Ojos que ven el aborto, corazón que se rebela

Nuestro video sobre la terrible realidad del aborto (VER AQUÍ) tiene sus efectos. Un seguidor de esta web nos remite este magnífico artículo después de haberlo visionado. Y es que hacer visible la terrible crueldad y barbarie del aborto es la mejor forma de combatir tal crimen y genocidio, verdadero sacrificio humano al Diablo. Por eso los abortistas han trabajado tanto para hacerlo invisible.

El documento y las imágenes son estremecedoras.

Estas imágenes lo primero que ponen de manifiesto es la realidad objetiva de lo que es el crimen del aborto, y que los medios de comunicación, todos ellos en manos (por acción o por omisión) de los enemigos de la Europa Cristiana,  ocultan sistemáticamente a la opinión pública.

La pregunta es ¿si estas imágenes se expusieran, cuando se habla del aborto, la opinión de esa mayoría “light” que lo ve como un «derecho» de la mujer, lo seguiría viendo así?

Dado que estas imágenes se ocultan a la opinión pública (yo había visto fotografías pero jamás una secuencia completa) resulta evidente que la población ha sido engañada y se ha llegado a crear una opinión sobre este genocidio al margen de la realidad visual y moral que este video pone de manifiesto bien a la claras.

Volvemos al tema capital de la «Democracia», el monopolio de las televisiones (y otros medios de comunicación) en manos de los Lobys que corrompen las sociedades para imponer «la Sinagoga de Satanás» (en terminología del Apocalipsis) impide que la gente pueda formarse una opinión sobre las cosas con verdadera correspondencia con la realidad.

¿Qué sentido tienen las elecciones si la gente no tiene información veraz, sino manipulación ideológica a través de la lluvia ácida de la propaganda mentirosa?

Mientras no haya medios de comunicación libres y veraces, no habrá democracia, ni tendrá virtualidad práctica el sufragio universal.

Dicho esto, lo mismo que se enmascara la realidad de este genocidio ocultando sistemáticamente imágenes como éstas, también se manipula con el uso del lenguaje, y al crimen del aborto se le denomina eufemísticamente como «interrupción voluntaria del embarazo».

Las fuerzas de lo que en Norteamérica alguna autora (Randy Engel) ha denominado «las fuerzas de la perversión sexual organizada», en el caso del aborto han ido más lejos, han dado un paso cualitativo más, que es el ocasionar la muerte de inocentes y el dejar psicológicamente marcada a la mujer de por vida.

El Lobby abortista (como el sodomita, y otros), ha sido consciente de que el control de la lengua es el control de la forma de pensar ya que pensamos en términos de palabras.

Las palabras parecen determinar los pensamientos. El lenguaje es control, una forma de condicionamiento Pavloviano (me refiero los experimentos del científico soviético  Paulov), en el que el colectivo pro-abortista busca cambiar la forma dominante de la realidad, para situarla al servicio de su poder, para dulcificarla ante la dureza de la realidad fáctica y moral que hay tras el aborto.

Con esta finalidad, a esta realidad de lo que verdaderamente es e implica el aborto, -que este video expone en toda su crudeza-,  el Loby busca hasta en el lenguaje un disfraz, y le llama «interrupción voluntaria del embarazo».

Si lo pensamos por un momento, ni el aborto es interrupción ni tampoco es voluntaria:

– no es voluntaria, porque al feto (el principal afectado) no se le pide su parecer. Según este «voluntarismo» de los abortistas, si lo aplicáramos a otros crímenes como el asesinato, entonces llegaríamos al absurdo de concluir que también sería «voluntario» y el asesinato dejaría de llamarse así y se calificaría de «suicidio» porque es «voluntario», para la víctima no, pero al igual que en el caso del aborto es voluntario para el asesino. Hasta estos extremos de manipulación y absurdo se llega al calificar el aborto como «voluntario», ya que la voluntariedad se ha de predicar (referir) respecto de la víctima, no respecto del verdugo o ejecutor. Pongo este ejemplo para evidenciar lo incongruente y absurdo (lo falso) de calificar al aborto como algo «voluntario».

Y, en segundo lugar,  no es «interrupción», porque este concepto hace referencia a suspender momentáneamente una acción, detenerla, para atender brevemente otra circunstancia, y acto seguido volver a retomar la acción allí donde la habíamos dejado.

Algo así como si la persona que pudiera estar leyendo  este comentario,  le sonara el teléfono, dejara de leer para atenderlo, y cuando terminara volviera a retomar su lectura en el punto en que fue interrumpido.

Sin embargo en el aborto no hay «interrupción», porque el embarazo no se deja en suspenso, para seguir a continuación, sino que lo que hay es aniquilamiento, el feto, -y el proceso de gestación o embarazo-, es destruido o aniquilado, y lo es de un modo definitivo e irreversible. Por tanto el término eufemístico   «interrupción», para disfrazar en el ámbito del lenguaje/pensamiento una acción tan abominable como el crimen del aborto,  es del todo inadecuado y ajeno a la realidad que le es propia.

Frente a esta «eficacia» (hasta en el uso del lenguaje) de los enemigos de la Moral y de las sociedades Cristianas, qué hace la otra parte (los defensores de la vida) para impedirlo?

La respuesta es nada, o muy poco.

Sobre los partidos políticos, hasta donde yo conozco sólo Fuerza Nueva se tomó en serio esta cuestión y la incorporó a su ideario de forma abierta y efectiva. Pero Fuerza Nueva desapareció tras las elecciones de 1982 al perder su Presidente Nacional D. Blas Piñar (que en paz descanse) su escaño en el Congreso,  a consecuencia del llamado «voto útil» a favor de la  Alianza Popular (el antecesor del PP) de Fraga Iribarne, y que luego ha resultado ser, -como resultaba obvio y ya vaticinara D. Blas-,  el voto más inútil de todos, el INÚTIL ABSOLUTO. Sólo un dato a este respecto: en España hemos pasado de los 100.000 abortos al año con Zapatero a los 140.000 con Rajoy (con el actual Gobierno de Pedro Sánchez no hay datos todavía pero los datos, si cambian, serán a peor).

Y en segundo lugar respecto a este no hacer prácticamente nada, referirme a los llamados colegios religiosos (“católicos”?, se entiende). Si alguien conoce algo más inútil que los colegios religiosos para la formación y defensa de la Fe y la Moral Cristianas que me lo diga. No me refiero a recoger ropa para los rastrillos, o paquetes de macarrones, que eso se les da de miedo, sino me refiero a luchar la guerra de las ideas, lo que los norteamericanos en la Guerra de Vietnam llamaban la política de «corazones y mentes», que es donde la ultraizquierda con la complicidad de la derecha,  plantea la batalla y gana por goleada ante la indiferencia o incapacidad del resto.

Dejando a un lado que el «nivel» de la cúpula (y no tan cúpula)  eclesiástica en España, -ya del Vaticano ni hablamos-,  (en mi modesta opinión)  en una hipotética escala de 0 a 10, para mí es -90 (sí, sí, en una escala de 0 a 10 la puntuación sería -90) es que soy de la opinión de que los colegios religiosos (en general, como colectivo, puede haber escasísimas excepciones) han sustituido el Crucifijo (la Defensa de la Fe) por el Vellocino de oro de las estadísticas de Selectividad, por el aparentar una excelencia que esconde su mediocridad,  y que es pura fachada (a tal fin les falta tiempo de colocar en el exterior de sus edificios las placas del bilingüismo y los programas Beda), y por la actitud acomodaticia con lo políticamente correcto (el lenguaje de género donde primero se ha asumido es en los colegios religiosos concertados, el: «ellos y ellas«,  y el: «los alumnos y las alumnas» eso es ya más importante que el Catecismo, de hecho es el nuevo catecismo).

Su afán no es la evangelización ni la defensa de la Fe, sino los resultados académicos,  al son de lo imperante, a cualquier precio, (incluido al precio de deshacerse de aquellos alumnos más necesitados de atención que les pueden afear las estadísticas de resultados), olvidando que los resultados brillantes nada significan por sí solos (y menos en las actuales circunstancias a la vista de los contenidos académicos totalmente vomitivos de los actuales planes de estudios) porque de nada sirve un estudiante de 10 que pueda acceder a la Facultad de Medicina o a la Judicatura,  si luego como médico o como Magistrado practica abortos sin ningún escrúpulo, o dicta sentencias injustas a sabiendas de su injusticia, respectivamente.

Nunca una red tan amplia, como la de estos colegios, con el potencial que ello tiene, fue tan inútil y tan inepta para hacer frente a este estado de cosas. Si las imágenes de este video se exhibieran como punto de partida para situar el debate con la nitidez que la realidad exige, creo que la población española, a pesar del proceso de descristianización que ya sufre de modo consolidado,  cambiaría su perspectiva y su opinión. Hay que estar muy podrido por dentro para, a la vista de estas imágenes, no estar en contra del aborto, sobre todo en una sociedad como esta donde los animales tienen más derechos que estas criaturas asesinadas por la bajeza moral de una sociedad que cae en barrena aunque se crea que está viva porque consume y gana dinero. Podrían exhibirse en seminarios organizados al efecto en una acción coordinada en tales colegios y para cubrir el amplio abanico de destinatarios como mínimo de padres, profesores, y alumnos de mayor edad, pero la realidad es que no se hace. Tampoco se hace en la televisión de la Conferencia episcopal (13TV), supongo que no lo hace porque ese sería incompatible con lo “políticamente correcto” y con hacerle la pelota al PP o al que esté gobernando.

Una última reflexión: cuando hemos visto hace meses en muchas iglesias de Cataluña, que de forma sacrílega en plena Eucaristía,  se procedía por los independentistas,  que son, al mismo tiempo,  los impulsores y legalizadores del aborto,  al recuento de votos del referéndum catalán, esos párrocos de tales iglesias, y su Obispo, y la Conferencia episcopal de la que unos y otro dependen, se habrían posicionado de esa forma si el crimen del aborto significara para ellos y sus conciencias lo que debería significar según la Moral Católica que debería presidir sus acciones?  porque no se entiende desde el punto de vista estrictamente de la Moral cristiana que estas iglesias y estos párrocos y Obispos le hicieran el juego a los que han traído e implantado el genocidio del aborto en España.

No pueden actuar tan torpemente salvo que el humo de Satanás les haya nublado la vista y anulada su capacidad de razonar de un modo mínimamente coherente.

Les tiene que importar muy poco el aborto  (140.000 niños asesinados anualmente, y de este genocidio no se hacen películas)  para que este dato no cuente ni sea obstáculo para hacerles el juego y prestarles las iglesias para este recuento, (incluso en plena eucaristía para escarnio de los creyentes que asisten a ella), en el ámbito político, porque son estas políticas de estos partidos las que han traído he institucionalizado la descristianización en y de España.

Este catolicismo que representan estos supuestos párrocos y Obispo de Cataluña (y de otros muchos sitios como el de Alicante, como quedó demostrado el pasado año en el tema de la Cruz de Callosa del Segura, o los Cardenales Blázquez y Osoro), que representa la propia Conferencia episcopal y que representa la red de colegios concertados, es un catolicismo light, bobalicón,  acomodaticio e indiferente frente a la iniquidad y a la acción cada vez más frenética de Satanás y sus agentes. Un catolicismo que no se indigna ante el genocidio de estas criaturas indefensas que pagan con su vida la bajeza moral de sus progenitores y de una clase de médicos de la muerte y del entramado montado al respecto, ni se indigna tampoco contra los demás ataques a los valores cristianos en toda España. Un catolicismo compatible con todo lo malo, diluido en todo, que baila la conga con Lucifer y sus agentes si hace falta con tal de no alzar la voz, que ha perdido y renunciado el magisterio de Dios (incluso critica a quienes no han renegado o desertado de ello todavía, tachándolos de “integristas”), y que sólo aspira a hacerse elogiar por el regresismo ateo de la Sinagoga de Satanás, mendigando el papel de acólito y cooperador necesario en la tarea de arrinconar primero y demoler con saña después (ese “después ya ha llegado y es hoy)  la presencia de los valores cristianos en la sociedad,  abandonado la acción evangelizadora y a la ovejas a su suerte (la mayoría de los Obispos de la Conferencia Episcopal, con honrosas excepciones,  ya no ejercen de pastores,  más allá de impartir la Eucaristía de forma cansina y presuntuosa) y apoyando a unos políticos que han impuesto el cambio y la sustitución de las costumbres cristianas por las actuales paganas, y han creado y crean las condiciones “ambientales” (legislación, políticas públicas y condiciones sociológicas) no sólo para que la Religión y sus valores no tengan autoridad ninguna para el ciudadano de a pie, sino para que, a la postre,  quede  completamente asfixiada y desaparezca por inanición.

Ya no es preciso quemar iglesias (aunque se haya quemado alguna) ahora, con la televisión en manos de los anti-Dios en régimen de monopolio,  se obtiene el mismo resultado sin gastar ni una lata de gasolina.

Lejos quedan los tiempos en que la Iglesia era la principal promotora de la lucha contra los bárbaros, la iniquidad y la injusticia.  Esta característica histórica ha sido sustituida en la actualidad por su colaboración y pasividad buenista respecto de los grandes males que están llevando a la luciferina destrucción de Europa, sus gentes,  y su Civilización cristiana,  valga la redundancia.

El aborto, en esta destrucción,  juega un papel corruptor a tres niveles, tanto de la sociedad considerada en su conjunto, como de la familia en cuanto célula en la concepción cristiana del sentido de vida,  como de las personas individualmente consideradas (especialmente de las mujeres),  nada desdeñable.

El panorama es terrible, tan terrible y estremecedor como las imágenes de este video.

 


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