Razones del nuevo ataque de Azerbaiyán a los armenios de Nagorno Karabaj

Una entrevista al prestigioso periodista armenio Arthur Ghukasian

Arthur Ghukasian

Ante la gravedad del reciente estallido bélico en el Cáucaso, protagonizado por una nueva agresión azerí contra el territorio armenio de Nagorno Karabaj, nos hemos puesto en contacto con el periodista armenio residente en España Arthur Ghukasian. Nacido en Hrazdán en 1969, ciudad armenia situada en el centro de la república, ha sido editor y coautor del libro Cien años del Genocidio Armenio, un siglo de silencio, e impulsor de numerosas iniciativas informativas al servicio del pueblo armenio.

En primer lugar: muchas gracias por su rápida y generosa disponibilidad ante nuestro requerimiento informativo.

Pregunta: El de Nagorno Karabaj, ¿siempre ha sido un territorio armenio? ¿Qué títulos históricos o políticos alegan las autoridades azeríes en su pretensión anexionista?

En toda su historia Artsakh (Artsaj en la pronunciación española) fue una población armenia. Su territorio, mucho más amplio que en la actualidad, figuraba como décima provincia del antiguo Reino de Armenia (desde 190 a. C.). En la Alta Edad Media, toda la región se nombraba también Jachen (jach en armenio significa cruz). Nagorno Karabakh es la unión del término ruso «nagorniy», que significa «territorio elevado», y la palabra persa «karabaj» («jardín negro») nunca utilizada por los armenios.

Desde los principios hasta hoy la población siempre ha sido armenia, con su rica historia, que supo de mantener su autonomía incluso después de la invasión turca.

Los azeríes hoy pretenden engañar a todo el mundo, al afirmar que desde siempre este territorio fue suyo. Pero, ¿cómo puede Artsakh, con su historia anterior a Jesucristo, pertenecer a un país cuya existencia como tal es inferior a la de la Coca-Cola?

Fue la mala voluntad de Stalin, la que hizo que en 1921 Nagorno Karabakh pasara a la nueva república denominada Azerbaydzan. Decisión con la que no estuvo en absoluto de acuerdo el pueblo nativo de la región; armenios en su mayoría absoluta. La lucha por su liberación nunca cesó desde aquel día.

En 1988 comenzó el gran movimiento para la unión con Armenia, al que los azeríes contestaron con masacres de la población armenia de Sumgait, Bakú, Kirovabad, Shamjor y otras ciudades. A continuación, tras la destrucción de la Unión Soviética, los azeríes iniciaron la guerra en 1988, prologándose hasta 1994, en que tuvo lugar la victoria total de los héroes de Artsakh y la declaración de la independencia.

Desde 1988 hasta 1992 yo mismo estaba justamente en Artsakh, viviendo, trabajando y luchando allí. Viví todas las etapas de la gran lucha para la liberación. Una región con apenas 150 mil habitantes luchó y triunfó sobre los 7 millones de azeríes que entonces, y también en nuestros días, educa a sus ciudadanos envenenando en alma con el odio hacia los armenios, cristianos. Por cierto, en relación a este último asunto, hay que recordar que Armenia fue el primer reino en el mundo que asumió, en el 301, el cristianismo como religión oficial. Y fue en Artsakh (Nagorno Karabakh) donde se construyeron las primeras iglesias, a la vez que en Edjmiatzin y otros lugares de Armenia.

P.: ¿Existe alguna conexión entre el genocidio que sufrió el pueblo armenio por obra de los Jóvenes Turcos entre 1915 y 1921, y las llamada “cuestión de Nagorno Karabaj?

El Genocidio Armenio forma parte de la política tanto de Turquía como, posteriormente, de Azerbaydzan. Desde su nacimiento como república, las más terribles masacres en Artsakh se perpetraron en la ciudad de Shushi (marzo de 1920): fueron asesinados miles de armenio, otras decenas de miles fueron obligados a huir de sus hogares, y la parte armenia de la ciudad fue saqueada, quemada y completamente destruida.

En la época soviética tuvo lugar el llamado “genocidio blanco”, con lo que debemos entender la privación de los medios necesarios para el desarrollo de la vida normal en un territorio; al objeto de que los habitantes se vieran obligados a abandonar sus hogares “voluntariamente”. En caso de Nakhijevan, otra región armenia que en 1921 se incorporó a Azerbaydzan por la voluntad de Stalin, sucedió de igual manera, si bien allí los azeríes consiguieron sus objetivos al lograr expulsar a la mayoría de población armenia. Los últimos armenios fueron arrojados de allí en 1988.

Sobre los pogromos en Sumgait, Bakú, Kirovabad, etc., ya en 1988, lo hemos comentado en la respuesta anterior. Tan terrible fue que es imposible describirse. Lo menos que puede afirmarse es que se perpetró el mismo escenario que sufrió nuestro pueblo en Armenia Occidental de manos de los turcos: matanzas por la única condición de armenio y violencias de todo tipo.

En pleno siglo XXI nada cambió. Con el propósito de acabar hasta con la memoria del pueblo armenio dentro las fronteras de Azerbaydzan, la orden del gobierno de los Aliyev (padre e hijo) fue la de destruir todos los monumentos de origen armenio -exactamente como en Turquía- al objeto de que no quede nada de las poblaciones originarias armenias en aquellas tierras.

En definitiva, desde una perspectiva política, todo está siendo una continuación del iniciado en 1915, cuando el triunvirato de los Jóvenes Turcos perpetró el primer genocidio.

P.: El panturquismo, ideado e impulsado inicialmente por los partidos turcos de corte laico, ha sido asumido por los islamistas de Erdogan. ¿Se trata de una coartada ideológica para mantenerse en el poder o es una ideología transversal que incapacita a Turquía como actor internacional fiable?

Erdoğan cree que bajo su gobierno está renaciendo el Imperio Otomano. Como político cree ciegamente en el papel excepcional que, tanto él como Turquía, deben jugar en la región, así como en la toma final de decisiones. Erdoğan interfiere en Siria, en Libia, en Irak, en Chipre, en Grecia y donde le da la gana. A cualquier otro gobernador del mundo actual no se perdonaría una mínima parte de lo que está dispuesto a hacer el actual presidente de Turquía. En consecuencia, Erdoğan se permite entrar en la guerra contra Nagorno Karabakh por medio de sus fuerzas armadas y aéreas. Ayer, él afirmó que Azerbaydzan y Turquía son dos países, pero una nación. Hoy mismo, el Ministro de Asuntos Exteriores de Turquía ha dado un paso más asegurando que ¡Azerbaydzan y Turquía son una nación y un país! Las declaraciones de este tipo son muy peligrosas… Pero el mundo de hoy, parece tragarse sin más, las palabras y acciones de un paranoico que sueña con el Imperio Otomano.

P.: Presencia turca en Libia, bloqueo en Chipre, tensión con Grecia… Desde su experimentado punto de vista, ¿cómo afrontan Europa, Rusia y Estados Unidos este recrudecimiento del militarismo turco? 

La presente reacción, no sólo de Europa, de Rusia o Estados Unidos, sino del mundo entero, no es nada adecuada frente a los peligrosos juegos que Turquía despliega desde hace tiempo. Las simples declaraciones, en este caso, lo son en vano. Deben tomarse medidas concretas para que se corte el afán de protagonismo, de una mente enferma, en la que se mezclan realidad y sueños mesiánicos. Tengo la impresión de que Europa se conforma con unas meras palabras que, realmente, no llegan a los oídos de Erdoğan. Sin embargo, no es el caso de su posición ante otros dictadores (incluido Lukashenko en nuestros días, de que rechazamos su legitimidad). Rusia, por su parte, perdonó a los turcos incluso el asesinato de su embajador en Ankara en 2018, sin que Erdoğan pidiera perdón. Rusia también perdonó a los turcos el ataque a su avión, y otras muchas cosas muy humillantes e imperdonables. Donal Trump, al ser preguntado  sobre la guerra en Artsakh respondió algo difícil de entender: “veremos qué se puede hacer”.

Estas reacciones, ¿serán el resultado de que Turquía, hasta hoy, ha planificado muy bien su agenda? En un mundo en pandemia, ¿a quién importa qué pueda pasar en Libia o Grecia? En Estados Unidos, además, habrá elecciones en breve: ¿por qué debieran sus mandatarios actuales preocuparse sobre la situación en Karabakh? En resumen: reacción cero, por parte del mundo entero, y luz verde para Erdoğan.

P.: ¿Qué papel está jugando el estado de Israel en el área y, concretamente, cómo se sitúa en este conflicto?

Natanyahu con Ilham Aliyev, presidente de Azerbaiyán

Israel jamás ha intentado confrontarse con Turquía; incluso en los momentos en que parecían enfriarse las relaciones entre ambos. Es más: Israel ha vendido armas aéreas a Azerbaydzan, extrañándose cuando, este pasado verano, el Ministro de Asuntos Exteriores de Armenia pidió a las autoridades israelíes que la venta de sus armas lo fuera con determinadas condiciones, pues los azeríes las vienen usando contra la población civil.

P.: La crisis que atraviesa la república armenia, tanto a nivel político, como económico, ¿ha sido razón del ataque azerí, ante una supuesta “debilidad” del enemigo secular?

R.: Como puede deducirse de los hechos, Aliyev no es la persona que manda en este caso. Para él y su clan, el estatus-quo fue como un paraíso, pudiéndose llenar los bolsillos; y, en los momentos críticos, ante las protestas de su pueblo, responsabilizar a los armenios de la guerra. Por todo ello, se entiende perfectamente porqué Erdoğan eligió este momento, teniendo en cuenta la crisis mundial por el coronavirus, las elecciones en EEUU y demás factores.

P.: ¿Qué razones energéticas están en el fondo de este conflicto? ¿Son determinantes o meramente circunstanciales?

R.: En mes de julio de este año de 2020, los azeríes ya intentaron invadir nuestra tierra. Esta vez no en Artsakh, sino en la región armenia de Tavush. Pronto comprendieron que, incluso sirviéndose de todas sus fuerzas, que no son pocas, no podrían conquistar terreno allí; por lo que detuvieron a sus tropas, perdiendo soldados y muchas armas.

Al mes siguiente, en agosto de 2020, en Nakhijevan empezaron los ejercicios militares conjuntos turco-azeríes. Un avión militar turco, entonces, sobrevoló el espacio aéreo de Armenia. Después de los ejercicios militares, un cuerpo de ejército turco se quedó en Azerbaydzan. No hubo duda, ya entonces, de que tales señales presagiaban una guerra contra nuestro pueblo.

P.: Las autoridades azeríes han anunciado diversos éxitos militares, como la toma de una de las montañas más altas del territorio y varias aldeas armenias. ¿Son ciertas estas noticias? ¿Pretenden una conquista “relámpago” de este territorio armenio?

Dado que la iniciativa bélica la tomaron los azeríes, con el apoyo turco, en los primeros momentos ganaron varias posiciones; la mayoría de las cuáles ya se han  recuperado. También se han tomado algunos lugares que se perdieron en la agresión azerí de 2016. Nada nos da miedo. Para Azerbaydzan se trata de una guerra con la que pretenden conquistar unos territorios que nunca fueron suyos.  Para Artsakh, como para toda Armenia, se trata de una guerra por la propia existencia. Sí o sí debemos ganar. Lo contrario significaría la última página del genocidio y de propia la nación armenia.

P.: ¿Cuáles son las últimas noticias? ¿Es previsible un conflicto militar sostenido de largo alcance? ¿Rusia será un aliado fiel de Armenia?

Voluntarios armenios

Los ataques enemigos no cesan. Hoy por la mañana atacaron a los pueblos de la región de Vardenis en Armenia. Los ataques de las fuerzas armadas azeríes han sido cubiertos desde el aire por aviones F-16 de Turquía, lo que indica que este país también ha entrado en la guerra contra Armenia. Las fuerzas armadas armenias, hasta el momento, han acabado con 790 militares azeríes. Mientras tanto, cientos de armenios acuden a los centros militares de reclutamiento, como voluntarios, con intención de acudir y luchar en Artsakh. Otros muchos miles guardan colas para dar su sangre a los soldados heridos. No son pocos los que quieren marchar a Armenia desde la diáspora; lo cual es difícil debido por la inexistencia vuelos aéreos a causa del coronavirus. Sin embargo, desde la diáspora armenia en todos los países del mundo, no cesar en hacer donaciones para la adquisición de todo el necesario en esta crisis. Y quienes viven en Armenia, desean compartir sus pisos con la población pacífica de Artsakh que llega a Yerevan (nuestra capital).

Las autoridades de Moscú y Yerevan están en continuo contacto. Aunque al pueblo armenio le da igual, ya, quién y cómo reacciona. Porque, como he dicho antes, es una guerra por la supervivencia y estamos preparados a luchar hasta la última gota de nuestra sangre.

Muchas gracias por su atención y sus opiniones. Sin duda serán una gran ayuda para nuestros lectores.

Para La Tribuna del País Vasco


2 respuestas a «Razones del nuevo ataque de Azerbaiyán a los armenios de Nagorno Karabaj»

  1. El motivo del viejo fin que supone borrar del mapa a Armenia, es religioso. Armenia hoy se enfrenta a todo el poder del mundo, pues el viejo Novus Ordo exige su sacrificio. Turquía como Stalin (la escoria Disraeli) son máscaras que esconden antítesis masonas; lacayos del Anglo Sionismo. Los gobiernos marranos islámicos, utilizan el integrismo islámico para erradicar el cristianismo, allí donde no lo hace la revolución (ya sea proletaria o de minorías odiadoras progres en los países desarrollados). Antítesis casi siempre enfrentadas en las bases, pero con un cerebro y fin común.
    El ataque a Armenia tiene un motivo político racial, desde el punto de vista de los lacayos masones de cualquier antítesis; y para sus amos (ya los de este mundo) los sionistas, el motivo es religioso racial (en teoría, porque realmente se trata de un enfermizo afán de poder y predominio). Ciegos que guían a otros ciegos.
    Con otra estrategia, se hace lo mismo hoy en España, como último reducto de los posos de la cristiandad romana. Todo esto lo predijo el Maestro desde el huero de los olivos, mientras contemplaba las murallas del templo. También como termina la película.

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