Mártir José Sánchez del Río

José Sánchez del Río, nació en Sahuayo, Michoacán (Méjico), en 1913, en el seno de una familia de buena posición. Siendo casi un niño ya militaba en la Acción Católica de la Juventud Mejicana. Cuando estalló la Guerra Cristera, en 1926, se apuntó voluntario con tan sólo 13 años.
En razón de su corta edad, José fue designado portaestandarte de la imagen de la Virgen de Guadalupe, no tomando parte activa en los enfrentamientos armados. Sin embargo, el 6 de Febrero de 1928, durante un combate, el joven fue capturado cuando, para salvar al General cristero Luis Guízar Morfín, le cedió su caballo, lo que le impidió poder escapar: «Mi general, tome usted mi caballo y sálvese; usted es más necesario y hace más falta a la causa que yo», le dijo Joselito al jefe cristero.
Irónicamente, fue encerrado en la Iglesia de Santiago Apóstol de Sahuayo, la misma donde había sido bautizado, convertida por las tropas del gobierno en cárcel y caballeriza. José le dijo a uno de sus carceleros: «La casa de Dios es para rezar, no para usarla como un establo de animales. Estoy dispuesto a todo. Puede fusilarme. Así me encontraré enseguida en la presencia de Dios y podré pedirle que le confunda».
A José le hicieron varias propuestas tentadoras para hacerlo desistir de su fe y de su lucha; incluso pidieron un rescate a su familia. Pero él rechazó todas las ofertas.
Tras cuatro días de cautiverio en manos de os soldados del ejército federal, el 10 de Febrero fue sacado de la parroquia donde estaba encerrado, torturado -le desollaron las plantas de los pies- y conducido por las calles de Sahuayo hasta el cementerio municipal. José iba llorando, pero al mismo tiempo rezando y dando grandes gritos de ¡Viva Cristo Rey! Frente a una fosa, fue conminado por última vez a retractarse de su fe, lo que rechazó de plano. Antes de ejecutarlo, sus verdugos le preguntaron: «¿Qué quieres que le digamos a tus padres?» Y él contestó: «Que viva Cristo Rey y que en el cielo nos veremos».
Primero le colgaron y luego lo remataron de un tiro en la sien. Estaba próximo a cumplir los 15 años.

¡¡Gracias!!
Un héroe ejemplo para las generaciones venideras.
¡¡Emocionante!!
Muchas gracias por transmitir el concepto de la Hispanidad, …
«no sujeto al suelo primigenio, sino expandido por los corazones de muchos otros a lo largo del globo».
Le dedico este fragmento de una poesía del insigne patriota español Pedro Calderón de la Barca:
… «Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la firmeza, la lealtad,
el honor, la bizarría,
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados.» …
De esto no se hacen películas. Del Genocidio de la Guerra Cristera en Méjico, donde los curas y los seglares eran fusilados a mansalva, como en el Genocidio dela Vendée en Francia. La «Memoria histórica» de la persecución cristiana se oculta a la opinión pública y se tapa en los medios de comunicación hasta el extremo que los primeros que la tapan son los propios obispos rendidos al proceso de secularización.
Muy bueno por Juan Cruz, como todos los domingos.
¿Y a qué espera la Iglesia Católica, o lo que queda de ella, que no es mucho, la verdad, para declararle MÁRTIR Y BEATO…?
De verdad que no lo entiendo.