La tecnología actual y las relaciones sociales

Uno de los desafíos mayores de la familia postmoderna es competir con la tecnología para el entretenimiento durante las reuniones familiares.

Y ¿por qué hago esta salvedad? Porque precisamente hace unos días vino a visitarme uno de mis hijo con dos de mis  nietos y sentados a mí alrededor no pararon un solo instante de mirar embobados sus teléfonos. Algo sorprendente e inusitado, pero cierto.

Y es que cada vez con más frecuencia vemos a familiares y amigos pegados a sus dispositivos electrónicos. Los psicólogos incluso han ideado un término para etiquetar la práctica. Se llama phubbing o teléfono snubbing. Significa desairar a otros a tu lado para socializar en tu teléfono. El setenta por ciento de la generación de los millenials admite que ha escapado de las conversaciones y se ha recluido en el baño o en un rincón aislado de la casa para revisar sus redes sociales.

La familia moderna ha confiado demasiado en la “tecnología” para entretenerse. Durante el siglo pasado, hemos visto el gramófono, el cine, la radio, la televisión, la televisión por cable, Internet, los videojuegos y el teléfono inteligente.

Así, hemos olvidado otras formas superiores de entretenimiento. Sin darnos cuenta, la tecnología de las redes sociales ha facilitado la creación de tabiques entre los miembros de la familia.

Una forma intemporal de entretenimiento “olvidado” es la narración de cuentos, comentar refranes, e incluso deslavazar adivinanzas.

Los griegos tuvieron sus comedias y tragedias. Los medievales tenían sus bardos. La Inglaterra victoriana tenía sus obras de teatro. Incluso las sociedades tribales han tenido sus leyendas y tradiciones.

El atractivo de la narración es tan seductor que se ha incorporado a la práctica estándar de marketing. Seth Godin, autor, vendedor y orador público, dice que “el marketing ya no trata de las cosas que haces, sino de las historias que cuentas”.

Sin embargo, cada vez menos familias le dan importancia. Como consecuencia, los frutos espirituales de la narración están desapareciendo.

Una vez que las familias se reúnen en días festivos, es oportuno enumerar los principales beneficios de contar historias. Usaremos una imagen para ayudarnos con nuestra narrativa.

Imaginemos a un abuelo que está hablando de un día de caza con una reclamo de perdiz en sus manos ¿Se trata de su vida pasada como comerciante, ganadero o agricultor? Mucho es dejado a nuestra imaginación y mucho más para los nietos, mientras se sientan alrededor del anciano, embelesados por su historia.

Una de sus nietas, sentada frente al abuelo, parece casi ansiosa. Ella se muerde las uñas nerviosamente en anticipación a un emocionante giro de los acontecimientos en la historia, mientras su hermana menor agarra su oso de peluche con más fuerza, como para protegerlo de un peligro inminente.

Otro de los nietos que está sentado  al lado de la chimenea tiene una expresión graciosa con sus ojos fijos en el abuelo. Está completamente pendiente en sus pensamientos que no quiere desviarlos hacia aventuras desconocidas. El tiempo se ha detenido para él.

A su vez, el abuelo ha perdido temporalmente los dolores y molestias de su vejez mientras revive las viejas experiencias. Rejuvenece mientras agita su mano en un amplio arco alcanzando el clímax de esta historia. En este momento, todos han olvidado la vejez del abuelo al recordar juntos sus recuerdos juveniles.

Al escuchar las experiencias del abuelo, los nietos tienen la oportunidad de ver lo que vio, oler lo que olió y, lo más importante, vivir como él vivió. La historia vuelve a ser el medio para transmitir conceptos como las virtudes, costumbres y tradiciones familiares. Es una manera perfecta de transmitir valores importantes para la familia.

Dicha narración también sirve como un vehículo importante para el crecimiento psicológico equilibrado de los niños. No es solo la tradición lo que atrae a los niños, sino también aprender una parte desconocida de su historia.

Es como si una hoja de un árbol mirara a su alrededor y viera la ramita, luego la rama y la inserción en el tronco de donde vino. Entonces reconocería sus orígenes antiguos y se sentiría más conectada con el resto del árbol. Mirar hacia el resto del árbol le da forma y propósito a su vida. Ve que no es una hoja aleatoria, sino una parte vital para el árbol.

El resultado espiritual de este proceso puede proporcionar un equilibrio psicológico muy necesario para los niños de hoy.

Ahora bien, no será fácil superar el atractivo de la tecnología sobre otras formas de entretenimiento.

Sin embargo, debemos pensar en lo que se pierde cuando éstos se abandonan. Si se quiere restablecer los lazos familiares, si se quiere detener el avance del phubbing, debemos hacer algo más que criticar la tecnología. Necesitamos algo que la reemplace. Nada podría ser más beneficioso para la familia y la sociedad que restaurar el arte de contar historias.

Quizás, aún no sea demasiado tarde para su familia. Las vacaciones, especialmente la Navidad, son buenas oportunidades para tratar de restaurar la narración en la familia a su lugar elevado. Después de todo, nada habla de modo más emocionante que las narraciones del nacimiento de Jesús, lo que algunos han llamado la mejor historia jamás contada.


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