La justicia feminista de Carmen Calvo e Irene Montero. (A propósito de la condena a Amber Heard)
La reciente y contundente condena a Amber Heard, por difamar y hundir la carrera profesional, y el prestigio personal, de Johnny Depp, me provocan varias reflexiones, que voy a compartir con ustedes:
- En España esa condena sería impensable. Ningún juez español se atrevería a dictar una sentencia en esos términos, salvo que tuviera proyectado suicidarse al día siguiente.
- La sentencia es de un Jurado, institución tan defendida por la izquierda española, pero que ahora ya no les hace tanta gracia…
- La vista ha durado varias semanas, con luz y taquígrafos, y en ella hemos podido ver las miserias de un matrimonio.
(Dudo que consigan reponerse de esa exhibición pública, dicho sea de paso, con una total pérdida de la intimidad).
- En España, está todo “controlado”. Desde la infausta ley de Zapatero de 2004 (que será ley, pero no Derecho), los sucesivos gobiernos han continuado legislando a favor de la mujer, de tal forma que cualquier denuncia o manifestación de una mujer debe ser creída porqué sí, pues ya sabemos todos que las mujeres son seres de luz, que irradian pureza y santidad por dónde pasan.
El testimonio de los hombres, o los testigos a su favor, pruebas documentales, peritajes forenses, etc., no sirven para nada, pues una “justicia”, formada mayoritariamente por mujeres, tanto en la carrera judicial como fiscal, tienen a inclinarse siempre hacia el sexo débil… (Por cierto, no sé de dónde sale eso del “sexo débil”, sobre todo ahora que hay igualdad total, y no sólo eso, sino supremacismo femenino).- Según Zapatero, Carmen Calvo, Irene Montero, Pedro Sánchez –que cada día se parece más en lo de bobo solemne a Zapatero-, y todo su ejército de huríes a sueldo, han salido en estampida, como hienas, a poner a parir esta sentencia, faltaría más, y a acusar al marido, Johnny Depp, de toda clase de delitos…
En definitiva, el sistema judicial español se encamina hacia una “justicia feminista”, en la que cuándo el acusado sea un hombre, el ujier solo podrá decir: “Que pase el condenado”.
La tipa es bisexual, o lesbiana, que solo «utiliza» a los hombres para sacarles dinero.
Anteriormente ya había agredido a una novia fotógrafa, con la que vivió varios años, y a la que también le fracturó la mano, o algún hueso del brazo (pueden ver la «historia» en internet).
Despues de liarse con este señor, que tiene una fortuna de más de 150 millones de dolares (y al que pedía 100 millones en su contrademanda, por lo que quedan claros los motivos de su acción), se lío con otro millonario, que prontamente la mandó al carajo, y ahora debe de andar buscando algún millonario, o millonaria, al que hincarle el diente…
Es sorprendente que diga que no puede pagar los 15 millones de dolares a que ha sido condenada, pues su fortuna -que para mí quisiera-, sólo asciende a ocho millones de dolares.
Lo más triste del caso, como muy bien dice el articulista, es que esta sentencia en España sería impensable.
Impensable e imposible.
En la parte inferior del artículo que aparece una foto de Irene Montero y de una burra, ¿la foto de la burra es la de Irene Montero en su cada vez más lejana juventud…?
Como muy bien dice el autor, está condena, en España hubiera sido impensable.
Impensable e imposible.
Y con esto creo que está todo dicho, sobre la «justicia feminista» española.
Entonces por el momento: Felicidades Ramiro porque te demandó el Meco, porque si te llega a demandar una Meca ya hacía tiempo que estabas en chirona.
Abrazo virtual.
El feminismo infernal asesina, sobre todo cometiendo abortos pero también denuncias falsas y sentencias criminales. Nuestros actos tienen una retribución pero las feministas y los mindundis que apoyan sus perversidades no lo saben y cavan así su propia fosa. Esta ignorancia es culpable porque es voluntaria y lo que les espera es tan horrendo como las imágenes de los pequeños seres humanos destrozados. Nosotros creemos en el perdón de los pecados… ¿pero qué perdón recibirán los sanguinarios que se jactan de sus propios crímenes?
Esos hombres que apoyan el supremacismo feminista, ¿no se dan cuenta de que cualquier día sus hijos, o ellos mismos, serán víctimas de una denuncia falsa, detención en su lugar de trabajo, para que se entere bien todo el mundo, criminalizándole, con estancia de varias días en los calabozos policiales, y casi segura PRISIÓN PROVISIONAL POSTERIOR…?
Por delante que como feminista quiero una igualdad. Simplemente seres humanos iguales, como con alguien de otro color u otra orientación sexual. A lo mejor por eso ya no quedo bien ubicada para comentar, pero allá voy. Cualquier persona sensata y, aún más, con una moralidad y sentido de la justicia, cosas que no todos tenemos, está por la labor de no meter a todos en el mismo saco: hombres, mujeres y quiénes sean. Lo que hay en muchos, es una batalla campal donde todo se usa contra el supuesto rival. «Oh, mira, Amber Heard, tenemos razón, denuncia falsa» o un » Amber heard, ha triunfado el machismo». Razonemos, por favor. Hay denuncias falsas, sí, pero también otros y otras que lo sufren y no denuncian. Mujeres y hombres, somos muchos, y vamos a ir caso por caso sin entrar en una generalidad por género.