Polonia: sin abortos
¡Claro que se puede! Polonia lo ha logrado. Y no sólo no han ocurrido las catástrofes que anuncian y esgrimen los proabortistas caso de que se anulen dichas leyes criminales, sino todo lo contrario. Los proabortistas siempre han defendido que la sociedad reclamaba el aborto legal; que aumentarían los abortos ilegales, los infanticidios, los abandonos de bebés y los embarazos de adolescentes; que las cárceles se llenarían de mujeres abortistas; que se colapsarían los hospitales, y un largo etcétera de manifiestas falsedades que Polonia ha demostrado hasta la saciedad que no eran verdad.
En Polonia el aborto “legal” fue introducido por los nazis en 1942 e impulsado decisivamente por el comunismo a partir de 1956; qué casualidad, los dos grandes totalitarismo asesinos que, como todos los extremos, se tocaban; ahora sólo queda uno –aquí representao por Podemos y el PSOE– y es igual que aquel stalinista, impulsando también el aborto ¿por qué será? Ojo, y el liberalismo-neocon pepero y Ciudadano; los extremos se siguen tocando.
Desde la caída del comunismo en 1989, Polonia ha venido aprobando una serie de leyes cada vez más favorable a la vida. El punto de inflexión fue la aprobada en 1993 que sigue en vigor –y a punto estuvo de ilegalizar por completo el aborto–, que reconoce sólo la posibilidad de abortar en casos de serio peligro para la vida o la salud de la madre, el de graves taras en el feto y el de embarazos producidos de modo ilegal. Lo que ocurre es que incluso en estos supuestos se aplican con todo rigor las condiciones de la ley dar el visto bueno al aborto, llevándose a cabo una rigurosa vigilancia de dichas condiciones, además de acompañarlas de una completísima serie de medidas educativas y de ayuda a la mujer, que han actuado beneficiosamente tanto en la estructura familiar, como en la social, ayudando a reducir los abortos.
Al mismo tiempo, Polonia ha impulsado una conciencia de aprecio de la vida humana mediante programas educativos adecuados; el Estado ha ofrecido ayudas efectivas a las madres embarazadas de forma deseada o no y, finalmente, las autoridades han vigilado eficazmente para que no se abortase a la ligera.
Algo muy importante: la ley familiar polaca penaliza al personal médico que practica abortos, no a las madres.
También, la legislación polaca garantiza apoyo económico a las embarazadas sin recursos económicos para antes y después del parto; ha llevado a cabo un eficaz Programa de Mejora de los Cuidados Prenatales, que ha reducido la muerte de neonatos a la mitad; en los centros escolares se imparte la asignatura de “educación pro-familia” que incluye planificación familiar natural, para jóvenes de 11 a 19 años; se ha formado en temas familiares a varios miles de profesores para que colaboren con los padres en favor del matrimonio, de la madurez psico-sexual y de la paternidad responsable.
Asimismo, las organizaciones antiabortistas son muy activas. Realizan constantes campañas mostrando fotos de abortos junto a las de políticos pro-abortistas –en algún caso de algún político que mostrándose públicamente como católico votó a favor del aborto en alguna ocasión–; la Iglesia Católica en general, y algunos obispos en particular, apoya todo ello, no cuestionando en absoluto el uso de imágenes gráficas en público.
Así, con paciencia, sin duda con el respaldo institucional prácticamente generalizado –hay excepciones y no poco importantes– y haciendo gala de un activismo anti-abortista realmente admirable, los datos de los abortos en Polonia que les ofrecemos al final de este artículo, hablan por sí solos.
¿Y en España? Todos los sabemos, o mejor dicho, no, porque lo más grave que se ha hecho es hacer invisible el drama del aborto, y, aún más, todos los partidos con representación política y la mayoría de asociaciones de todo tipo, actúan en favor del aborto. España tiene una de las legislaciones pro-abortistas más laxas que existen, así como el más ineficaz sistema de control de su aplicación. La prueba es que a nuestro país vienen a abortar muchas madres de países tan abortistas como Francia y el Reino Unido, porque aquí el control es mucho menor. Una clave es el reglamento de aplicación de la ley española, el cual permite que un psiquiatra del propio centro abortista certifique el peligro psíquico de la cliente. Teniendo en cuenta que casi todos los abortos provocados en España se justifican por peligro psíquico para la madre (un supuesto sin límite temporal durante el embarazo) y que se ejecutan en centros privados que obtienen pingües beneficios, el resultado práctico es el del aborto expres y a la carta sin apenas control; igual al que impusieron los nazis y los comunistas en Polonia.
EVOLUCIÓN DE LOS ABORTOS EN POLONIA | |||
AÑO | NACIMIENTOS | ABORTOS | PORCENTAJE % |
1955 | 793.000 | 1.400 | 0.18 |
1956 | 779.835 | 18.900 | 2.37 |
1957 | 782.319 | 12.200 | 13.49 |
1958 | 752.600 | 12.600 | 14.34 |
1959 | 722.928 | 16.200 | 18.31 |
1960 | 660.900 | 23.300 | 26.07 |
1961 | 627.624 | 23.000 | 26.82 |
1962 | 599.505 | 27.200 | 31.21 |
1963 | 588.235 | 26.000 | 30.65 |
1964 | 562.855 | 24.700 | 30.50 |
1965 | 546.300 | 23.500 | 30.08 |
1966 | 530.306 | 225.991 | 29.88 |
1967 | 520.383 | 220.504 | 29.76 |
1968 | 524.174 | 219.660 | 29.53 |
1969 | 531.135 | 212.933 | 28.62 |
1970 | 545.973 | 214.034 | 28.16 |
1971 | 562.341 | 203.619 | 26.58 |
1972 | 575.725 | 204.562 | 26.22 |
1973 | 598.559 | 210.682 | 26.03 |
1974 | 621.080 | 214.387 | 25.66 |
1975 | 643.772 | 212.101 | 24.78 |
1976 | 670.140 | 215.368 | 24.32 |
1977 | 662.582 | 216.533 | 24.63 |
1978 | 666.336 | 223.288 | 25.10 |
1979 | 688.293 | 220.431 | 24.26 |
1980 | 692.798 | 137.950 | 16.61 |
1981 | 678.696 | 230.070 | 25.32 |
1982 | 702.351 | 141.177 | 16.74 |
1983 | 720.756 | 130.980 | 15.38 |
1984 | 699.041 | 132.844 | 15.97 |
1985 | 677.576 | 135.564 | 16.67 |
1986 | 634.748 | 129.720 | 16.97 |
1987 | 605.492 | 123.534 | 16.95 |
1988 | 587.741 | 108.367 | 15.57 |
1989 | 562.530 | 82.137 | 12.74 |
1990 | 547.720 | 59.417 | 9.79 |
1991 | 545.954 | 30.878 | 5.35 |
1992 | 513.615 | 11.640 | 2.22 |
1993 | 492.925 | 1.240 | 0.25 |
1994 | 481.285 | 874 | 0.19 |
1995 | 433.109 | 570 | 0.14 |
1996 | 428.203 | 505 | 0.12 |
1997 | 412.635 | 3.176 | 0.77 |
1998 | 395.619 | 312 | 0.08 |
1999 | 382.002 | 151 | 0.04 |
2000 | 378.348 | 138 | 0.04 |
2001 | 368.205 | 124 | 0.04 |
2002 | 353.765 | 159 | 0.05 |
2003 | 351.072 | 174 | 0.05 |
2004 | 356.131 | 199 | 0.06 |
2005 | 364.383 | 225 | 0.06 |
2006 | 374.244 | 340 | 0.09 |
2007 | 387.873 | 328 | 0.09 |
2008 | 414.499 | 506 | 0.13 |
2009 | 417.589 | 538 | 0.13 |
2010 | 413.300 | 644 | 0.16 |
2011 | 388.416 | 669 | 0.21 |
2012 | 386.257 | 752 | 0.24 |
2013 | 369.576 | 745 | 0.26 |
2014 | 375.160 | 971 | 0.31 |
2015 | 369.308 | 1.040 | 0.34 |
2016 | 382.257 |

¡Qué envidia!, ¡Qué pena de España!
Algo de culpa debe tener nuestra Jerarquía Eclesiástica, digo yo.
Estimado seguidor: el problema es que en España no se trabaja para llegar a ese práctico aborto cero, empezando por la jerarquía eclesiástica y clero en general ocupados, y despreocupados, de lo que verdaderamente importa. Para qué decir de nuestra casta política. Saludos cordiales.