Querida Virgen María, madre mía y madre de mis hijos

Quiero acudir más a ti, especialmente en los momentos en que encuentre más difícil mi labor de madre.
Ayúdame a discernir qué es lo mejor para mis hijos en cada momento. A veces, con los hechos, antepongo actividades que potencian más su preparación intelectual que otras que procuran su desarrollo como persona. Hazme desear en cada momento que sean mejores personas, mejores cristianos, antes que los más brillantes de la clase.

Ayúdame a tener paciencia con ellos: que mi trato sea cada día más dulce y mis correcciones sean serenas – no un desahogo por mi enfado- . Que tenga presente que mi manera de tratarlos a ellos es el modelo que ellos tienen para tratar a los demás. Que mi trato hacia ellos les haga descubrir su gran dignidad. ¡Son hijos de Dios! Egoístillas, olvidadizos, desordenados, … pero hijos de Dios, con un potencial inimaginable.

Ayúdame a respetar su singularidad, sus limitaciones, sus defectos. Que nunca lleguen a pensar que les quiero menos por no ser los más listos, los más obedientes, los más responsables, … Yo les quiero porque son ellos, únicos e irrepetibles, y Dios los ha puesto en mis manos para acercarlos cada día más a Él.

Ayúdame a escucharles, a olvidarme de mis cosas para interesarme por las suyas. Aunque esté cansada, aunque me parezcan cosas banales. ¿Cómo voy a pretender que después me escuchen, si yo no lo hago?

Ayúdame a ser firme a la hora de actuar: a veces es más cómodo hacer las cosas yo, que hacer que las hagan ellos; o pasar por alto actuaciones inadecuadas porque es más cómodo dejarlas pasar. Que siempre sepan que mi amor es incondicional, hagan las cosas bien o las hagan mal. Yo siempre les voy a querer.

Ayúdame a querer cada día más a mi marido, su padre. Porque si de alguien han de aprender lo que verdaderamente es el amor entre un hombre y una mujer es de nosotros, no de una serie de televisión, o de una película romántica. Que vean que nuestro amor es atractivo, alegre, creativo, …. Y que se manifiesta cada día en detalles que ellos pueden ver

Ayúdame a tener la convicción de que mis hijos y mi marido son el camino que Dios ha previsto para que yo, cada día, pueda ir construyendo mi santidad. Dame el convencimiento de que es precisamente con estos hijos – y no con los de mi vecina- con los que podré alcanzarla. Y será, cada día, cada mañana al despertarlos, discutiendo por las galletas en el desayuno, recordándoles que no se olviden de lavarse los dientes, insistiendo para que se hagan sus camas, … y por la tarde, y por la noche, …

Y cuando no sepa muy bien que hacer, déjame descansar en ti, Madre mía, porque donde no llego yo, llegas tú, antes, más y mejor. Porque tus tiempos no son siempre mis tiempos.
Y yo, por mi parte, siempre les voy a enseñar que tienen dos madres: una en el Cielo, tú, y la otra en la Tierra, yo.

Que en los momentos y lugares que yo no esté con ellos, siempre estarás Tú, velando, protegiendo, intercediendo, para que acudan a ti.

Amén

Anónimo


2 respuestas a «Querida Virgen María, madre mía y madre de mis hijos»

  1. Mensaje del LIBRO DE LA VERDAD de Nuestro Señor:

    Jueves 19 de mayo de 2011

    El mundo ha sucumbido ahora a las profundidades de absoluta desesperación por su falta de fe en la Existencia de Dios Padre Todopoderoso. Incluso los niños pequeños ahora alegremente niegan Su Existencia. Aquellas almas vacías y endurecidas insultan no solo a Mi Padre Eterno, sino que me ocasionan profunda angustia.

    Tan lejos habéis caído, hijos, que habéis descartado completamente todo sentido de espiritualidad con el cual nacieron. ¿Qué tan lejos piensan que vuestro amor por el mundo y vuestro materialismo os llevará? Aquellos de vosotros absortos en las riquezas y en la comodidad de todas las atracciones mundanas, deberíais saber que pronto os serán quitadas como parte de la purificación que viene.

    Responsabilidad de los padres

    ¿Por qué enseñáis a vuestros niños la importancia del materialismo hecho por el hombre a expensas de sus pobres almitas? El primer propósito de vosotros es enseñar a vuestros hijos la importancia de crear y construir riqueza. Rara vez les enseñáis la moral que necesitan para equiparlos con las responsabilidades de la edad adulta, en relación a cómo deberían mostrar respeto a los demás, a comprender la importancia de la honestidad y la necesidad de mostrar comprensión hacia sus hermanos y hermanas. Desafortunadamente Mis hijos han perdido completamente su camino en el sendero espiritual que se les requiere para alcanzar el último destino. ¿No tenéis vergüenza? ¿Cuándo aprenderéis que vuestro obsesivo amor por el dinero y todo lo que éste ofrece terminará en desastre? Será solo cuando estéis totalmente desnudos de estas comodidades que ambicionais, cuando os déis cuenta de cuán solos estáis.

    Escuchadme ahora mientras podáis. Poned las necesidades de vuestra familia primero, porque eso es bueno. Proveed para ellos. Pero por favor no alentéis a vuestros hijos a volverse esclavos de la riqueza y del deseo de la fama, porque los estaréis empujando a los brazos de Satanás. Vuestros hijos nacieron y vosotros les dieron la vida físicamente; pero fueron creados por Dios, el Padre Eterno, cuando se les dieron sus almas. Por supuesto mostrad responsabilidad como padres proveyendo las necesidades físicas de vuestros hijos. Pero recordad que sus almas necesitan alimentación. Enséñadles la Verdad de Mis Enseñanzas y la importancia de cuidar sus almas. Solo entonces estaréis dando a vuestros hijos la verdadera alimentación de cuerpo y mente que necesitan para sobrevivir y por consiguiente puedan disfrutar la vida eterna.

    Vuestro amoroso Divino Salvador

    Jesucristo

    Leer más: http://m.elgranaviso-mensajes.com/news/a19-may-2011-responsabilidad-de-los-padres-en-el-mundo-de-hoy/

    1. Estimada seguidora: magnífico. De verdad muchas gracias por esta ampliación de conceptos y datos. Se agradece porque enriquece y aclara mcuhas cosas. Saludos cordiales

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