«La Pasión según la Ciencia» de José (padre) y Luis Alberto de la Guía (hijo)
Durante la pasada Semana Santa hemos tenido el placer intelectual, pero sobre todo espiritual, de leer el libro «La Pasión según la Ciencia» de José de la Guía Amores (RIP) y de su hijo Luis Alberto de la Guía Escobar, publicado por Cyklos Ghlifos Publicaciones en 2015. Libro que llegó a nuestras manos de forma casual, pero que por su título e índice comenzamos a leer de inmediato y… ya no pudimos dejar de hacerlo hasta terminarlo. Libro sorprendente, que encierra sorpresas a pesar de que aborda dos asuntos sobre los que hay literatura para dar y tomar. De ahí, de esas sorpresas, de sus novedades, nace la primera razón para no dejar de leer este magnífico trabajo.
La otra razón, igualmente poderosa, es la de su rigor, seriedad, profundidad y, además, todo ello accesible e inteligible para lectores informados como, mejor aún, ignorantes de tales temas. El libro es, sin lugar a dudas, el compendio de décadas de investigación dura, silenciosa y solitaria, de ímprobo trabajo, pero también de fe y pasión.
Lo dedicado a la Sábana Santa de Turín, a esa maravillosa reliquia que, más que impresionar, conmueve y emociona a todo aquel católico que tiene la surte de ponerse delante, pone a disposición del lector todo lo que uno debe saber sobre ella, pero más y mejor aún le ofrece las pruebas incuestionables de lo más importante que es, con diferencia, saber que está realmente ante el sudario que cubrió el Santísimo Cuerpo de Nuestro Señor durante aquellos tres días tediosos, oscuros y nunca superados en tristeza en los que la Luz del mundo faltó; también la seguridad de estar ante el sudario que vieron San Juan y San Pedro y María Magdalena y que, según nos dejó escrito el discípulo más querido del Salvador, fue lo que le hizo, por fin, creer; nada más y nada menos. Hoy, cuando todo se pone en duda, cuando el relativismo más cruel y al tiempo estúpido hace que el ser humano desvaríe hasta el extremo y como nunca antes, cuando nada parece ser verdad, este libro nos aporta certeza y seguridad, es decir, el refugio que anhelamos ante la mentira que nos anega.
Asimismo, el libro posee otra virtud que no sólo se agradece, sino que es, por un lado, complemento ideal de lo relativo a la Sábana Santa, y, por otro, imperiosa necesidad para entender, así como para creer. Nos referimos a la parte dedicada al estudio del juicio de Nuestro Señor, al análisis desde el punto de vista jurídico de aquel hecho según las leyes judías y romanas vigentes en la época, de aquel juicio que terminó con el Hijo del Hombre en la cruz, paso obligado a la Gloria. Esa parte es, sin lugar a dudas, novedosa en extremo, al tiempo que imprescindible porque nos acerca a una de las más importantes partes de la Pasión, a esa por la que conforme a las leyes del mundo, y no cabe duda que también a lo políticamente correcto de entonces, se permitió que el más inocente de los inocentes terminara como vulgar ladrón en el Calvario. Judíos y romanos condenaron, a sabiendas, a Jesús. Su tormento y muerte pensaron que era su triunfo y un problema menos, sin saber que con su injusticia facilitaban el paso a la Justicia y a la salvación. Impresionante.
Por último, no nos resistimos a insertar el texto del Introito que figura en el libro porque merece la pena; como todo él.
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«Mi padre Dr. en medicina, y autor de la primera y segunda parte de este libro, dedicó parte de su vida, más de treinta y cinco años, al apasionante estudio de la Sagrada Síndone, donde sin duda se envolvió el cuerpo sin vida de Cristo.
Hoy, quince años después de su muerte, siento la necesidad de completar aquel estudio, incluyendo una tercera parte, que a él le faltó, y que yo, como abogado, me siento obligado a terminar y en la que pretendo abordar el proceso pasionario de Cristo, desde la óptica no del médico, sino del jurista.
Por ello, y como homenaje a su continuo y denodado trabajo en el mundo de la sindonología, hemos querido, a la hora de editar este libro, transcribirlo tal y como él lo terminó (al menos en sus dos primeras partes), en octubre de 1.997, incluyendo una serie de notas a pie de página, en las que se aportan nuevos datos que completan aquel trabajo. Además, y con el fin de hacer un estudio completo de la Sábana Santa, hemos incluido un Apéndice final, en el que se contienen los nuevos avances y descubrimientos habidos en la última década, en torno a la sagrada reliquia.
El volumen que el lector tiene ahora en sus manos, es, pues, el resultado de un laborioso seguimiento de las técnicas y avances habidos en torno al sagrado Lienzo de Turín, desde que en 1.898 Secondo Pía realizara la primera fotografía de la Síndone, hasta las últimas teorías formuladas a cerca de su autenticidad.
El contenido del libro se halla dividido en tres partes, a las que hay que sumar, como decimos, un Apéndice sobre los hallazgos desde 1.998 hasta hoy:
– La Sábana Santa de Turín. El Quinto Evangelio.
– La Pasión y Muerte de Jesucristo.
– Juicio y condena a Cristo. Análisis Histórico-Jurídico.
– Apéndice
Como hilo conductor, lograr conocer con la mayor exactitud posible, todo lo acontecido en torno a la figura de Jesús de Nazaret, desde la Oración de Getsemaní, hasta su Resurrección gloriosa. Y todo bajo un denominador común: los cuatro Evangelios, que sin duda, constituyen el único vestigio históricamente probado de lo que allí sucedió; amén, claro está, de los comentarios y citas de los historiadores de la época.
En la primera parte, “ LA SABANA SANTA DE TURIN. EL QUINTO EVANGELIO ”, el autor trata de llegar a demostrar la autenticidad de la sagrada reliquia, analizando minuciosamente cada una de las teorías, cada uno de los hallazgos que los científicos han ido obteniendo a lo largo de los años, y descalificando el trabajo de los laboratorios, que en 1.978 y basándose en la prueba del C14, declaraban que la Síndone de Turín era una burda falsificación hecha en los años 1.260 al 1.390.
Curiosamente, se da la circunstancia, puramente anecdótica si se quiere, de que uno de estos investigadores del C14, una vez hecho público su resultado, tomó una última fotografía del rostro del hombre que aparece en la Sábana. Su sorpresa al revelar la foto, fue mayúscula: “la cara, aparecía sin señal de golpe alguno y los ojos estaban abiertos, con una mirada de paz que daba a sus experimentos un resultado inimaginable para él”.
Una vez demostrada suficientemente la autenticidad de la Sábana Santa de Turín, y ya en la segunda parte del libro “ LA PASION Y MUERTE DE JESUCRISTO ”, se revisa el proceso pasionario del Señor desde una perspectiva puramente científica. Se trata de confrontar los hechos narrados por los cuatro evangelistas con los conocimientos que la ciencia nos revela en este punto. Hechos, que además el autor, demuestra ser coincidentes con los datos obtenidos a través de la reliquia de Turín.
Finalmente, en la tercera parte, “ JUICIO Y CONDENA A CRISTO. ANALISIS HISTORICO-JURIDICO ”, tras una referencia histórica a fin de situar los hechos en un punto concreto de la Historia, pretendemos analizar el juicio al que fue sometido Cristo desde una óptica puramente jurídica.
¿Hubo realmente un juicio?, ¿Por qué delito se le condenó a muerte? ¿Se actuó conforme a la normativa vigente? A todas estas y otras muchas interrogantes tratamos de dar cumplida respuesta a la luz de las legislaciones romana y judía.
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Por otro lado, y desde estas líneas no podemos hacer oídos sordos a los continuos ataques en artículos y comentarios, que no hacen sino manipular y desvirtuar, de mala fe, todos los trabajos y descubrimientos que año tras año se vienen realizando en aras a demostrar la autenticidad del Lienzo de Turín, de la que, por otra parte, no cabe ya plantearse ninguna duda razonable, excepción hecha, claro está, de quienes por ignorancia o mala fe se amparan en comentarios o razones carentes de toda lógica y veracidad.
Vivimos tiempos de protervia y claudicación de la fe. Pero, por mucho que se empeñen, nunca podrán llegar a manipular la verdad, pues como decía Santo Tomás de Aquino: “Omne verum, a quocumque dicatur, a Spiritu Sancto est”, o sea, toda verdad, la diga quien la diga, viene del Espíritu Santo». (Luis Alberto de la Guía)
