Mons. Jiménez Zamora (Zaragoza) prohíbe la Misa en su diócesis

Reproducimos el escrito de Mons. Vicente Jiménez Zamora, por desgracia todavía arzobispo de Zaragoza, en el que ejerciendo de mal pastor, de esos que dispersan a las ovejas, prohíbe la celebración del Santo Sacrificio de la Misa por su forma extraordinaria en su diócesis.
Como demuestra en su escrito, no sólo evidencia su mediocridad intelectual e institucional, y muy posiblemente su pobreza espiritual, sino que no contento con todo lo anterior esgrime, para tan penosa prohibición y tan deleznable acto, una sarta de sinrazones.
Para quien no lo sepa –¡Ay, la ignorancia voluntaria, base de la falta de fe y de la confusión que nos destruye!–, en la Iglesia hay un sólo rito latino/romano para celebrar el Santo Sacrificio de la Misa, con dos formas de hacerlo, el denominado Novus Ordo y el que se denomina «forma extraordinaria». Para entendernos: el primero es la Misa que se instituyó tras el Concilio Vaticano II y que es hoy por hoy la mayoritaria; la segunda es la que se dice en latín según el misal de 1962 de San Juan XXIII; repetimos: ambas aceptadas, autorizadas y válidas. En aquélla, entre otras cosas, el sacerdote se pone de cara al pueblo en todo momento; en ésta de cara a Dios.
Pues bien, Mons. Jiménez Zamora prohíbe en su diócesis la forma extraordinaria aduciendo que no hay suficientes fieles para ella o que pertenecen a otras diócesis; hay que jo…robarse.
¿Por qué no despega el culo de su poltrona episcopal y se da una vuelta por la infinidad de iglesias en las que apenas asisten a Misa tres gatos? ¿Por qué no prohíbe cualquier tipo de Misa en ellas ya que no hay un mínimo? ¿Por qué en un mundo cada día más pequeño quiere poner fronteras «diocesanas» a quienes están dispuestos a hacer algunos pocos kilómetros para asistir al mayor acto al que puede asistir un mortal: el Santo Sacrificio de la Misa, sea por la forma que sea mientras sea válida? ¿Por qué su antecesor lo permitió y él ahora lo prohíbe? Es decir ¿por qué persigues, infame obispo, a Dios, a Él y a su Santo Sacrificio? No estamos suficientemente mal para que sean, como viene siendo, los obispos los que lo empeoren… si es que aún es posible.
Terminamos recordando a Mons. Jiménez Zamora la sentencia aún no derogada de San Juan Crisóstomo: «Pocos obispos se salvan».

Más que un obispo… es un gangster. Que Dios le perdone.
Que Dios nos proteja de él, mejor.
Estimado seguidor. y puede que algo peor, porque es difícil explicarlo de otra forma. Saludos cordiales
Está claro que los «católicos» no terminan de aceptar la realidad de la anteriormente conocida como Iglesia Romana: El Enemigo ya está dentro y «Troya» ardiendo por los cuatros costados.
https://www.catolicosalerta.com.ar/inicio/supresion-sacrificio.html
¿Quién dijo nunca que Satanás fuera tonto?