Margarita Robles y el Gral. Villarroya ¿corruptos?
Vamos a darles los datos fehacientes que tenemos y que cada uno de ustedes conteste a las preguntas que formulamos y… ya veremos.
En Agosto del año pasado se publicó una declaración en favor de la figura militar de Franco. A ella se adhirieron más de mil militares, todos en situación de retiro, menos cinco que estaban en la reserva. Había también algunos en la «reserva transitoria», situación equivalente en todo a la de retiro; ésta hace civiles a todos los efectos a los militares una vez retirados.
A pesar de lo dicho, el 4 de septiembre fue citado a declarar por el Tte. Gral. Villarroya Vilalta, a la sazón director del Gabinete Técnico de la ministro de Defensa, la ínclita Margarita Robles, el Tte. Col. Fco. Bendala en situación de «reserva transitoria», sometiéndosele al Régimen Disciplinario de la FFAA, el cual, como bien deja claro su artículo segundo, sólo es aplicable al personal militar, lo que dicho Tte. Col. no es al no tener vinculación alguna con Defensa por su situación de «reserva transitoria». Tras arduo litigio, el Tte. Gral. Villarroya Vilalta hace poco terminó por reconocer tal hecho.
Asimismo reconoció, y como todo lo dicho aquí consta por escrito, que dado que dicho jefe se había tenido que desplazar desde donde se encontraba a Madrid para comparecer, lo que le había ocasionado unos gastos, tenía derecho a que se le compensaran, lo que él no podía tramitar debido a esa falta de vinculación con Defensa; doble reconocimiento, pues, de la negligencia cometida y de la ineptitud demostrada por el Ministerio.
Entonces Villarroya ordenó, con el visto bueno de Margarita Robles, que los 120€ a pagar al Tte. Col. Bendala se hiciera del fondo de «Protocolo» del Ministerio. Así, de repente, Bendala recibió en su cuenta bancaria, por la que cobra su paga mensual, dicha cantidad, la cual procedió a devolver ipso facto, depositando el oportuno escrito en Defensa por el que no sólo acreditaba lo dicho, sino que además mostraba su indignación porque se hubiera utilizado su cuenta bancaria sin su permiso previo para fin distinto al que la posee el Ministerio, al tiempo que advertía que no iba a consentir que el contribuyente tuviera que pagar la, cuando menos, negligencia, y segura ineptitud, de los dos cargos citados, solicitando que dicha cantidad saliera del bolsillo de la ministro y del Tte. Gral., únicos responsables del despropósito. Ha pasado el tiempo y no ha habido respuesta; como por otra parte era de esperar dada la mentalidad y penosa condición personal tanto de Robles como de Villarroya.
Hasta aquí los hechos fehacientes. Ahora las preguntas ¿A qué dedican Robles y Villarroya la partida de «Protocolo» de Defensa? ¿Se emplea como cajón de sastre para todo tipo de…? ¿Debe el contribuyente, aunque sea cantidad tan nimia, soportar ese gasto? ¿Quien en lo poco no es honrado, lo será en lo mucho? ¿Habría que revisar asiento por asiento dicha partida? ¿Se pueden estar utilizando otras de forma indebida aprovechando el inmenso volumen de las cuentas de Defensa? ¿Qué es corrupción? ¿Sólo las grandes cifras? ¿Los subordinados de ambos han permitido conscientemente lo ocurrido? ¿Son Margarita Robles y Villarroya Vilalta corruptos? ¿Si no abonan dicha cantidad podrían estar incurriendo en «apropiación indebida»? ¿Tendrá que llegar el asunto a un juez para que Robles y Villarrioya entren en razón? Que cada cual saque sus propia conclusiones. Seguiremos, desde luego, informando.

¡Que se escapa, que se escapa!
Al final los gastos de su excrecencias gubernamentales, en el momento que le quiten la llave de la caja, las pagará con el dinero del partido o a lo mejor recurre al alcance que se produzca cuando el extinto comunismo de la URSS haga la liquidación del adelanto que les dio Negrín para la compra de chatarra bélica.
Estimado seguidor: Así fue, así es y parece que así seguirá siendo para desgracia de España, porque para muchos «el dinero públio no es de nadie» como dijo cierta socialista. La pena es que a esa teoría se han sumado mucho, incluso aquellos que debieron siempre hacer de la máxima honradez su pendón. Mil gracias. Saudos cordiales