Margarita Robles: ni sí, ni no, sino todo lo contrario
La ministro de Defensa, Margarita Robles (a) la mofletes, presidió en Toledo un seminario Internacional de Seguridad y Defensa al que asistieron numerosos militares y civiles interesados en tal materia; también, claro, agregados militares extranjeros. En la mesa presidencial, y para escarnio de tal evento, se vio junto a la ministro al periodista Miguel Ángel Aguilar, uno de los factótum del agit-prop marxista de siempre en España, ese que nos desveló lo que era un secreto a voces, es decir, que con el 23-F a Juan Carlos I ni se lo tocaba pues había cumplido con lo acordado.
La intervención de Robles fue sonada porque provocó bostezos monumentales, mentes largándose a otra parte aunque el cuerpo permanecía en la sala y, lo que es peor, sonrisas, muchas sonrisas; las risotadas no hubieran sido correctas.
Su charla, además de aderezada con esa forma tan estridente que tiene de hablar y las muecas que produce, fue insulsa, vaga, confusa, mediocre y todo un larde de “ni sí, ni no, sino todo lo contrario”. Y es que Robles pretendió defender lo indefendible, es decir, posturas contrapuestas, o, lo que es lo mismo, intentó tomar el pelo a los presentes; que dicho sea de paso guardaron silencio por educación, aplaudieron por corrección y luego hicieron comentarios elogiosos por la obligación de mantenerse en lo políticamente correcto, pero que con los ojos y con alguna mueca particular dijeron claramente que no tragaban.
Robles afirmó lo que todos sabemos, y es que España nunca va a gastar un dos por ciento de su presupuesto en Defensa –ni un dos, ni un uno–; tomen nota nuestros mandos superiores a ver si se enteran de lo que es evidente.
También, que Trump es muy malo porque… defiende su país, quiere defender Europa y para ello quiere, lógicamente, que no sólo los EEUU, sino los defendidos, aporten su parte, es decir, ese dos por ciento. Otra cosa es que ya sabemos para qué quieren los EEUU «defender Europa», con independencia de quien gobierne.
Arremetió, cual marxista desorejada que es, contra el imperio, ocultando que gracias a él tenemos lo bueno, aunque también no poco de lo malo, pero que todo es un paquete cerrado y si queremos lo uno no podemos rechazar lo otro. Fue, además de mal gusto e innecesario, arremeter en público contra quien es tu «socio» y «aliado», máxime cuando le has dicho que pague él. Pero es que estos marxista siguen en la onda de la «revolución», la nostalgia d elas checas y de los «paseos» y no lo pueden evitar.
Para rematar su estulticia, Robles manifestó, con la boca llena de no se sabe qué, algo increíble, como es la promesa de que, a pesar de lo dicho, a pesar de escupir a la cara de quien dependes en mucho, España «tiene una marcada vocación atlantista» y «es un socio de fiar» y se quedó tan pancha; y eso cuando hace nada ella y Sánchez retiraron de un plumazo la fragata Méndez Núñez de la flota yanqui que patrulla por el Índico en cuanto olió a pólvora iraní; que vaya usted a saber qué lumbrera de asesor o analista del CNI consideró que la sangre iba a llegar al río.
En fin, que todo su discurso fue un repugnante y vergonzoso cúmulo de incongruencias, vanalidades y estupideces, propias de alguien como Robles experta en pegar patadas a los demás, saltarse la ley y no tener la hombría, perdón, la feminidad, de reconocer sus meteduras de pata. De verdad, esperemos que esta agonía de seguir viendo a tan sectaria e inepta ministro al frente de Defensa termine pronto, porque atufa.
Lo peor es que detrás de ella vendrá, tal vez, quién la hará desear porque quien lo podrá será el ínclito Sánchez, posiblemente uno de los dirigentes anti-españoles más impresentables, canallas, cobardes y degenerados de las últimas décadas como ya ha demostrado hasta la saciedad… y lo que te rondaré, morena..
Pero aún casi peor es que seguirán en sus puestos los mandos militares superiores –y no tan superiores–, o sus sucesores, cortados por el mismo patrón, todos bien amaestrados en la sumisión hasta llegar a la cobardía y la traición.
No hay salida.

Margarita Robles, como Ministra de Defensa, es un desastre. Se imagina nadie a esta señora defendiendo su puesto de mando.
Uno repasa el «Staf» del Estado Mayor ruso y lo compara con la colección de merluzos que hemos tenido y tenemos en España, empezando por Rajoy y por Perro Sánchez (valga la redundancia), y acabando con el «biógrafo oficial de Gutiérrez Mellado» o con el periodista este Miguel Ángel Aguilar, y la verdad tiene uno que hacer verdaderos esfuerzos para no romper a llorar, pero siendo esto triste y malo, lo que más escalofrío me da de la Srª Margarita Robles es que Magistrada del Tribunal Supremo. No hay libertad de expresión en España para seguir comentando mi artículo. Un pais cuyo Poder judicial está en manos de gente así , de la que no puedes esperar una decisión justa, es para coger las maletas y marcharse.