Margarita «mofletes» debe dimitir

Nos es por nada, pero creemos que esta publicación es la única que ha destapado hace ya dos artículos (aquí y aquí) algo que a todos se les había pasado por alto: que Margarita «mofletes» –también «netol»— es una histérica y una incompetente. Y tampoco es por nada, pero es que todo un tribunal supremo nos ha dado la primera de las razones de otras que, no les quepa la menor duda, nos van a dar en breve; aviso a buenos navegantes.

Alfonso Gómez Fernández de Córdoba

Margarita «mofletes», en uno de sus habituales ataques de histeria, mandó a la calle al Vicealmirante Alfonso Gómez Fernández de Córdoba, cuya gravísima falta, digna, según la «mofletes», de tan severo castigo, fue… decirle la verdad, serle leal, enseñarle las normas y las ordenanzas, y, por ello, mostrar su total desacuerdo con la cacicada totalitaria de la «mofletes» cuando ordenó la suspensión de unas oposiciones a psicólogos de las FAS de las cuales el Vicealmirante, en cumplimiento de la legislación vigente, había expulsado a dos aspirantes femeninas que mostraban tatuajes en zonas de su cuerpo que iban a quedar visibles cuando vistieran de uniforme; caso de aprobar, claro. Cuestión que Margarita «mofletes» se tomó como un ataque personal contra sus acendradas creencias feministas –fémina es, femenina ni queriendo– y marxistas, esas tan arcaicas, rancias, caducas y mil veces fracasadas en todo lugar y época.

La cosa fue que los asesores jurídicos de Defensa informaron a la «mofletes» de que su proceder no se justificaba ni a tiros, con perdón, constituyendo una clara vulneración de todas las normas habidas y por haber. La otra cosa fue que, lógicamente, el vicealmirante, en defensa de sus derechos, interpuso el correspondiente recurso. La última cosa ha sido que el tribunal competente ha admitido la solicitud de las medidas cautelares que pedía el marino –por favor, lean la sentencia porque no tiene desperdicio, dejando a la «moflete» y al ministerio a la altura del betún–, que no eran otras que la suspensión del real decreto –nada más y nada menos– por el que Margarita y Pedro I «el profanador» y «el okupa» –que no sabe gobernar si no es a decretazos– le habían dado la patada de mala manera.

Es decir, que todo un tribunal ha considerado que la expulsión, porque eso fue, decretada por la «mofletes» tiene visos más que sobrados de haber sido manifiestamente ilegal, por lo que ante la más que probable victoria del vicealmirante, lo que puede llevar algún tiempo, sería injusto y perjudicial para él estar en la calle y, para evitar tal estropicio e injustica, obliga al Ministerio a readmitirle.

Como puede verse, las consecuencia son importantísimas:

* Suponen, de entrada, un varapalo descomunal al Gobierno y al Ministerio de Defensa.

* Uno muy especial a Margarita «mofletes» como ministro del mismo.

* Deja en evidencia su incapacidad e incompetencia profesional, porque no olvidemos que la «mofletes» fue magistrada; bien que de esos de rondón, pero magistrada.

* Evidencia que esta individua no respeta ni el ordenamiento legislativo ni jurídico vigentes.

* Por lo anterior, la califica como manifiestamente antidemocrática, anticonstitucional y vulneradora de derechos humanos fundamentales –algo especialmente grave y que hay que resaltar–; o sea, toda una fascistoide.

* También, que tampoco respeta a los que le asesoran, porque ya le avisaron de que la cosa era chunga.

* Asimismo, visibiliza el carácter totalitario, intolerante, dictatorial y sectario de la «mofletes», propio, bien es verdad, de todo marxista –socialista o comunista– como es ella, o sea, de esas personas que aún en el siglo XXI ¡increíble! están abducidas por la ideología más perversa, caduca, rancia, retrógrada, reaccionaria y carca que ha existido, además de siempre fracasada en baños de sangre y de miseria.

* Quedan a la luz las partes más oscuras del perfil psicológico de la «mofletes» que son sus elevadas dosis de inestabilidad, propias de caracteres histéricos, descontrolados e iracundos, afectados de «incomunicación esférica» y «entorno abstracto», dolencias que tienen difícil remedio.

* Por último, obliga al Ministerio a readmitir al vicealmirante ipso facto, en principio en el lugar que ocupaba; y más le vale a la «mofletes» no dejarse llevar de su histeria y mandarlo a algún puesto «irrelevante», porque le puede caer encima otra demanda por acoso laboral y persecución por… ¿odio ideológico?

En cuanto a cómo se ha tomado la noticia Margarita «mofletes» pueden ustedes hacerse una idea dada la patética personalidad de tal individua: con un ataque de histeria monumental, de esos que hacen época, de los que aquellos que por desgracia estaban cerca no olvidarán nunca… sobre todo el mensajero, pobrecito.

Por lo ocurrido y por lo que ya hemos denunciado en nuestros anteriores artículos (aquí y aquí), más por lo que va a venir, aviso a buenos navegantes, Margarita «mofletes» debe dimitir o la deben echar, no por corrupta, que sepamos por ahora, sino por histérica e incompetente. Si no se procede así, Pedro I «el profanador» y «el okupa» deberá asumir la responsabilidad tanto de esta ciscada como de las que van a seguir; aviso a buenos navegantes.


3 respuestas a «Margarita «mofletes» debe dimitir»

  1. Muy buen varapalo; ¡Hundido de cuatro! pues si todavía no se ha aprendido los términos navales en su cursillo acelerado de «mili» a tres ejércitos, por lo menos recordará estos de sus juegos geyper

  2. 11M: Terrorismo masónico y Margarita Robles
    El 11/M de 2004, diez bombas explosionaron al mismo tiempo en cuatro trenes de trabajadores que llegaban a la estación de Atocha en Madrid para iniciar su jornada. Es la mayor masacre terrorista de Europa, 193 muertos y más de 1.750 heridos. La sentencia de la Audiencia Nacional no condenó a nadie por la autoría intelectual y la colocación de las bombas.
    A primera hora de la noche del día siguiente al atentado, Margarita Robles, ex-secretaria de Estado de Interior con Felipe González, conversó ampliamente por teléfono con la juez antiterrorista francesa Laurence Le Vert, casada con un masón grado 33. Margarita Robles fue avisada de que al día siguiente se iban a producir detenciones de células islamistas; Robles informó inmediatamente a José Blanco, secretario de Organización del PSOE en la oposición, que se encontraba cenando con Alfredo Pérez Rubalcaba y otros destacados socialistas. La información procedía del marido masón de la juez, muy relacionado con los servicios secretos españoles, que traicionaron al gobierno del Partido Popular.
    En círculos bien informados se decía que Rubalcaba era un destacado miembro de la masonería que había coincidido con el expresidente Mitterand. En una logia francesa.
    El atentado provocó un cambio. El nuevo gobierno atacó a la Iglesia Católica y a la unidad de España. Las crípticas palabras de Aznar “Los responsables del atentado no se encuentran en lejanas montañas (Afganistán) ni en desiertos cercanos (Marruecos)”, fueron premonitorias. Quizá se encontraban en Madrid y Nueva York.
    Fuente: Ricardo de las Heras. La trama masónica (2010)

    1. Estimado seguidor: mil gracias por estos datos que no recordábamos. Veremos a dónde nos lleva esa pista tan interesante y… dolorosa para toda España. Cualquier otro dato se agradece. Saludos cordiales

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