Nuestra maravillosa juventud

Arriado de Banderas en el Campamento de Gandarío de la OJE

Muchas veces hemos oído decir, de boca de la generación siguiente a la nuestra, que la nuestra, los que nacimos en la época del gobierno del General Franco, fue una suerte de generación maldita, que vivíamos subyugados, carentes de libertad, sin posibilidad de tomar decisiones, desprovistos de ideas propias, rigiéndonos todos por los patrones impuestos por una sociedad en absoluto permisiva.

Qué lejos de la verdadera realidad están los que piensen de esta forma. Vivimos unos años maravillosos en los que no hacían falta teléfonos móviles para que nuestros padres supiesen, en todo instante, en donde y con quien nos encontrábamos; tampoco necesitábamos redes sociales para comunicarnos con nadie ya que eso lo hacíamos en directo y a viva voz, en nuestras calles, sin necesidad de aparatos de por medio. Tampoco precisábamos de influenciadores que nos marcasen las pautas de cómo teníamos que vestirnos, que debíamos beber y que música tenía que gustarnos. Cada uno teníamos nuestro criterio lo que no suponía controversia alguna en nuestros grupos de amigos.

Afortunadamente, tampoco necesitábamos de maquinitas para jugar en la soledad de nuestros cuartos. Bajábamos a la calle y allí, en unión de nuestros amigos, comenzábamos a darle patadas a un balón en interminables partidos de fútbol o jugábamos a las chapas, a las bolas o al “huevo-pico-araña”, dependiendo de la época del año en la que nosotros habíamos establecido la correspondiente temporada.

Leíamos tebeos en los que los estereotipos eran héroes que, jugándose el tipo, combatían contra el romano, contra el moro o contra el francés en defensa de nuestra Patria, como sucedió toda la vida.

Nos enorgullecía nuestra Historia, nuestras gestas, las gloriosas páginas escritas, muchas veces con sangre, por españoles irrepetibles y eso nos demostraba que “ser español es una de las pocas cosas serias que se puede ser en el mundo”.

En nuestras pandillas nadie se fijaba en el estatus social de los demás, ni tampoco en la ideología política de nuestros padres y, mucho menos, en que bando habían combatido en la guerra. Eso, había quedado, afortunadamente, muy atrás. Allí, cabíamos todos sin distinción y lo poco o mucho que teníamos lo compartíamos con los demás como buenos camaradas.

Agudizábamos el ingenio para todo y fruto de ello, en largos debates en los anocheceres del verano, surgieron grandes ideas que, pese a la falta de medios, pusimos en práctica, en la mayoría de los casos, con éxito.

Cada vez que surgía alguna desavenencia con la pandilla de una calle próxima, nos tirábamos unas cuantas piedras, sin intención de darnos, y al final tan amigos, sin rencores, sin posibles venganzas.

Fuimos felices soñando con el amor de la chiquilla de la esquina de la calle de abajo. Un amor quimérico, a veces imposible pero que, sin embargo, nos servía como la mejor fuente de inspiración para acometer mayores empresas dedicadas a ella por entero.

Con junio, tras la celebración de la mágica noche de San Juan, el verano levantaba su mágico telón y, con él, en muchos casos, la inexorable vuelta a las aulas para recuperarnos del fracaso de los exámenes finales a sabiendas de que, en septiembre, tendríamos una nueva oportunidad para enmendar la plana.

Aquello de ir a Misa todos los domingos era, más bien, una declaración de intenciones. Pese a estudiar en colegio de curas, al menos en mi caso, no me obligaban a acudir al colegio a la función dominical, iba a la capilla de la cuesta de arriba de mi calle donde tenía la gloriosa oportunidad de ver, al lado de sus padres, a la maravillosa chiquilla que llevaba meses robándome el corazón.

En cualquier caso, me bastaba con saber el color de la casulla usada por el oficiante por si en casa me preguntaban si había ido a misa o no aquel domingo.

Un punto y aparte merece referir la formación recibida, además de en nuestra casa y en nuestro colegio, en la Organización Juvenil Española, auténtica escuela de hombres por la que muchos de esos ignorantes que ahora juegan a politiquillos del tres al cuarto, deberían haber pasado al menos para aprender a amar y respetar a España ya los españoles.

Nos formaban en el amor a nuestra Patria, sin importarnos el origen, daban igual catalanes que andaluces, gallegos que castellanos, canarios que vascos, aragoneses que extremeños… Todos éramos camaradas; la raza ¿qué importancia tenía el color de la piel?, todos éramos españoles; el estatus social, allí tu jefe podía ser un empleado de tu padre y era el que mandaba; incluso la religión de cada uno -no olvidemos que el Sahara era aún provincia española-; nos enseñaban a mandar, a dirigir y a obedecer, aprendizaje que luego nos sirvió a lo largo de nuestra vida y que lo pusimos en práctica con éxito. De esta suerte, con poco más de dieciséis años, salíamos a los campos de España, al frente de nuestro Grupo o Centuria, recayendo sobre nosotros la responsabilidad de todos los demás, incluso cada vez que pasábamos la noche bajo los luceros.

Amábamos y respetábamos nuestra historia a sabiendas de que España era una unidad de destino en lo universal y que nuestra misión no era otra que servirla y hacerla grande cada día, incluso haciendo camino al andar.

Amábamos y respetábamos la naturaleza con más ahínco que estos ecologistas de salón, bien retribuidos por la internacional correspondiente, por el simple hecho de que era una parte de nuestra Patria.

Sabíamos que sobre nosotros estaba Dios, que en nosotros estaba el honor y con nosotros la victoria y que solo vale quien sirve y de eso hacíamos gala todos los días, haciendo profesión de ello en aquellos solemnes izados y arriados de Banderas que nos ponían a todos un nudo en la garganta, fruto de la emoción contenida.

Fue una escuela de vida que nos enseñó a ser libres a nuestros dieciocho años cruzando España, a veces en la soledad de un viejo vagón de tren, en busca de reencontrarnos con nuestros camaradas en cualquier rincón de la Patria donde todos éramos iguales.

Hoy, todo eso se ha perdido. Las nuevas generaciones viven entre algodones, super protegidas por el temor a la droga -un miedo que no existía por el simple hecho de que no había droga- o a las pandillas de indeseables que no respetan el orden ni la Ley. Hoy, el ingenio y la imaginación se han perdido mientras los niños se ocultan, en la soledad de sus cuartos, tras las pantallas de maquinitas y teléfonos móviles. Hoy, nada es como ayer para desgracia de estas nuevas generaciones que están dejando pasar lo mejor de sus vidas, quemándolas en holocausto a un modernismo políticamente correcto que les imponen desde las esferas del poder.

Vivimos, como dice mi amigo Álvaro, en una sociedad en la que a los pirómanos se les llama “cambio climático”; a un besito, “agresión sexual”; a los prófugos de la Justicia “socios preferentes”; a los parados, “fijos discontinuos”; al comunismo, “progresismo”; a los terroristas, “gentes de paz” y a los que no compartimos tanto despropósito, se nos llama “fachas”.

Yo, me siento muy orgulloso de mi juventud que no la cambiaría por la de nadie y, caso de volver a nacer, me gustaría vivir la misma que he tenido la gran suerte de vivir.

Solo siento pena por estas generaciones que se están perdiendo lo mejor de su vida.

Blog del autor: http://cnpjefb.blogspot.com/


8 respuestas a «Nuestra maravillosa juventud»

  1. «…cómo a nuestro parecer cualquiera tiempo pasado fue mejor…» pues el bueno de Jorge Manrique estaba equivocado.
    De acuerdo con nuestro muy estimado amigo Eugenio y le llevaremos a Manrique (NO al coronel) al lado de los comunistas, marxistas de extrema izquierda…
    Saludos cordiales
    DIOS, PATRIA y REY LEGITIMO

    1. Monarquía vs República y viceversa
      I. Caballero dice:
      4 de septiembre de 2023 a las 6:05 pm
      Muy estimado y querido, JESUS, como la respuesta no se puede escribir en 10 minutos, intentaré contestar argumentando las muchas cosas que sé de Franco y que, pueden – pueden, repito – ser faciles de entender.
      Un abrazo, querido y admirado, JESUS.
      Nuestras diferencias NO son las ideas, sino los HECHOS.

      Solo escribir, lo que expresaba mi padre, buen conocedor de Franco y, su padre – mi abuelo -, idem de lo mismo, siempre siguiendo al gran militar de HONOR que era Mola…. si lo hubiéramos «pillado» en Pamplona el 19 de julio, otro gallo nos iba a estar cantando…
      Mola fue asesinado… seguro… y Sanjurjo, es probable.
      DIOS, PATRIA y REY LEGITIMO

      ¿Sugiere Ud. que su abuelito y su papi le contaron que el general Franco inspiró o consintió esos posibles asesinatos?
      Si el general Franco hubiese estado en Pamplona el 19 de julio del 36 el papi y el abuelito de Ud. habrían estado en posición de firmes y a las órdenes de Vuecencia, mi general y con los pantalones sucios por detrás.
      ¿Qué credibilidad tenían ese par de elementos?
      ¿Por qué no denuncia públicamente esos hechos?
      ¿Por qué no aporta públicamente las pruebas?

  2. Estupendo y merecido recuerdo. Felicitaciones a su autor por haber refrescado nuestra memoria. Puedo dar testimonio, en primera persona, de la gran labor que hacía y continúa, no sin dificultades, realizando la OJE; ojalá los mediocres políticos españoles sin distingos de siglas y colores, que, lamentablemente, desde hace décadas padece el sufrido y probo pueblo español [hechos son razones; ejemplo, por todos, la reciente entrevista de una vicepresidenta del Gobierno (en funciones o no) mantenida con un prófugo de la justicia española] fueran conscientes del gran valor que tiene potenciar una entidad juvenil de tal calibre, por el bien de todos y de cara a un futuro de mayor entrega y dignidad moral a la empresa común que no deja de ser una Nación. La OJE enseñó, desde la diferencia, guardando la unidad. En las diferentes unidades juveniles (FLECHAS, ARQUEROS, CADETES Y GUIAS) Jamás se dio un atisbo de clasicismo alguno; pobres, clases medias y ricos, que, tuvieron la suerte de conocer y disfrutar de la camaradería, que, desde, itero, la diversidad nos enseño a convivir en paz, armonía y el respeto a nuestro común pasado histórico, por cierto, con mucho más luces que sombras; recuerdo la OJE no sólo de las provincias de la piel de toro, también las insulares (Baleares y Canarias),junto a las de las provincias de Guinea y el Sahara español (provincia número 53). Era un orgullo y distinción pertenecer a tan honrosa y social organización. Tal fue así; que muchos aprendieron a través de las diferentes y diversas especializaciones que practicaron, hoy, gracias a la OJE han construido empresas de aventuras e incluso de reparación de fachadas en vertical (montañeros de la OJE). Son muchas las vivencias agradables y muy escasas las que pudieran decirse en contrario. Asimismo; conviene recordar que muchos compartimos, alguna que en otra ocasión, actividades con los grupos de Scouts de nuestra localidad; actividades, en las cuales, constantemente destacaban los chicos de la OJE. Es una pena que los diferentes Gobiernos, desde la traición (transición) de España, no hayan arropado oficialmente a tan digna Organización Juvenil, aunque fuere por autonomías, pero guardando la unidad de todos en la sana y pacifica convivencia en la diversidad y diferencias de culturas mezcladas en el crisol de una religión, lengua y raíces; ello haría mucho más fuerte y compacta a esta, otrora gran nación española. Sin embargo, hay que decirlo, entre el egoísmo, mediocridad y miopía de propios, con los auspicios de fuerzas exógenas, que ancestralmente han odiado y continúan odiando a España; especialmente, por su labor Evangelizadora, no han permitido tal cosa. Es más, muchos pensamos que esta desgracia a la que se empecinan en denominar democracia liberal, ha sido impuesta por los poderes anglosajones y franceses (logias masónicas), nuestros naturales enemigos históricos; enemigos, que no cejarán en su empeño, hasta ver balcanizada por completo a España. Una lástima; muchos que han ostentado poder político, empresarial, etc., pasaron probablemente por la OJE, por más que hoy no se atrevan a reconocerlo públicamente. El odio que entre españoles de distintos territorios hoy, salvo escasas y honrosas excepciones, se destila sin saber a ciencia cierta el por qué de tamaño dislate, entre ciudadanos de los diversos territorios que conforman España. Todo ello, deviene, en particular, tras la traición 1976 y cristalizada en 1978; creación de la ficción fragmentaria de España en pequeños reinos de taifas (CCAA); por otra parte, siendo justos y conscientes, la única autonomía que , por razones obvias e históricas, tiene razón de existir es la de Canarias; el resto, son divisiones carentes de sentido alguno; más aún considerando la ruina económica que tal fragmentación supone a una España empobrecida (AROPE 2021: 13.100.000 españoles en pobreza o en riesgo de exclusión social, es decir, 27,8% [1]); una España descapitalizada y sin apenas recursos naturales, y, dependiente cuasi exclusivamente de la actividad turística como fuente principal de su PIB. Para recuperar la unidad de España y, por tanto, su soberanía tendría que recuperar el servicio militar obligatorio (hombres y mujeres), salida inmediata de España de organismos transnacionales que coartan la soberanía de los Estados-nación (UE, OMC, ONU, OTAN, etc.); ya sé, algunos dirán que es un tremendo disparate. A ello, sólo diré que España, tras la terrible contienda de la II GM, se mantuvo neutral y con el sistema de la autarquía se elevó al octavo país mejor posicionado económicamente, ¡VALE QUIEN SIRVE!
    «Oyendo hablar a un hombre, fácil es acertar dónde vio la luz del sol: si os alaba Inglaterra será inglés, si os habla mal de Prusia es un francés y si habla mal de España, es español.» texto de Joaquín María Bartrina; citado en la pág. 191, del libro Entrevistas con la Historia (bibliografía referida)
    BIBLIOGRAFIA REFERIDA:
    – FERNÁNDEZ DE CARRANZA Y DELGADO, José Ignacio, «Historia de la OJE», ALMUZARA, S.L., Córdoba (2017)
    – LE MONDE DIPLOMATIQUE, «Geopolítica del caos», Editorial Debate, S.A., Madrid (1999)
    – NAVARRO GISBERT, José Antonio, «Entrevistas con la Historia», ÁLTERA, Madrid (2010)
    CITA UTILIZADA (última consulta realizada el 05/09/2023):
    [1] https://www.eapn.es/estadodepobreza/ARCHIVO/documentos/informe-AROPE-2022-resumen-ejecutivo.pdf

    1. Gracias, amigos y camaradas de la OJE, tanto el autor como tú, y permitirme el tuteo, pues pienso habremos pasado frio en Covaleda, en pleno verano, y sufrido privaciones y cansancico en largasd marchas, etc.
      Todo ello te hace hombre, y curte el espíritu.
      Gracias a mis padres, al sacerdote de mi pueblo, al mestro nacional, y a la JOE, aprendí a amar a España, y a llevarla en mi corazón, y solo espero seguir asío hasta que Dios quiera.
      LA OJE ERA Y ES, UNA ESCUELA DE CIUDADANÍA.
      Pero de ciudadanía de la buena, formadora de patriotas y hombres de honor.
      ¡Viva la OJE y Viva ESPAÑA!

  3. Felicitaciones al autor por su artículo y por el extraordinario blog que posee.
    El Frente de Juventudes no debió derivar en la OJE, porque supuso una descapitalización doctrinal, pero aun así qué duda cabe que lo mismo que es una necesidad restaurar el Servicio Militar (pero corrigiendo los mamoneos, el enchufismo endémico y el aburguesamiento y la falta de espíritu militar de los propios mandos militares), es también restaurar una organización de la juventud del tipo de la OJE, para formar una juventud, esforzada, pacífica pero valiente, con una capacitación nacional como españoles, que implique capacitación premilitar en todos los aspectos, físicos, nacionales y morales, de modo que sea escuela de personas de provecho y que dote a la Nación española de una juventud que pueda ser movilizada para hacer frente con capacidad de lucha a enemigos abusadores como el belicoso y arrogante Marruecos.

  4. Hoy sabemos muchos la inmensa y rara suerte que hemos tenido, gracias al sudor y a la sangre de nuestros padres, durante aquellos años tan felices. Que contraste brutal, para darse cuenta de todo al vuelo. Si cuentas que la gente iba sonriente por la calle en su inmensa mayoría, no te creerán. Tras la misa del domingo, las familias iban a tomar el vermut dando un paseito; tocaba maquina de bolas mientras los mayores hablaban y cambio de cromos. Los chavales nos perdíamos por ahí, fuera campo o ciudad, a nuestras anchas; tan solo evitando las chabolas de los chatarreros gitanos. De noche, totalmente a oscuras, recuerdo ver la mujer muerta en la sierra de Madrid, recortada contra el cielo, mientras comía con mi familia la cena, al fresco de la noche de verano, en medio del campo; con total seguridad; ni siquiera nos veíamos las caras. Y después volver andando a casa, tan solo a unos cientos de metros. La gente se adaptaba a todo, y todo iba a mejor a pasos agigantados, pero no éramos consciente y lo veíamos como normal. Sin impuestos, con trabajo y pluriempleo, y el banco te daba el 11%. No era jauja, pero lo parece comparado con el caos actual, al que solo salva el endeudamiento infinito.

    Yo no fui a la OJE, pero por mi hermano se que hubiera merecido la pena. Aún así, me comenta que a veces incluso allí ya algunos zánganos empezaban a meter cizaña, abusando de la bondad/permisividad de Franco con los perdedores. Me comenta que, en algunas marchas por ejemplo, les hacían cantar Bella cíao u otras parecidas. Así, esos mandos, o no sabían el significado de esas letras, cosa poco probable, o eran resabiados que empezaban a meter cizaña nada más empezar. La canción es pegadiza pero pertenece a la escoria bolchevique Disraeli Rothchild heredera de Mazzini y sus masones mafiosos.

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    1. La Delegación Nacional de la Juventud, y las respectivas provinciales, nombraban discrecionalmente a los profesores de la asignatura FORMACIÓN DEL ESPÍRITU NACIONAL.
      La mayoría eran Oficiales Instructores de la Juventud (que algunos llamabamos destructores), formados en la Academia Nacional de Mandos JOSÉ ANTONIO, en Madrid.
      Pues bien, una buena parte de esos «profsores» no simpatizaban, o eran contrarios al régimen de Franco, pues eran partidarios de una «memocracia liberal», como la actual…
      De todos los profesores de FEN que tuve en los dos bachilleratos, el elemental y el superior, SOSLO UNO ERA UN VERDADERO PATRIOTA, mientras que todos los demás eran morralla.
      Y ahí lo dejo.

  5. En 1974 hubo en Guipuzcoa esta concentración de la OJE. Pelacos a parte (que indica ya la aculturización que se padecía entonces) parece mentira que fuera posible , comparado con la situación posterior de las Vascongadas, que en estas localidades la gente pudiera libremente ir vestida con la camisa azul y con el uniforme de la OJE. Lo que da idea el daño que ha hecho a estas tierras de España la Transición y la subversión institucional que se ha inoculado en estas tierras por los propios Gobiernos de España.
    https://www.youtube.com/watch?v=NxARm1-WZNw

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