LGTBi, racismo, hispanofobia, heterofobia y masculinofobia en la educación

Por Enríquez de Aguilar

14/08/2019 Sociedad

Que ante la falta de conciencia y escasa reacción social, la ideología de género está asentándose en diversas consejerías e instituciones en España es algo conocido y de lo que hemos venido siendo alertados desde diferentes medios independientes, especialmente desde El Español Digital.

Lo que se muestra a continuación es un claro ejemplo, sucedido en una comunidad autónoma (La Rioja) en la que ni si quiera han sido aprobadas aún leyes LGTBi autonómicas. Ejemplo por el que a ciertas autoridades de gobierno, que para colmo tratan de mostrar un amable rostro pro-vida y pro-familia, se les debería caer la cara de vergüenza.

El interés de realizar un análisis sobre el caso particular de La Rioja estriba no sólo porque lo que ocurre en esta provincia puede ser más o menos extrapolable a otros lugares de España, sino porque además se trata de una comunidad autónoma que suele ser escogida como área geográfica para realizar experiencias piloto de diversas políticas.

Así pues, el caso presente pone de manifiesto la miseria con la que actúan ciertos responsables políticos no sólo por la gravedad del asunto en sí, sino además por las prioridades que realmente manifiestan esas mismas autoridades (pues por los frutos se conoce al árbol):  pretendiendo mostrarse como pro-vida y pro-familia no sólo no dan ayuda alguna al sector pro-vida, sino que ante otras iniciativas de ayuda social realmente necesarias y aprobadas por ley como por ejemplo proyectos de ayuda a la mujer embarazada con riesgo de vulnerabilidad social, dejan pasar los plazos legales para implementarlos (y a día de hoy aún siguen sin implementarse),  y dan prioridad al adoctrinamiento de género en la escuela.

Y ¿de qué adoctrinamiento de género estamos hablando? Para empezar, cursos para que profesores adoctrinen a los niños en las escuelas. La excusa suele ser promover el respeto a las personas no heterosexuales (respeto que ya garantiza nuestro marco legal y que nadie pide sea discutido). Pero el verdadero objetivo es normalizar entre los niños y la sociedad la aberración y la desviación sexual amparada por la nefasta ideología de género.

En la justificación del curso se puede leer:

Sin embargo, el Catecismo de la Iglesia Católica advierte claramente de que no se debe difundir la homosexualidad como algo normal o beneficioso, es decir que se debe rechazar la homosexualidad, si bien no se debe rechazar al homosexual: “Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta (2358).”

Como puede verse, la doctrina de la Iglesia pide acoger al homosexual para tratar de ayudarle, pero al mismo tiempo denuncia la homosexualidad como inclinación objetivamente desordenada.

Sin olvidar que la Iglesia condena más veces la ideología de género: Los obispos de Alcalá y Getafe ya condenaron de manera unánime leyes autonómicas de ideología de género. Varios  Papas  condenan la ideología de género: Sólo en su exhortación apostólica “Amoris Laetitia” el Papa Francisco la condena en los puntos 53, 56, 153, 155, 251, 285 y 286. También Benedicto XVI y Juan Pablo II.

Pero si hemos leído bien, de acuerdo a la justificación del curso de la Consejería de Educación de La Rioja antes citada, la homosexualidad, transexualidad, etc. no son objetivamente desordenadas ni deben ser rechazadas o combatidas ofreciendo terapia u orientación alguna. Esa misma consideración también la encontramos en el texto de diversos proyectos de ley LGTBi autonómicos, que por su puesto llegan a prohibir e incluso perseguir y sancionar el ofrecimiento de cualquier terapia o ayuda para regresar a la heterosexualidad.

Y lo que añade más controversia al asunto es que estos “cursos” se han ofrecido siendo Consejero de Educación de La Rioja Alberto Galiana, que trata de presentarse afín a los católicos. Algo parecido ocurre con otros consejeros del PP de La Rioja como Conrado Escobar.

Pero el asunto no termina ahí. Ya desde el año 2018, el Gobierno de La Rioja introdujo, tanto en Centros Educativos como en la vía pública, la campaña “Lo que no se enseña también pasa”, supuestamente dirigida a combatir la violencia contra la mujer.

Pero dicha campaña no enseña que también hay varones heterosexuales, lesbianas, homosexuales y transexuales que son amenazados, agredidos y/o humillados por sus parejas. Además en dicha campaña retratan al varón heterosexual y a las relaciones estables y/o románticas como los únicos causantes de la violencia y esclavitud de la mujer, justo en la misma dirección ideológica que el feminismo actual y otras corrientes contrarias a la antropología natural no precisamente notables por ser fieles a criterios científicos ni mucho menos por su moderación y capacidad de autocrítica, sino más bien por su obsesión y sectarismo enfermizo, así como por su extremismo y radicalidad. Por ejemplo, el escandaloso programa de adoctrinamiento en ideología de género SKOLAE, que pretende obligar en las escuelas de Navarra a que todos los niños de 0 a 6 años tengan “vivencias sexuales a través de juegos eróticos”, contempla que “El amor romántico es una reconstrucción burguesa idealizada que favorece comportamientos abusivos”. Por otra parte, SKOLAE centra en el varón heterosexual la causa de la violencia por la “masculinidad hegemónica” y por la construcción del amor romántico, que dice  “favorece comportamientos abusivos”. Más claro imposible.

Como puede verse en dicha campaña, los posibles culpables son exclusivamente varones heterosexuales cuya apariencia se ajusta bastante a la del español autóctono. Algo parecido ocurre con las víctimas: siempre son mujeres heterosexuales con una apariencia que encaja muy bien con la de la española tradicional. Curiosamente todo ello chocaría de lleno con los deseos de los sectores más “progresistas” que desean definir a España como un país “plural” y “multicultural”… aunque como se percibe, dejan de definir a España desde esa perspectiva cuando se trata de buscar las causas de ciertos problemas. En ese sentido ninguna referencia al terror sexual desatado últimamente en toda España por manadas de algunos inmigrantes y extranjeros que no están dispuestos a respetar nuestra cultura y convivencia. Y mucho menos alguna referencia a la esclavitud que sufren miles de mujeres sometidas a las redes de prostitución en España de las que, dada la corrupción política imperante, hasta la clase política española es colaboradora.

Con todo ello, nos encontramos ante una serie de campañas tramposas y hábilmente estudiadas para lanzar mensajes envenenados, engañosos y sutiles que bien podrían resumirse en: “es mejor no ser español y heterosexual para no caer en el grupo de culpables o en el de víctimas de la lacra de la violencia contra la mujer; cualquier persona que esté dentro de ese grupo social, se encuentra en una indudable situación de riesgo; si además eres un varón con inequívoca identidad masculina: entonces eres claramente de un presunto culpable con tendencia a la violencia contra la mujer… No hay que buscar otras causas…”.  Es decir, entre otros, un mensaje claro de criminalización y odio contra el varón español heterosexual.

Ahora imaginemos el efecto destructivo y devastador de un mensaje así expuesto rutinariamente en centros educativos y/o en la calle ante las mentes de miles de niños y estudiantes que aún no tienen un sentido crítico firme y están en proceso de formación y maduración.

En cuanto a la violencia contra la mujer tampoco hay que ignorar que mientras se publicaron estadísticas, se omitió que una buena parte de las víctimas eran varones asesinados por sus compañeras sentimentales y que otra parte fueron homosexuales asesinados por sus compañeros sentimentales. Si a esto se le une la actual y disparatada Ley de Violencia de Género, que discrimina al hombre por el mero hecho de serlo, la “igualdad” que tanto se pregona no es sino una enorme estafa, produciéndose de hecho una grave discriminación que atenta al menos contra el párrafo 1 del artículo 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Que la familia tradicional es la única familia válida; la que, a pesar de las dificultades y las imperfecciones propias del pecado humano, ha pervivido a lo largo de los siglos, ha dado cobijo y ayuda real a los más indefensos y ha generado sociedades e individuos más sanos y Estados más fuertes; la que es el modelo de familia de nuestro Señor y la que es el único coherente con la antropología natural, lo sabe bien la Iglesia. Dentro de ese modelo, son precisamente los varones espiritualmente sanos los que se han caracterizado por defender con más valor a la mujer y a la familia, a veces incluso con su vida. Pues bien, despreciando y minando la heterosexualidad, el único modelo de familia que se ataca con estas campañas zafias y manipuladoras como la promovida por el gobierno de La Rioja y otros, es precisamente el de la familia natural.

En medio de todo ello, gracias a Dios nos encontramos con la esperanza de iniciativas ciudadanas verdaderamente loables por su valor y tenacidad luchando contra corriente, como la del policía municipal Salvador Martí, que ha conseguido movilizaciones ciudadanas sin precedentes a pesar de haber sido silenciado por los medios y amenazado desde instancias políticas.

Para terminar, y ya que el lema de dicha campaña es “Lo que no se enseña también pasa”, nótese cómo ningún gobierno autonómico ni nacional de nuestra “democracia” lamentablemente liberal se preocupa por alertar y desenmascarar males profundamente perniciosos que “también pasan”, como por ejemplo el de la industria del aborto, del que desgraciadamente siguen siendo cómplices en medio de la brutal crisis de natalidad actual reconocida hasta por los medios afines a lo políticamente correcto.

Y todo ello no debería ser tanto de extrañar cuando se descubre cómo hay quienes maniobran por encima de los títeres de la miserable clase política española inyectando enormes cantidades de dinero para dirigir las agendas políticas hacia la reingeniería social de la destrucción de Europa, de la aniquilación de sus raíces cristianas y de la desvinculación de sus sociedades milenarias y así conseguir sus objetivos mundialistas de dominación.