Las Mujeres y el Derecho. (Opiniones reales, pero políticamente incorrectas)

Estos días de asueto, que no de descanso, he repasado un pequeño gran libro: “Una introducción al estudio del Derecho”, de don Álvaro D´Ors, que en paz descanse.
Eminente jurista, Maestro de Maestros, dedica el apéndice III a “La mentalidad jurídica”, y dedica una especial atención al papel de las mujeres.
Yo manejo la 2ª. Edición, publicada en Madrid por Madrid, en 1963, por Ediciones Rialp, y comprende las págs. 143 a 156, ambas inclusive.
Establece dos tipos básicos de juristas, los ordenancistas, que se atienen a las normas legales o reglamentarias, y los judicialistas.
Respecto a las mujeres, considera que: “…es un hecho reiteradamente comprobado que, con ser muy capaces de especial inteligencia, carecen, sin embargo, de aquella limitación que impide volar al pensamiento como desprendido de los datos formales y concretos que constituyen el marco imprescindible del jurista, a la vez que carecen también de aquella capacidad de generalización que impide apegarse excesivamente a los accidentales datos personales del caso.
Así, suele la mentalidad femenina pasar rápidamente de una baja visión, puramente afectiva, de la circunstancia humana del conflicto a estratosféricos ideales de justicia, sin detenerse en aquella zona intermedia, de generalización relativa y concreta, que constituye la atmósfera donde habita el “hombre de leyes”…
En todo caso, de tener que comparar la mentalidad de las mujeres con algunos de los tipos anteriormente referidos, debe aproximarse al burocrático y nunca al de los judicialistas; el oficio de juez es esencialmente viril; diría, casi por derecho natural…”.
Explica los dos tipos básicos de juristas.
“Ordenancistas.
Así, para los ordenancistas, el derecho es un producto de la potestades el poder público, encargado de organizar la vida social y de realizar coactivamente el bien común, quien crea las normas del derecho, como pauta para la circulación de todas las actividades sociales…
Para los ordenancistas, la justicia es simplemente el ajuste de ese aparato normativo…
Por otro lado, quien se prevale de ese orden público actúa siempre justamente, y sí, en casos concretos insoportables, debe rectificarse a justicia con otras consideraciones de pública moralidad, se hace por razón de abuso de derecho…
Por último, estos ordenancistas consideran que la vida social requiere una ordenación total, para que nada quede fuera de la previsión del bien público y de la justicia…
El mismo respeto a la ley estatal lleva a los ordenancistas a no respetar excesivamente el tenor literal de la ley defectuosa, como el que suple las deficiencias de una persona a la que se quiere bien.
Son los jueces, sobre todo, quienes deben rendir ese obsequio a la ley, pues son ellos los servidores a los que incumbe la honrosa misión de custodiar las leyes y la justicia que aquellas leyes encarnan”.
Para el autor: “Por lo demás, esta especial idoneidad de la mujer para el oficio jurídico es congruente con el hecho de que siguen siendo pocas las jóvenes que eligen la carrera de derecho (eso sería antes, pero no ahora, que son mayoría…).
En todo caso, de tener que comparar la mentalidad de las mujeres con algunos de los tipos anteriormente referidos, debe aproximarse al burocrático…
“Judicialistas.
Para los judicialistas, en cambio, el derecho es una buena resolución de conflictos que se presentan entre los hombres, y consiste fundamentalmente en opiniones útiles para juzgar casos concretos…
El que exista un aparato de fuerza para imponer coactivamente tales resoluciones viene a ser para ellos algo secundario: no porque carezca de importancia, pues la tiene muy visible, sino porque se considera que ese problema de la aplicación coactiva excede del interés del jurista: es cosa de alguaciles y no de prudentes.
Por ello mismo, el derecho no es necesariamente estatal para esta mentalidad…
El mismo derecho natural y el internacional son para él opiniones respetables, incluso indiscutibles a veces.
Para estos judicialistas, el derecho es un producto no de la potestad estatal, sino de la autoridad de los hombres prudentes que saben resolver casos, de los autores de derecho.
No se trata, para ellos, de ordenar la vida social, sino de resolver cuestiones jurídicas particulares, con lo que también cooperan al bien común, pues el bien común se compone como suma del bien particular de todos los que componen la comunidad…
La justicia, para ellos, es el arte (lo que no cosa distinta de la ciencia) de juzgar bien, dando una opinión acertada. Pero toda opinión judicial, como cosa humana que es, tiene una justicia tan sólo relativa, pues sólo Dios es absolutamente justo.
Pero toda obra de un juez queda siempre sujeta a posible crítica, tanto por otros jueces de instancias superiores como, en el terreno doctrinal, por quien entiende de derecho.
Consistiendo el derecho en estas opiniones judiciales, no se puede hablar ya de “abuso del derecho”, pues toda conducta reprobada por un juez no es ya abusiva, sino simplemente “antijurídica”, aunque pueda hallarse al amparo de alguna ley estatal.
…las leyes no son absolutamente necesarias y también se puede vivir sin ellas. Es más, conviene que no se legisle excesivamente, pues las muchas leyes perturban el carácter privado que parece esencial al verdadero derecho; por lo demás, no hay que andar cambiando las leyes…
Esta mentalidad judicialista, entroncada con el más puro derecho romano y, en distinta forma, con el actual derecho anglosajón, es minoritaria, pero quizá el lector haya podido adivinar que el autor de este artículo se encuentra personalmente dentro de esa línea de pensamiento jurídico.
Raíces del ordenancismo.
Nos atrevemos a decir así:
En un principio fue la autoridad. Y la autoridad de los que sabían juzgar declaraba el derecho, y sus sentencias eran el derecho.
La potestad no hacía el derecho, sino que ponía límites a la vida social y organizaba su defensa.
Las leyes de la potestad no se interferían en el derecho, sino que procuraban su aplicación efectiva mediante la autorización de la violencia privada.
…Pero la potestad llegó a absorber la autoridad, y el poder se hizo autor del derecho, y no vino a haber más derecho que el impuesto por las leyes dictadas por la potestad.
… Y los prudentes se hicieron funcionarios servidores del Estado, los jueces, magistrados.
… Y no hubo más autoridad que la potestad; los agentes del orden público se hicieron agentes de la autoridad.
La prudencia del derecho se hizo providencia del orden social…
El jurista, en cambio, ha de seguir enfrentándose no con ordenaciones, organizaciones y planificaciones, sino con los concretos conflictos que dentro de cada orden han de surgir.
Porque éste es límite propio del jurista, aunque se crea autor y creador del derecho, fundado en su propia autoridad científica y social, sabe bien que la estructura del orden dentro del cual actúa y ajusta sus resoluciones para los casos concretos no es obra suya, sino que le viene dado de fuera…
La actitud de los judicialistas será siempre la misma: dada la realidad social que nos viene dada, en este caso Ticio tiene razón contra Cayo, según la opinión más probable.
Estos son los límites de la función del jurista, pero también su coto de libertad y dignidad profesional.
Concluyendo.
Aquella doble mentalidad a la que nos hemos venido refiriendo –ordenancistas y judicialistas- tiene en el fondo esta explicación: se han confundido bajo el nombre de Derecho dos cosas distintas, a saber, la Ciencia de la Organización y el Derecho propiamente dicho o Jurisprudencia. Ha llegado la hora de discernir bien las dos profesiones, cada una de las cuales exige su propia mentalidad y su propio método. El futuro parece volver a aquel etymos nomos anteriormente descrito, a una nueva comprensión de la antítesis genuina entre organizadores y juzgadores, entre potestad y autoridad, entre ley y derecho”.
Amén.
https://www.ramirograumorancho.com

La pura y dura realidad.
El 90% de las mujeres juristas, jueces, fiscales, etc., siempre reman a favor del viento.
Y, cuando tienen que dar la cara, exponiéndose a sufrir represalias, se arrugan, pues su naturaleza femenina, débil, les impide afrontar la situación con la dignidad debida.
Particularmente pienso que es un error llenar la judicatura y la fiscalía de mujeres…, salvo que lo que se pretenda sea tener un ejército de juristas sumisas y débiles.
Totalmente de acuerdo con Vd. y también ha contribuido a una mayor desconfianza en la Justicia además de generar en muchos casos un enorme retraso en la resolución de los procedimientos judiciales.
Creo que don Álvaro andaba muy bien encaminado en su apreciación, aunque eso pueda parecerle «blasfemia» a no poca gente, en estos tiempos locos que nos ha tocado vivir.
«Para decir la verdad, hay que ser capaz de conocer lo que es la verdad y lo que es mentira, ante todo en sí mismo… Pero esto es lo que nadie quiere saber»
Gran frase de G.I. Gurdjiielff, construir sociedades con pilares bajo cimientos de barro, es lo que hoy tenemos.
Saludos cordiales
Cambio, bajo, por asentamiento en cimientos de barro.
Disculpen.
A excepción de DOÑA MERCEDES AYALA, pocas juezas son dignas de serlo, pues les falta valentía, gallardía, etc., y siempre reman a favor de la corriente, es decir, del poder.
Verbigracia: 2 magistradas del TS votaron a favor de la ABSOLUCIÓN DE GRIÑÁN, por malversas 860 millones de euros de dinero público, y eso como mínimo.
¿Curíoso, no…?
Don Álvaro D´Ors era un gran intelectual, católico a machamartillo, y un carlista convencido.
Contribuyó a sentar las bases de la UNIVERSIDAD DE NAVARRA.
Descanse en paz. Nunca le olvidaremos.
El problema de la Justicia no creo que sea un problema de hombres o mujeres.
A lo mejor afinando afinando en el grado sumo de la Justicia un hombre podría tener más sentido jurídico o de la Justicia con mayúsculas que una mujer, no necesariamente, o al menos yo no lo creo , y no porque lo diga Álvaro D´Ors va a ser necesariamente verdad, pero acepto que llegado el caso pueda ser posible aun no estando de acuerdo con esa afirmación. Pero eso sería en el grado sumo, que no es el caso de la Justicia mediocre que se práctica en España desde hace más de 40 años. Por poner un ejemplo a lo mejor un Volkswaguen corre más o es mejor coche que un Renault, pero eso es si ponemos a ambos coches al máximo de prestaciones, en cambio si los utilizamos para andar unos pocos metros y sin pasar de 40 km/h. poco importa si uno es mejor que el otro porque a ese nivel ambos son iguales.
El problema de la Justicia en España además de orden legislativo (que las leyes son una basura, no buscan la Justicia ni el bien común sino los intereses de los imperantes y su séquito que son los que hacen las leyes para imponer la indefensión, la iniquidad y la injusticia), en el plano personal, es decir referido a las personas que ejercen este Poder del Estado que es a la vez además de uno de los tres Poderes, un servicio público, es de un doble defecto:
– falta de actitud ética
– falta de cualificación técnico-jurídica.
A mi modo de ver a los Jueces (y fiscales) en la parte que yo conozco que es sobre todo la parte Contencioso-administrativa y en mucha menor medida la penal, en la mayoría les falta cualificación técnico-jurídica y les falta actitud ética.
Yo admito que un juez (Magistrado) de lo Contencioso no conozca el Decreto del año 67 que que regula la distancia que tienen que tener los árboles forestales de los cultivos, ahora lo que no puedo admitir es que desconozca el art. 106, 1º de la Constitución Española que es el que establece cuál es el papel de los Juzgados y Tribunales de lo Contencioso-administrativo en esta clase de juicios, que no es el de mamporreros de las injusticias e ilegalidades de la Administración sino justo lo contrario: Art. 106, 1º CE:
«Los Tribunales controlan la legalidad de la actuación administrativa y el sometimiento de ésta a los fines que la justifican».
Y desconocen el conte4nido del art. 117, 1º CE:
«La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos ÚNICAMENTE al imperio de la ley.»
Preceptos que son incompatibles con actuar de mamporreros de las ilegalidades de las personas concretas que se esconde detrás de la palabra «Administración» (Administración Pública).
Por tanto acepto que no se sepan normas muy específicas del Derecho Administrativo y haya que dárselas, pero lo que no acepto es que su falta de cualificación técnico jurídica llegue al extremo de desconocer los preceptos constitucionales que definen cuál es la misión y el papel de los juzgados y Tribunales en el procedimiento contencioso-administrativo ,m o que no conozcan algo tan básico como la Ley de Procedimiento Administrativo o la Ley Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-administrativa. No puede ser que un juez de lo C-A no haya llegado leyendo al art. 26 de la Ley de la Jurisdicción y no sepa la diferencia entre recurso directo o indirecto y le inadmitan a la gente una demanda por no haber impugnado la convocatoria sino solo el acto que aplica dicha convocatoria.
La función jurisdiccional no solo requiere conocer las normas jurídicas, sino que es preciso además tener la actitud ética de darle la razón a quien la tiene. Viendo al Ministro del Interior actual podemos hacernos una idea de lo que un señor disfrazado de juez puede llegar a hacer si carece de la actitud ética de buscar la verdad y adherirse a ella, dándole la razón a quien la tenga. Esto también falta en los jueces, unas veces por no darse el trabajo de leerse las demandas o estudiarse los casos como deberían y otras muchas veces porque aun siendo una obviedad quien lleva razón no hay voluntad de darle la razón a quien la tiene.
Con este «nivel» ´ético y técnico-jurídico, la discusión sobre si los hombres son mejores juristas que las mujeres me parece fuera de lugar, es cono si una persona no tiene ni unos pantalones que ponerse, y en lugar de comprarse por lo menos unos pantalones y una camisa, lo que se compra es una chistera de esas de color gris que se ponen los lores ingleses para presenciar las carreras de caballos.
Desde la reforma de 2015 el Tribunal Supremo en lugar de resolver los Recursos de Casación (en el sentido que corresponda, estimatorio o desestimatorio) se dedica inadmitir el 98% de los recursos, es decir a tirarlos a la papelera. El art. 5, 4º de la LOPJ dice que la infracción de precepto constitucional justifica la interposición de Recurso de Casación una vez agotadas las instancias anteriores. Puedes invocar la infracción no de un precepto constitucional sino de 30 ó 40 preceptos y el resultado es el mismo , 98% de inadmisiones. Esto significa que la Constitución como norma jurídica carece ya de ningún valor, solo sirve para que cada 6 de diciembre saquen a los niños en los telediarios haciendo dibujos sobre la Constitución, sin ninguna eficacia jurídica ni en este terreno ni en ningún otro (lo podemos ver en Cataluña con la persecución del Español).
Igual ocurre con el Recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, el índice de inadmisiones es del 97% ( es decir quitas a los etarras, a los separatistas catalanes y a alguno con apellido ilustre y para el ciudadano corriente el índice de inadmisión prácticamente es del 100%) . Índices de inadmisión cercanos al 100% son incompatibles con el carácter inviolable de los Derechos Fundamentales (art. 10,1º CE), con el principio de interdicción de la arbitrariedad (art. 9, 3º CE), y de tutela judicial no de papel mojado sino EFECTIVA y prohibición de la indefensión (art. 24, 1º CE).
Con este panorama, faltando en materia de Justicia en España hasta lo más básico y elemental, el discurso no es ni debe ser si las mujeres son peores o mejores juristas que los hombres, porque esto es como no tener zapatos, ni ropa interior, ni unos malos pantalones que ponerte y preocuparte de comprarte una chistera.
Los Colegios de Abogados guardan cómplice silencio sobre esta situación, y los partidos políticos lo mismo, sobre la falta de tutela judicial efectiva que hay en España. Incluso VOX en lugar de denunciar esta lacra lo que hace es ponderar permanentemente a los Tribunales y hacerles la pelota cuando lo que merecen es censura y reproche.
Como siempre , es mi punto de vista.
Por supuesto que la falta de Ética en Jueces y Fiscales es perjudicial al igual que la falta de preparación técnico-jurídica que no llega con solo aprobar 300 o 400 temas memorizados de “papagayo”, es necesario un recorrido largo de trabajo que muchos jueces y fiscales no realizan tras años de ejercicio profesional por falta de dedicación y de preparación, encontramos sentencias que están fundamentadas jurídicamente con un “corta y pega”.
En la mayoría de los países civilizados, los jueces y fiscales se eligen entre profesionales del Derecho, Abogados, y algún Profesor Universitario, que han acreditado diez o quince años de ejercicio, y tienen por tanto la madurez que dan los 35-40 años.
Aquí, en cambio, son imberbes, o mozuelas que aún no han tenido novio…
Y esto se nota mucho en el trato, sobre todo si eres un abogado mayor, como erl que suscribe, que ves como actúan con un cierto recelo, o con una gran prepotencia, fruto de la ignorancia, que de todo hay.
Un juez o fiscal ha acreditado en un momento dado, tener un mínimo de conocimientos para no hacer, a priori, el ridículo, pero los abogados acreditamos todos los días nuestra competencia y preparación, o acabaremos fracasando profesionalmente.
Así es la mayoría están a otras cosas, impartir justicia requiere mucha entrega y desde hace cuatro décadas la carrera judicial y fiscal se ha ido cubriendo de funcionarios con mucho postureo y falta de rigor.
A lo que se añade una cierta despreocupación por hacer JUSTICIA.
Es necesaria la vocación como en la Medicina, entre otras cosas por el daño enorme que pueden hacer a las personas.
¿Y no cree usted que muchas de esas personas son mujeres, que tienen que atender a su marido, o pareja, a sus hijos, padres, etc., y que al final aspocian ser fiscal o juez con la ley del mínmo esfuerzo…?
Por supuesto, también hay muchos hombres, sobre todo en la fiscalía, que parece que están siempre de vacaciones, en animadas tertulias de una hora o dos en las cafeterías próximas a los juzgados, etc.
(También hay honrosas excepciones, por supuesto, y ante las cuales me descubro).
Dñçª Isabel, la felicito por su comentario.
Los jueces peores no son los de carrera sino los que han accedido a la carrera judicial desde el calificativo de «jurista de reconocido prestigio» (?).
«Reconocido prestigio» por quién?, por la prensa roja, o por las televisiones en manos del comunismo y la masonería. Recordemos al Juez Estevil, que accedió a juez por esta vía del «reconocido prestigio» , y luego se dedicaba a extorsionar a los justiciables, o pagaban o iban a la cárcel.
Las americanadas de la Justicia (ley del Jurado, destrucción de la condición de funcionarios públicos con todo lo que ello significa cuando se hace honor a lo que representa, elección de jueces y fiscales en plan marketing, etc) solo traen más caos y más destrucción de lo que debe ser el Norte y el vértice de la pirámide en este tema que es algo que está desaparecido en España:
la RECTA administración de Justicia.
A mayor mamoneo menos Justicia, Que no se nos olviden cómo la prensa y las televisiones alzaron a sujetos como Mario Conde, Baltasar Garzón o el propio Juez Marlasca, actual Ministro del Interior y los presentaron como héroes parta la plebe cuando en realidad de héroes tenían bien poco (masón el primero, judío, prevaricador y abogado de los narcos el segundo, y un trápala de campeonato el tercero).
En España hace falta gente decente, y eso es lo que no hay en Esta España, en ningún sector, tampoco en el de la Justicia, por eso estamos donde estamos.
La mayoría. Se usa y abusa del corta y pega…
Hace unos años un juez de carrera dictó una sentencia totalmente copiada de otra, pero se había olvidado de cambiar los datos de los litigantes, y puso los del asunto anterior.
Como me daba vergüenza ajena decirselo -era un chico joven, hijo de un magistrado de la audiencia provincial, encima-, encargué al procurador que, muy sutilmente, comentara el asunto con los funcionarios, para que rectificaran debidamente, como así sucedió.
En términos generales, coincido con usted.
Ahora bien:
1. ¿Conoce usted muchas juezas o fiscales con los ovarios de doña Mercedes AYALA?
2. Cinco magistrados del Tribunal Supremo confirman la sentencia de los ERES, por el latrocinio PSOE/UGT de 680 millones de euros, que se sepa.
Pues bien, dos votanm a favor de la absolución.
«Casualmente», las dos son mujeres.
He trabajado doce años en la Justicia, y en puestos relevantes, secretario, fiscal y juez.
Pues bien, siempre he visto la máxima cobardía en las mujeres, a la hora de enfrentarse al poder…
Por su propia fisiología, la mujer rehusa siempre el combate, salvo alguna rara -muy rara- excepción.
Comprendo que no es políticamente correcto decir esto, pero es la verdad, al menos mi verdad.
Saludos cordiales, a usted y a todos los lectores interesados en estos asuntos.
Sobre la tema del artículo no voy a opinar ya que desconozco completamete la problemática del mismo, pero quiero aprovechar la ocasión para expresar mi admiración por doña Mercedes Alaya.
Totalmente de acuerdo con usted.
No entiendo como esta señora no es condecorado por el Ministerio de Justicia, y/o por el Gobierno, la verdad…
(Bueno, si que lo comprendo, sobre todo con este desgobierno de gente a los que les sacó los colores).
El problema de la Justicia de algún modo lo simboliza o lo representa la Jueza Alaya:
esta mujer ¿por qué es famosa?
es famosa porque es la excepción a un Poder judicial politizado al servicio del sionismo, el PSOE y la antiEspaña (valga la triple redundancia). Si esta jueza no fuera la excepción sino la regla general no llamaría la atención, llama la atención porque es un mirlo blanco en una bandada de mirlos negros. No perdamos de vista que el propio tribunal que ha condenado a los caciques del PSOE de Andalucía les ha perdonado la vida a todos ellos, la pena más alta, los 6 años a Griñán, que es Funcionario del Cuerpo de Inspectores de Trabajo y por tanto no puede alegar ignorancia de cuestiones básicas de los delitos de los Funcionarios y autoridades públicas, no son nada con los 15 años que le han caído a la mujer del Tesorero del PP Sr. Bárcenas por actos no cometidos por ella sino por su marido, cuando a la Infanta Cristina por actos cometidos por su marido no le han caído nada, y al máximo responsable de la trama de los ERE de Andalucía, M. Chavez, a ese nada, a ese la impunidad que la tienen garantizada los rojos desde que mataron a Carrero Blanco.
Y podíamos no parar: cuando los rojos gritan a Ortega Lara «ETA mátalo», y el Fiscal del odio le pilla siempre en la ducha y no se entera, y solo está si alguien dice algo contra Pablo Iglesias. Con este panorama, que es solo una muestra de lo que es la regla general y solo hay que ver el mamoneo con la huida y sostenimiento de Puigdemont, el mamoneo del Tribunal Supremo con el juicio contra los separatistas catalanes modificando la calificación jurídica obvia para que se vayan de rositas y estén en la calle apenas unos meses despues y sigan delinquiendo sin que nadie haga nada, y Marchena y el resto no eran mujeres, el mamoneo que fue el juicio del 11M y el Juez Bermúdez tampoco es mujer, el mamoneo de la Manada, también con jueces hombres, cuando luego ha habido violaciones iguales o peores y se ha actuado de modo muy diferente, tanto respecto de unos policías que consumiendo drogas violaron a una joven prevaliéndose de su condición de policías, como las violaciones cometidas por marroquíes, el Mamoneo de las sentencias de Conde Pumpido que tampoco es mujer respecto de la profanación de la Tumba de Franco , el mamoneo del genocidio de ancianos en las residencias durante la situación covid que no se ha hecho nada para no imputar a Pablo Iglesias, cuando se les ha dejado morir de una manera atroz y se les ha negado la asistencia sanitaria después de haber cotizado la mayoría de ellos más de 40 años, y un largo etc.
A nivel Institucional (Jueces, Fiscales, Abogados del Estado, Letrados de la Administración, etc) no hay ningún jurista que digas, yo ante esta persona me quito el sombrero, ni hombres ni mujeres, y ante este panorama de mediocridad y de miseria moral y jurídica, no sé hasta qué punto tiene sentido decir que los hombres son mejores juristas que las mujeres cuando hoy por hoy los juristas institucionales (los que ocupan puestos y cargos públicos como jueces, fiscales, y todo lo demás) no valen un duro ninguno, ni mujeres ni hombres, ni hombres ni mujeres. Pésimos todos, incluidos los que los medios de comunicación elevan a los altares por razones de propaganda, incluida la Ministra de Defensa e incluido el Abogado del Estado de «Ciudadanos» Edmundo Bal que según la propaganda era la pera limonera y no vale un pimiento, para qué contar los «juristas» encuadrados en el PSOE, que eso ya es la morralla de la morralla.
Es verdad que juristas como Justiniano en la época Romana, o Castán en el siglo XX (o Elías de Tejada, que lo prefiero a Eugenio D’Ors) no tienen un equivalente en mujer, (en el caso de Justiniano lo entiendo, en el caso del siglo XX y XXI no tiene disculpa) pero creo que hay que ser humildes y plantear esta cuestión el día que los hombres juristas puedan sacar pecho y no ser una vergüenza nacional como lo son hoy, incluidos los Colegios de Abogados que desde que el PCE los manipuló para sacarlos a la calle cuando el atentado amañado de los Abogados laboralistas en 1977, no han vuelto a salir a la calle, a pesar de los muchos motivos que ha habido y hay para hacerlo, desde las tasas judiciales que implantó Gallardón para restringir el acceso a la tutela judicial efectiva, la reforma del régimen jurídico de las costas en la primera instancia judicial, para amedrentar a los ciudadanos, la desaparición en la práctica tanto del Recurso de Casación ante el Tribunal Supremo como del Recurso de Amparo ante el Tribunal Constitucional,… todos callados como putas. Han quedado para organizar cenas con los Presidentes de las Audiencias, y hacerles la pelota que en eso no hay quien les gane. Una verguenza.
Pongamos un ejemplo. Qué pasaría si planteáramos que los políticos hombres son mejores que los políticos mujeres. Es verdad que los dos políticos mejores que ha tenido España en el siglo XX (y lo mismo si en lugar de 2 citamos 20 ó 30) son hombres. La talla intelectual y política de José Antonio Primo de Rivera o de D. Blas Piñar López no tienen parangón con ninguna mujer… pero tampoco con ningún hombre.
En la actualidad el mejor político al lado de cualquiera de estos dos, incluido Abascal, no le llega ni a la suela de los zapatos.
Qué sentido tendría en la actualidad, que la mediocridad y la basura en todos los sentidos con escasísimas excepciones que valen más por la bajeza de los otros que por méritos propios, es la regla general y generalizada, plantear la cuestión de que los políticos hombres son mejores que los políticos mujeres?.
¿Qué sentido tiene diferenciar por sexos lo que es basura generalizada sin distinción de sexos?
¿Pepiño Blanco, es mejor que Bibiana Aido,?
¿Manuel Chávez es mejor que la «cascarriosa» Ministra de Hacienda?.
¿El Ministro de Consumo que está ocupando un cargo exclusivamente para sostener en el Gobierno a Pedro Sanchez es mejor que la Ministra de Igualdad que es ministra porque así lo exigió su marido entonces?,
¿Pedro Sanchez es mejor que Merichel Batet?
¿Pablo Casado es mejor que Cuca Gamarra?.
¿Pío García Escudero es mejor que la exVicepresidenta Teresa Fernández de la Vega?,
¿Zapatero es mejor que Carmen Calvo?
¿El exMinistro Ávalos es mejor que la «médico y madre» de Podemos?
¿El hijo tonto de Adolfo Suárez es mejor que la hija tonta de Vestgringe?
Y podríamos seguir hasta el infinito nombrando una detrás de otro a todos los políticos. Con este «material» , que es pura chatarra, qué sentido tiene plantear que los políticos hombres son mejores que los políticos mujeres cuando unos y otros no valen un duro ninguno.
Con la Justicia pasa igual.
El problema de la Justicia en España es un problema de falta de personas decentes que aun en la oscuridad de la noche no se desvíen del principio de «Recta Administración de Justicia» , cada uno en su puesto, sin esperar nada a cambio. Cuando uno en el cambio se da cuenta de que la dependienta, al devolvernos el cambio, nos da un billete de 20 euros de más, no reacciona uno de inmediato devolviendo ese dinero de más porque vayamos a obtener algo a cambio sino que lo devolvemos porque no es nuestro y porque no queremos que el empleado tenga problemas cuando al final de la jornada hagan caja y vedan que faltan 20 €.
La sociedad española ha dejado de ser cristiana. Esto tiene una lectura y un efecto en lo puramente religioso, pero tiene también una lectura y un efecto moral: que la gente vive de espaldas a Dios en lo religioso pero también en cuanto a virtudes cristianas, relativas a la Justicia, como la defensa de la Verdad, el ser justos, el vivir honradamente, el no mentir, el no ser indiferente ante la iniquidad el atropello y la injusticia, la humildad, el valor de ser decente por encima del valor imperante del dinero y el poder, etc.
Ante esta ausencia generalizada de virtudes, de las antiguas virtudes cristianas que existían en las personas aunque no practicaran de forma activa la creencia en Dios, y no fueran a misa y todas esas cosas, pero eran cristianos en todo lo demás, pero hoy te encuentras jueces (tenemos el ejemplo del Ministro del interior) que son capaces de tragarse una noria o una cosechadora y no rasparse lo más mínimo la garganta. Esta es la capacidad que tienen para mentir y para manipular. Te encuentras jueces que en lugar de buscar la verdad y adherirse a ella, lo que hacen es robarle el partido a la gente por razones políticas o por lo que sea, pero no jurídicas porque con la Ley en la mano les debería dar la razón y se la niegan por la cara, con todo descaro y sin ninguna consecuencia. Cuando no tienen argumentos para el robo, eluden el cumplimiento del art. 67 Ley de la Jurisdicción C-A y se niegan a resolver la parte donde le tendrían que dar la razón, como le paso al Brigada de Cádiz acusado de franquista, que para no darle la razón nadie quiso entrar en los motivos de nulidad de pleno derecho y violación de derechos fundamentales que era precisamente la parte más importante jurídica y constitucionalmente de su recurso. El art. 67, 1º es muy claro: «La sentencia decidirá todas las cuestiones controvertidas en el proceso», por tanto no se puede omitir un pronunciamiento sobre la parte más importante del objeto del proceso, pero ya sabemos que una de las características de los paises izquierdistas es que la Ley sólo vincula cuando conviene a la anti-España, cuando no careced de ninguna virtualidad. Y tan panchos.
Te encuentras Fiscales que en cuestiones políticas y de poder solo actúan si es para hacerle el juego al PSOE y a Podemos, para todo lo demás, sordera crónica. Y que se salve el que pueda.
Te encuentras Abogados del Estado y Abogados de las CCAA que han desertado de su condición de Funcionarios Públicos, y como tales del Código ético de de los Funcionarios Públicos contenido en los arts. 52, 53 y 54 del Texto Refundido del Estatuto Básico del Empleado Público. Como la cosa más natural del mundo han dejado a un lado los principios éticos y jurídicos de la Función Pública y actúan como si fueran los abogados de la Mafia, haga lo que haga el mafioso, sea matar, vender droga o sobornar a un político el abogado de la mafia defiende a su cliente. De modo parecido, sea cual sea la ilegalidad que cometan las personas que se esconde detrás de la palabra «Administración Pública» (personas concretas que se valen de su condición de funcionarios o autoridades) ahí que se tiran los Abogados de la Administración a defender sea lo que sea. Por ejempolo un proceso selectivo abierto a funcionarios de toda España, se cierra el plazo de presentación de solicitudes un viernes, y el lunes ya se publica el nombramiento del candidato oficial, sin dar tiempo ni tan siquiera a que las solicitudes presentadas en los últimos días lleguen a la sede del Órgano administrativo que tiene que valorar los méritos de los candidatos y realizar las actuaciones previas a la Resolución de nombramiento que diseñaba la propia convocatoria que está para cumplirla no para saltársela total y absolutamente, y que se omiten en su totalidad. Y ni por esas el Abogado de la Administración sale al paso de semejante mamoneo y hace lo que la Ley que regula su estatuto dice que hay que hacer, que es denunciar es<
a actuación de grosera ilegalidad, sino que asume la defensa de la Administración (de las personas que se esconden detrás de la palabra Administración para actuar con desviación de poder) no como funcionario público que es lo que son sino como si fueran los abogados de la Mafia, que defienden a su representado haga lo que haga.
No es que en el tema de la Justicia falle este o aquel colectivo, el de los jueces por ejemplo o el de los fiscales, sino que fallan todos los colectivos y todas las personas individuales, Yo llevo años luchando contra la corrupción administrativa y jamás he encontrado apoyo en nadie, como no sea en una funcionaria interina, quizás porque empecé yo ayudándola para evitar que abusaran administrativa y luego también judicialmente de ella.
Hace unos meses un Teniente Coronel ha publicado un libro, bastante elemental por cierto, titulado "¡Preparate!" sobre supervivencia y actuaciones en caso de catástrofes. Este libro tiene un capítulo titulado "¿Qué hacer cuando todo se viene abajo?", es decir cuando los servicios públicos no responden, cuando no puedes contar ni con los bomberos, ni con la policía, ni con los hospitales etc etc, porque todo ha desaparecido y tienes que sobrevivir por tu cuenta.
Esta es la situación que tenemos en España en materia de Justicia. Todo ha desaparecido, y si la cosa tiene matiz político entonces ya que Dios te coja confesado porque los "fascistas" o los "franquistas" (o calificados como tales) son lo s nuevos judíos que no tienen derechos en esta sociedad y no pueden esperar nada bueno ni nada justo.
El art. 103, 1º CE (Constitución Española) establece que la Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales y actúa con sometimiento PLENO (es decir, no "a la carta") a la Ley y al Derecho.
Esto significa que la Administración está obligada a resolver de una manera ajustada a Derecho desde la primera instancia administrativa, sin ni tan siquiera esperar ni obligar al ciudadano a interponer recurso administrativo. Sin embargo hemos llegado a un punto en España que la actuación administrativa con harta frecuencia es de una grosera ilegalidad, y cuando el ciudadano (o el abogado del ciudadano) recurre en alzada ante el superior jerárquico, esta ilegalidad lejos de corregirse como sería lo procedente conforme al art. 103, 1º CE y a los principios de legalidad (art. 9, 1º CE) e interdicción de la arbitrariedad (art. 9, 3º CE), lo que hace es se sostiene por la cara. El Ayuntamiento de Marbella es el que tiene la fama pero las demás administraciones no son mucho mejores, incluida la Administración General del Estado que quien diría las cosas que se hacen e ella. Y acudes a la vía judicial y te encuentras que la Administración empieza o por no mandar el expediente o no mandarlo íntegro (perdiéndose precisamente los documentos más importantes), y no pasa nada. La Ley de la Jurisdicción C-A (art. 48) otorga a los jueces mecanismos para evitar estas actuaciones, incluidas las multas al funcionario responsable y el deducir testimonio de él al Ministerio Fiscal si a la tercer requerimiento sigue sin cumplir, per los jueces no hacen uso de este mecanismo y el envío del expediente se ha convertido en un mamoneo que retrata por partes iguales la falta de ética los funcionarios que lo incumplen como de los juzgados y Tribunales que toleran esta mala fe procesal. Si se falsea el expediente se falsea la fuente de conocimiento para que el Juez tome razón de lo sucedido.
Entonces no es que falle este juez o este fiscal, sino que vivimos en la situación qeu describe el libro de supervivencia, "cuando todo se vienen abajo": los funcionarios de la primera instancia administrativa, los de la vía de recurso, los jueces, los fiscales…el Supremo que la sociedad está pagando el sostenimiento de un órgano judicial de esta categoría para que se dedique no a resolver los asuntos sino para inadmitirlos. Imagínese un hospital que se dedicara en lugar de a tratar y curar a los enfermos, a echarlos, y a ponerles una multa por haber venido al hospital a molestar. Y el Tribunal Constitucional que no sabe no contesta en el 97% de los Recursos de amparo, y que en cuestiones como la Ley del Aborto lleva 12 años sin hacer nada para no quitarle la razón a los enemigos de la Religión y de la Patria, o en el caso de la tumba de Franco el Tribunal ha actuado con grosera ilegalidad sin ninguna consecuencia, porque en esto VOX que es el único que está situado para poder decir algo, se pone de perfil porque no dejan de ser peperos arrepentidos.
Uno lee una sentencia de un TSJ y el nivel es de 4º de Primaria, y el nivel jurídico no llega ni a eso, Ni en las cosas que se ganan se ganan por los verdaderos motivos, no hay nivel ni para lo más básico, las fundamentaciones son pobres, los verdaderos motivos se omiten, todo está tildado por la desgana y la falta de Justicia. A veces da la impresión de que los magistrados llevan 7 meses sin cobrar y están desganados, otras te dan ganas de decir "¿quiere Su Señoría que le traiga una Coca-cola en botellín de cristal de medio litro y un bocadillo? a ver si con el azúcar en el cerebro empieza usted a enterarse de lo que estamos tratando aquí.
Yo he oído que los billetes de 500 € existen, yo no he tenido nunca uno, pero parece ser que sí, que existe. Con los jueces y fiscales buenos, y con los Abogados de la Administración, algunos compañeros míos , me pasa lo mismo dicen que los hay buenos pero todos los que yo conozco, incluso los mejores de estos, no valen un duro, y su trabajo por decirlo educadamente es una mierda, y no lo digo como grosería sino porque es el término que objetivamente describe lo que hacen. Antes los jueces eran eruditos, tu leías una sentencia del
(desaparecido) Tribunal Central de Trabajo y te quitabas el sombrero, hoy lees una sentencia, y te das cuenta si has llevado el caso que no han llegado a enterarse de lo que el caso verdaderamente planteaba, o eluden pronunciarse para no indisponerse con la Administración. El problema de la falta de justicia en la actuación administrativa la tienen los funcionarios y autoridades de esa actuación, pero la tienen también con igual o más responsabilidad los juzgados y Tribunales que una y otra vez toleran esta actuación de grosera ilegalidad, como si la cosa no fuera con ellos. Esto demuestra que para ser juez no basta con aprenderse unos temas de memoria.
Por eso he sostenido en mi primer comentario que en las actuales circunstancias donde todo falla, donde los que tendrían que estar por delante han desertado todos sin excepción, donde para defender la Justicia y la legalidad te encuentras solo, no una vez sino todas las veces, qué sentido tiene distinguir entre hombres o mujeres si tantos unos como otras no valen un duro jurídicamente hablando. Hay auxiliares administrativos que han defendido la legalidad con mayor honestidad que los Jefes de Servicio Jurídico nivel 28 ó 29 que he conocido, y he conocido decenas de ellos. Está todo podrido, por eso es tan importante no desfallecer, para que lo podrido no se extienda también entre los que creemos y luchamos por la Justicia, virtud desaparecida incluso del ambiente desde que desapareció el partido de D. Blas Piñar que lo tenía en su lema: Dios, Patria, Justicia.
Insisto, es sólo mi punto de vista.
Excepcional radiografía y reflexión sobre la triste situación en la que nos encontramos.
Así es.
Hay pocos jueces que cumplan con su deber, como Dios manda.
Se pueden contar con los dedos de la mano… Y sobran dedos.
Para quien quiera profundizar en las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, recomiendo la lectura del libro siguiente:
SEXO Y CARÁCTER, de Otto WININGER.
(Creo está a la venta en Amazon, y en alguna editorial/librería, etc.).
Desconozco su pvp actual.
Perdón, el apellido correcto es WEININGER, es decir:
Otto Weininger.