Pablo Iglesias vs Col. Diego Camacho o totalitarismo vs libertad

Por la ya clásica filtración a la prensa para calentar el ambiente, como siempre además sesgada y torticera, nos enteramos de que el todavía Vicepresidente del Gobierno, el ínclito Iglesias –ni el soñó con llegar a tanto, ni España con caer tan bajo–, ha interpuesto una demanda contra el Col. Diego Camacho con cuyas magníficas colaboraciones se honra esta benemérita web. Según Iglesias, lo que ha hecho Camacho es atentar contra su honor –tendrá primero que demostrar que lo tiene–, calumniarle e injuriarle especialmente por un artículo (VER AQUÍ) en el que si lo leen bien –es muy posible que Iglesias tenga miopía y no alcance a ello–, se puede comprobar que lo que hizo Camacho fue recoger informaciones de varias fuentes, incluso extranjeras, y requerir al Gobierno, o sea a Sánchez, su jefe según se cree, que investigara si lo que manifestaban dichas fuentes era cierto, porque de serlo a la vista está para cualquiera con dos dedos de frente que la cosa sería gravísima pues, aunque Iglesias no lo quiera, ocupa un cargo elevadísimo en la administración española.
Las fuentes que Camacho recoge en su artículo lanzaban tres acusaciones contra Iglesias: una, sus amistades con miembros de la actual administración venezolana, o sea, bolivariana, totalitaria y corrupta, implicados en narcotráfico; otra, sus amistades con proetarras, y, la tercera, su también amistad con Dina Bousselham de la que más de un medio español e internacional ha expresado sus sospechas de que podría estar relacionada con los servicios de inteligencia marroquíes. Por lo dicho, y con todo acierto, el artículo del Col. Camacho no podía titularse más que «Las relaciones peligrosas de Iglesias». Y es que a la vista de dichas amistades, que lo son manifiestamente públicas pues el «coletas» incluso se jacta de ello, a cualquiera le viene a la cabeza lo que nos decían nuestros sabios abuelos cuando nos preguntaban por con quién andábamos, advirtiéndonos de que tuviéramos cuidado porque «dime con quién andas y te diré quién eres».
Para nosotros, como para quien lea el artículo sin orejeras ideológicas, menos aún marxistas-leninistas, la demanda, por mucho que seguro que la haya adornado el abogado de Iglesias, no tiene recorrido alguno, por lo que acabará en un sonado ridículo de Iglesias, de los muchos que lleva ya… siempre y cuando caiga en manos de un juez que sea libre e independiente, que para nuestra desgracia los hay que lo son «del partido». Eso sí, al menos hay que reconocer que los comunistas ahora se han «civilizado» porque ejercen el terror, marca de siempre de la casa, no mediante la checa, el «paseo», el gulag y la cuneta, sino mediante demandas judiciales… algo es algo… dijo un calvo al encontrarse un peine.
La inconsistencia de la demanda y su muy posible mal final para Iglesias, así como su filtración de parte de quien sea, nos hacen pensar que lo que persigue el ínclito es atemorizar al colectivo de militares retirados del que Camacho no sólo forma parte, sino que es ejemplo de coherencia y valentía pues lleva años dando la cara en los medios en defensa de la unidad, paz, justicia, libertad y prosperidad de España, colectivo que por su reconocida imparcialidad, apoliticismo, neutralidad, honorabilidad, seriedad y patriotismo viene siendo desde hace tiempo faro escrutador que alumbra a cada vez más ciudadanos de bien a sondear la oscuridad en la que nos estamos sumiendo cada día más por mor de una clase política mediocre, bananera, corrupta, inepta, muchas veces traidora y cobarde y ello con independencia de su afinidad ideológica, porque a la vista está que en todas partes y partidos cuecen habas. Por cierto, clase política, verdadera casta al más puro estilo feudal, y aquí está el quid de la cuestión, de la que Pablo Iglesias no sólo forma parte, sino que lo es en muy importante medida.
Así pues, para nosotros, lo que Iglesias intenta, con independencia de que pasado el tiempo, que todo lo hace olvidar, su demanda contra Camacho le suponga otro tiro por la culata, lo que le da igual, es impedir nuevos «manifiestos», evitar críticas que tan mal llevan siempre los marxistas-leninistas y sentar la mano a un colectivo de pobres, pero más que honrados soldados, que… ojo, puede que sean la voz de sus compañeros que están en activo y que como los retirados están ligados por mandato directo del pueblo español en el artículo 8º de nuestra Constitución a defender: «…y el ordenamiento constitucional», precisamente ese que Iglesias y los suyos se saltan día sí y día también.

A lo mejor lo que busca es hacerse notar ya que en la gran nevada no ha dicho ni pío con lo de la residencias de ancianos, que, por cierto, ¿no dijo él que se encargaría de ello?¿se sabe algo que haya hecho en su favor?¿alguna mejora?¿nada?. Sería interesante que alguien dijera lo que ha hecho sobre este asunto, para enterarnos.
Solo en una dictadura bolivariaa un ministro y vicepresidente segundo del gobierno sería capaz de atacar judicialmente a un ilusre militar retirado, que lo único qu eha hecho ha sido expresar libremente sus opiniones, derecho fundamental reconocido y amparado por la Constitución vígente.
¡Confio y espero que todavía queden jueces en España, dignos de tal nombre!
¿la tercera foto de este articulo es del «sr.» iglesias ahorcàndose con su propia coleta?
De todo esto tienen la culpa los jueces y fiscales que le hacen el juego a Pablo Iglesias a sabiendas de que cuando se trata de un etarra que sueltan él dice que es una buena noticia que nadie vaya a la cárcel por hablar y sin embargo él con su legión de abogados (que él sabrá de dónde saca para tanto como destaca porque tal cantidad de abogados y de querellas por toda España no es algo que se pueda permitir cualquiera) se dedica a ir poniéndole querellas a todo el que se atreve a criticarlo. Y los jueces en lugar de ver en esta hipocresía lo que hay, que es el abuso procesal de tratar de instrumentalizar a la Justicia en fraude de ley y con abnuso de denuncia para perseguir a todo aquél que se atreva a criticarle, lo cual con la ley en la mano es una completa ilegalidad:
– art. 11, 2º LOPJ (Ley Orgánica del Poder Judicial):
«Los Juzgados y Tribunales rechazarán fundadamente las peticiones, incidentes y excepciones que se formulen con manifiesto abuso de derecho o entrañen fraude de ley o procesal».
– art. 247 LEC (Ley de Enjuiciamiento Civil, que es supletoria en toda clase de procesos):
«Los Juzgados y Tribunales rechazarán fundadamente las peticiones, incidentes y excepciones que se formulen con manifiesto abuso de derecho o entrañen fraude de ley o procesal.»
Sin embargo en España se practica una Justicia de autor, y lo que para unos es sí , para otros es no. Y luego están los medios de comunicación que en lugar de denunciar este acoso sistemático lo que hacen es ampararlo.
Por otra parte esto que le sirva de lección al Coronel Camacho, para que vea, ya que no lo vió cuando estaba en el servicio activo, lo que son los rojos, su verdadero rostro y su verdadera faz, y a donde conducía la patraña y el engaño mediante disfraz de «democracia», -de falsa democracia-, de los enemigos de España. Esto también que se lo apunte el Coronel, y que se lo vayan apuntando todos esos que trabajan en el CNI y en la Guardia civil al servicio de la anti-España, que se desviven por servir a los políticos sin importarles eso qué consecuencias tiene para España, y en perseguir a buenos españoles sólo porque se preocupan de los destinos de España, metiendo a gente inocente y buenos españoles en la cárcel, que desde tiempos de Viriato «Roma no paga a traidores», que no se les olvide no sea que les arrastre el propio alud que ellos han contribuido a sostener y crear.
No puedo estar más de acuerdo con cuanto expone Pedro de Alvarado en su artículo.
Que se pasa por el forro al Giboso de Galapagar, con el mismo brío con el que su epígono, el conquistador, saltó el canal la Noche Triste.
Muy acertados también los comentarios, especialmente el de Kevlar Steiner.