La ignominia
Mientras Sánchez y sus ministros se esfuerzan en convencer a propios y extraños que su pacto de ignominia para los presupuestos con EH Bildu es un avance democrático, estos nada más llegar a su región señalan que ellos a Madrid solo vienen para “tumbar al Estado”. Es evidente que por el largo recorrido de unos y otros respecto a la veracidad de sus afirmaciones, es menos arriesgado creer a los terroristas que al gobierno aquellos casi siempre señalan por donde van, encontrar una información veraz del presidente resulta francamente difícil.
La satisfacción de Iglesias porque los terroristas entren a formar parte de la “dirección del Estado” y sabiendo la hoja de ruta que tienen solo permite una explicación: el vicepresidente 2º también quiere tumbar al Estado, el que le paga todos los meses y le permite colocar a sus amiguetes en la administración de ese Estado del que abomina.
El pacto legal pero ignominioso orienta al Consejo de Ministros por una deriva que ya se venía viendo desde el inicio de la legislatura. El gobierno fue ilegítimo desde el primer momento, se formó sin tener en cuenta la promesa repetida hasta la saciedad, de no pactar con los comunistas, separatistas ni terroristas. Es decir, su exiguo resultado electoral se basó en un fraude preelectoral.
La gestión de la pandemia, los decretos y ordenes aprobados para socavar el espíritu constitucional o su misma letra, como la aprobación de un estado de alarma por seis meses, a la vez que se monitorizan las redes sociales para evitar los comentarios desfavorables al gobierno y el intento detenido por la UE de cambiar la norma para la elección del CGPJ, hacen que esa ilegitimidad de origen se haya perfeccionado con la de gestión. Estamos ante un golpe de Estado en toda regla y por la puerta de atrás, sin contar con los ciudadanos ni siquiera para consensuar una nueva ley de educación, en la que ni los padres ni los docentes tienen nada que opinar.
En esta situación la acción gubernamental se orienta en dos direcciones: el control judicial y el control informativo. Sobre el primero, después del primer ataque en 1985, Sánchez intentó el nombramiento de todos los jueces con mayoría simple en lugar de la mayoría de 2/3 que señala la Constitución. Gracias a la UE tuvo que desistir, aunque en esta situación el principal partido de la oposición parece dispuesto a pactar y eso gracias a los diferentes temas de corrupción que les afectan. Por lo que la regeneración tantas veces prometida es una utopía. No hay nada más que contemplar a PODEMOS cuando todavía era 15 de mayo, desde la puerta del Sol nacía un aire fresco de regeneración para acabar con los privilegios políticos y en lo que se ha convertido ahora.

En el control sobre los “otros”, que somos los ciudadanos no sumisos, fue el general de la GC Santiago quien leyó una nota en televisión que llevaba preparada y que certificaba la actuación sobre noticias desfavorables para el gobierno. Más tarde sería desmentido por el ministro, pero al poco tiempo se ha creado en el palacio de la Moncloa el popularmente llamado “ministerio de la verdad”. Los generadores de la desinformación sistemática del gobierno se han constituido en censores de las noticias falsas, todo un logro en la desvergüenza política.
El desempeño de la prensa libre como elemento esencial para evitar la arbitrariedad de los poderes públicos, está reconocido y protegido por la Constitución. La mejor manera de defender la libertad de prensa es publicar, no ocultar la noticia. Los medios informativos democráticos no están al servicio ni del gobierno, ni de los diputados, ni tampoco de los jueces. Están al servicio del ciudadano.

Es evidente que el ego de Sánchez y sus ansias de mantenerse donde está le obligan a pactar hasta con el diablo. Y yo me pregunto visto lo del Sr. Ábalos de hoy ¿ hay alguien en el Gobierno que en diez meses haya dicho alguna verdad ? Son mentirosos compulsivos. Vamos al desastre total.
Estimado seguidor: ni uno de ellos. Son los hijos del príncipe de la mentira, que ya sabemos quién es. Viven de, para y por la mentira. Buen comentario. Saludos cordiales
Todos estos argumentos están muy bien, y los comparto en su totalidad. Pero, este desastre urdido de mala fé y en contra del orden constitucional, ¿QUIÉN LO VA A PARAR?
Estimado seguidor: Exacto. ¿Quién le pone el cascabel al gato?… Pues hoy por hoy nadie. Así estamos y peor que vamos a estar. Saludos cordiales