Lutero, príncipe de los herejes.

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Máscara mortuoia original de Lutero

Cuando cada vez está más claro que buena parte del clero actual apostata y cae en la herejía; cuando quieren desenterrar a Lutero de su infecta tumba; cuando hasta el Papa le rinde homenaje en un acto de escándalo sin igual, bueno es conocer y no olvidar qué fue, en concreto y en pocas palabras, lo que semejante demonio proclamó como «verdad», sin serlo, para no caer en ello cuando al exhumar sus inmundos restos su mal olor vuelva a apestar a los ingenuos:

En este mes que se conmemora la revuelta protestante publicamos un estudio en dos partes basados en una conferencia del P. Pietro Leone Monselice* sobre la obra teológica del hombre que causo tanto daño y dolor a la Santa Madre Iglesia, el príncipe de los heresiarcas, como acertadamente lo llama el P. Pietro .

In Nomine Patris et Filli et Spiritus Sancti. Amen

En estos tiempos de gran ignorancia y confusión radical, cuando hasta los católicos de los más altos niveles de la jerarquía elogian gustosos a Martín Lutero, nos gustaría presentar y evaluar brevemente su teología.

I Teología de Lutero

A grandes rasgos, la teología luterana se puede resumir en sus cuatro doctrinas: Sola Scriptura, Sola Fides, Sola Gratia y Solus Deus.  Procedamos a hablar de dichas doctrinas a la luz de la Fe católica.        

1. Sola Scriptura 

La primera, la de Sola Scriptura, sostiene que la fe se basa exclusivamente en las Sagradas Escrituras, y que es la propia Sagrada Escritura la que se interpreta a sí misma (lo cual significa a todos los efectos que la interpretación queda al criterio de quien la lee), mientras que la Iglesia Católica, en una declaración del Concilio de Trento (S.4, 1546), invocada en el Concilio Vaticado I (s.3c.2), enseña que la Fe se basa en la Revelación Divina (también llamada Depósito de la Fe), que no sólo consiste en la Sagrada Escritura (parte escrita del Depósito de la Fe), sino también en la Tradición (parte oral del Depósito de la Fe).

No son las personas particulares las que tienen autoridad sobre el Depositum Fidei, sino la Iglesia, que ha determinado qué libros forman parte de las Sagradas Escrituras. La Iglesia interpreta también dichos libros y los datos aportados por la Tradición oral para definir los dogmas de fe.  En la Ascensión tenemos un ejemplo de un dogma definido por la Iglesia basándose en las Escrituras. Y en la Asunción, un ejemplo de un dogma definido por la Iglesia basándose en la Tradición oral.        

2. Sola Fides 

La segunda doctrina, Sola Fides, afirma que para salvarse basta con la pura fe, y no son necesarias a la vez la fe y las obras, como enseña la Iglesia. En este contexto, el sacrosanto Concilio de Trento (s.6 c.10) cita las siguientes palabras de la epístola de Santiago 2,24 «Veis, pues, que con las obras se justifica el hombre, y no con fe sola.»

Por consiguiente, tanto la Fe como la Caridad (o las obras de la Caridad) son necesarias para la salvación, y aunque los falsos ecumenistas se comporten como si sólo fuese necesaria la Caridad, Lutero sostiene que basta con la Fe. La reacción de Lutero a la epístola de Santiago, que expresa claramente la doctrina católica, fue borrarla de su nuevo canon de las Escrituras, calificándola como una «epístola de paja». Esto demuestra que el heresiarca alemán estaba menos motivado por las Escrituras que por sus presuposiciones subjetivas. Y lo mismo se puede decir de otras partes que borró de la Biblia.

Es necesario, además, tener presente que Lutero entiende la Fe de un modo muy diferente a los católicos. Según Lutero, la Fe consiste en confiar en que Dios, por su misericordia, perdonará al hombre por causa de Cristo, mientras que la Iglesia enseña que la Fe consiste en aceptar la Revelación de la autoridad de Dios que nos la da.

De todos modos, Lutero ya había perdido totalmente la fe católica desde el momento en que negó un solo artículo de fe, porque quien niega un solo artículo de fe niega la autoridad de Dios que la ha revelado.        

3. Sola Gratia 

Bula de excomunión de Lutero
Bula de excomunión de Lutero

En su tercera doctrina, Sola Gratia, Lutero sostiene que el Pecado Original corrompió totalmente la naturaleza humana, de manera que el hombre se volvió incapaz de conocer las verdades de la religión y de obrar libre y moralmente, a consecuencia de lo cual la Gracia no puede sanarlo, sino apenas cubrir su carácter pecaminoso. En cambio, la Iglesia enseña que la naturaleza humana está simplemente caída y herida y puede sanar con la Gracia. El hombre puede conocer la verdad y tiene libre albedrío, que le permite colaborar con la gracia para obrar con arreglo a la moral, aunque en muchos casos esto le exija un gran esfuerzo.     

4. Solus Deus 

La cuarta doctrina, Solus Deus, quiere decir que la salvación viene directamente de Dios, no a través de la Iglesia, el sacerdocio, los sacramentos y la intercesión de la Bienventurada Virgen María y los santos. Lutero afirma que hay acceso directo a Dios. No reconoce la íntima unión entre Dios y la Iglesia: Dios en su divinidad, y Dios en la Persona de Nuestro Señor Jesucristo+.

a. En realidad, Dios, en virtud de su divina y sublime majestad, ha establecido un orden jerárquico en todo, tanto en lo natural como en lo sobrenatural, esté en el Cielo, el Purgatorio o el Infierno; y actúa por medio de este orden jerárquico intermediario para cumplir sus inefables designios.

En cuanto a la Redención, ha obrado por medio del «fiat» de la Bienaventurada Virgen María, mediante la Encarnación, Pasión y Muerte de su divino Hijo. Y, con respecto al tema que estamos tratando en concreto, por medio de la Santa Iglesia Católica y sus Sacramentos.

b. Por otra parte, Dios, en la Persona de Nuestro Señor Jesucristo+ ha prolongado su vida terrena operando en su Iglesia: vive en la Tierra a través de la Iglesia, que es su Cuerpo Místico, y en las obras que realiza por medio de los Sacramentos, en los que actúa su propia Persona.  El ejemplo más sublime y glorioso de su obra lo constituye sin duda la Santa Misa, en la que continúa ofreciéndose e inmolándose al Padre en todo momento del día y de la noche, y seguirá haciéndolo hasta el final de los tiempos.

De hecho, Lutero sólo reconoce dos sacramentos: el bautismo, y el que prefirió denominar la Cena en sustitución de la Santa Misa, cuya naturaleza sacrificial negó.

II Naturaleza herética de la teología luterana

Esta es, pues, una breve síntesis de la doctrina de Lutero contenida en los cuarenta y un artículos condenados por el papa León X con la Damnatio in globo mediante la bula Exsurge Domine de 1520 como «…herejes, falsos, escandalosos, u ofensivos a los oídos piadosos, así como seductores de las almas simples, el origen de falsos intérpretes de la fe que en su orgullosa curiosidad aspiran a la gloria del mundo, y que siendo contrarios a la enseñanza de los apóstoles, desean ser más sabios de lo que podrían ser.»

Ahora bien, de conformidad con el Código de Derecho Canónico (CDC 1983 Can.751) «Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma…» Por haber negado la verdad de la Fe, Lutero es hereje, formalmente herético. Ciertamente, dada la gran cantidad de herejías que concibió y enseñó, la cantidad de sectas protestantes que generó y el subsiguiente daño que causó a la Iglesia Católica, se ha hecho acreedor al calificativo de heresiarca, o de príncipe de los herejes, o de heresiarca por excelencia.
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*Por el P. Pietro Leone Monselice, seudónimo de un sacerdote que celebra exclusivamente la Misa Tradicional en una diócesis italiana. (Traducido por J.E.F.)

Artículo de publicado en Adelante la Fe


9 respuestas a «Lutero, príncipe de los herejes.»

  1. Los católicos cada vez saben menos historia sagrada, y desconocen más la doctrina dela Iglesias. Estar formados respecto de la figura satánica de Lutero es, en estos tiempos que corren, pedir demasiado. Todo el mundo sabe que en las catequesis de las parroquias, u porcentaje muy importante del tiempo se dedica a colorear. Es puro entretenimiento. Los chavales llegan ala 1ª Comunión sin saber rezar y sin cuestiones básicas. Al menos así era no hace mucho cuando yo pude comprobar tal cosa. Con una Iglesia que su máxima preocupación para el nuevo año es generar menos bolsas de plástico, y con unos Obispos que salvo excepciones que yo no conozco tienen el talento justo para acarrear pavos, no podemos esperar una formación doctrinal de los católicos a la altura del desarme moral que el desconocimiento de cuestiones básicas provoca.
    Gracias al autor, por recordarnos lo «verdes» que estamos en cuestiones de esta naturaleza, y lo que precisamos un poco de estudio y de dedicación en estos temas.

    1. Es decir, que la iglesia vivió sus primeros siglos sin la Biblia, basándose en la tradición hasta que en el concilio de Roma del año 382 se definió el canon católico a partir del que se creó la Biblia. Y después llegó Lutero afirmando que la única autoridad estaba en la Biblia, rechazando todo lo proveniente de la tradición aunque esta precedía a la propia Biblia.

      Y para rematarlo elimina párrafos de la Biblia que cuestionan su doctrina cuando supuestamente la Biblia es la máxima autoridad en materia de fe.

      Hombre, muy coherente no parece.

  2. Que publicación más arbitraria. Además si fuera así porque la misma iglesia católica ha aceptado que la iglesia luterana es iglesia y busca su unidad? Además el mismo papa fue a celebrar los 500 años de la reforma en la iglesia luterana.
    Una de las cosas que caracteriza a la iglesia catolica es que siguen ciegamente al Papa, si el Papa no está en contra de la iglesia protestantes y ustedes están en contra y más aún llaman a su fundador príncipe de los herejes ustedes mismos son herejes y están desobedeciendo y contradiciendo al sumo pontífice 😉
    El papa Francisco dijo: “Lutero fue un reformador en un momento difícil y puso la palabra de Dios en manos de los hombres. Tal vez algunos métodos no fueron correctos, pero si leemos la historia vemos que la Iglesia no era un modelo a imitar: había corrupción, mundanismo, el apego a la riqueza y el poder».

    1. Estimado seguidor: no es así lo de que los católicos seguimos al Papa ciegamente. Cómo se nota que usted no es católico. Al Papa se le sigue ciegamente, valga la expresión, sólo cuando habla excátedra, porque entonces es cando ha sido inspirado directamente por el Espíritu Santo, lo que ocurre sólo cuando declara dogmas, algo que sucede cada mucho, pero que mucho tiempo. En todo lo demás, lo que diga el Papa es opinable. Otra cosa es que para los católicos el Papa debe ser siempre una referencia, pero no obligada a machamartillo. De ahí viene lo demás que comenta y es que ha habido Papas y Papas, y este de ahora, precisamente viene desbarrando de la secular doctrina de la Iglesia de manera patente. Lo que el papa diga sobre el gran heresiárca que fue Lutero que contradiga la doctrina de la Iglesia queda para él, que para los demás no nos vale. Ese sí es un problema, que el papa, como ser humano puede pecar y errar menos cuando, como hemos dicho, habla excátedra. Así que de arbitrarios nada: Lutero fue un hereje como la copa de un pino y por él se perdieron y siguen perdiendo millones de almas… ¿la suya tal vez si profesa usted la herejía protestante en cualquiera de sus formas? Saludos cordiales

    1. Estimado seguidor: ¿cuáles improperios? Porque hay que nombrarlos. Lo de ser cristiano no está reñido con la claridad y contundencia en la expresiones, máxime si se trata de asuntos tan graves como el del artículo que afectan a la preservación de la Fe. El Evangelio dice ser buenos, pero no tontos. Saludos cordiales

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