“Porque si esto hacen con el leño verde, ¿qué será del seco?» Ls. XXXII,31
Camino al Calvario lo detuvo el llanto
de ojos de mujeres buscando respuestas,
sedienta de sedes, ahogada en quebranto
su boca pregunta fundadas protestas.
Sabe que las ramas resecas se queman,
que al tuero marchito lo consume el fuego,
sarmientos sin vides entre llamas treman
como tiembla el pulso tras un largo ruego.
Y sabe que tierra de espinas y abrojos,
calcinan sus frutos, maldicen sus eras,
mientras Dios bendice lagares. Sus ojos
marcan los solsticios de las primaveras.
Por eso interroga mientras profetiza
a aquellas matronas de luto y de trigo,
si el Justo es tratado como una ceniza
no espere el culpable quedar sin castigo.
No lo espere nadie falsario o perjuro
ni ciudad, aldea, nación o comarca
que hayan desterrado del pilar o el muro
la Cruz que el espacio define y demarca.
La tierra que bebe la lluvia que cae,
es pródiga en surcos como madre fiel,
pero un vaticinio de ruinas recae:
quien niegue la Gracia beberá su hiel.

Buenas, hay un error en la foto de autor: quien aparece es Mario Caponnetto, no Antonio.
Estimada seguidora: muchas gracias, Corregido. Saludos cordiales
Muy buen mensaje para los traidores a Cristo, estos versos de Antonio Caponnetto, para los que arrancan Cruces y destierran de la realidad social la presencia de Dios, tendrá su merecido.