Nuestro genocida Tribunal Constitucional
No, no, el título de este artículo no es una exageración. El Tribunal Constitucional lleva once años sin definirse sobre el recurso de inconstitucionalidad presentado por el Partido Popular contra la Ley Orgánica 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo –repugnantes eufemismos para no decir aborto voluntario o mejor crimen execrable de los seres humanos más indefensos e inocentes–, conocida vulgarmente como «Ley Aído» –tan vulgar como su impulsora, Bibiana Aído, una analfabeta e indigente intelectual que desde 2011 chupa del bote en la ONU–, por la que la ya de por sí criminal ley del aborto del PSOE de mediados de los ochenta, que el PP nunca derogó cuando pudo hacerlo, pasaba de contemplarlo sólo en caso de violación, malformaciones fetales y riesgo para la vida de la madre, a autorizarlo sin cortapisa alguna, sin límite, si el aborto se practica dentro de las catorce primera semanas de gestación, todo lo cual ha convertido al Tribunal Constitucional en cómplice y colaborador necesario, y por ello criminal genocida, de todos y cada de los abortos que desde 2010 se han practicado bajo el amparo de ley tan bárbara. Par más inri y escarnio, en el mismo momento en que el Constitucional admitió el recurso lo declaró «prioritario» –por causas más que obvias–, lo que no ha sido óbice para que dicha «prioridad» no se haya cumplido, sino más bien todo lo contrario.
En estos once años de «prioridad» son cuatro los presidentes que ha tenido el tribunal –y muchos sus demás miembros–, cuyos nombres y manos están machadas de la sangre más inocente e indefensa que existe. Recordémoslos para su mayor vergüenza e ignominia: Mª Emilia Casas, Pascual Sala, Francisco Pérez de los Cobos y el de ahora, Juan José González Rivas, que lo es, nada más y nada menos, que desde 2017.

El asunto es uno de los mayores escándalos de nuestra ya de por sí escandalosa democracia. Con su inhibición, los miembros del Constitucional de estos once años han colaborado en cerca de un millón de asesinatos de nasciturus, al tiempo que vulnerado el principio constitucional del derecho a la tutela judicial efectiva por el que tenemos derecho, valga de redundancia, según la tan constantemente vulnerada Carta Magna, a que los tribunales juzguen y sentencien. Así pues, tenemos a un Tribunal Constitucional criminal, genocida y… anticonstitucional. ¿Algún país de los peyorativamente tildados de «bananeros» ha caído tan bajo?
¿Y dónde está el problema para que esta situación grotesca, aberrante y demencial se haya producido y no parece que vaya a tener fin? Pues para nosotros es porque como está cantada la inconstitucionalidad de la «Ley Aído», y tal hecho dejaría tocado uno de los pilares sobre los que campa al menos la izquierda –en España toda ella siempre radical, marxista-leninista, totalitaria y antidemocrática– y como quiera que la justicia está absolutamente politizada, el Constitucional también, que para eso se encargaron los partidos de que así fuera desde 1978, todos los que han formado parte de este tribunal sabían y saben que sus cargos y prebendas corren peligro si tiran abajo, como tiene que ser, la «Ley Aído». Así es que mejor callar y disfrutar aunque sea a costa de beber sangre inocente. Así estamos.
PD.- El PP, aunque recurrió dicha ley, lo hizo sólo por mero postureo y circunstancial interés electoral, sin ganas ni empeño, sin haber vuelto a decir esta boca es mía, sin despolitizar la Justicia y sin derogar toda ley abortista, sino consolidando el genocidio del que es tan culpable como el PSOE y demás partidos, así como sus respetivos votantes, se digan «católicos», los del PP, clérigos incluidos, o sean ateos, los del PSOE y demás gentes de mal vivir. Que conste.

PP y PSOE, son exactamente la misma MIERDA masónica. Son las dos caras de una MISMA moneda: la de la TRAICIÓN a Dios y a España.
El liberal y el rojo, son el MISMO perro, con distinto collar. Por cierto, cada vez, menos distinto.
Cada vez que oigo a un asqueroso «pepero» decir aquello de «el PP es un partido de Estado», entiendo que, en realidad, lo que está diciendo es: «el PP es un partido del DEMONIACO sistema, un partido de obediencia MASÓNICA.»
Y la prueba del nueve que lo confirma es que, cada vez que los SATANISTAS del maldito «Club Bilderberg» invitan a los «peperos» a su TENIDA/AQUELARRE anual, éstos, pierden el culo para ir a recibir las ÓRDENES que les dan los hijos de la viuda.
El tío que aún vota a esa puta BASURA de partido (PP), es como el tío que se dice católico, y, al mismo tiempo, es seguidor del FALSO PROFETA, es decir, del actual e ILEGÍTIMO anti-Papa «Francisco». Dicho de otro modo, es, uno, un HIPÓCRITA; y dos, un TRAIDOR indecente.
De hecho, la inmensa mayoría de «peperos», son auténticos «groupies» del IMPÍO Bergoglio.
Quien no lo tenga claro, no tiene más que poner la COPE o 13TV.
Cruzadito yeyé: eres un enfermo incurable ABORTADO por Intelné. Además de insultar sin conocimiento de causa a las más divergentes sensibilidades, empuercas con tu viperina cháchara de barra de bar este noble medio. Pide perdón y arrepiéntete de ser un iletrado seudointegrista deformado en las paparruchas de un Malachi Martin o un Juanpablo Reagan. Si conocieras a fondo la historia de la auténtica infiltración judeomasónica en la Iglesia no defecarías tales exabruptos en un escenario de sedevacancia de facto, al menos desde 1963.
«Eres un enfermo incurable».
Tú, sí que eres irrecuperable, pero para la sociedad, pobre diablo. De hecho, tan sólo te falta la cola y algo más de pelo para vivir en los puñeteros árboles.
Deberías estar meneándotela en el foso de los monos de cualquier parque zoológico, mientras te tiran cacahuetes, mandril ESTÚPIDO. Y no aquí, produciendo ASCO a los hijos de España FIELES a su Creador.
¡Jódete y sufre!, infeliz de mierda. Que sufrir es el sino y el destino de los NECIOS y los TRAIDORES, como tú.
Si no te gusta lo que escribe mi menda, escoria (sub)humana asquerosa, ya sabes lo que toca: ajo, agua… y resina. A joderse, a aguantarse ¡y a resignarse!. Punto.
Pd.: si alguna vez me paro de golpe, a buen seguro, perro faldero, acabarás con tu nariz metida en mi culo.