Propuestas para el año nuevo
Nos dicen que tenemos que ser santos y que debemos aspirar a la santidad y…
Bueno, pues para este año que entra creo mejor, sin desdecir lo dicho que nos dicen, proponer objetivos más cercanos, más fáciles y más a mano, porque de otra forma veo que perderemos otro año. Y ojo, que no es un año más, sino uno menos que nos queda para presentarnos ante Él; como los cumpleaños, que no son tampoco un año más, sino uno menos. ¿Captan la diferencia?
Para este año les propongo:
- Alguna oración por la mañana al despertarnos; por ejemplo al Ángel de la Guarda… sí, esa que nos enseñaron de niños pero que sigue vigente de adultos puesto que dicho ángel sigue ahí con nosotros.
- El Ángelus a Nuestra Señora a media mañana.
- Tres Avemarías al acostarnos.
- Bendecir la mesa al almorzar… sí también cuando estén fuera de casa, basta con que hagan la señal de la cruz y… ¿que los demás les ven y miran? Pues mejor, que ya está bien de escondernos, leche.
No, por favor, no me digan que no tienen tiempo. No mientan que es pecado. Pueden rezar viva voz o mentalmente, según las circunstancias. ¿A que no es para tanto? ¿A que no hay excusa posible? Pues eso.
- No faltar a Misa ningún Domingo ni fiesta de guardar… ni en verano, porque allí donde vayamos –extranjero incluido– seguro que hay una iglesia, así es que cuando planeen su viaje y miren lo que van a ver, reserven
alojamiento, etc., etc., busquen también dónde y a qué horas se dice Misa y planeen los Domingos con esa tan importante «parada» en su ruta. Faltar a ella es pecado mortal.
- Y el Rosario. Al menos uno a la semana, que por algo, aunque sea poco, hay que empezar. Un Rosario son unos 15 a 20 minutos… y no me digan de nuevo que no tienen tiempo. La idea es empezar este año por poco para conseguir en uno o dos años rezarlo todos los días. El Rosario es hoy por hoy y visto lo que vemos y más que nunca, que ya es decir, esencial, vital, en su rezo diario nos puede ir la salvación.
- Y una confesión al mes; aunque no tengamos pecados mortales, que la Gracia que se recibe de la Confesión es desbordante.
Nada más. Háganme caso. No lo he puesto difícil, ¿verdad? Piensen lo que nos dijo San Juan Crisóstomo: «Quien reza se salva; quien no reza se condena». Más aún: si Nuestro Señor, siendo Quien era, se retiraba a rezar muchas veces, cuánto más deberemos hacerlo nosotros. Recordemos Su consejo, que en realidad es mandato, pues es imperativo: «Rezad para no caer en tentación».
Pues eso. Comencemos este nuevo año con lo dicho que es bien poco y… ya verán como cogen hábito y ya no pueden dejar de rezar cuando menos lo propuesto. Y verán, verán como poco a poco van cambiando… a mejor. Háganme caso.
Ah, y feliz año nuevo 2023.

En mi casa bendecimos siempre la mesa, en la comida y en la cena, y si hay ateos o agnósticos, con máyor énfasis, si cabe.
Es importante dejar claro que somos critianos, y que deben respetarnos en nuestra fe, igual que nosotros respetamos a los demás.
Feliz 2023 deseo a todos ustedes, de todo corazón.
Cristianos, no critianos, no vaya a venir Geppeto a ponerme a parir…
Pido perdón por el fallo mecanográfico.
«…y no nos dejes caer en la tentación del desánimo,más libranos del miedo,del maligno y de todo mal libranos…Amén»