Mártires Francisca López Moreno y P. Justo Lozoyo López (147)

Francisca López Moreno
Justo Lozoyo López

Francisca López Moreno (Valdelacasa de Tajo/Cáceres 1880 – 1936). Persona de gran bondad, muy sufrida en sus quehaceres como ama de casa que fue la actividad a la que dedicó toda su vida. De profunda religiosidad y caridad para con los demás. Se casó en 1901 con Timoteo Lozoyo García, matrimonio del que tuvieron un único hijo Justo Lozoyo López (Valdelacasa de Tajo/Cáceres 1902 – 1936), al que educaron en la Fe hasta el punto de que se ordenó sacerdote en 1927.

Recién ordenado sacerdote, Justo Lozoyo fue destinado como ecónomo a la localidad de Puerto de San Vicente (Toledo) y después con el mismo cargo a Carrascalejo (Cáceres).

Comenzada la contienda, Justo Lozoyo intentó seguir con su ministerio, pero para finales de Julio de 1936 le fue ya imposible, siendo objeto de amenazas, burlas y escarnio a diario, por lo que buscó refugio junto a sus padres en su pueblo natal.

Allí se encontraba cuando el 25 de Agosto llegó a Valdelacasa de Tajo la infame columna «Fantasma» compuesta por frentepopulistas anarquistas, que venía asolando toda la comarca. Nada más instalarse en el pueblo supieron que el párroco hacía días que se había marchado, desconociéndose su paradero, pero algunos del pueblo delataron a Justo Lozoyo, informando al jefe de la columna que allí había «un cura, hijo del pueblo», lo que llevó a los frentepopulistas a buscarle y detenerle, bastando su confesión de que, efectivamente, era sacerdote, para que de inmediato decidieran asesinarle, llevándole en ignominiosa procesión por las calles de la localidad hasta un corral sito en el centro.

Enterada su madre, Francisca López, que no se encontraba en la casa, de lo que ocurría, no dudó un instante en salir corriendo hacia aquel lugar.

Llegada allí, vio a su hijo escarnecido y ya colocado ante una tapia. Francisca López entonces corrió junto a él agarrándose con todas sus fuerzas. Tras unos instantes en que rogó al jefe de los frentepopulistas piedad para su hijo, y al ver que no la iba a lograr, apoyada en la serenidad de su vástago que la animaba a perdonar y alejarse de allí, Francisca López optó por dejar de suplicar y, a pesar de que los frentepopulistas intentaron separarla de su hijo, fue tal la fuerza con la que se agarró a él que les fue imposible aún cuando lo intentaron entre varios. La escena fue de un dramatismo sin par, pues mientras eso ocurría, su hijo rezaba y ella gritaba con fuerza que si él iba a morir por Cristo, ella también moriría por Él.

Entonces, hartos de no lograr separarla y vista su actitud, el jefe del pelotón ordenó asesinar a los dos, que cayeron juntos, no sin antes, de común acuerdo con una mirada, gritaron al unísono un sonoro ¡Viva Cristo Rey! que resonó casi más que la descarga.

Tal fue la contrariedad de los asesinos que, ofuscados por el ejemplo de ambos, pero casi más por el de la mujer, locos de odio se volvieron contra los cuerpos ultrajándolos, llegando a sacarle los ojos a Francisca López y cortándole las orejas a Justo Lozoyo, paseando dichos despojos por las calles del pueblo entre alaridos y blasfemias, llegando incluso a llevarlos como trofeos a mostrarlos en las localidades cercanas de Carrascalejo y Puente del Arzobispo.

Francisca López tenía 56 años, y Justo Lozoyo 34.

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NOTA.- Esta serie está dedicada a los mártires de la persecución anticatólica entre 1936 y 1939 del Frente Popular, coalición marxista-leninista revolucionaria formada por el PSOE, PCE, CNT, PNV y ERC.


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