Mons. García Magán: más de lo mismo igual a peor, a mucho peor

El impresentable Mons. Argüello ha sido sustituido como Secretario de la Conferencia Episcopal Española (CEE) por Mons. César García Magán. La verdad es que no esperábamos nada, peor tampoco tan malo. Y es que esta jerarquía tiene el vicio de seguir sorprendiéndonos aún a los que ya no nos sorprende nada, ni nada esperamos de ella, ni en realidad nos hace falta para seguir fieles a Cristo, porque al final uno termina considerando que mejor sin pastores que con tan malos.
García Magán ha dado dos conferencias de prensa donde ha soltado escupitajos tales como los siguientes:
- «…hoy, junto con la Pastoral de Migraciones, Cáritas es uno de los signos fuertes de credibilidad que presenta la Iglesia en la actualidad, de que el Evangelio es fe encarnada, y no se preocupa solo de la salvación de las almas, como si fuera una cosa separada de la realidad existencial de las personas, sino que no existen almas separadas, existen personas, en ese doble componente».
- “…en el contexto de una sociedad democrática y plural la Iglesia tiene el derecho a proponer el modelo de familia que marca el Evangelio, pero que eso no significa que condene o excluya a nadie que elija otra opción. El matrimonio ya existía: en el derecho romano, en el derecho griego, en el derecho egipcio, en el derecho israelí… Existía la institución del matrimonio y había otro tipo sociológico de uniones. Jesucristo lo que hace es coger esa institución, que era preexistente a él, y decir que cuando se da entre bautizados es un sacramento. (…) Por lo tanto, los obispos presentamos eso [ese modelo] porque es nuestra posición, respetando las demás y pidiendo también que sea respetada (…) no se trata de condenar a nadie (…) Jesucristo no se inventó el matrimonio» (Sobre los nuevos 16 modelos de familia que promueve el PSOE y sus aliados.
- “Pedimos candidatos que sean enteramente varones, o sea, heterosexuales”.
- «…violencia condenable, nunca justificable, preocupante para nuestra sociedad», «yo he vivido cinco años en América Latina, donde la cultura es bastante machista», «no tiene justificación y no cabe discurso fácil de esto son ciudadanos que vienen de otras latitudes geográficas, de otras etnias o colores, es transversal a todo, ni es identificable con capas sociales, porque se da en todo, un problema muy serio (…) Resulta que los más jóvenes están recibiendo formación y luego pasa esto, hay algo que no funciona» (En relación con la denominada «violencia contra las mujeres»).
- «En una sociedad democrática, las leyes que afectan al bienestar común, pues siempre sería interesante que hubiera un cierto consenso a la hora de legislar».
- «Ya está en marcha, hay acuerdos estipulados y diálogos en otras materias, como la social o la económica, pero siempre puede ser intensificable y mejorable. Hay muchos ámbitos en los que la Iglesia colaboraría con el Gobierno» (Sobre las relaciones con el Gobierno).
- «El Evangelio, ¿qué es? ¿Progresista o conservador? Apoyar la familia y la vida, ¿es conservador? Y acoger al prójimo, al migrante, sin discriminar ¿es progresista? Pues es lo que dice el Evangelio».
Sobre lo dicho habría mucho que discrepar y decirle, pero por espacio nos limitaremos a unos breves apuntes y ustedes en sus comentarios añadan lo que quieran:
- Cáritas, además de que por fin la ha tenido que intervenir el Vaticano por sus presuntas irregularidades en su gestión, algo que era vox pópuli desde hace tiempo –otra institución más eclesiástica que se ve salpicada por la corrupción–, hace mucho que es una mera ONG filantrópica que en absoluto cumple con su principal fin que es la de la evangelización, a través de la caridad, sí, pero evangelización antes que nada, limitándose a paliar las necesidades corporales y no las de las almas en contra de aquello de que «No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra…».
Nadie tiene el derecho a proponer nada, menos aún presuntos «nuevos modelos de familias» que van contra la ley natural y por supuesto de la de Dios. Ni en una democracia, ni en ningún sistema político sea el que sea. Y claro que hay que condenar por contrario a Dios todo lo que vaya contra su doctrina, porque si no… cómo vamos a discernir lo que es y lo que no debe ser, y si no es así para qué está la Iglesia Y, sí, claro que sí, hombre, y tanto que Jesucristo instituyó el matrimonio y además lo elevó de mera unión carnal como era hasta entonces a la categoría de Sacramento santificándolo, haciendo de dos uno. Luego sí, sí que «inventó» el matrimonio que hasta entonces era sólo una unión entre un hombre y una mujer sin más.
- Sacerdotes varones, heterosexuales y CÉLIBES, joder, CËLIBES, que luego pasa lo que pasa.
- La «violencia contra la mujer» no existe. Existe la violencia a secas, sea contra quien sea: mujer, hombre, anciano o niño. Asumir la perversa ideología de género, su terminología, demonizar a los hombres, etc., ya sabemos lo que es y a lo que nos lleva.
- El pretendido consenso es sinónimo de pasteleo. No se puede consensuar ni negociar ni menos aún ceder en todo ni en nada para simplemente «llevarse bien». Hay que defender, y ni consensuar ni negociar, la verdad y más aún la Verdad con mayúsculas. Lo otro es el nefasto aggiornamiento, sinónimo de rendición al mundo, al Demonio y a la carne.
- ¿Se puede colaborar en algo por nimio que sea con un Gobierno, un partido y sus aliados que son los hjos del Príncipe de la Mentira que todo lo pervierten y degeneran?
- Eso, eso, el Evangelio, que es lo que es. Pues bien, predíquenlo íntegramente, sin tapujos ni complejos, a tiempo y a destiempo, con ocasión y sin ella, y déjense de todo lo demás, o sea, de todo lo dicho por este nuevo y nefasto Secretario de la CEE. La prueba de que lo hacen será cuando por ello les persigan. La otra prueba será que, precisamente por ello, convertirán, como pasó con aquel mundo pagano que se cristianizó, lo contrario que el actual que de cristiano se ha paganizado y así vamos.
Por último dijo: «Deseó Feliz Adviento, Feliz Navidad, y un año 2023 mejor que el presente, donde se acabe la pandemia, la guerra y la violencia contra la mujer». Y se fue tan fresco el tipo hasta… ¡el año que viene! con la que está cayendo y la que va a caer. ¡Hay que joderse!

No hay nada que hacer con estos clérigos modernistas, querido Juan. Ya se encargarán de ellos sus amigos «demócratas»…, a su debido tiempo (si antes no lo hacen los mismísimos demonios).
La jerarquía eclesiástica pierde y se desacredita sola, con esos pronunciamientos se aleja de Jesucristo y se entrega a las directrices de los políticos que están construyendo una sociedad sin Dios, desaprensiva, vacía, que ha llegado a la pérdida de la unidad espiritual, en la que el dinero y la riqueza es lo principal, sin sentido de la Historia y de la propia vida atacando a la familia natural en la que todos nacemos.
Estos demoledores de la Iglesia ya no guardan la compostura y se explayan abiertamente en público sin reparos. ¿A qué esperan los defensores de CRISTO en denunciarlos públicamente como hizo Juan el Evangelista? ¿Será por obediencia? ¿Por ser políticamente correctos? ¿Por cobardía lisa y llanamente? ¿Dónde queda aquello de dar a conocer el Evangelio, de dar a conocer la voluntad de DIOS?
Ya no queda aquella duda de que: se ha equivocado, se ha expresado mal, tuvo un lapsus, se tergiversaron sus palabras. ¡¡NO!!
Si tuviesen los sacerdotes y obispos un poquito de dignidad y de valor no tardarían nada en denunciar a estos demoledores como lo que son: HIJOS DE SATANÁS.
¡Quien guarde silencio se hace cómplice de sus maldades!