LA LUPA. España desquiciada
Fue Alfonso Guerra quien en sus horas altas dijo que a España no la iba a reconocer ni la madre que la parió: Pues bien, si hace mucho que lo consiguió, y aún más, porque ahora tampoco la reconoce ni el padre, ni la abuela, ni el abuelo.
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Alfonso Guerra, ¡vaya pájaro! Y no digo nada más, que me meten en la cárcel porque rn Expaña la libertad de expresión solo vale en una, dirección.
Ya lo digo yo, del farsante que enchufó al inútil de su hermano con cargo a las arcas públicas, del «Montesquieu ha muerto» (en ¡1985!), «el que se mueva no sale en la foto», el muñidor del dobermann, etc. Menudo pájaro, en efecto, como buen socialista.
Alfonso Guerra, «el defensor de España», que siendo Presidente de la Comisión Constitucional del Conmgreso, y a pesar de manifestarse verbalmente en contra de la reforma del estatuto de Cataluña…, luego voto a favor.
Como dice don Rafael F.: ¡vaya pájaro!
CONGRESO, no conmgreso, como he puesto por fallo mecanográfico, y pido disculpas por ello.
Sin ser santo de mi devoción, sospecho que a «don Arfonzo» no le salió el invento tal como él esperaba… Seguramente, porque al mentado se le podría tildar de cualquiera cosa menos de tonto, hoy estará pensando lo mismo que José Ortega y Gasset después de haber cooperado cuanto pudo para hacer realidad la Segunda República Española: ¡No es esto, no es esto!