La tiranía abortista prohíbe rezar, pero…

La noticia seguro que la conocen. Se ha prohibido rezar delante de los abortorios (centros de eliminación de seres humanos en gestación). El hecho es de una gravedad inmensa. No sólo se vulnera el derecho natural, sino también el constitucional a la libertad de culto y el de libre circulación por la vía pública. La prohibición constituye un dictado tiránico más de los muchos que poco a poco, pero sin pausa, nos retrotraen cada vez más a los tiempos de la Unión Soviética y más en concreto en nuestro caso a la media España que quedó bajo la dictadura del Frente Popular marxista-leninista de 1936 a 1939. La dictadura que nos somete cada día más, se ha quitado otra de sus principales caretas con las que se cubría: la de la tolerancia… bien que sólo a los ojos de los idiotas, de esos que pensaban, y siguen pensando que «eso no puede ocurrir aquí» o «mientras no me afecta, me da igual» o de los que viendo las barbas de su vecino quemar con cualquier excusa, siguen sin poner las suyas a remojar.

De todas formas era de esperar, pues dicha dictadura de la ideología de género y de lo políticamente correcto ya sabemos de qué va y a dónde quiere llegar… pasito a pasito. Lo más triste es lo que también era de esperar: ese silencio cobarde y cómplice de la jerarquía eclesiástica y de la práctica totalidad del clero, para qué decir de los fieles, ante semejante atropello. Esto es lo más grave, porque el mal avanza sólo cuando no se le planta cara, cuando se le deja el campo libre, cuando no se le combate.

La buena noticia es que con tal medida hasta los propios abortistas, hijos por lo tanto de Belcebú al cual sacrifican los niños en holocausto infame, reconocen la eficacia de la oración ante los abortorios, porque si no fuera así les daría igual. La mala noticia es, como hemos dicho, que quienes deberían creer a pie firme en esa eficacia, es decir, clero y fieles, en realidad no crean y no luchen por ese derecho y obligación como es el rezar por esos niños inmolados a Baal, cuyas almas irán al Limbo donde, aunque no padecerán, tampoco se beneficiarán de la Gloria infinita de ver cara a cara a Dios.

No obstante, y como en la vida siempre hay excepciones, bien que por desgracia son las que confirman la regla, rendimos aquí un sencillo pero sincero y emocionado homenaje a los que no se rinden, a los que sí que se enfrentan al enemigo, a los que no cejan en el empeño, a los que dan la cara, a los que, en definitiva, obedecen antes a Dios que a los hombres, es decir, a los que ante tamaño abuso han decidido abrir pisos (pagando de sus bolsillos) de oración y acogida precisamente frente a los abortorios. Bien por ellos. Que cunda el ejemplo. A ellos Dios se lo premiará, a los otros se lo demandará de una manera especialmente exigente.

VÍDEO DEL DÍA DE INAUGURACIÓN DE UNO DE ESTOS PISOS

Claro que el odio de los asesinos de nasciturus no ha tardado en dejar su huella


2 respuestas a «La tiranía abortista prohíbe rezar, pero…»

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