Mártir María del Olvido Noguera Albelda (84)

María del Olvido Noguera

María del Olvido Noguera Albelda (Carcagente 1903 – Benifairó de Valldigna 1936). Nació en Carcagente (Valencia) el día 30 de Diciembre de 1903. Alumna desde muy niña del Colegio María Inmaculada de las Misioneras Claretianas de su localidad.

María del Olvido era de carácter extraordinariamente alegre, muy simpática y caritativa. Reconocida como bellísima persona; también por su gran belleza. Educada por sus padres, Isidro y Dolores –que fueron de los que en su momento más ayudaron a la construcción del colegio citado– y por sus profesoras adquirió desde siempre una profunda fe y piedad. Participaba en la Misa diariamente, hacía meditación, rezaba el Rosario en familia, cultivaba la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y a la Santísima Virgen, y rezaba todos los viernes el Vía Crucis.

Trabajaba activamente en la misión parroquial, pertenecía a varias asociaciones seglares, fue catequista, enseñaba a leer y escribir a jóvenes obreras, a hacer labores y también el catecismo, formaba parte de la Acción Católica y de la Cofradía de la Virgen de Aguas Vivas de su localidad natal. Jamás llamó un pobre a su puerta que no fuera atendido. Permaneció soltera.

Colegio de María Inmaculada de Carcagente (convertido durante la guerra en prisión)

En los meses previos al estallido de la guerra, en el Programa de Fiestas apareció una reseña que decía: “Venerables Bodas de Plata. La Virgen de Aguas Vivas de 1936 al 1939” en el que nos dice: “A la mañana siguiente (14 de Mayo de 1936) la familia Garrigues con sus vecinas Áurea (su hermana) y Olvido Noguera Albelda, después de agenciarse yeso y abundantes ladrillos, procedieron a guardar escondida la imagen de la Virgen…”.

Su hermana Aurea contaba años después que un día que iban juntas las dos caminando, ya una vez estallada la guerra, a su paso algunas mujeres comentaron en voz alta para que las oyeran “…Estas, estas dos; no debemos dejar a nadie que huela a cera”.

Iniciada la guerra, siguió con gran valentía sus actividades apostólicas siempre que tuvo ocasión. Por sus conocidos antecedentes y sus perseverancia en dar testimonio, levantaba de siempre la inquina de los frentepopulistas, los cuales desde el primer instante volcaron sus odios contra la familia, especialmente contra Olvido «Sé por mi madre que todos los días rezaba el rosario de rodillas, y también que los rojos obligaron a María Olvido a hacer la limpieza de la cárcel y de los establecimientos del Comité, y todo esto lo soportó con la mayor paciencia y resignación” (Su hermana Aurea).

La madre, Dolores, y Aurea, la hermana años después

“No creía que tenía motivo para hacerlo y se presentaba al comité de defensa, junto con su hermano cada vez que le obligaban. Cada vez que iba al Comité pasaba por mi casa y mi esposa le decía que se escondiera pero siempre respondía que no tenía motivos para hacerlo. Un día a media tarde le dice a mi mujer: “hoy es el último día que tengo que presentarme, según me han dicho”. Mi mujer le dijo no vayas ahora, pero ella le replicó: “sea lo que Dios quiera, si dentro de media hora no vuelto, recen por mi” (Ángel Pellicer, amigo de la familia).

La noche del 30 de Noviembre de 1936 fue llamada para acudir al Comité. Estaban en casa María Olvido, su madre Dolores y su hermano Isidro. Su padre y Áurea, su hermana, estaban fuera. María Olvido asumió con preocupación el riesgo, pero pensó que sería, como se había repetido últimamente, un interrogatorio de rutina y regresaría pronto. Tranquilizó a su madre y se fue. Isidro, su hermano, no quiso dejarla sola y se fue con ella.

María del Olvido

“Yo iba detrás y me escondí en la casa de enfrente al Comité de defensa (hoy Hotel España). Estuvieron allí cerca de 20 minutos y después fueron conducidos por los milicianos armados al cuartel de la Guardia Civil de la calle Sagasta, transformado en cárcel. Cuando los vi encarcelados fui corriendo a mi casa y a la de ellos para decirlo. Cuando pasó delante de mi la Sierva de Dios parecía muy tranquila” (Enrique Pardo Arbona, 14 años entonces).

“La trajeron a la cárcel donde yo estaba. Allí fue metida en una celda frente a la mía. Desde una ventana me hizo alguna seña que no pude entender, estábamos todos aislados. Yo la encontré muy llena de coraje y parecía que me fortalecía a mi, que ciertamente me encontraba muy abatida” (Josefa Peral).

Trasladados los dos hermanos en una camioneta, los llevaron al paraje conocido como “Portichol” en las afueras de la cercana localidad de Benifairó de Valldigna, donde sus captores intentaron violar a María Olvido, pero ella se defendió enérgicamente, decidiendo entonces sujetarla entre cuatro, consumando la violación repetidamente seis de los allí presentes además con toda la violencia que pudieron, golpeándola con brutalidad, mientras que a su hermano Isidro le habían atado a un olivo para que contemplara tan execrable escena.

Tras torturarla sañudamente, terminaron por poner a los dos hermanos juntos (a Isidro lo golpearon hasta casi matarlo) acabando con ellos de varios disparos, testimoniando posteriormente varios de los asesinos que María del Olvido aún logró gritar en un último y débil estertor ¡Viva Cristo Rey! que silenciaron los disparos. Tenía 33 años.

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NOTA.- Esta serie está dedicada a los mártires de la persecución anticatólica entre 1936 y 1939 del Frente Popular, coalición marxista-leninista revolucionaria formada por el PSOE, PCE, CNT, PNV y ERC.


3 respuestas a «Mártir María del Olvido Noguera Albelda (84)»

  1. ¡¡ PPSOEZ !!
    ¡ nunca sereis capaces de pedir perdón !
    ¡ perdonar también es difícil !
    ¡ Ni perdonáis ni pedís perdón !
    ¡ Qué ejemplo dáis !
    Nada, nada, nada.

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