“Lotería judicial española”, una obra mayor del jurista Ramiro Grau Morancho

Grau Morancho

Llega al mercado la obra más pesimista y lúcida del ex fiscal aragonés Ramiro Grau Morancho: “Lotería judicial española” supone uno de sus trabajos mayores, tanto por su extensión como por su empeño totalizador por explicarlo todo. Se trata además de una penetrante radiografía que todo el mundo debería leer, ineludible para conocer a fondo la debacle del Estado de Derecho en España, de la mano de uno de los más íntegros e insobornables “hombres de leyes” de nuestro tiempo.

Hace unos días quedé en una cafetería zaragozana con mi buen amigo y asesor don Ramiro Grau Morancho, jurista de gran erudición y escritor de méritos probados, cuya obra literaria (alrededor de cuarenta libros y varios millares de artículos) me precio de haber leído casi en su totalidad.

El propósito central de nuestro encuentro venía mediatizado por la aparición del nuevo libro de Grau, del que se me obsequió con un ejemplar y que hoy voy a reseñar: su título es LOTERÍA JUDICIAL ESPAÑOLA, y por si no fuera lo suficientemente elocuente, les diré en líneas generales que en él don Ramiro critica el Poder –sí, el mismísimo objeto de estudio sobre el que tantos tratados políticos han disertado–, aunque lo hace desde una perspectiva de cierta novedad para los profanos que no estén acostumbrados a zambullirse en aguas tan pútridas y traicioneras como en las que don Ramiro ha tenido que bregar.

Y digo bien: bregar. Pues la proeza mayor de nuestro amigo ha sido ante todo y por sobre todo lograr llegar a la edad de su jubilación sin corromperse ni abdicar de sus ideales. Un hombre que jamás transigió durante su dilatada carrera ni se vendió a intereses desleales, merece todo mi respeto, mi apoyo y mi elogio: él es para mí una inspiración, y trabajos como el presente libro me ratifican, una vez más, que don Ramiro Grau seguirá fiel a sus principios ¡hasta el último aliento!

He dicho algo sobre el Poder, y puesto que sobre el Poder vamos a hablar, focalicemos el objeto de esta obra, planteada por el autor como una crítica al mismo, “en ocasiones excesivo, de los jueces, al tiempo que los fiscales están embridados por el gobierno de turno, sin autonomía para los asuntos importantes”; en este orden de cosas, Grau Morancho “denuncia las interferencias de los sucesivos gobiernos, tanto del PSOE como del PP, en el Consejo General del Poder Judicial”, sin obviar desde luego que somos nosotros, los ciudadanos, quienes “estamos cada día más sometidos a sus arbitrariedades y demagogia populista, ahora ya, bolivariana (…) En conclusión, y es triste decirlo, en España, el Estado de Derecho, ni está, ni se le espera”.

¿Qué ofrecerá LOTERÍA JUDICIAL ESPAÑOLA al potencial lector? Lo primero, material dialéctico valioso, contante y sonante, sin filtros y máscaras, sobre la lamentable realidad del “Hecho Judicial” en España, cuya materialización deviene harto defectuosa, por no decir arbitraria y deficientísima.

Y aunque ya se sabe, no está de más recordarlo: el actual sistema judicial, amordazado por las afinidades políticas de rigor, genera una justicia desigual, a “dos velocidades” al decir del autor, puesto que permite y privilegia: una justicia rápida, “cuando se trata de privar al ciudadano de derechos, o ingresarle en prisión provisional, o juzgarle y condenarle casi sin instrucción”, etcétera; frente a una justicia lenta, “cuando es el súbdito quien tiene la osadía de pedir cuentas a quienes gobiernan, y recurre una resolución administrativa cualquiera”.

Este sistema injusto, progresivamente degradado, se retroalimenta con los despojos que él mismo va generando, ralentizando los tiempos y volviendo todavía más ineficaces los procesos al dejar éstos en manos de irresponsables y/o incompetentes varios, nulidades y estómagos agradecidos concordes con las “necesidades” del Sistema. La mediocridad se premia, la integridad es ninguneada e incluso castigada. Es un hecho manifiesto, del que don Ramiro ha sido testigo en innumerables ocasiones.

LOTERÍA JUDICIAL ESPAÑOLA es un libro de lectura accesible, amena en grado sumo, del cual merece valorarse el esfuerzo del autor por dar consistencia discursiva a sus opiniones y experiencias, puestas negro sobre blanco en poco más de trescientas páginas llenas de talento, inquietud y serenidad.

Esta obra es al mismo tiempo un compendio escalonado y una síntesis del trabajo intelectivo de Grau Morancho tras varias décadas de ejercicio de la profesión jurídica, y como tal debe leerse, así como un libro testamentario con el que su principal responsable recapitula, tras largas pausas reflexivas, hacia dónde va la Justicia en España.

Este enfoque, infrecuente en un profesional prestigioso de nuestro tiempo, gana enteros conforme las páginas son cada vez más comprometidas: don Ramiro no tiene pelos en la lengua, muy al contrario, su lengua dialéctica es una herramienta metapolítica de primer orden, suerte de altavoz que hubiera merecido más tribunas y más micrófonos en el ámbito de la sociedad civil, a la que Grau siempre ha defendido, pese a la ingratitud de muchos de nuestros coetáneos y el olvido e indiferencia de otros tantos. Pero don Ramiro asume todo esto y mucho más: la meta de su trabajo es la recta razón del bien obrar, de acuerdo a un código deontológico acorde con los principios superiores de la legitimidad y la validez que toda abogacía bien entendida presupone.

Los más de ochenta artículos/segmentos que conforman esta obra impar son el mejor resumen de una tragedia por muchos insospechada: la del descrédito y liquidación del Régimen del 78, sí, esa corrupta y aberrante maquinaria que ha destruido España para regocijo de sus enemigos inveterados, chupópteros de oficio y ganapanes sin escrúpulos. Y ahí es donde la obra de don Ramiro supone un dispositivo de conciencia, una barrena capaz de atravesar la más endurecida masa pétrea del inexorable olvido que todo lo sepulta.

No quiero desvelar los contenidos de esta obra maestra metapolítica, de rara perfección y meritoria armonía interna: sean ustedes mismos quienes se zambullan en sus páginas estremecidas.

Este gran libro nacido a tiempo y destiempo no les defraudará: muy al contrario, se convertirá en un compañero de lectura irremplazable mientras vamos asistiendo al hundimiento de esta gran nación que llamamos España.

El libro LOTERÍA JUDICIAL ESPAÑOLA, de Ramiro Grau Morancho, puede adquirirse en la web de Grau Editores, así como en la plataforma internacional Amazon


13 respuestas a «“Lotería judicial española”, una obra mayor del jurista Ramiro Grau Morancho»

  1. Si lo desea sr.Grau le puedo enviar copia del video de un «juicio» en tenerife donde en espacio de 30 minutos escasos sale un criminal campando a sus anchas un fiscal compinchado prevaricando vulnerando los principios de neutralidad y presunción de inocencia,un policía corrupto mintiendo ,abusando de su presunción de veracidad y una jueza cómplice de todo ello prevaricando tergiversando generando indefensión calumniando difamando y amenazando.
    TODO PRESUNTAMENTE…faltaría más

    1. Por supuesto que sí, faltaría más.
      EL ESPAÑOL DIGITAL puede facilitarle mi correo electrónico, para lo cual están autorizados expresamente.
      Y una pregunta: ¿ha denunciado usted los hechos, en vía administrativa, ante el CGPJ, o criminal, ante la Comisaría de Policía, o la propia Fiscalía General del Estado -pero que, en realidad, es del Gobierno…?
      Gracias por su atención e interés, amigo.

  2. Don Ramiro, que tiene 65 años, si no me equivoco, empezó a ejercer una profesión jurídica, Graduado Social, con solo 20 años, es decir, que lleva 45 años en el mundo del Derecho.
    Ha sido graduado social, fiscal, juez, secretario judicial, abogado, profesor de Derecho en Universidades públicas y privadas…
    Creo que dirá cosas muy interesantes, del lamentable estado de la «justicia» en España.
    Solo por eso, merece la pena leerle.

    1. Y no se ha hecho rico, lo que demuestra un ejercicio DECENTE del Derecho…
      (Desconfien de los ABOGADOS con grandes despachos, cochazos imponentes, y secretarias que quitan el hipo. ¡Esos son los peores!).

  3. Muy cierto que la justicia es una lotería amañada a intereses lúdicos y utilizada contra la verdadera disidencia que defiende su país. Funciona igual que la lotería del año 2019, seguro que han sido mas años iguales donde hay para trincar. Les dejo el video de recuerdo, aunque lo publique el país, no le pertenece y no soy partidario de ningún diario subvencionado de las furcias mediáticas. Ramiro lo debe de dejar bien claro la corrupción judicial tan lamentable que tenemos. Necesaria lectura para los estudiantes de la rama de la justicia, si es que quieren un antídoto contra el veneno que se destila en los juicios y no quieren manchar su honor, si es que lo tienen.

    https://www.youtube.com/watch?v=VhIIgqPRtXc

    Saludos cordiales

    1. Pienso lo mismo que usted.
      Algunas, muchas sentencias y resoluciones de los magistrados y jueces, llamadas autos, solo son explicables desde esa concepción de unas «lotería judicial amañada»…
      Respecto a EL PRUTEFACTO, hace ya muchos años, posiblemente décadas, que no leo ese «boletín oficial» del PSOE, por simples razones de higiene mental.
      (Por cierto, le debemos a la enana Soraya y al rajado de Rajoy, su supervivencia…
      ¿Con esta «derecha», para que queremos a la izquierda, si son más de lo mismo?

  4. Dice el Prof. don José Antonio Bielsa, en su excelente reseña, in fien, que «Este gran libro nacido a tiempo y destiempo no les defraudará: muy al contrario, se convertirá en un compañero de lectura irremplazable MIENTRAS VAMOS ASISTIENDO AL HUNDIMIENTO DE ESTA GRAN NACIÓN QUE LLAMAMOS ESPAÑA».
    Como yo no quiero asistir, impásible, a la destrucción de nuestra Patria, como quien va al cine a comer palomitaas y ver cualquier bodrio, le pregunto, y les pregunto: ¿Qué podemos hacer para evitarlo…?
    Gracias, amigos.

  5. La Justicia que se imparte en España es además de una lotería como dice el título del libro de don Ramiro, se imparte a dos velocidades, lenta o rápida según interese.
    Los asuntos graves se retrasan hasta el infinito y otros como la situación del autor del asesinato del sacristán de Algeciras se silencia para que se olvide y no se hable más.

  6. Dñª. Mercedes,
    mientras el autor, destinatario de su pregunta, encuentra un momento para responderle, yo, en mis cortas luces, le adelanto una respuesta, sin perjuicio del mejor acierto de la respuesta de D. Ramiro.
    Usted se pregunta ¿Qué podemos hacer para evitarlo…?
    Y la respuesta está, como en todo lo demás, en la vida militar: ¿puedo yo, un simple soldado evitar que el enemigo rompa el frente a x kilómetros de dónde nosotros estamos?, yo no lo puedo evitar, pero sí puedo hacer todo lo posible porque no lo rompa por el sector que nosotros tenemos designado para defenderlo, por aquí sí puedo tratar de que no pase, porque por nuestro punto sí está en nuestra mano defender la posición que nos ha sido asignada.
    ¿Ante la deserción general qué se puede hacer? (en el tema de la Justicia y en todos los demás, lo acabamos de ver con la actitud de los obispos tras el asesinato del sacristán de Algeciras, o lo podemos ver con los Generales rojos/advenedizos anteponiendo a Marruecos o a la NATO sobre España que es lo que tendrían que anteponer si de verdad fueran militares españoles y no comisarios del PSOE disfrazados de uniforme),
    se puede hacer no desertar nosotros también del servicio a España y a la Justicia como ideal.
    Está la actitud de los más de salir corriendo a la primera de cambio, (o incluso por el interés porque hay que reconocer que el enemigo paga bien, Satanás suele mirar por los suyos aunque luego se condenen), y está la actitud ética de nosotros sostenernos en nuestro puesto, aunque el resto lo abandonen.
    Nosotros no podemos cambiar el mundo pero sí podemos ser dueños de nosotros mismos y no participar de la deserción general. No podemos evitar los jueces y los fiscales corruptos o bolchevizados, pero sí podemos decidir nosotros respecto de nosotros mismos, no ser nosotros corruptos, que por nosotros no quede. Esto es muchísimo. Mientras haya personas que ante la iniquidad y la injusticia (o ante el aborto u otros muchos males) en lugar de mostrar indiferencia o incluso complicidad y beneplácito, como hacen la mayoría, en lugar de esto todavía nos hiera el alma todas estas cosas y nos repugne en nuestro corazón y nos dé asco, eso demuestra que no todo está perdido, que no todo el mundo está podrido, que todavía no se han apagado todas las luces. Entonces lo primero que podemos hacer es lo que hizo el niño del cuento «El traje invisible del emperador», que es que mientras los adultos veían que el rey estaba desnudo pero para no salirse de rebaño lo que decían era que había que ver lo bonito que era el traje y lo bien que le quedaba puesto al emperador (los más imbéciles incluso tendrían tan lavado el cerebro que hasta verían al emperador vestido cuando iba en realidad desnudo, como es el caso de los militares rojos, que a tontos y a miserables no hay quien les gane, y se meten tanto en su papel de mamporreros de los políticos corruptos que acaban creyéndoselo), el niño en cambio se rió de todos ellos, de todos estos lameculos, y en su franqueza de niño exclamó que el rey o el emperador iba desnudo. En España, y más en el tema de la Justicia son muchos los que dicen lo bien que le está el traje al rey cuando en realidad no hay traje, los sastres no son sastres sino unos farsantes, y el rey va desnudo.
    Unamuno en su libro «Vida de D. Quijote y Sancho» (página 147), lo dice con mejores palabras:
    «¿Cómo? ¿tropezáis con uno que miente?, gritarle a la cara: ¡mentira!, y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que roba?, gritarle: ¡ladrón!, y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que dice tonterías, a quien oye toda una muchedumbre con la boca abierta?, gritarles: ¡estúpidos!, y ¡adelante! ¡Adelante siempre!
    ¿Es que con eso se borra la mentira, ni el ladrocinio, ni la tontería del mundo?
    ¿Quién ha dicho que no? La más miserable de todas las miserias, las más repugnante y apestosa argucia de la cobardía es esa de decir que nada se adelanta con denunciar a un ladrón porque otros seguirán robando, que nada se adelanta con decirle en su cara majadero, al majadero, porque no por eso la majadería disminuiría en el mundo.
    Sí, hay que repetirlo una y mil veces: con que una vez, una sola vez, acabases del todo y para siempre con un solo embustero habríase acabado el embuste de una vez para siempre.
    ¿En marcha pues! «.

    Cuando se habla de Justicia hay que reivindicar dos cosas que se han ignorado, la primera el concepto de «RECTA administración de Justicia». El concepto significa que la verdadera Justicia no entiende de barcos ni de magistrados de un color o de otro, sino que la rectitud implica que se está por encima de estar componendas a las que no se somete en ningún caso, porque no se puede ser puta y decente al mismo tiempo. La segunda que la Justicia es también una virtud CRISTIANA y la descristianización de España ha conllevado, como un efecto consustancial o añadido, la pérdida de esta virtud: en la medida que hemos dejado de ser cristianos, q2ue hemos dejado de ser «rectos», hemos dejado también de ser justos o de anteponer el ideal de Justicia frente al «ideal» del enemigo que sustituye la «Justicia» como valor ético y jurídico, por la conveniencia partidista, que es otra cosa bien distinta, por eso el Gobierno cambia las leyes y hace un Código penal a medida para sacar a unos delincuentes y garantizarles la impunidad, porque no tiene ni idea de lo que es el carácter «erga omnes» de la Ley, y la «Recta administración de Justicia» y porque para los imperantes y su séquito la Justicia en realidad no existe, lo que existe es lo que le conviene en cada momento a su propio e inmoral interés. Cambiar una Ley para acomodarla a un caso concreto eso es un motivo de nulidad como una catedral, porque si la derogabilidad singular de un reglamento es nula de pleno Derecho (art. 37 Ley 39/2015 LPAC), la derogabilidad singular de una norma con rango de Ley, es una nulidad todavía mayor (art. 9, 1º y 3º CE). Esta es la famosa «legalidad republicana» con la que los rojos e llenan la boca para engañar a los tontos, que en España son mayoría absoluta.

    Si se fija, las peleas de los políticos es por colocar en el Consejo General del Poder Judicial y en los órganos judiciales (lo hemos podido ver con la pugna por nombrar a los nuevos magistrados en el Tribunal Constitucional), representantes de sus partidos, es decir de sus grupos de interés, que por encima de la verdad y de quien lleve razón lo que van a velar es por sus intereses, por los más ilegítimos como son los intereses de partidos abiertamente contrarios a España y al bien común; han sustituido la «Justicia» como ideal, por el «interés», por la ·conveniencia», por la «ganancia» material, cuando la Justicia es desinteresada, por eso se la representa con una venda en los ojos.
    Esto es totalmente incompatible con el ideal de Justicia y con el principio de «Recta Administración de Justicia», si se hace primar el «interés» del partido o del grupo de presión, se pierde la imparcialidad, se pierde la actitud ética de buscar la verdad y adherirse a ella esté donde esté.
    Cuando se tiene una concepción clara y pura de la Justicia, esta no se concibe como un interés de partido para manipular y prostituir las decisiones judiciales, sino que si en geometría el camino más corto entre dos puntos en la línea recta, en administración de Justicia no cabe otra decisión judicial que la decisión Recta de buscar la verdad y darle la razón no al amigo del partido o al interés partidista, como pasa ahora, sino dársela a quien la tenga, sea feo o guapo, sea de este partido o de ningún otro. Se ha perdido el norte completamente.

    Lo que es la Justicia en España, el estado de ruina moral en el que se encuentra quiero decir, lo podemos ver a través de la conducta del Ministro del Interior Marlaska o del ex juez Baltasar Garzón (o del ex- Ministro de Justicia de Pedro Sánchez, Juan Carlos Campo, que en plena sentencia de los ERE de Andalucía veraneaba con Manuel Chaves en la playa, y que se ha prestado a ocupar una plaza de Magistrado en el Tribunal Constitucional, cuando el Tribunal Constitucional tiene comisarios políticos, como la Comisaría de Buenavista de Madrid cuando la dirigía en la guerra Luis Omaña Díaz), y de tantos otros, todos ellos jueces de carrera. Cuando Marlaska era solo juez, su impostura quedaba como un iceberg, sumergida en la mayor parte, ha sido cuando ha emergido como Ministro del interior cuando hemos podido apreciar en toda su crudeza realidad de lo que este canalla es capaz de hacer. Si esto es como Ministro y lo que se ve, que no será lo que no se ve bajo el disfraz de juez. Es el botón de muestras, y así se entienden muchas cosas, el Caso Faisán, el caso del 11M que no se ha llegado a ningún lado, las niñas de Alcásser y todo lo demás, porque no hay delito grave en España que no haya quedado impune, porque en las sociedades izquierdistas y liberales, la Justicia como virtud y como satisfacción de un ideal superior no existe, (por eso los okupas tienen más derecho a tu casa que su legítimo propietario, por eso la Justicia le da más valor a un tiket de la pizzería que el okupa exhibe para hacer creer que ya lleva viviendo en el piso ocupado más de 48 horas, que a las escrituras de propiedad protocolizadas ante notario que acreditan la propiedad de la casa a favor der su legítimo dueño, o por eso estaba suelto el asesino de Laura Luelmo a pesar de que antes de a ella había asesinado a una señora de 80 años por atreverse a denunciarlo, y lo habían soltado por la cara, mientras para los de Blanquena no hay piedad ninguna, en lugar de colgarlo de un árbol como hubiera sido lo procedente si en España hubiera Justicia) lo que existe es el mamoneo judicial, que es su antítesis.
    Lo triste no es que no haya Justicia, que es de por sí bastante triste, lo triste, lo verdaderamente triste es que no la haya y a nadie le importe, porque España está huérmana de todo. En este pais no hay protección real de los Derechos Fundamentales de la persona, como no hay tantas y tantas cosas con las que se llenaron la boca para criticar el régimen de Franco (libertad de prensa, pluralidad informativa, libertad en general que todo está prohibido desde acampar en un bosque a llevar una Victorinox en el cinturón cuando vas al campo, o a todo lo demás, porque el ámbito del Derecho administrativo sancionador es amplísimo y se mete hasta en las cuestiones más impensables), desde la reforma de 2016 el Recurso de Casación ante el Tribunal Supremo ha desaparecido (sigue existiendo formalmente y los Magistrados están en plantilla cobrando, pero no para resolver asuntos y hacer Justicia, porque la Justicia no es solo un Poder del Estado, es también un servicio público, el servicio público que garantiza la paz social y la legitimidad de un Estado), y lo mismo podemos decir del Recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, cuyos índices de inadmisión, quitando a los etarras, los separatistas catalanes y los de apellido «ilustre», para la gente corriente prácticamente son del 100%. ¿Alguien dice algo?, ¿Dice algo el Defensor del Pueblo?, ¿dice algo el Rey cuando inaugura el año judicial?, ¿dice algo la Fiscalía que se supone que debe defender la legalidad y los derechos fundamentales de los ciudadanos?
    De los cerca de 90 Colegios de Abogados que hay en España, que la mayoría organizan cine-forum, jornadas de senderismo, de recogida de juguetes por navidad, etc. etc. por qué no se movilizan y protestan contra estas inadmisiones de casi el 100%, de los Recursos de Casación ante el TS y de los Recursos de Amparo ante el Tribunal Constitucional?, porque desde que el PCE no los manipuló para la gran manifestación de duelo por el asesinato de los abogados de Atocha en 1977, los Colegios de Abogados no han vuelto a mover el dedo meñique, supongo que lo moverán cuando de nuevo le convenga a la extrema izquierda que se movilicen.

    Ante este panorama que es de paisaje lunar, que haya alguien que ante la deserción general, (generalísima) empezando por los que cobran un sueldo del Estado para defender la legalidad y la Justicia, que esos son los peores, escriba un libro que es un grito en el desierto para romper una lanza por la Justicia como el que lanza una bengala en la oscuridad de la noche, es para felicitarnos y felicitar al autor, que en su sector el enemigo no ha conseguido romper sus líneas. Compraremos el libro para respirar un poco de aire fresco.
    Enhorabuena al autor, y a la página por preocuparse por algo que es tabú en esta sociedad izquierdista y liberal, la Justicia, como ideal ético y jurídico.

    1. Brillante exposición, amigo, a la que no puedo ni debo añadir nada, salvo vmi aplauso y felicitación por su agudo comentario, superior al libro…
      Mientras quedemos españoles que digamos la verdad, emulando al gran don Miguel de Unamuno, injustamente olvidado, por español y por cristiano, podremos seguir ADELANTE, y mirarnos en el espejo sin sentir asco.
      ¡Va por usted, amigo!

    2. Excelente don Kevlar Steiner, descrita queda la trayectoria de la Justicia española y quienes la administran en las últimas cuatro décadas.
      Tenemos un poder judicial decadente y sin ninguna ética, tenemos jueces sin HONOR ni VALOR.
      Sin Justicia el Estado deviene decadente e inmoral.

  7. Enhorabuena al autor del artículo, al del libro y al Español Digital.
    Ardo en deseo de leerlo.
    Por más que con lo publicado -comentarios incluidos- se tiene una noción del interesante análisis de la “justicia” española del momento.
    Rn la que simplemente la portada del libro, refleja magistralmente (una imagen vale más que cien palabras) la conocida incertidumbre.., ¿en qué juzgado ha caído la demanda?
    Magistral también la comparación que hace Kevlar entre el soldado que debe defender su posición, hasta la muerte, con independencia de lo que suceda en otros lugares del frente.
    ¿Estaría pensando en el próximo ochenta aniversario de la batalla de Krasny Bor?
    Para finalizar decir que cuando falla la Justicia, un estado de derecho pasa a ser un “estado de deshecho”
    Y muy oportuna también la imagen elegida: la justicia se destapa, precisamente, el ojo izquierdo.
    Un sutil observación.

    1. Gracias, amigo, muchas gracias.
      Lo triste del caso es que la situación de la «justicia» en España, es mala, pero va a peor.
      Al final, los «socialistos» y podemitas, acabarán diciendo: ¿lo sabe Cándido?, como dicen que dijo Otegui cuando fue detenido…
      Y con una «interpretación» de la Constitución al gusto del desgobierno actual, el Estado de Derecho, ni está ni se le espera.
      Van a cambiar la Constitución por la puerta de atrás, a base de «interpretaciones» sesgadas ey contaminadas.

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