Mártir Juan Cano Solana (139)

Juan Cano Solana (El Arenal/Ávila 1919 – Arenas de San Pedro/Ávila 1936). Modelo de católico desde muy niño, consolidó rápidamente las virtudes cristianas que le inculcaron sus padres.
En el pequeño pueblo de El Arenal, desde las elecciones municipales de 1933 tomaron el poder los comunistas, imponiendo desde ese mismo instante su ley, especialmente en contra de todo lo que fuera expresiones de fe, sobre todo con trabas a cualquier tipo de expresión pública de la misma, entre otras prohibiendo la enseñanza de la doctrina católica, inquina que arreció cuando el Frente Popular se hizo con el poder en Febrero de 1936 procediendo los frentepopulistas, mayoritariamente comunistas, pero también socialistas, a arrancar los pocos crucifijos que quedaban en los centros oficiales e incluso a prohibir el repique de las campanas de la parroquia.
A partir del 18 de julio, los frentepopulistas se incautaron de la iglesia parroquial, destruyeron sus imágenes y prohibieron toda clase de culto. Además, llevaron a cabo varias representaciones sacrílegas en público con mofas a lo sagrado.
Juan Cano Solana era por entonces seminarista que cursaba primero de filosofía en el Seminario de Ávila, pero por estar de vacaciones se encontraba en su pueblo natal de El Arenal. Como era conocida tal condición, fue especial objeto de acoso, burlas, insultos y algunas agresiones por el momento leves.
Sin embargo, el 18 de Agosto, cuando se encontraba en casa de sus padres, se presentaron en ella un grupo de frentepopulistas preguntando por «el curilla», llevándose detenido a Juan Cano ante la desazón de su madre allí presente. Encerrado en el Palacio de Arenas de San Pedro, durante unos días su familia pudo aún visitarle. En una de esas visitas su madre le dijo: “Juan, cuando te pregunten… debes declarar… debes decir… ten mucho cuidado con lo que contestas”, a lo que Juan Cano respondió con gran firmeza y serenidad: “Madre, no te preocupes. Si importa muy poco mi declaración. Si a mí me juzgan exclusivamente por ser seminarista”.
Asimismo, durante esos días, Juan Cano fue objeto de malos tratos por parte de sus carceleros, los cuales, entre otras cosas, y al ver su juventud, intentaron especialmente que vulnerara su castidad no sólo con toda clase de obscenidades y groserías, sino incluso poniéndole ante mujeres que de forma explícita se prestaron a ello, bien que todo fue en vano, e incluso valió para que Juan Cano acrecentara tal virtud para lo cual fue su mayor bastión orar a voz en grito cuando se le ponía en situación tan comprometida.
Finalmente, hartos de sus repetidos fracasos, sus carceleros lo llevaron, sobre las dos de la madrugada del 25 de Agosto, a las afueras de Arenas a un lugar denominado Prado Yegua, donde primero se le obligó a cavar su tumba y después le descerrajaron un tiro en la frente. Testimonios fidedignos afirman que en todo el trayecto no dejó de rezar, de proferir exclamaciones al Sagrado Corazón de Jesús y que al ver el cañón de la pistola apuntando a su cabeza gritó con inusitado ardor ¡Viva Cristo Rey! Tenía 19 años.
NOTA.- Esta serie está dedicada a los mártires de la persecución anticatólica entre 1936 y 1939 del Frente Popular, coalición marxista-leninista revolucionaria formada por el PSOE, PCE, CNT, PNV y ERC.

Al ver el cañón de la pistola de la coalición marxista-leninista revolucionaria formada por el PSOE, PCE, CNT, PNV y ERC. apuntando a su cabeza gritó con inusitado ardor ¡Viva Cristo Rey! Tenía 19 años.