Recordando Chernobyl

Fue el 26 de Abril de 1986, a la 1,24 (hora de Moscú). ¡Dónde estaba usted?

Fue el peor accidente nuclear de la historia sin que hasta la fecha haya habido otro igual. Y lo fue porque no se hizo caso de una de esas reglas de oro tan denostadas como eficaces: los experimentos con gaseosa.

Fue en la central nuclear Vladimir Ilich Lenin, situada en Ucrania, en la población de Pripyat, junto a Chernobyl, no muy lejos de Kiev.

Los técnicos de la misma decidieron volver a repetir unas pruebas de control de límites de seguridad que ya se habían efectuado tres veces en los cuatro últimos años; el nuevo intento se debió a que en dichos experimentos no se había llegado a ningún resultado concluyente. La idea era averiguar si era viable un nuevo procedimiento de control que simulaba un corte de energía eléctrica, a fin de saber si la circulación de agua de refrigeración en esas circunstancias continuaba en condiciones de seguridad hasta que entraran en funcionamiento los generadores eléctricos de respaldo. El reactor elegido en esta ocasión era el Nº4 de la clase RBMK acrónimo de Reáktor Bolshói Móschnosti Kanálny, que significa «Reactor de condensador de alta potencia», un tipo de reactor nuclear construido únicamente por la URSS cuyas condiciones de estabilidad no eran las mejores, pues dicho modelo ya había dado más de un problema por tal motivo. La planta tenía cuatro reactores RBMK-1000 con capacidad para producir 1.000 MW cada uno. El diseño de estos reactores no cumplía los requisitos de seguridad que se exigían en Occidente. Los reactores 1 y 2 carecían de edificio de contención. Los reactores 3 y 4 tenían «blindaje biológico superior», protección suficiente para resguardar trabajadores y habitantes cercanos de las radiaciones de neutrones y rayos gamma ocasionadas por los productos de fisión.

A la 01,07 del 25 de Abril comenzaron los preparativos para la prueba con la reducción gradual y programada del nivel de potencia del reactor Nº4.

A las 14,00, el sistema de refrigeración de emergencia del núcleo se neutralizó para evitar que la prueba se interrumpiera durante su realización.

Entonces, el regulador de la red eléctrica de Kiev pidió al operador del reactor de Chernobyl que mantuviera un mínimo de producción de energía eléctrica para satisfacer la demanda a que se enfrentaba, lo que provocó tener que retrasar la prueba, pero no se detuvieron aquellos preparativos para la prueba que no afectaban a la potencia del reactor, incluyendo la desactivación del sistema de emergencia de enfriamiento del núcleo, destinado a proporcionar agua a la central en caso de una pérdida de refrigerante, lo que provocó que el reactor comenzara a mostrar síntomas de inestabilidad.

A las 23,04, el regulador de la red eléctrica de Kiev notificó que ya no necesitaba la potencia del reactor.

A las 23,10 se reinició la prueba reduciéndose la potencia.

A las 00,00 cambió el turno del personal de control de la central: los trabajadores experimentados fueron reemplazados por otros más jóvenes y menos experimentados del turno de noche, los cuales, para más inri, no fueron informados detalladamente de la prueba que se estaba realizando; además, durante el cambio de turno se redujo aún más la potencia del reactor.

A las 01,00 ya del 26 de Abril, después de las complicadas maniobras durante las cuales se observaron múltiples alteraciones de los parámetros de seguridad en términos de potencia, producción natural de xenón, inserción demasiado rápida de las barras de control de boro e inestabilidad en el flujo de refrigerante, la potencia del reactor se mantuvo en 200 MW, pero acentuando su inestabilidad, fuera de los márgenes de seguridad del reactor; el problema era que si el reactor entraba en lo que se denomina supercriticidad, no podrá ya recuperarse de forma automática.

A la 01,23 comenzó la prueba. Se cortó la electricidad a las turbinas para hacerlas funcionar por inercia. En ese instante, un operador presionó el botón AZ.5 de emergencia, por lo que las barras de punta de grafito de control de la reacción nuclear empezaron a entrar en el núcleo del reactor para detener el proceso. La computadora SKALA registró el inicio de un SCRAM (apagado de emergencia) del reactor. De inmediato, el sistema emitió varios avisos seguidos.

A la 1,24 comenzó el sobrecalentamiento sin control del núcleo del reactor, produciéndose un par de fortísimas explosiones causadas por la formación de una nube de hidrógeno dentro del núcleo, seguidas de un incendio. Las explosiones volaron la tapa del reactor (pesaba 1.200 toneladas), y expulsaron grandes cantidades de materiales de todo tipo a la atmósfera, formando una nube radiactiva que se extendió por 162.000 km² en Europa. La cantidad de dióxido de uranio, carburo de boro, óxido de europio, erbio, aleaciones de circonio y grafito expulsados se estima en unas 500 veces mayor que la liberada por la bomba atómica de Hiroshima.

Producido el desastre, de inmediato, las autoridades pusieron en marcha un dispositivo de emergencia –en el que llegaron a participar unas 600.000 personas, de las cuales las que se implicaron en el interior del reactor quedaron expuestas altísimas dosis de radiación muriendo en breve no menos de un centenar de ellas–  pusieron manos a la obra los servicios de emergencia para intentar apagar el pavoroso incendio, estabilizar el reactor, limpiar los residuos expulsados, descontaminar la zona y, en fin, ver de mitigar los efectos de todo ello. Se calcula que no menos de 5.000.000 personas de las que vivían en áreas cercanas y por ello contaminadas, así como otra 400.000 en áreas muy contaminadas recibieron altísimas dosis de radiación. El número de muertos nunca se ha llegado a conocer, ya que muchos de ellos lo fueron en los años posteriores.

Hasta la noche del 28 de Abril, la autoridades soviéticas nada dijeron de lo ocurrido; y aún así lo hicieron de pasada en un noticiero de la televisión. Tuvieron que ser los técnicos de la central nuclear de Forsmark en Suecia (a unos 1.100 km. de Chernobyl) los primero en dar la voz de alarma al detectar radioactividad y comprobar que la misma no era de ellos, sino que venía de fuera, apuntando como más probable a algún problema en alguna central ucraniana o bielorrusa. El 1º de Mayo, los tradicionales desfiles de tal fecha se realizaron en Kiev sin alteración laguna, quedando por ello expuesta la población a la radiación que flotaba desde hacía días en el ambiente. No fue hasta el 14 de Mayo cuando Gorbachov reconoció públicamente el desastre acaecido, causando la indignación del mundo entero.

La plataforma Netflix realizó una extraordinaria serie sobre esta catástrofe que es digna de verse.


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