X IGLESIA NO

Más para el NO a la «X»

Reverendísimos monseñores:

Esta carta va dirigida a todos los obispos de la Iglesia Española con el fin de explicarles mis motivos para no poner la X a favor de la Iglesia en mi declaración de la renta y dar luz a otros en ese mismo sentido (conste que contribuyo con mi «diezmo» de otra forma y así lo recomiendo).

Primero: porque hace mucho tiempo que los obispos y los sacerdotes dejaron de predicar la Verdad cuando puede resultar molesta para los políticos que nos gobiernan, como si viviéramos en el mejor de los mundos en el que no existiera ni divorcio, ni aborto, ni adoctrinamiento permanente para fomentar la homosexualidad, la ideología de género y la eutanasia, ni ataques a nuestra Religión.

Segundo: porque la Iglesia española no  moviliza a los católicos, no vaya a ser que el partido en el poder se enfade. O, peor, hace propaganda a favor de alguno de ellos, aunque «sean centros de iniquidad».

Fachada de la parroquia (¿centro pastoral?) de San Carlos Borromeo en Madrid

Tercero: porque ante las terribles profanaciones y actos sacrílegos (algunos por parte de sacerdotes y no solo en S. Carlos Borromeo) que se producen, no se convocan actos de reparación  a nivel nacional y en todas las diócesis, como sería obligado, sino que, como mucho, lo hace alguna diócesis a nivel particular y con frecuencia ni eso. ¿Cómo es posible que con ocasión del repugnante pregón de Carnaval en Santiago de Compostela sólo el obispo de esta ciudad y el de Zaragoza convocaran un acto de reparación? ¿Pero es que se trata de una cuestión localista? La Virgen del Pilar es Patrona de Zaragoza sí, y Patrona de España la Inmaculada Concepción, pero la advocación es indiferente y la Virgen es  María Santísima, Madre de Dios y Madre Nuestra, sea cual sea el nombre que le demos. Y el Apóstol Santiago no es sólo Patrón de Galicia sino de España.

Cuarto: porque cuando alguna vez los laicos, hartos de la pasividad de la Jerarquía, organizan un acto de reparación, ésta no solo no los apoya sino que los desautoriza.  Asistí a un rosario de reparación organizado por un grupo de estudiantes ante la capilla profanada de la Universidad Autónoma de Madrid y el sacerdote encargado de la misma se negó a participar en él.

Quinto: porque en el resto del país tampoco se reza en las misas por España y en varias parroquias en las que he pedido que se haga, el sacerdote se ha negado explícitamente a ello.

Sexto: son separatistas desde antes del final del régimen anterior (ETA et alli, Carlistas-comunistas, HOAC, cataluna, romaxes, etc) y colaboran descaradamente en el derribo del Valle de los Caídos.

Séptimo: se ponen de perfil o incluso impulsan las apenas veladas herejías que vienen de la Curia romana en muchísimas ocasiones.

En resumen, porque los obispos y sacerdotes españoles, en su inmensa mayoría y con honrosas excepciones que todos conocemos, no cumplen con su misión, han abandonado a España y a los españoles a su suerte y pecan de cobardía cuando no de traición. Con el agravante de que a los buenos sacerdotes que alzan la voz contra este estado de cosas y se atreven a predicar la verdad se les silencia y se les sanciona injustamente sin que a sus superiores les tiemble el pulso.

Por todo ello, tras un largo periodo de discernimiento y con harto dolor de mi corazón, he decidido no poner la X en mi declaración de la renta a favor de la Iglesia. Tengo la intención de calcular cuál sería la suma que de mi declaración recibiría la Iglesia y donar ese importe a alguna organización católica concreta que sepa que no me va a defraudar o a algún buen sacerdote que haya sido injustamente sancionado por ustedes.

Sin otro particular se despide. José María Manrique García


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