Matar a un ruiseñor

Nosotros no olvidamos. En el primer aniversario del asesinato de Alfie Evans, reproducimos los artículos que publicamos en su día.

alfie-evans 01Ese fue el título de una realista, cierta y enternecedora película de los años en los que el cine era cine, y no como ahora.

Tal título lo consideramos hoy igual de realista, cierto y enternecedor aplicado al caso terrible del asesinato premeditado, alevoso, dictatorial, totalitario y diabólico de Alfie Evans, crimen de lesa Humanidad que avergonzará al mundo y a todos para siempre. Verdadero y terrible sacrificio humano a Satán. Holocausto pútrido y repugnante al Diablo. Sangre que recaerá sobre todos nosotros hasta en final de nuestros días. Ofensa gravísima donde las haya a Dios de la que todos tendremos que dar cuenta.

Sí, aunque suene injusto, y puede que lo sea, todos nosotros, cómodamente sentados en nuestro despacho o casa, de alguna forma, aunque sea en una ínfima parte, todos nosotros también tenemos algo de culpa.

Ante las cámaras del mundo entero un Estado, una nación, un sistema jurídico, un régimen político, una ideología, una filosofía, ha decidido asesinar a un niño inocente e indefenso, sin que por una u otra causa, con mil y una excusas, todos hayamos permanecido inmóviles.

Alfie luchó denodadamente, no ya sólo por su vida, sino por la vida de todos nosotros, porque nuestras almas no se pierdan por su muerte. Alfie no quiso morir para que nosotros no seamos reos de asesinato. Cada segundo que Alfie respiró, que vivó, supuso para cada uno de nosotros una oportunidad de remisión. No seamos hipócritas. Alfie ha muerto porque entre todos le hemos matado.

A esto hemos llegado con nuestras democracias, libertades, tolerancias, contemporizaciones, derechos, etcétera, etcétera; a asesinar a una criatura de Dios, que Él quería que viviera mientras nosotros quisimos que muriera.

Un grito de dolor y de vergüenza propia y ajena sale de lo más profundo de la poca humanidad que queda en este mundo, en esta Europa, que por mucho más, pero aunque sólo fuera por Alfie, merece su desaparición de la faz de la Tierra; lo que será, no lo duden y, además, bajo los cascos de los caballos de los nuevos bárbaros que serán el brazo y la ira purificadora de Dios.

El juez injusto, Anthony Hayden, sodomita practicante, firmó el crimen con una pluma cargada por todos nosotros con la sangre de Alfie. Que Dios se apiade de nosotros en el momento en que Alfie, bravo donde los haya, consideró que ya no merecíamos ni un segundo más de su sufrida misericordia, y decidió dejar de respirar.

P.D.- A sus padres: perdón, perdón y perdón. 


5 respuestas a «Matar a un ruiseñor»

  1. ¡Lo que ha ocurrido con Alfie Evans es un milagro!

    Alfie sigue respirando por sí mismo después de que el hospital le retirara anoche la ventilación asistida en cumplimiento de la orden judicial.

    ¿Qué van a hacer ahora? ¿Matarlo?

    No lo permitas. El Hospital no puede jugar con su vida en estas condiciones, merece una segunda oportunidad: presiona, por favor, para que respeten de una vez el derecho de sus padres y que sea trasladado al hospital italiano que se ha ofrecido a ayudarle. Firma.

    http://www.citizengo.org/hazteoir/lf/160721-salva-vida-alfie-evans

Deja una respuesta

Su dirección de correo nunca será publicada. Si la indica, podremos contestarle en privado en caso de considerarlo oportuno.*

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad