Lo que NO esconden Rivera y Arrimadas.

Si llevamos años rezando por la desaparición del PP, la cual esperamos ver a no tardar mucho, comenzamos ya a suspirar por la de C,s.

Y no lo esconden porque lo tienen declarado en lo que ellos llaman «valores» de Ciudadanos. Si se toman la molestia de leerlos  comprobarán no sólo que son los que venimos sufriendo desde hace cuatro décadas principalmente de la mano de UCD-AP-PP –también PSOE y demás–, sino que C,s va aun más allá. Y es que el hombre –y Rivera y Arrimadas lo son– es sin duda el único animal capaz de tropezar dos y mil veces en la misma piedra.

Algunos de los «valores» que proclama C,s son los siguientes:

* Un partido «… que se enmarca en la tradición constitucional nacida con la Ilustración, la Constitución norteamericana y la Revolución Francesa.» Es decir, en tres de los hechos históricos y corrientes ideológicas manifiestamente revolucionarias que rompieron abrupta y violentamente con el orden social establecido; que en vez de modificarlo en lo defectuoso, optaron por su destrucción; que apartaron a Dios del ser y de la conciencia del hombre; que han creado un mundo antropocéntrico con las consecuencias que hoy vemos en todo Occidente.

Las características de la Ilustración fueron el racionalismo, la búsqueda de la felicidad, la creencia en la bondad natural del hombre (¿?), el optimismo (¿?) y el laicismo, es decir, nada más contrario a la real y verdadera naturaleza y condición humana; así nos ha ido desde entonces.

La Constitución norteamericana es manifiestamente masónica y fuego que abrasó nuestras posesiones de América –desgajándolas de España para que quedaran bajo la férula yanqui–, mediante procesos revolucionarios sangrientos que una vez triunfantes acabaron con la población indigena y sumieron a aquellas tierras en dictaduras bananeras que aún perduran.

La Revolución francesa fue un baño de sangre criminal, de inspiración también masónica, que dio lugar a la llegada al poder del despótico Napoleón que a los españoles nos costó una cruentísima guerra de independencia y a Europa otra de liberación.

* Un partido que «bebe directamente del liberalismo» de la Constitución de 1812 cuya trayectoria, a su juicio, culmina con la de 1978 que, según ellos, garantiza la «…división de poderes, la soberanía del pueblo español, de los principios de libertad, igualdad, solidaridad y justicia como valores supremos, del pluralismo político y del carácter social, democrático y aconfesional de nuestro Estado de Derecho».  O sea, que Rivera y Arrimadas beben hasta ahogarse en ese liberalismo decimonónico que sumió a nuestra patria en el siglo más funesto y penoso de nuestra historia, y que por ello quisiéramos borrar de ella.

Se empeñan en alabar la Constitución de 1978, también revolucionaria en sus principios, masónica, hoy absolutamente fracasada, que destruyó, bien que de forma solapada y a cámara lenta, la legalidad y legitimidad anterior, construyendo –¡ay, qué fácil es destruir y qué difícil construir!– una España virtual, ajena a nuestra historia y esencias, cuya principal base son las autonomías, artificiales y anti-históricas, foco principal de nuestra actual pérdida de identidad nacional y españolidad.

En cuanto a la retahíla de supuestas bondades que esgrimen, da la impresión de que los de C,s no viven en España, porque hablar aquí de división de poderes, de soberanía del pueblo español, de libertad, igualdad, solidaridad y justicia, de democracia, de aconfesional y Estado de Derecho, con la que está cayendo desde hace cuatro décadas, es una broma de muy mal gusto.

Y es que aquí ya confesó Guerra que Montesquieu había muerto, porque él y los demás lo habían asesinado; aquí la separación de poderes no existe; aquí los órganos judiciales son designados por los partidos; aquí la igualdad brilla por su ausencia pues según donde vivas así te tratan; aquí el pluralismo político ha derivado en una partitocracia opresiva y dictatorial; aquí la pretendida aconfesionalidad es persecución contra Dios y contra la Iglesia; aquí el Estado de derecho lo es de impunidad; aquí la corrupción a todos los niveles y en todos los aspectos es la norma, no lo anormal.

* Un partido «liberal progresista, demócrata y constitucionalista». Liberal, o sea la antesala de la destrucción del ser humano, el caballo de Troya del totalitarismo, la ideología condenada una y mil veces por la Iglesia –aviso a los navegantes católicos–; «progresista», término siempre vago, difuso, demagógico, al que apelan una y otra vez todos desde hace décadas; «constitucionalista» de qué, de la Constitución actual, de la que viene o de la siguiente.

* Un partido que quiere «una España unida y diversa que reconoce su historia, sus lenguas y su cultura como patrimonio de todos», pero llama la atención no sólo esa sempiterna contradicción entre unión y diversidad, sino que es en este «valor» el único en que C,s, Rivera y Arrimadas nombran a España… como de pasada.

* Un partido que se alinea con «el Estado de las autonomías» que, como todos sabemos ya y vemos palpablemente, es un engendro, ha supuesto la destrucción de España, es la causa de constantes enfrentamientos entre hermanos, es la puñalada histórica más zafia y brutal desde la traición del obispo Don Opas, es la vuelta a los terribles reinos de Taifas, supone la conversión de las regiones españolas en pequeñas dictaduras bananeras.

* Un partido que aboga por un difuso «proceso de integración» europeo cuyo objetivo declara que es «la consecución de los Estados Unidos de Europa», lo que con sus alabanzas a la ONU supone la instauración por decreto y manipulación de las masas del Nuevo Orden Mundial en el que ya no seremos españoles, sino «ciudadanos» –ojo al nombre del partido de Rivera y Arrimadas–, de Europa y del mundo, meros números dirigidos por «el gran hermano» orweliano.

Junto a lo anterior, una buena dosis de abstracciones e indefiniciones demagógicas que no merece la pena comentar porque se descalifican por sí solas.

Si llevamos años rezando por la desaparición del PP, la cual esperamos ver a no tardar mucho, comenzamos ya a suspirar por la de C,s, Rivera y Arrimadas que suponen el relevo de los Fraga, Aznar y Rajoy; mero cambio de personajes para que todo siga igual. Y es que el régimen ni da tregua ni muestra síntomas de resquebrajarse.

 


Una respuesta a «Lo que NO esconden Rivera y Arrimadas.»

  1. … Un partido profundamente anticatólico (aborto, etc):
    … Un partido identificado por los masones como el que más les representa:
    —Albert Rivera fue presentado en Bilderberg como la joven promesa española
    http://m.elconfidencialdigital.com/politica/Albert-Rivera-presentado-Bilderberg-espanola_0_2948705128.html
    —Ciudadanos (Albert Rivera) es «el partido del actual arco parlamentario español que mejor refleja el espíritu de la masonería», según uno de los altos directivos de la Gran Logia de España. https://infovaticana.com/blogs/manuel-guerra/es-posible-y-aconsejable-el-dialogo-entre-catolicos-y-masones/
    —Cosas de Rivera-Ciudadanos
    http://gaceta.es/noticias/rivera-suma-lobby-lgtb-defiende-los-distintos-modelos-familia-24062017-1341

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