La lengua española en España: 155 ya

Cicerón fue muy claro: Las formas desviadas, son aquellas en que el gobierno está por encima de la ley y el derecho. Es lo que sucede tanto en España como en sus regiones y concretamente en Cataluña donde el español o castellano es lengua franca desde la Edad Media, cuando ni existía Cataluña ni el catalán.

En esa región como en otras se impone a los españoles otra lengua y se erradica la lengua común. Las leyes de “catalanización” no buscan otra cosa que la ruptura de España.

Veo cierto paralelismo con lo que viene sucediendo en la ficticia Ucrania con las leyes de ucranización, mediante la erradicación del ruso de amplias regiones rusófonas, llegando al absurdo de acabar con el ruso en ciudades tan rusas como Odessa donde siempre se habló ruso, de ahí viene la operación militar especial rusa para la defensa de la rusofonía.

Aquí no nos queda otra que la aplicación tajante del artículo 155 pues los separatistas están dispuestos a llevar a España a una guerra civil con la permisividad de un gobierno que no defiende a España ni dentro ni fuera de nuestras fronteras.

Lo vemos cuando dirigentes separatistas, cuyo sueldo pagamos todos, como Santiago Espot o la exconsejera Clara Ponsatí reflexionan abiertamente de los sacrificios para alcanzar la independencia, haciendo su particular interpretación con la guerra de Ucrania: “Los conflictos civiles los vivimos en todos los lados”.

Espot, presidente del grupo separatista ‘Força Catalunya‘, reivindicó en una televisión catalana el derecho a alcanzar la independencia a cualquier precio. Fue al tiempo cuando Clara Ponsatí, fugada en Escocia, afirmaba que la secesión “solo será posible con un enfrentamiento civil con el Estado español“.

Y todo ello ocurre cuando un insensato sin escrúpulos y con un currículum falso preside el gobierno de España, aupado mediante una cobarde moción de censura, presentada a su cobarde predecesor, con ayuda de la hez política sembrada de separatistas, filoterroristas y comunistas, muchos de los cuales no han cotizado ni un solo día antes de alcanzar su poltrona.