La visita de Mons. Schneider, un soplo de esperanza para la España católica que se resiste a morir

Tuve la inmensa dicha de poder cubrir, por tercera vez, la tercera visita de Mons. Schneider a España, gracias a la confianza de Luz de Trento y Oriol Ferré y a la impecable labor profesional y celo apostólico de Carlos, el realizador de Agnus Dei Prod.
Fue una semana intensa siguiendo los pasos de Monseñor desde la mañana hasta la noche desde su llegada a Barcelona, hasta su partida desde Madrid, pasando por Toledo y otros lugares emblemáticos. Un inmenso privilegio poder ser testigo del actuar de un hombre santo, siempre amable y sonriente, pero con firmeza y perfecto dominio de sí.
Hubo diferentes actos, encuentros y conferencias públicas y privadas en lugares muy emblemáticos. En los actos públicos del Círculo Ecuestre de Barcelona, Espacio Ardemans y los hoteles de Madrid y Toledo no cabía ni un alfiler. La sala estaba abarrotada para escuchar a uno de los obispos más valientes, que habla más claro y más firme en la defensa de la sana doctrina católica, pero manteniendo unas formas muy equilibradas y nada estridentes.
Los temas de las conferencias fueron muy interesantes como la importancia de que haya presencia católica en la vida pública y en la política y sobre los signos de esperanza ante una sociedad occidental en descomposición. También participaron diferentes intelectuales españoles como Javier Barraycoa, Alberto Bárcena o el P. Gabriel Calvo Zarraute y los políticos de Vox, Jorge Buxadé y Manuel Acosta, sin duda el sector más católico del partido de Abascal.
Además de ello, volvió a defender la Misa tradicional, hoy tan perseguida, diciendo que en caso de prohibición sería lícito y hasta heroico celebrarla en la clandestinidad y que las futuras generaciones agradecerían el épico gesto de no dejar morir la Misa de siempre. También, como pastor que vela por las almas, insistió en la imperiosa necesidad de recuperar las buenas costumbres en la sociedad y la pureza de la juventud, siendo la devoción a la Virgen el mejor antídoto contra las herejías y las ideologías.
Por último me impresionó el gran amor que tiene a nuestra patria y su gloriosa historia, tan esencialmente ligada al catolicismo. Especialmente se mostró muy sensible al heroísmo martirial de la Cruzada Nacional. Monseñor sería partidario de que se canonizasen en una ceremonia solemne todos los mártires españoles que aún están sin canonizar. Dios le oiga. Sería un gran revulsivo espiritual y un signo de esperanza muy poderoso en estos tiempos convulsos.

Con todo lo indigno que se viene obedeciendo desde el Vaticano, demasiado tiempo sin rechistar, sumisos por seguir comiendo de la mano que lo fagocita a ser un miserable, sin tener valor de enfrentar al demonio de la mentira, ni una triste manifestación sacerdotal contra el maligno y sus potestades en la Tierra, mejor no esperar nada de ellos, más pan y circo de lamentos para endulzar el dolor y sufrimiento causado. Toca despertar de tanto engaño y no me vengan que soy anticatólico o ateo o cualquier adjetivo para descalificarme. La verdad sin complejos como bien detalla este espacio digital.
Saludos cordiales
Las cosas claras y el chocolate espeso. Más razón que un santo, lo que pasa es que las verdades ofenden. Ya está bien de farsantes, de cobardes, de miserables, de mercenarios, de malvados, de escoria.
Un cordial saludo y ¡ARRIBA ESPAÑA SIEMPRE!
Parece que hay quien piensa que el Vaticano debe y puede solucionar todos los problemas que se crean en todos los países del mundo.
Aunque siempre será insuficiente, bastante hace la Iglesia Católica. Mucho más que todas las ONG’s, sociedades filantrópicas, humanitarias, etc., que puedan haber, y Monseñor Schneider es uno de sus más dignos representantes, además de muy sensible a la realidad de España.
“ La religión es lo que evita que los pobres asesinen a los ricos “
Napoleón Bonaparte
Animo, la victoria final, esta garantizada.
Un abrazo.
PD. Un saludo a la censura oficial.