Sobre el miserable magistrado que juzgó a José Antonio

Federico Enjuto Ferrán fue el juez que instruyó la causa contra José Antonio en Alicante, procesándole para que luego fuera condenado a muerte.
El juez Enjuto nació en Puerto Rico en 1884. Al inicio de la II República era un modesto juez municipal que en 1932 ingresaba en la Masonería, circunstancia esta que dio un gran empuje a su carrera profesional.
Asimismo, inició una gran amistad con el socialista Indalecio Prieto, lo que le ayudó aún más en su vertiginoso ascenso en la carrera judicial, y por ello ya era magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid cuando a propuesta del Tribunal Supremo, el 3 de octubre de 1936, se le nombró juez instructor especial en la causa contra José Antonio Primo de Rivera, preso en la cárcel de Alicante.
El nombramiento se produjo siguiendo las órdenes de Prieto, ya que profesionalmente Enjuto era un juez poco brillante que había pasado de juez municipal a juez de Primera Instancia de Madrid y magistrado de su Audiencia en muy poco tiempo. Prieto quería controlar la marcha del juicio contra José Antonio por si le necesitaba para negociar un posible canje.
A finales de octubre, Enjuto tenía un enfrentamiento con el fiscal designado en la causa, Serna, ya que el fiscal quería pedir para José Antonio exclusivamente una pena de dos años de prisión menor por el delito de conspiración a la rebelión militar, puesto que entendía que al estar preso el jefe de la Falange en el momento de producirse el alzamiento, no era posible acusarle como autor del mismo, esta tesis parece ser también mantenían en un principio Prieto y el ministro de Justicia Ruiz Funes.
Condena de muerte
Pero la situación política en el gobierno del Frente Popular se desbordaba. Entró como nuevo presidente del Gobierno el socialista radical Largo Caballero y como ministro de Justicia el anarquista García Oliver, y se produjo un vuelco cuando ambos pidieron la muerte de José Antonio.
De inmediato se cambia al fiscal Serna y se nombra a Vidal Gil Tirado, encomendándole que se condenase a muerte a José Antonio. Mientras, el juez Enjuto recibió órdenes claras de que acelerase la instrucción de la causa, pero con la orden tajante de que el jefe de la Falange fuera condenado a muerte. Realmente, la instrucción que realizó el juez Enjuto fue muy deficiente sin que pudiera incluir en el sumario pruebas de la suficiente entidad para procesar a José Antonio por un delito de rebelión militar.
Al poco, Enjuto redactó el Auto de Procesamiento contra José Antonio, su hermano, su cuñada y otras personas, sin que hubiera indicios suficientes se le procesaba solo por ser líder de la Falange.
El proceso contra José Antonio pasó a la fase de Juicio Oral. José Antonio fue condenado posteriormente por un Tribunal Popular compuesto por distintos jurados miembros todos ellos de partidos y sindicatos de izquierdas, y presidido por tres jueces de carrera: Eduardo Iglesias del Portal, Enrique Griñán Guillén y Rafael Antón Carratalá, aunque realmente los que decidían eran los miembros del jurado popular.
A pesar de que su función ya había finalizado, Federico Enjuto no abandonó Alicante, Prieto le prometió desde el principio que si cumplía con sus órdenes sería nombrado magistrado del Tribunal Supremo, y Enjuto quería estar presente en Alicante hasta el fusilamiento del jefe de Falange, por eso cuando José Antonio redactó de su puño y letra el primer testamento, absolutamente desconocido, es Enjuto el encargado, junto con una autoridad del Frente Popular alicantino, de revisar dichas últimas voluntades, y toda vez que parece ser que este primer testamento tenía un gran contenido político y a pesar de que un notario de Alicante compareció para su protocolización, la legalización del mismo fue negada y prohibida, obligando a José Antonio a redactar otro testamento que es el conocido históricamente.

También parece, según declaraciones posteriores del propio juez Enjuto, que estuvo presente en el momento del fusilamiento de José Antonio, y que certificó no solo su muerte, sino también su primera inhumación. Más adelante veremos lo que contó el juez Enjuto a este respecto una vez que escapó de España.
A finales de 1936, el 4 de diciembre, el Gobierno del Frente Popular cumplió con la promesa hecha a Enjuto, y fue nombrado miembro del Tribunal Supremo, ese mismo día también fue nombrado para tan alto cargo el fiscal que intervino en el juicio contra José Antonio, Vidal Gil Tirado, ambos sacaron una buena tajada por llevar a José Antonio ante un pelotón de fusilamiento.
Roba unos cuadros y huye a París
Pero el Gobierno frentepopulista no cumplió del todo con las promesas hechas al juez Enjuto, ya que no le entregaron una gran cantidad de dinero como parte del pago por sus servicios. Enjuto reclamó varias veces tanto a Prieto como a Negrín que cumplieran con su promesa, y ante la negativa de estos, a mitad de 1938 Enjuto se apropió de varios cuadros de un valor incalculable que parece ser provenían del Museo del Prado, y se escapó con su familia y con los tesoros artísticos a París.
De inmediato, y al conocerse su fuga precipitada de España, el Comité Central del Partido Comunista, en el mes de julio de 1938, le expulsa como militante del partido sin mencionar que se había llevado los valiosos cuadros.
De París se traslada a Toulouse, donde realiza unas declaraciones a la prensa francesa en las que manifiesta «que tenía en su poder varios documentos de José Antonio, entre ellos uno en el que pedía amnistía general y el fin de la guerra». Contó que fue testigo directo del fusilamiento de José Antonio, y que su cadáver tenía dos impactos de bala en la cabeza y cuatro en el pecho. También contó que cuando le vendaron los ojos, José Antonio gritó «Arriba España», y a los pocos segundos cayó destrozado a balazos. Y como colofón, manifestó que él mismo había dado orden de que se cavara una fosa suficientemente honda para que entraran de pie los cadáveres de José Antonio y de los cuatro fusilados con él, y que José Antonio fue enterrado «de pie cabeza abajo» para luego poder ser identificado si fuera necesario, mientras que los otros caídos fueron enterrados de pie y cabeza arriba.
Defenestrado por sus propios alumnos

A los pocos meses, el juez Enjuto y su familia abandonan Francia en dirección a América. En octubre del 38 no consiguieron entrar en Cuba y terminaron desembarcando en San José de Costa Rica, de donde le expulsaron los patriotas costarricenses. Tampoco logró entrar en Miami y al final, el juez Enjuto consigue entrar en Puerto Rico, y gracias a la Masonería isleña, fijó su domicilio en la isla donde empezó a impartir clases en la Universidad de Río Piedras.
El 22 de noviembre de 1939, un periódico de Puerto Rico llamado Don Quijote publicaba la noticia de que Federico Enjuto, profesor de la Universidad de Río Piedras ubicada en San Juan, capital de la isla caribeña, «había sido defenestrado por un grupo de sus estudiantes, justo el día 20 de noviembre» de 1939, tirándole por una ventana del segundo piso de la Universidad aunque afortunadamente para Enjuto consiguió salvar la vida falleciendo mucho después en 1965.
Una prima del juez Enjuto, Zenobia Camprubí, esposa del poeta Juan Ramón Jiménez, dejó escrito en su diario personal «no me puedo olvidar que sentenció a Primo de Rivera, y aunque solo Dios sabe lo que uno haría si le presionaran mucho, me desaparecí para no tener que darle la mano». Otro gran intelectual español y no precisamente del bando nacional, Francisco Ayala, dijo del juez Enjuto tras conocerle en Puerto Rico, «que era bastante necio».
Hasta aquí la vida y peripecias de un juez que vendió la dignidad de su toga por unas prebendas económicas y profesionales que casi no pudo ni disfrutar; eso sí, los cuadros que robó de España le proporcionaron una vida de millonario.
Para El Debate

Que sigan siendo partidistas y violentos los mendades de izquierda pero no se aparten de la Verdad los cristianos, no sea que la sal pierda su sabor y todos den a parar en el mismo saco.
El que no quiera averiguar todo lo que se está desarrollando socialmente desde la revolución francesa es que su corazón está lleno de odio, insolidaridad y amargura. Y el que se dé cuenta y calle es, además de cobarde, cómplice. Actualmente, nunca ha sido tan fácil comprender como se comportan estos dementes por mucha ficción informativa y mentira histórica que suelten. Retrato vivo de su actuación de odio a la libertad y a la vida. Su programa es DOMINACIÓN y EXTERMINIO.
De acuerdo siempre con tus apreciaciones, Eugenio.
La republica espanola y la pre-republica fueron dos épocas masonicas que dominaban la vida politica de nuestra PATRIA.
Los Primo de Rivera fueron una familia de HONOR, gente buenisima, catolicos y patriotas. D. Miguel, su padre fue el ultimo militar honrado de esa epoca. Murio pobre en Paris donde se exilio voluntariamente sin un duro.
Para D. Miguel que dejo el poder de forma voluntaria, lo importante era la PATRIA. Lo mismo que para José Antonio, gran orador y maravilllosa persona.
Mi abuelo y mi padre les conocieron muy muy de cerca ya que mi abuelo José M. fue el brazo derecho del «dictador» durante mucho tiempo.
Su asesinato (fusilamiento) de manos de los criminales y miserables del PSOE pudo ser evitado, pero «alguien» no quiso intercambiarlo.
La sombra no de la duda sino de la realidad planea sobre esta ignominiosa muerte y la del otro gran patriota de la SUBLEVACION, D. Emilio Mola y Vidal asesinado en un sedicente «accidente» de aviacion en Alcocero (Burgos).
DIOS NUESTRO SENOR sabe quién fue el responsable de estas muertes, de dos PaTRIOTAS de HONOR que tanto necesitaba nuestra PATRIA.
DIOS los tenga en su seno.
I. Caballero
Donostiarra y carlista
Estimado I. Caballero,
En noviembre del 36, a pesar de que más o menos los nacionales estaban progresando en sus pretensiones, no estaba todavía del todo claro cómo sería el futuro para ambos bandos. Precisamente en ese mes de noviembre –fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera- no se logra tomar Madrid. Franco actuaba como buen militar muy fríamente, acaba de ser elegido Generalísmo y Jefe de Gobierno por la Junta Militar en Burgos y, es de suponer, que el peso de sus otros compañeros militares inclinase la balanza a pocos intentos de politizar el bando nacional, sino más bien que todo estuviese lo máximamente controlado por el ejército. Por otra parte, el gobierno de la república era un caos y de aquella muchos iban por libre; no había esa unidad de actuación y control total como tenían los nacionales. Máxime cuando de aquella las ejecuciones eran a diario.
Decir que el General Emilio Mola fue víctima de una conspiración por parte de Franco es –para mí- poco creíble. En junio del 37 Franco estaba perfectamente encumbrado y asentado como Jefe del Gobierno Nacional –a nivel político- y Generalísimo –a nivel militar- por lo que ostentaba todo el poder en su persona. No entiendo qué tipo de pretensión podría Mola hacer. El accidente de Mola volando en medio de un temporal y en una comenzada contraofensiva de los rojos hace que el momento no fuese muy apropiado para Franco y sí para los rojos. De haber sido un atentado tendría más sentido que hubiese sido provocado por alguien del bando contrario, no del propio.
El tema de José Antonio Primo de Rivera es muy difícil de calibrar. Me viene a la cabeza lo del hijo de Moscardó que, salvando las comparaciones y circunstancias, a veces se tomen decisiones, muy a pesar de uno, sin que se tenga la mínima intención de quitarse a alguien del medio. Vuelvo a recordar que en noviembre del 36 Franco ya tenía la Jefatura del Estado Nacional, era Generalísimo del Ejército y además un católico ejemplar dispuesto a defender la Civilización Cristiana en España como así hizo, por lo que de no existir esa condena a José Antonio no se vería afectado la situación de Franco –por lo menos en el curso de la guerra-.
No soy un experto en estos temas y menos tengo las relaciones tan honorables y de primera mano como Vd. que pudiesen dar más información. Podría estar equivocado, tan solo elucubro según los datos que tengo.
Un cordial saludo.
Estimado amigo Eugenio: siempre con el respeto que les debo a todos mis amigos franquistas por coincidir en TODO nuestros ideales de DIOS y PATRIA.
La informacion que tengo es de mi padre que fué el que entrego la orden de SUBLEVACION a Mola exactamente el 19 de julio del 36, a las 13h00, orden firmada por mi abuelo que era el que decidio la fecha y la hora de la SUBLEVACION. Ademas, mi padre le dijo a Mola verbalmente al entregar esa orden: «Mi General se subleva usted ahora mismo».
Mi padre era entonces Abogado y Dr. en Derecho por la Universidad de Heidelberg y su profesor durante tres anos (con perdon). Mola le propuso a mi padre quedarse en su estado mayor y hacerse cargo de sus desplazamientos porque en su entorno habia oficiales de los que no se fiaba plenamente. Por esa razon Mola le habia encargado a mi abuelo que disenara dicha SUBLEVACION y, por lo mismo, encargarle a mi padre de sus viajes. Todos ellos los preparaba de dos formas, para evitar precisamente el atentado.
Para ese viaje se prepararon la famosa avioneta y un coche… que por obra y gracia de «alguien» también exploto… No es posible el «accidente» doble y estaba y esta muy claro el atentado.
Atentado de Franco o de la Republica… segun mi padre de la Republica era imposible dada la desorganizacion y el caos que tenian…. a buen entendedor…
Por otra parte y sin que tenga mucha relacion pero si en la posible apartenencia de Franco a la Masoneria (su hermano Ramon era mason), en el ultimo curso de mis estudios de Ing. Industrial en Barcelona, curso 1969-1970 tuve la suerte de conocer a Mauricio Carlavilla un ex-policia franquista que ya lo era durante la Republica y celebraba unas reuniones en su casa de esa ciudad dando explicaciones sobre la Masoneria. Carlavilla era el mayor experto en Masoneria con una buena decena de libros sobre el tema; el ultimo precisamente publicado en 1970, «Borbones Masones».
En todas las reuniones, al final Carlavilla aceptaba preguntas y este humilde servidor, insistia dia si y dia también sobre la cuestion que desde SIEMPRE me ha rondado la cabeza: Franco era Mason?
Respuesta que NUNCA obtenia respuesta de Carlavilla. EL que calla otorga?
A esas reuniones asistiamos un grupo de carlistas donostiarras, casi todos estudiantes de Ingenieria y algunos muy notables como Antonio Pérez-Mosso Neninger (que ya era Ingeniero Industrial) sacerdote recientemente fallecido y espanol ejemplar. Antonio siempre dudaba de Franco. Como todos los demas.
En aquella epoca, yo tenia 23 «tacos» y aunque mi padre ya me habia contado la historia verdadera del 19 de julio del 36, yo nunca la conté siguiendo consejo de mi padre que decia que Franco, por supuesto que estaba al corriente de la verdadera SUBLEVACION. Mi padre, después del «accidente» de Mola que le marco toda la vida, sabia o por lo menos sospechaba como se les gastaba dicho General…
Disculparme por las tildes.
En primer lugar, decir que para mí es un auténtico lujo estar compartiendo comentarios con el hijo de tan ilustre hombre.
Sigo diciendo que Franco, al margen de cualquier sospecha por fundamentada que esté como es el caso que describe, es de difícil encaje que Franco fuese masón por varios aspectos y lo digo de la manera más objetiva posible:
Franco fue arrinconado por la república, hecho por el cual se cerró la Academia Militar y se le desterró a Canarias.
Franco tuvo que hacer auténticas virguerías para llevar adelante el Levantamiento y encontrar apoyo tanto dentro (como por ejemplo la Iglesia en Roma), como en el exterior (Hitler, Mussolini, Oliveira Salazar,…).
Sufrió varios atentados.
Sufrió (y sufrimos) el bloqueo sionista.
En los últimos años del Movimiento estaba prácticamente solo en la escena internacional. Cuando fue la ejecución de 5 terroristas en 1975 (2 etarras y 3 del FRAP) se desencadenó una campaña internacional contra España. Y con el apoyo, a esa campaña, la Iglesia –Montini- más de lo mismo.
La masonería satánica se la devolvió al exhumar sus restos del Valle de los Caídos.
Es por todo lo anterior, que dudo y mucho que Franco fuese masón. Es más, nunca se me pasó por la cabeza.
Siempre quedan más que dudas, y muy gordas, enigmas como la de colocar a Arias Navarro como Presidente de Gobierno justamente aquel que falló estrepitosamente en el atentado de Carrero Blanco. Evidentemente Arias Navarro NO FALLÓ pues fue su cometido. Podemos añadir a este “extrañísimo lapsus de Franco” lo del extraño accidente de Mola o lo de NO intercambio de José Antonio Primo de Rivera por otro del bando republicano (exactamente desconozco quien era ese personaje en este trueque por Primo de Rivera). Por mi parte, considero que José Antonio Primo de Rivera era de muy alto valor para dejarlo libre cuando la república había aguantado la embestida de Madrid en Noviembre del 36. Si estuviese la república en caída libre sería más entendible este canje de detenidos por las 2 partes enfrentadas.
Con los datos suyos de que Franco estaba al corriente de la sublevación, lo cierto es que se sumó a ella. Y con Franco todo el Ejército de África.
Volviendo al tema del accidente de Mola, decir que aunque la República era pura desorganización y el caos que tenían…., decir, que los que mueven los hielos (los masones ocultos) juegan hábilmente a todas las bandas, de ahí su extraordinario rendimiento. Entiendo que hay episodios en época de Franco un tanto sospechosos, pero es que dentro de su Régimen hubo masones muy bien infiltrados. Es posible que los atentados de Mola surgieran desde el lado nacional, pero estoy convencido que Franco fue ajeno a ello.
Estoy más que convencido que en el Régimen de Franco hubo mucho masón al igual que mucho jeta y trepa (algo endémico de la sociedad). Haciendo una valoración, el Régimen de Franco fue un éxito en general.
Antes de despedirme, darle las gracias por compartir tan significativos hechos históricos que le trasladó su Ilustrísimo Padre.
Un abrazo.
No oculte unos crímenes y denuncie otros el cristiano verdadero sino adore la Verdad, que es Dios, exponiendo los hechos sin acepción de personas ni de partidos.
La vida del querido y admirado José Antonio valía tanto como la del bebé de una anarquista asesinado por la policía en la comisaría de la madrileña Puerta del Sol durante los años «duros» de la dictadura. Antes de ser asesinado, este bebé fue bestialmente maltratado para forzar a la madre a denunciar a sus compañeros anarquistas (no excluyo que hubiera criminales entre ellos). La misma madre «huérfana» de este bebé me relató de viva voz los hechos y no tengo motivo alguno para dudar de su veracidad.
Tampoco dudo que los más abominables y numerosos criminales estaban entre los rojos pero de esta pobre gente no espero nada bueno. De los católicos, por el contrario, espero siempre en vano una crítica honesta a nuestro propio «pardido» o bando. A ver: la guerra no careció de motivos; una gran parte de la masa popular fue seducida y engañada por los rojos perversos por la precariedad en la que vivía. La injusticia social fue un motivo inexcusable de la guerra y la guerra misma un castigo en sí. Los castigos no se imparten por capricho sino como retribución a nuestros actos.