Mártir Sor Ascensión Sánchez Romero (11)
Isabel Sánchez Romero nació en una casa de campo del término municipal de Huéscar, (granada) en 1860.

Ingresó en el monasterio de la Madre de Dios, Dominicas, en Huéscar, a los 17 años, como hermana cooperadora o Hermana de Obediencia y tomó el nombre de Sor Isabel. Era humilde, obediente, silenciosa y trabajadora. Tenía desde joven una rara enfermedad que le cubría el cuerpo de llagas, por lo que no podía asumir responsabilidades fijas. Ejercía de auxiliar de todas las hermanas cuando la enfermedad se lo permitía. Jamás se le oyó una queja de su lastimosa situación. Sin duda buena preparación para sufrir la persecución religiosa, como lo advirtió a la comunidad el director de los ejercicios espirituales, un mes antes de estallar la guerra.
En los primeros días tras el Alzamiento, Huéscar estuvo controlada por elementos leales al Alzamiento, bien que muy en precario, hasta que a principios de Agosto un avión frentepopulista bombardeó la localidad, momento en que fuerzas de tal signo lograron ocuparla, lo que obligó a las 14 monjas a abandonar el monasterio, refugiándose cada cual donde mejor pudo, normalmente en casas de familiares o conocidos.
El 15 de Febrero de 1937, registraron la casa donde se alojaba sor Isabel. La detuvieron y la condujeron al calabozo. Por la noche, los milicianos quisieron obligarla a blasfemar bajo amenaza de muerte: sor Isabel respondió con jaculatorias. En castigo, fue duramente maltratada quedando semimuerta (tenía 76 años), tendida en el suelo sobre su propia sangre. A la mañana siguiente, dado que su mal estado le impedía subir al camión en que querían llevarla fuera de la localidad junto con otros presos, la cogieron entre varios y, sin piedad alguna, la arrojaron en el vehículo.
Llegado el camión a las puertas del cementerio, fueron bajando a los presos y fusilándolos. Uno de ellos era Florencio, sobrino de Sor Ascensión, cuya vida salvaría, según le dijeron, si la monja blasfemaba. No lo consiguieron, por lo que tuvo que contemplar el fusilamiento del sobrino.
Al final, en vez de fusilarla optaron por poner su cabeza sobre una piedra y con otra machacarle el cráneo. Era el 16 de Febrero de 1937.
NOTA.- Esta serie está dedicada a los mártires de la persecución anticatólica entre 1936 y 1939 del Frente Popular, coalición marxista-leninista revolucionaria formada por el PSOE, PCE, CNT, PNV y ERC.

Los asesinos, y los que después de la guerra dieron asilo en sus países a los asesinos, son los que, hipócritamente, acusan a los demás de crímenes, mientras esconden los suyos y meten en la cárcel al que se atreva a señalarles a ellos con el dedo.
Aquí se cae el mito del buen salvaje. El ser humano sin Dios a causa del pecado original puede llegar a estas barbaridades. Y que el mal y el maligno existen es obvio al ver a los empecinados que cierran los ojos y siguen apoyando estas ideologías perniciosas. Por eso no deja de ser una utopía pensar que con buenos razonamientos podemos llevarnos bien con todo el mundo y que todos somos fratelli.
Estimado seguidor: magnífico comentario. Imposible añadir nada más. Saludos cordiales