La Pascua Militar 2020: nueva prueba de la cobardía de las FFAA
Bajo la sombra de la investidura del Pedro Sánchez (a) «el infame», se celebró la Pascua Militar, tradicional encuentro de las FFAA con el Rey.
Salones llenos de uniformes, entorchados, medallas –todas sólo por antigüedad, ninguna por méritos y mucho menos de guerra, como máximo por pelar guardias en cualquier lugar del mundo bien lejos de España, o sea, del frente, de la primera línea y del puesto de mayor riesgo y fatiga–, olor a tintorería y sonrisas esteriotipadas.
Anuncian que va a llegar la ministro de Defensa, Robles (a) «la mofletes» –que evitó el rojo por aquello de no provocar… aunque no sabemos a quién– y todo el mundo ocupa su lugar en la formación. Silencio. Posiciones de semidescanso, caras adustas, de circunstancias.
Anuncian que va a llegar el Rey, bueno, dicen los reyes, pero debe ser un error porque Leticia –que es con «c» no con «z», a ver si repasamos la ortografía– NO es reina, nadie la ha coronado, no hay un Boletín Oficial donde lo diga, y llamarla así es sólo muestra de peloteo y estupidez; en todo caso podían darle, como hacen los británicos, que lo tienen muy claro, un titulito que la distinguiera de la morralla de la que la proviene… por ejemplo… duquesa del botox.
Firmes, taconazos y caras ahora serias, miradas al infinito, «patrióticas», creídas de sí mismas.
Dos discursos esperados, el del Rey y el de Robles; el del Gral. Alejandre no, en absoluto, hasta sus más fieles perritos falderos saben que este tipo con esa cara… más dura que el hormigón armado, no va a decir una sola palabra disonante.
El Rey en su papel, claro, a decir que dice sin decir, que bien le enseñó su papá, bueno, y lo sabe de su abuelo, aquel a quien conocían muy, pero que muy bien en Estoril, y de su tatarabuelo, el que cogió las maletas a la primera de cambio y… no seguimos porque vamos a llegar hasta Felipe V. Sabe maneras el joven y es gran militar, aguerrido, porque está dispuesto a mantener la posición, o sea, su posición, es decir, su chiringuito, a toda costa, como mandan las ordenanzas; eso sí, no a dar la vida ni por España ni por el propio chiringuito, que todo tiene hoy, en la época del relativismo, un límite.
Palabritas de monarca hueco, vacío, insulso, y… ladino, que de casta le viene al galgo. Hace con los militares, pues los conoce, lo mismo que hacía su padre. Le recordamos muchas veces llegar a las maniobras muy «cercano», campechano, y soltar aquí y allí lo mismo: «Que gran servicio a España estáis haciendo». Mientras él apuñalaba a la patria, o sea, a España, y a las propias FFAA. Eso sí, más tontos eran y son los militares que cuando el emérito, y ahora éste en activo, les dicen eso se les pone el culo gordo, tanto que a alguno se le ha visto reventar las costuras del pantalón.
El discurso del Margarita (a) «la mofletes» fue de traca. Esa individua que cuando uno la mira de cerca más parece escalandraca que mujer, soltó, eso sí, audaz y consciente no sólo del momento político, todo un antes y un después en la historia moderna de España, sino también de que ella va a ser protagonista de buena parte, soltó, decimos, varias andanadas muy claras como la de que las FFAA entienden, aceptan, a España «en su diversidad». Hay que reconocerle que es audaz, por eso está donde está y los militares en el sitio donde ella, y sus anteriores, los quieren, en la sumisión y en la nada. Ahí, con claridad, le espetó al Rey y a nuestros aguerridos muchachos que lo que viene es lo que viene y al que no le guste ajo y agua.
¿Y los militares?
Se tragaron todo sin problemas, que para eso tienen callo, práctica, instrucción más que de sobra tras casi medio siglo tragando atentados, fragantes vulneraciones del ordenamiento constitucional, desintegración territorial y un largo etcétera precisamente de todo aquello que el pueblo supuestamente soberano les ha encomendado que guarden y defiendan hasta con sus vidas en el artículo 8ª de nuestra ya extinta Carta Magna. Y es que no hay nada mejor que defender a España, o sea, el carguito y la prebenda, que para ellos eso es España, el siguiente ascenso y salir en la fotografía… en cualquier lugar del mundo siempre lejos, muy lejos del frente real de guerra que es el suelo patrio.
Nunca la FFAA fueron tan cobardes y traicionaron tanto a España como en esta época.
¿Y después?
Pues está bien claro: el vino… este sí que «español». Corrillos, bocas llenas hasta reventar, barrigas anegadas de cerveza y tinto, canapés de primera, que para eso era la Pascua Militar, y conversaciones trascendentales sobre el tiempo, el cambio climático, el Real Madrid, y cosas por el estilo.
Y como ya nos conocen, cuando nos acercábamos alguno de esos corros… silencio, saludos fríos como el hielo. Y cuando les preguntábamos por la situación en España, de la Patria… estampida general a buscar al camarero situado en las antípodas.
¿Acercarse al rey o a Robles? Imposible. Nos conocen, y cuando lo intentamos enseguida, como por arte de magia, un muro de uniformes de bien pagaos no los impedía; eso sí, sin llegar a la agresión, que para eso son Generales o Coroneles.
No esperábamos otra cosa, y a pesar del asco, no resistimos la tentación de comprobarlo por nosotros mismos y fuimos, o mejor decir nos colamos. ¡Qué asco! El año que viene no iremos… o sí.

Muy bueno, como siempre, para enmarcar.
Esto cada día se parece más a la Corte de Carlos IV.
Mientras estamos haciendo el paripé y poniendo el interés en los vestidos de las señoras (por decir algo) y en la autocomplacencia de estar en babia y decir todos, a coro, como en el cuento infantil del traje invisible del emperador, lo bonito que es el traje y lo bien que le queda puesto al emperador, cuando el traje no existe, es un fraude de unos falsos sastres que no son tales, y en realidad el emperador va desnudo aunque nadie se atreva a decirlo para no perder el pabellón o las expectativas de ascenso. Mientras estamos en esta autocomplacencia, en esta inconsciencia de la realidad, Marruecos está comprando helicópteros Apache a los EEUU y carros de combate, que sólo los ilusos pueden pensar que se pueden contrarrestar con los molinillos con el Cetme (o con el H&K) a modo de mayorettes de la Legión en el puerto de Málaga cantando el Novio de la muerte a modo de atracción turística mientras se profana la tumba de su fundador sin decir ni mu. Luego vendrá un nuevo desastre de Annual, y sólo a los autocomplacientes y a esta sociedad de mierda que padecemos le cogerá de sorpresa como le cogió el desastre del 98, lo de Annual, o el atentado del 11-M.
Menos vestidos largos con raja o sin raja, menos medallas de plastilina, menos estrellas y saludos en plan militar para aparentar una bizarría de la que carecen, y más ejemplaridad en el verdadero Servicio a la Patria, que no está en los salones ni en los canapés de primera de salmón, sino evitando dar lugar a vernos en otra como en 1898 o en el desastre de Annual, porque un pais que tiene descuidado su Ejército, un Ejército además de cortesanos y de pelotas, y cuyas autoridades son la antítesis de la ejemplaridad y además empeñados en no hacer otra acción de Gobierno que la propia autodestrucción de España, es una invitación a los enemigos de España a que caigan sobre nosotros como lo que son y han sido siempre: lobos, y una vez más, nos pillarán en bragas. A lo mejor si EEUU está vendiéndole armamento a Marruecos es porque España, para EEUU, está dejando de ser, por su deriva política hacia el bolchevismo bolivariano tercermundista, un aliado de fiar, y está poniendo sus ojos en Marruecos como posible sustituto. A lo mejor deberíamos tomar nota, y corregir lo que haya que corregir, empezando porque el Rey no hubiera propuesto como candidato a Presidente del Gobierno un individuo que es agrandar esta desconfianza y esta deriva bolivariana y tercermundista.