La golfería aeroportuaria española

No vamos a ser exhaustivos porque con unas pinceladas basta. En España hubo un tiempo en el que todos quisieron tener un aeropuerto a la puerta de la casa. Todos los partidos, estuvieran en el machito o en la oposición, se unieron para dotar de aeropuerto a su ciudad, a su capital de la taifa autonómica correspondiente. Miles de millones invertidos, grandes campañas de publicidad para que el idiotizado y cateto pueblo español tragara como es su costumbre, promesas de empleos, inauguraciones a bombo y platillo, en fin, toda la parafernalia que tapa la corrupción más bananera y vil que nos anega desde hace décadas, para… pues lo van a ver con los siguientes datos, que no son todos, aunque sí los más significativos. Por cierto, nadie ha exigido ni ofrecido responsabilidades a los interfectos que son todos los de todos los partidos.

Aeropuertos de «interés general» españoles: 46 (Fuente AENA)
  • Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), creada en 1991 (participada en un 51% por la pública ENAIRE), es la encargada de la gestión de los aeropuertos de «interés general» que son 46, más 2 helipuertos. (Alemania tiene 39, con el doble de habitantes, incomparable en cuanto a tráfico aéreo nacional e internacional, número de pasajeros y con una orografía y clima más duro que el nuestro).
  • En 2020, 25 de ellos tuvieron más de un millón de pasajeros (a partir de ahora datos siempre periodo 2015-2019).
  • De ellos, en siete se concentró el 74 por ciento del tráfico aéreo total.
  • Tales aeropuertos, por orden de ocupación, fueron: Barajas (Madrid), El Prat (Barcelona), Palma de Mallorca, Málaga, Alicante, Gran Canaria y Tenerife-Sur.
  • De los 21 restantes 6 tuvieron menos de un millón de pasajeros y 15 registraron menos de 100.000.
  • Los peores de los anteriores fueron: León (media de 47.600 pasajeros anuales), Logroño (18.000), Salamanca (16.000), Burgos (9.000), Córdoba (8.000), Albacete (1.000) y Huesca (500).
  • El de Huesca costó 40 millones de euros y cerró en 2019.
  • El de Albacete costó 14 millones; desde 2014 no opera en él ninguna línea regular, sólo algún vuelo turístico puntual.
  • El de Córdoba costó, su ampliación, 85 millones de euros (13 de la UE); desde 2010 no opera en él ninguna línea regular.
  • El de Ciudad Real costó 1.100 millones de los cuales la Caja de Castilla-La Mancha aportó en préstamos a inversores privados 400 millones, lo que provocó su quiebra y que tuviera que ser «rescatada»… con el dinero de todos, claro. El aeropuerto cerró en 2018.
  • El de Murcia, después de múltiples peripecias financieras ruinosas y escandalosas, en 2012, cuando estaba previsto, no llegó a abrir. En 2017 AENA se hizo cargo de su terminación registrando en 2019, 141.000 pasajeros.
  • Y ahora la traca final: preguntado en su día un británico experto en transporte aéreo si consideraba al aeropuerto de Burgos rentable, respondió «¿Cuánto se tarda en coche de Madrid a Burgos?», pues un par de horas, se le dijo, a lo que el experto replicó: «Pues ya tiene la respuesta». Y es que, por ejemplo, el de Oviedo cuenta con tres aeropuertos a menos de 300 km (Valladolid, Santander y León); Galicia tiene cuatro aeropuertos, uno por cada capital de provincia, que están a menos de 100 km unos de otros, y el de Castellón está a 100 km del de Valencia y a 170 km del de Reus.

En fin, mucho más se podría añadir, pero no hay espacio, todo un despropósito en buena parte provocado por las estúpidas envidias de las taifas autonómicas, por los catetos de nuestros corruptos e ineptos políticos, y por la idiocia de los españoles que tragan, tragan y tragan… y seguirán tragando.


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