Mártires María Climent y Julia Mateu (55)

María Climent

María Climent Mateu (1887-1936) nació en Játiva (Valencia). Nunca se casó, pues su intensa vida religiosa la llevó a consagrarse como seglar a Dios. Huérfana de padre, vivió siempre con su madre, Julia Mateu. Era sobrina del vicario de la parroquia de Santa Tecla de Játiva. Terciaria franciscana, miembro del Apostolado de la Oración y de la Adoración Nocturna, de la obra del Rosario Perpetuo, directiva de las Conferencias de San Vicente de Paul, del Apostolado Social de la Mujer, del Sindicato Católico Femenino “de la aguja” –costureras y modistas–, su carisma y entera dedicación hizo que la eligieran para llevar la Caja Dotal de la Virgen de los Desamparados y su Mutualidad de Enfermas.

Su labor asistencia y de caridad la ejercía principalmente en los barrios obreros, donde los necesitados acudían a ella para que les resolviera no sólo sus agobios económicos, sino, dadas sus buenas relaciones, también sus trámites ante organismos y autoridades. Organizó una escuela nocturna femenina para la que buscó profesores, y donde ella misma daba clases.

Recién estallada la guerra, algunos le avisaron de que era de las primeras en la «lista negra» de las organizaciones frentepopulistas, aconsejándole que huyera del pueblo y buscara refugio, a lo que ella contestó reiteradas veces “Si es voluntad de Dios que me maten, por mucho que me esconda, me encontrarán, así que me quedo aquí”.

El 20 de Agosto de 1936, a las tres de la madrugada, un numeroso grupo de milicianos frentepopulistas armados invadieron su casa pretendiendo llevarse sólo a María Climent. Su madre, Julia Mateu, se negó a dejarla ir sola diciendo “Juntas hemos estado siempre. Yo te enseñé a amar a Dios y por eso te quieren matar. Donde tu vayas yo iré contigo”. Los frentepopulistas insistieron que contra ella no había nada, que se quedara, pero todo fue inútil, y finalmente se llevaron a las dos mujeres.

Játiva en la época

En la oscuridad de la noche llevaron a madre e hija al cementerio con la intención de asesinarlas. Ellas iban rezando el Rosario en voz alta, lo que exasperó a sus captores que comenzaron a gritarles exigiéndoles que guardaran silencio. Al no conseguirlo, su ira creció, momento en que comenzaron a golpearlas brutalmente, así como a burlarse de ellas y vejarlas. Quisieron obligarlas a que gritaran ¡Viva el comunismo! sin conseguirlo a pesar de la crueldad con que las maltrataban. A María llegaron a retorcerle un brazo hasta rompérselo. El maltrato a su madre anciana fue igual de cruel. Las dos mujeres, indefensas, se animaban mutuamente entre sus gritos de dolor, no dejando de rezar y gritar siempre que podían ¡Viva Cristo Rey!

Ante su entereza, los frentepopulistas, cansados de golpearlas y viendo que las dos quedaban convertidas en amasijos de carne sanguinolenta y casi sin sentido, terminaron por asesinarlas a tiros. A la mañana siguiente, 21 de Agosto, sus familiares fueron a buscar sus cadáveres testimoniando lo siguiente: “El de María lo hallamos al borde del camino, con sus vestidos, pero descubierta, sus carnes aparecían amoratadas por los golpes, y la cabeza totalmente desfigurada”. María tenía 55 años y su madre Julia era ya septuagenaria.

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NOTA.- Esta serie está dedicada a los mártires de la persecución anticatólica entre 1936 y 1939 del Frente Popular, coalición marxista-leninista revolucionaria formada por el PSOE, PCE, CNT, PNV y ERC.


2 respuestas a «Mártires María Climent y Julia Mateu (55)»

  1. Que el lector despues de leer este artículo y este estremecedor testimonio que fue moneda corriente en las localidades dominadas por el Frente popular, que vaya acto seguido y se lea el artículo publicado antesdeayer día 14 titulado «La preocupación de Franco por los reclusos», y después que lea mi comentario que hay en dicho artículo.
    Muchas gracias.

  2. Estos testimonios de la calaña, inhumana, de los «demócratas» de la época .Su crueldad , violencia y peligrosidad ,así como el olvido E ignorancia total, de estas bestialidades, de los republicanos ,por parte de las nuevas y manipuladas generaciones , dice mucho sobre lo patético de la condición humana y el porqué tantos están desencantados con sus «congéneres».
    Nos toca vivir entre CAÍNITAS SINIESTROS Y MALIGNOS ,que en cualquier momento ,volverán a las andadas.

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