La Era del Terrorismo

Ofrecemos a nuestros seguidores este interesante trabajo del psiquiatra, cineasta e investigador argentino Oscar Abudara Bini sobre lo que es, puede ser o no ser el terrorismo internacional que no deja de golpear, con más o menor intensidad, pero siempre dolorosamente, en casi cualquier parte del mundo… casi, sí, porque parace que algunos están exentos de tal lacra. Debido a su longitud, publicamos el comienzo del trabajo que pueden descargar en PDF en su totalidad.

  1. Apuntes sobre el marco general

Abundan atentados, eventos y períodos de terrorismo a lo largo de la Historia. Recordemos el Reinado del Terror en la Revolución Francesa, conducido por Maximiliano Robespierre. Los sudamericanos tenemos especial sensibilidad al Terrorismo de Estado sucedido a partir de 1973 en Chile y de 1976 en Argentina.

Las operaciones de Falsa Bandera atraviesan toda la historia. Desde el incendio de Roma atribuido a Nerón hasta los incidentes del Maine y Manchuria, el incendio del Reichstag y la operación Northwoods. Luego del episodio de falsa bandera  del Golfo de Tonkin empieza la Guerra de Vietnam. Tres guerras de agresión al menos se desencadenaron en lo que va de siglo a raíz de espectaculares atentados: contra Libia, contra Iraq, contra Afganistán.

Estació de Atocha, Madrid

Nos toca vivir en una Era del Terrorismo, período, que comienza con el Atentado de Lockerbie (1989) sigue por los atentados en Argentina (Embajada de Israel 1992, AMIA 1994) y el primer atentado a las Torres Gemelas de 1993. Esta era tiene su apogeo y cenit en el espectacular atentado al Pentágono y las Torres Gemelas del 11 de setiembre del 2001. Luego sucedieron los atentados de Madrid (2004), Londres (2005) y más recientemente los de París (Charlie Hebdo, 2015). Este período que empieza en 1989 y llega hasta hoy tiene más de un cuarto de siglo.

Tras la Implosión de la URSS el mundo perdió al enemigo global mantenido cinco décadas desde la Segunda Guerra Mundial. Tras un momentáneo Fin de la Historia y las ideologías planteado por Francis Fukuyama surgió Samuel Huntington que convenció al mundo garantizando que se iniciaba  una Guerra Mundial de Civilizaciones. El Eje del Mal ya no era el comunismo, ahora el mundo musulmán nos atacaba urbe et orbi, en todas partes y a todos nosotros.

Dos historias, siempre se enfrentan dos versiones sobre el terrorismo

Esta época tiene una Historia Oficial y una Alternativa. Según la versión oficial, todos los atentados han sido cometidos por musulmanes. Según la versión alternativa, la insuficiencia probatoria de la historia oficial lleva a considerarlos  operaciones de falsa bandera cuyo fin es culpar a los musulmanes de estos ataques. Se ha logrado imponer globalmente la idea de que aunque no todos los musulmanes sean terroristas, todos los terroristas son musulmanes. La mayoría de los investigadores del terrorismo con reputación no han encontrado en estos 30 años evidencia seria para culpar realmente a musulmanes en ninguno de los atentados.

A medida que se consolidan investigaciones alternativas quedan en todos los atentados tres versiones y no más que tres. Una versión sostenida por todas las historias oficiales garantiza que fueron los musulmanes y Occidente no se dio cuenta, no pudo prevenir ni frenar el ataque a pesar del poderío de sus servicios de inteligencia. La segunda versión asegura que fueron los musulmanes y Occidente fue permisivo. La tercera versión difícil de aceptar para quien no se haya tomado el trabajo de estudiar seriamente las investigaciones, con abrumadora evidencia plantea que se trata de Atentados o Actos de Guerra de Occidente. Los españoles para el atentado de Madrid hablan de trabajos de las “cloacas” pues así llaman a sus servicios de inteligencia. Los investigadores norteamericanos a todas luces los más abundantes, mejor organizados y mucho más decididos que el resto, consideran que el atentado más famoso de todos, el 11-S (11 de setiembre de 2001) fue un “trabajo interno” (inside job). Lo novedoso es que para justificar guerras en el extranjero, se organizan atentados contra la propia población de los países atacantes.

Trabajos internos no es lo mismo que auto atentado

Hay que hablar con precisión: no corresponde hablar de autoatentado, o ataque contra sí mismo cuando se tiene gran cuidado para que las bajas propias sean mínimas y no afecten a lo que se considera “sí mismo” o gente propia. En la Embajada de Israel en Buenos Aires se esperó que las personalidades importantes que ese día estaban reunidas, eran muchas y muy calificadas no estuvieran en el edificio. En Madrid si se hubiera querido dañar a personas de clase media acomodada se hubieran atacado los trenes de alta velocidad y no un tren donde viajan los obreros y empleados humildes.  En el avión Pan Am del atentado de Lockerbie las embajadas aconsejaron a muchos diplomáticos que ese día no tomasen el vuelo.  De no haberse alertado a ciertos empleados de cuello blanco de las Torres Gemelas los muertos hubieran sido muchos más.

Diferencias científicas entre las Historias Oficiales y las Alternativas

Bombardeo sobre Siria

Partidarios acérrimos de las versiones oficiales tanto como los investigadores alternativos sostenemos, aunque de manera contrapuesta, que en todos los atentados terroristas se trata de Conspiraciones, acuerdos entre varios para atacar o derribar un poder. El partidario de cada versión se tiene a sí mismo por racional y considera que el otro es irracional, no veraz y  conspirativo o paranoico en sentido peyorativo. Las versiones oficiales y los encubrimientos son obra de gobiernos que tienen poder para omitir hechos, plantar pruebas y difundir todo tipo de historias. Los investigadores alternativos sólo tenemos acceso a evidencia oficial y de superficie y en este primer cuarto de siglo de atentados no han aparecido arrepentidos. Paul Craig Roberts señaló que la posibilidad de que aparezcan arrepentidos es solo cuestión de dinero y de que algún hombre de negocios lo aporte.

Tortura y cárcel para sospechosos musulmanes y guantes de seda para sospechosos occidentales

Se discute el derecho a torturar a una persona sospechada firmemente de terrorista con el fin de prevenir otros ataques y así se ha hecho con algunos pobres infelices de origen musulmán. Nuestro país tiene encubridores comprobados del atentado AMIA en el más alto nivel gubernamental y periodístico, pero los trata con guante de seda en un litigio judicial que lleva más de 20 años. En esta diferencia se aprecia nuevamente el abismo que hay entre las historias oficiales y las alternativas. Los sospechados de las historias oficiales merecen cárcel o tortura en Guantánamo. Pero los funcionarios de gobiernos probadamente encubridores y posiblemente cómplices de las operaciones terroristas tienen “derecho” a la impunidad.

Confrontaciones entre conspirativos gubernamentales enfrentados por investigadores alternativos.

No se trata sólo de enfrentamientos entre ideas o investigaciones, porque del lado de los conspirativos gubernamentales está el aparato de todo el poder del estado, las élites dirigentes y los grandes medios, todo ello sostenido por presupuestos gigantescos. Los conspirativos alternativos son muy pocos, excepto en los EEUU, y el único presupuesto que disponen es el de su propio bolsillo. A pesar de esta diferencia entre ejércitos de Goliats y modestos Davides, la masa crítica de las investigaciones alternativas ocupa un lugar relevante en la cultura mundial y tanto más en los países que sufrieron atentados. Hay encuestas que revelan que más de la mitad de los neoyorquinos tiene más confianza en las investigaciones alternativas que en las oficiales. En la Argentina y tras 25 años de encubrimientos torpes y desordenados es enorme la cantidad de ciudadanos que tiene una sana duda sobre la historia oficial.

AQUÍ EL TRABAJO COMPLETO EN PDF


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