; b) impedir los privilegios, en los procesos electorales, a los partidos mayoritarios origen de un pluralismo imperfecto; c) evitar la politización de la justicia, impidiendo las cuotas en el nombramiento de los jueces del TS y del TC, una justicia politizada no es independiente y por ello fuente de todas las corrupciones y de la quiebra del Estado de Derecho; d) vigilar que las fiscalías sean garantes de la legalidad no de los intereses del gobierno; e) impedir que la “razón de estado” desplace y prevalezca sobre el Estado de Derecho y que el gobierno y los partidos respeten solo las sentencias que les son favorables; g) exigencia de responsabilidad en caso de mal gobierno o de políticas fallidas; h) lucha contra la corrupción, que es la principal amenaza que tiene internamente un régimen democrático; i) firmeza de los poderes públicos en su lucha contra el terrorismo; j) considerar que España es una nación no un concepto y que desde esa realidad política, los que formamos parte de ella, trabajar por su seguridad, por sus intereses y por la libertad de los ciudadanos.

O se está en el camino de alcanzar las anteriores premisas o la seguridad nacional en España es inviable a medio plazo. La DN es un proyecto, global y común, en el que todos participamos de una manera u otra por lo que no pueden atomizarse los intereses generales. Constituyendo la nación española una realidad política y cultural de las más antiguas y acreditadas del mundo, siempre ha tenido gran dificultad para reafirmar un proyecto nacional sólido. Es obvio que su dependencia internacional, desde hace 300 años, ha sido factor determinante en ese estado de cosas y que, si ello ha supuesto un aislamiento decadente en el ámbito exterior, internamente ha conllevado además dos siglos de enfrentamientos civiles y un profundo estancamiento político. A la debilidad exterior, hoy enmascarada por nuestra pertenencia a la UE, hay que sumar una profunda crisis interna de identidad que tiene su origen en el predominio del interés particular sobre el general.

EL CONSEJO DE DEFENSA NACIONAL 

Es el órgano asesor y consultivo del presidente del Gobierno en materia de Defensa, que le asistirá en la dirección de conflictos armados y en la gestión de crisis que afecten a la Defensa Nacional. También le compete elaborar informes sobre las directrices de la Política de Defensa y proponer al Gobierno medidas de coordinación intergubernamental. Lo componen además del presidente del Consejo de Ministros, los vicepresidentes, los ministros concernidos por la Defensa Nacional, los Jefes de Estado Mayor, el director del CNI y el Jefe de Gabinete de la Presidencia del Gobierno.

El Consejo es la institución de más alto nivel tanto a nivel consultivo como a nivel decisorio, de gestión y coordinación. Es coherente que cuando asista el Jefe de Estado deba presidirlo, aunque por la naturaleza de las reuniones si estas fueran de carácter resolutivo y decisorio el Rey debería ausentarse, puesto que carece de capacidad política para tomar decisiones en asuntos que no sean de la Casa Real. Hacerlo de otra manera pervierte el papel que la Constitución asigna al jefe del Estado y consolida la falsa imagen que pretende darse, a veces, de ser el Rey es el último responsable de la Defensa Nacional; cuando en este ámbito la responsabilidad recae en la soberanía popular que se residencia en los legítimos representantes elegidos en las elecciones generales.

LA CAPACIDAD MILITAR DE ESPAÑA.

Son las Fuerzas Armadas uno de los instrumentos esenciales, junto con la diplomacia y el CNI, que tiene el Estado para diseñar su política de Defensa Nacional, principalmente por la fuerza que posee y por su capacidad de encuadrar a la nación. Por eso es conveniente conocer sus capacidades reales para evaluar de forma adecuada los objetivos alcanzables y los riesgos que pueden existir si no hay una armonización continua entre medios y misiones.

Nuestra nación, desde una óptica exclusivamente militar, no posee los medios materiales para garantizar su seguridad nacional. Este importante aspecto de la soberanía se encuentra avalado tan sólo por decisiones singulares o colegiadas de otros países aliados. Con una intención enunciativa y sin entrar a analizar cada uno de los aspectos señalados, España:

  • No tiene capacidad militar nuclear, estratégica o táctica.
  • Carece de una fuerza de disuasión y tampoco aspira a tenerla, al menos a medio plazo.
  • No dispone de fuerzas de proyección suficientes para operar en teatros de guerra lejanos y con la necesaria autonomía. Cuando lo hace es en el papel de ejército auxiliar.
  • No posee capacidad táctica ofensiva (espada), mientras que la defensiva (escudo) es muy limitada debido a su errónea orientación, al no tener en cuenta la naturaleza del territorio nacional y dar prioridad a las unidades acorazadas en detrimento de las unidades de montaña.
  • Carece de capacidad operativa convencional sobre los eventuales teatros de operaciones europeos.
  • No alcanza el nivel de interoperatividad idóneo entre el mando y el conjunto de unidades de fuerza y apoyo logístico, que exige la doctrina militar.
  • No ha tenido unos partidos políticos que hayan contemplado en sus programas electorales la importancia que debe darse a la DN, sino que han utilizado en su propio beneficio electoral la profesionalización de las FFAA y la supresión del servicio militar obligatorio al instrumentalizarlos como un fin en sí mismos.
  • Ha consumado un sistema de profesionalización militar mal dotado y socialmente mal valorado, que conlleva a un déficit numérico endémico, en situaciones económicamente estables, lo que obliga a reducir el nivel intelectual de los aspirantes de tropa y marinería y a una desmotivación cívica de la Defensa
  • Carece, incluso, de una organización de reservistas voluntarios tipo OTAN que colabore en programas y actuaciones de defensa civil. No ha sabido gestionar y utilizar a estos, que podrían constituir un elemento de fuerza auxiliar, tanto táctica como logística y de encuadramiento, esencial para la DN y para estimular la conciencia de Defensa entre la ciudadanía.
  • Carece de suficiente tejido industrial en el sector de la defensa y con una participación todavía anecdótica en proyectos de cooperación internacional.
  • No tiene una organización de Inteligencia homologable a la que poseen los países democráticos, permaneciendo su filosofía y funcionalidad ancladas en el pasado, aunque su capacidad técnica y operativa sea notable.
  • Tiene una ley de secretos oficiales y de protección de la documentación sensible, completamente obsoleta y que data de la dictadura, lo que ha convertido a España en un país muy vulnerable.
  • Tiene un despliegue operativo insuficiente en los teatros de operaciones que son susceptibles de una amenaza más peligrosa: Canarias, Estrecho de Gibraltar y Melilla.
  • Tiene empeñadas unidades en zonas de guerra con las que el gobierno, con independencia del color que tenga, actúa de manera vergonzante en numerosas ocasiones. El gobierno oculta información al ciudadano y no honra adecuadamente a los que dan su vida por su política, puesto que nuestras FFAA actúan allí como fuerzas auxiliares, es decir defendiendo los intereses de países aliados no de España.

En resumen, existe una insuficiencia de recursos para atender las necesidades de la Defensa Nacional como es debido que se refleja todos los años en la ley de presupuestos del Estado. Los siempre escasos recursos económicos son empleados en sectores con mayor peso electoral, como si la DN fuera un asunto menor o que nuestra seguridad pudiera ser atendida debidamente concediéndole una prioridad de 2º nivel en los gastos generales.

LOS FACTORES DE LA POLÍTICA DE DEFENSA (PD)

El establecimiento de una PD válida para nuestras necesidades, requiere una serie de reflexiones en las fases sucesivas del pensamiento estratégico. Las respuestas obtenidas, en cada una de ellas, debe condicionar la orientación de la siguiente. Eficacia y armonización con las necesidades de nuestros aliados es la meta que es preciso lograr.

1º. ¿Cuál es la situación estratégica global y cuáles son las hipótesis de evolución posibles? No es suficiente un catálogo de amenazas para establecer una estrategia coherente. Es preciso valorar las tendencias de evolución más probables y más peligrosas en base a los datos macro, tanto en lo político como en lo económico o lo cultural, existentes en el marco internacional. Es la manera de adelantarse a los cambios de situación y sacar ganancia de una prospectiva acertada.

2º ¿Cuáles son los objetivos políticos a los que España puede aspirar? En ese marco global, sólo el conocimiento real de nuestras posibilidades y potencialidades permite establecer una estrategia idónea que nos proporcione prestigio, influencia en el mundo y estabilidad política interna.

3º ¿Cuál debe de ser el papel de las FFAA en la PD? En su relación con los otros instrumentos que posee el Estado, en el marco general de alianzas externas que se tienen establecidas. Es de esta fase de donde surge el tipo de ejército más recomendable para alcanzar los objetivos propuestos, así como en que sentido debe orientarse la inversión y el gasto.

4º ¿Cuáles deben de ser los medios disponibles? En este nivel es preciso saber: los sistemas de armas con los que se debe contar, su volumen mínimo, y el modelo de reclutamiento necesario, con arreglo a cada hipótesis. En definitiva, se estará en condiciones de hacer un análisis continúo sobre la tríada: misiones, medios y riesgos.

5º ¿Cuáles son los elementos internos que amenazan la identidad nacional? Siendo esta el elemento esencial en el mantenimiento de la soberanía y por lo tanto de la libertad de los españoles, su conocimiento objetivo y preciso es esencial, que evite la debilidad interna. Sin unidad la nación no es posible y sin esta no somos ni significamos nada en el mundo.

Todas estas cuestiones son las que gobierno y oposición deben debatir y sobre las que debe alcanzarse un consenso que sea durable, lo que no quiere decir que no deba ser revisable de manera regular o cuando se produzca un cambio de situación interna o internacional. Sólo de esa manera puede España tener una PD coherente y por lo tanto fiable de cara a nuestros aliados, pero también respecto a nuestros eventuales adversarios. Es urgente terminar con los bandazos en nuestra política de seguridad como tradicionalmente hemos experimentado cuando un nuevo partido alcanza el poder. El interés general tiene que colocarse fuera de la contienda electoral y la seguridad nacional es nuestro interés primigenio.

LA GESTIÓN DE CRISIS   

Se inician en Europa en 1992 las misiones Petersberg, con participación exclusivamente militar. Es en 1999 con la creación de la Política Europea de Seguridad y Defensa (PESD) cuando la UE, en el pórtico del siglo XXI, decide asumirlas completamente y utilizarlas como herramientas para la autonomía europea en materia de seguridad utilizando su propia capacidad en los ámbitos: decisorios, operativos y logísticos; que hasta ese momento dependían fundamentalmente de la OTAN, cuyo verdadero centro decisor no estaba en Bruselas sino en Washington.

Es en el año 2000 durante el Consejo Europeo de Feira (Portugal), cuando se plantea por primera vez dar un contenido también civil a la gestión de crisis y así se diseñan los primeros campos de actuación: policía, administración civil, protección civil, el Estado de Derecho y supervisión. Dejándose abierta la posibilidad de actuación en otros sectores si las necesidades específicas así lo aconsejaran. Esta decisión reviste una gran importancia pues hace más efectiva la misión al tratar de ayudar en la causa de la crisis, no solo en su efecto, y proporcionando por ello a la UE una ventaja en el cumplimiento de las misiones con relación a la ONU y a la OTAN, lo que conlleva un aumento de prestigio e influencia a medio y largo plazo.

No obstante, quedaba dar un paso más, es preciso salir de la trampa misión militar o misión civil, pues en la práctica genera diferentes orígenes de financiación y coordinación y por lo tanto mayor gasto y menor eficacia. La misión es única y para su puesta en marcha debe contar con los especialistas necesarios, coordinados por un generalista que es irrelevante sea civil o militar lo importante es que sea un buen gestor.

Esta visión armoniza el pensamiento estratégico con la nueva realidad mundial, surgida después del desplome de la URSS, y que las amenazas más probables en el futuro las constituyen: el terrorismo, la proliferación nuclear o biológica, el crimen organizado el irredentismo regional. El teatro de operaciones mundial probable no será ya el enfrentamiento nuclear o convencional directo entre Estados sino el generado por las amenazas descritas. Los sistemas de armas tendrán que reciclarse y se verá a adversarios endémicos aliarse para hacer frente a la guerra asimétrica en sus respectivas zonas de influencia. El carro de combate y el avión de caza dejan paso a la información y a las operaciones especiales.

Por otro lado, las misiones de gestión de crisis de la UE no quedaran circunscritas a un marco regional, sino que tienen vocación universal de acudir allí donde sean requeridas como se ha visto con las que se han llevado a cabo en Darfur o en el Congo.

EL PLAN DE MOVILIZACIÓN

Es aquel que tiene por objetivo la activación de las personas útiles para el servicio militar en caso de amenaza grave para la soberanía nacional. Es de gran importancia en situaciones límite y puede permitir la supervivencia del país amenazado, el ejemplo más notable lo constituye la guerra del Yom Kippur (1974), en la que los ejércitos de Siria y Egipto invaden por sorpresa Israel para recuperar los territorios perdidos en 1967 durante la guerra de los Seis Días. El éxito en la movilización de la población israelí fue clave para primero contener el ataque y después poder iniciar la contraofensiva que obligó a los árabes a retirarse y pedir la paz.

Los planes de movilización están pensados para unas amenazas inexistentes pues de un eventual enfrentamiento entre bloques se ha pasado a la búsqueda de una cooperación continental que haga frente a las nuevas amenazas del siglo XXI: proliferación de armamento nuclear y biológico, terrorismo, narcotráfico, blanqueo de dinero… del estudio en profundidad de la amenaza es de donde debe surgir el plan de movilización más idóneo. Es posible que la edad deje de ser el factor determinante a la hora de movilizar y sea la capacitación técnica otro de los factores a tener en cuenta de manera prioritaria.

Lo tradicional es llamar a filas según los tramos de edad, en una primera fase serían aquellos comprendidos entre los 18 y los 30 años y siempre de menor a mayor. En una segunda fase si la situación lo requiere se incorporarían aquellos entre los 31 y los 40 años. En una tercera fase se empezarían a llamar a partir de los 41 años.

Como he apuntado más arriba, la movilización futura debe obedecer a unos criterios actuales para que respondan de manera eficaz a las nuevas amenazas y sean acordes con la PESD, que está aún por definirse, dentro de una filosofía racional de empleo: movilizar los necesarios más por su capacidad que por su edad. La Reserva Voluntaria constituye el instrumento más idóneo que se tiene para organizar la movilización del futuro, siempre y cuando se la dote de personalidad propia, pues constituyen un numeroso núcleo de civiles que desarrollan además de su profesión específica una formación militar altruista que en muchas ocasiones se debe a su exclusiva iniciativa. La Cultura de Defensa vendrá por ellos o no vendrá.

LA LEY ORGÁNICA DE LA DEFENSA NACIONAL

La Ley Orgánica 6/80, de Criterios Básicos de la Defensa Nacional y de la Organización Militar ha quedado obsoleta y más que una actualización, como en 2003   se intenta con la Revisión Estratégica de la Defensa (RED), lo que hace falta es una nueva ley. Los cambios experimentados, en España durante el último cuarto de siglo y en la UE en la última década, lo hacen necesario. Es evidente, que nuestra DN ha de estar armonizada con las necesidades de nuestros aliados. Pero no puede esperarse hasta que lleguen las directivas de Bruselas entorno a la PESD, se necesita sistematizar la defensa contra nuestras amenazas específicas y más adelante armonizar con Bruselas y Washington lo que sea necesario.

Los principios declarativos de la PESD son contribuir a la paz y a la estabilidad mundial de conformidad con la Carta de Naciones Unidas y del Derecho Internacional. Para su fortalecimiento se contemplan varias acciones a corto y medio plazo:

1º Actualizar las misiones Petersberg: prevención de conflictos, acciones en materia de desarme, consejo y asistencia en cuestiones militares, operaciones de estabilización al final de conflictos y respaldo en la lucha contra el terrorismo.

2º Mejorar la organización en la gestión de crisis para lograr mayor rapidez y eficacia.

3º Promover la flexibilidad y la exigencia en su compromiso, entre los países que participen en las misiones Petersberg, en la toma de decisiones y en la acción operativa.

4º Previsión de una cláusula de seguridad y solidaridad común que permita a los Estados miembros prevenir y responder a la amenaza terrorista dentro de la Unión, sirviéndose de los instrumentos necesarios, tanto militares como civiles.

5º Creación de una Agencia de Armamento y de Investigación Estratégica como medio de reforzar la base industrial y tecnológica del sector de la defensa, impulsar y garantizar los programas de cooperación entre los Estados miembros.

6º Creación en el Consejo de un comité que reúna a los MD y que vigilaría el compromiso de los Estados miembros y adaptaría los objetivos de capacidad de la Unión en función de las necesidades y de la situación internacional. Los MD podrán asociarse en el Consejo a los MAE cuando este deliberase sobre operaciones militares de gestión de crisis.

7º Encargar al alto representante para la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) la responsabilidad de dirigir la acción de la UE en el ámbito de la PESD y de coordinar a los Estados miembros en cuestiones de defensa.

8º Adecuado control parlamentario de la PESD, tanto en el Parlamento Europeo como en los nacionales.

La conciencia nacional de Defensa es en España débil por varios factores que convergen en una transición política que aplazó temas esenciales y convirtió después el plazo en un banco pintado. La Defensa Nacional, como se señalaba al principio trasciende de su concepción tradicional y se identifica de manera amplia con la de los intereses nacionales. La identificación de estos debe ser rigurosa y transparente para poder implicar a la sociedad española en su defensa y debe ser actualizada cada vez que lo requiera así la situación estratégica. La piedra angular en la que descansa lo que podemos llamar nueva visión de la DN sigue siendo, como antaño, la nación española. Lo único que ha cambiado es el titular de la soberanía, antes era una familia y hoy es el ciudadano español.

Parte III de III (Aquí parte I) (Aquí parte II) AQUÍ EL TRABAJO COMPLETO EN PDF


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